Vuelve la movilización social anti-sistémica
Vuelve la movilización
social anti-sistémica
Raúl Prada Alcoreza
Vuelve la movilización social antisistemica
Achacachi se ha
convertido en un epicentro de la reemergencia
de la movilización social anti-sistémica;
movilización prolongada[1], que abrió el proceso constituyente[2] en los términos de
la retoma de la guerra anticolonial y
anti-capitalista. Movilización social que es el substrato volcánico del proceso
constituyente, que después fue convertido, por los que se subieron a la cresta de la ola de la movilización prolongada, en “proceso de
cambio”, cuyo cambio solo fue un barniz en el antiguo Estado-nación
subalterno, liberal y colonial. Lo que debía haber sido una transformación radical estructural e
institucional, fue convertida por los disfrazados
de “revolucionarios”, en una comedia
grotesca, en un teatro político,
en una simulación estridente y sin
gracia, en espectáculo rimbómbate. Todo
esto para seguir en el mismo modelo
de todas las élites que gobernaron el país, sean conservadoras, liberales,
nacionalistas, de dictadura militar, neoliberales o “progresistas”; este modelo es el colonial extractivista del capitalismo dependiente. Todo esto para
mantener, expandir e intensificar la economía
extractivista y abultar o engrosar el Estado
rentista. Los gobernantes, su entorno
palaciego, la dirigencia partidaria, la dirigencia sindical cooptada, se
han convertido en la burguesía rentista[3], en concomitancia
perversa con la hiper-burguesía mundial
de la energía fósil[4], que domina el
mundo, para preservar la extracción, explotación e industrialización de la energía fósil, de los hidrocarburos,
acompañados por la extracción minera y otras formas expansivas de la
agricultura empresarial extractivista.
La recuperación de las
energías y fuerzas sociales críticas, de la potencia social, ha tardado en reanimarse ante la decadencia populista del gobierno que se
autonombra, sin justificación alguna, “gobierno de los movimientos sociales”.
Parece haber llegado el momento del punto de inflexión, donde nuevamente los
movimientos sociales anti-sistémicos,
retoman la conducción de las luchas emancipatorias, de liberación,
anticoloniales y anticapitalistas, irrenunciables. Las naciones y pueblos
indígenas, reunidos en el TIPNIS, decidirán continuar la guerra anticolonial contra las figuras
de los conquistadores, metamorfoseadas en las figuras de los “gobernantes progresistas”
y su proyecto extractivista colonial;
proyecto político-económico al servicio de la hiper-burguesía de la energía fósil, dominante en el orden mundial, el imperio. La población
de Achacachi, conocida por su coraje
legendario, sale en defensa de la democracia, pisoteada por un gobierno
demagógico y su masa elocuente de llunk’us; distribuidos en el Congreso, en el
Órgano Judicial, en los tribunales constitucionales, en parte, en el Órgano
Electoral. Democracia que, de acuerdo
a lo establecido en la Constitución, es participativa, pluralista, comunitaria
y representativa. Colectivos activistas de jóvenes y de ciudadanos conscientes han salido en defensa del TIPNIS, en contra
de una ley no solamente inconstitucional – la que levanta la intangibilidad del
TIPNIS -, violatoria de los derechos consagrados en la Constitución, sino una
ley al servicio de la burguesía rentista
y de la burguesía tradicional boliviana recompuesta, cobijada por el “gobierno
progresista”, y al servicio de la hiper-burguesía
de la energía fósil, donde se encuentran personajes como Donald Trump y
Vladimir Putin. Aparentes enemigos,
pues sus Estado-nación, heredaron los efluvios de la guerra fría; empero, cómplices en mantener forzadamente la
explotación de la energía fósil,
destruyendo el planeta.
La lucha contra la impostura, la comedia “revolucionaria”, no solamente se ha dado en Bolivia, sino
también en la República Bolivariana de Venezuela, donde el pueblo, al margen de
la “oposición” o de alguna manera coincidiendo en parte con ella, en el mejor
de los casos, como ha ocurrido con la tercera
vía, el chavismo crítico, ha
salido a pelear por la democracia,
que en códigos constitucionales significa democracia
participativa y comunitaria autogestionaria. En consecuencia, el punto de inflexión afecta al continente[5].
El caso del conflicto
de Achacachi es ilustrativo de la decadencia
de la forma de gubernamentalidad
clientelar. Es uno de los muchos casos de la administración corrupta de las alcaldías gobernadas por el MAS. En
lo que respecta a la provincia de Omasuyus, desde cuando Eugenio Rojas estuvo a
cargo de construcciones y de puentes, que se deshicieron pues no cumplían con
los requisitos mínimos de ingeniería civil, hasta el actual alcalde Edgar
Ramos, se ha efectuado y practicado el procedimiento de la economía política del chantaje, que es el de la corrupción y de la corrosión institucional, apropiándose de recursos que corresponden
a la población. Haciendo lo que hace el gobierno, aunque éste en escala más
grande; sobreprecios, recepción o emisión de coimas; arreglo con empresas para
abultar costos y recibir beneficios privados; construir elefantes blancos, como
los de San Buena Aventura; desfalcar al
Tesoro General con contratos onerosos y excesivos, como la de las plantas
separadoras, compra de barcazas, que nunca llegaron al país; pérdidas
millonaria, contada en centenas, sino es en miles de dólares, de las que no
responde el gobierno. Estos hechos bochornosos y escandalosos son encubiertos
por el Congreso, ocultados por la Contraloría, desconocidos por la Justicia,
que hace ojos ciegos. La diferencia de
lo que ocurre en Achacachi es que es local
este despliegue corrosivo de la corrupción institucional; entonces es
más visible; no se pueden eludir las evidencias.
En otros lugares los oficialistas han
tapado los grandes huecos, corrompiendo también a los dirigentes que demandaban
e interpelaban. En Achacachi no lo pudieron hacer, no lo pueden hacer, por la reserva de coraje que tiene el
legendario pueblo.
Descripción del conflicto
De acuerdo a
información de ERBOL, el presidente del
comité cívico de Omasuyos, Elsner Larrazábal, informó a Erbol que la situación
del conflicto se agravó ayer tras la decisión del juez de Achacachi de enviar a
detención preventiva, al presidente de la Junta Vecinal de esa población, Esnor
Condori, a petición del Ministerio Público a instancias del alcalde Ramos. Lazarrábal explicó que la población de Achacachi
nuevamente está bloqueada, debido a que el gobierno ha hecho oídos sordos a la
población ante el pedido de renuncia del alcalde del MAS, a quien acusan de
ejercer una gestión poco transparente. Lamentó que la justicia actúe de manera
urgente para encarcelar a Esnor Condori y proteger las irregularidades del
alcalde masista “autor del saqueo de las arcas” municipales, y encarcelar a
cinco dirigentes vecinales. “Hemos sido tolerantes, ahora vamos a
masificar nuestra protesta. Le hemos dicho a este gobierno, justicia o muerte.
A partir de ahora, si el señor Evo Morales quiere diálogo, va a tener que
venir a Achacachi, caso contrario nosotros no vamos a entablar diálogo con esos
ministros que se han hecho la burla. El señor Cesar Cocarico y Eugenio Rojas
que ha mentido al país. Ese ministro que es un ‘mata perros’, no es ninguna
autoridad”[6].
El informe de ERBOL continúa:
Aseguró
que Achacachi ya no se bloqueará sola, sino que se hará sentir para que el país
conozca que Achacachi es un guardián de la democracia. “Tenemos a la
cabeza al hermano Felipe Quispe, que ayer ha sido posesionado como máximo
representante de la comisión de bloqueo y movilización. En función a ellos pues
se determinarán todas las medidas radicales que vamos a asumir; nosotros ya no
estamos a la cabeza de asumir cualquier medida. A partir de las 05:00 ellos ya
están movilizados y los vecinos se han auto-convocado; están furiosos contra
este gobierno porque está agarrando la justicia a la orden de un partido
político, para hacer persecución contra los dirigentes”[7].
El informe culmina con el siguiente resumen:
El conflicto de Achacachi se arrastra desde
febrero cuando un grupo de vecinos quemaron la alcaldía y la casa del alcalde
Ramos en señal de protesta para exigir rendición de cuentas. La autoridad
demandó penalmente a los líderes vecinales y desde entonces no gobierna en la
sede de sus funciones, sino desde la población Warisata, distante a 9 kilómetros
de Achacachi[8].
Felipe Quispe Huanca ha sido posesionado como máximo
representante de la comisión de bloqueo y movilización. Cuando lo eligieron
como máximo representante de la CSUTCB, en una situación crítica, cuando se
encontraban divididos los sindicatos campesinos, en la pugna por el liderazgo
entre Evo Morales Ayma y Alejo Veliz, fue una elección acertada, pues emergieron
las fuerzas radicales de los Ayllus
Rojos, como baluartes de la recomposición del sindicalismo campesino;
otorgándole cualidad interpelativa, de lucha y de combate; adquiriendo
tonalidades de alcance histórico el
proyecto katarista, en su versión aguerrida. En estas circunstancias la CSUTCB
se radicaliza y se embarca en el bloqueo
indígena-campesino, que sitia a cuatro ciudades del eje central, El Alto,
La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, después de la victoria de la guerra del agua en Cochabamba; en la que
se encuentra como protagonista la Coordinadora de Defensa del Agua y de la
Vida. El bloqueo indígena-campesino
revive el sitio de las tropas comandadas por Tupac Katari a la ciudad de
Nuestra Señora de La Paz; solo que en esa coyuntura
se trataba de cuatro ciudades capitales del eje central o troncal de la
economía boliviana.
Se puede decir que estas dos victorias políticas iniciales, de los seis años de la movilización prolongada (2000-2005),
deciden el curso siguiente de los acontecimientos.
Primero, a pesar de que se tenía que ir, el 2002, hacia una Asamblea Constituyente
- propuesta por las organizaciones indígenas, CIDOB y CONAMAQ, Asamblea
Constituyente o convocatoria a ella boicoteada por el MAS, que prefirió ir por
las elecciones nacionales, sin revisar la Constitución liberal heredada, cuando
las victorias políticas exigían, más
bien, cambiar las reglas del juego electoral - y, en vez de esto, se van a las
elecciones nacionales del 2002, se conformaron las condiciones subjetivas, derrumbadas las estructuras psicológicas y simbólicas de la dominación, para que
una opción cercana a la movilización gane las elecciones. La victoria política de los movimientos sociales se convirtió en ratificación electoral.
Segundo, cuando el MAS ya convertido en segunda
fuerza del Congreso se develaron temprano sus inclinaciones conciliadoras; se
propuso modificar los términos de
intercambio de la renta
hidrocarburífera; propuso la distribución del 50%, a diferencia de la
propuesta de la “derecha”, que se afincó en el 32% para el Estado. Esto
contrasta notoriamente con la propuesta popular emergida de la guerra del gas, de la victoria política de la ciudad de El
Alto, denominada Agenda de Octubre, que se planteó la nacionalización de los hidrocarburos. Sin embargo, a pesar de estas inclinaciones
conciliadoras del MAS, se impuso la voluntad
de los movimientos sociales
victoriosos, la voluntad de la movilización prolongada.
Tercero, la guerra
del gas, que estalla cuando coinciden las luchas de las juntas de vecinos
de El Alto contra las medidas de la Alcaldía conocidas como Maya y Paya - una
referida al impuesto a los inmuebles, la otra referida al catastro - y la lucha
de los sindicatos del Altiplano, concretamente de la provincia de Pucarani, en
contra el apresamiento y encarcelamiento de dirigentes que llevaron a cabo y
apoyaron la justicia comunitaria
contra ladrones de ganado. Como dijimos
en Largo octubre[9],
es cuando la estructura de larga duración
de la guerra anticolonial indígena y
la estructura de mediana duración de
la lucha nacional-popular coinciden,
se encuentran, se refuerzan y entrelazan. Desde entonces, la marcha de los acontecimientos, las victorias
populares, son incontenibles.
Es en este contexto
histórico-político que debemos situar e interpretar el efecto de
la elección de Felipe Quispe como máximo dirigente de la CSUTCB. Ahora, Felipe
Quispe vuelve a ser elegido como máximo representante del bloqueo y la
movilización de Achacachi, como dice el dirigente Larrazábal, en defensa de la democracia. Si hacemos un
paragón, podemos sugerir que este hecho anuncia un cambio en los ritmos y las tendencias inherentes al proceso
político, denominado “proceso de cambio”, que de cambio tiene la de la regresión,
primero, y después, de la decadencia.
Anuncia el punto de inflexión del que
hablamos más arriba.
La movilización
prolongada en Bolivia (2000-2005) asombró al mundo por su vitalidad,
persistencia, por la acumulación de fuerzas; además, por abrir otros decursos de la lucha anticapitalista y anticolonial, compartiendo el horizonte de apertura con lo que venía
acaeciendo desde el levantamiento zapatista (1994) contra el Tratado de Libre
Comercio de Norte América. Iniciando una nueva
generación de luchas anticapitalistas, anticoloniales y antimodernas;
mostrando más alcance y más profundidad histórica
que la lucha proletaria contra el capitalismo; pues ésta se había
circunscrito en los horizontes de la modernidad y no llegaba a ser anti-colonial,
en pleno sentido de la palabra.
El problema aparece cuando los que se suben a la cresta de la ola, en circunstancias
aprovechables, desvalorizan, banalizan, debilitan y vacían todo este acontecimiento histórico-político-social-cultural,
que fue la movilización prolongada.
Cuando convocan a una Asamblea Constituyente desde el Congreso, reduciéndola a
la condición de derivada, cuando ya la
insurrección popular victoriosa la
había convocado antes, como
corresponde, en lo que respecta al poder
constituyente; haciendo esta convocatoria insurreccional originaria a la Asamblea Constituyente. Cuando
convierten la Asamblea Constituyente en un escenario
donde se prolonga el ejecutivo, es decir, el poder constituido, tratando de someter a
sus criterios a la Asamblea Constituyente, queriéndola volver una Asamblea
Constituyente des-constituyente y sumisa.
Por la envergadura de la Asamblea Constituyente, el país, con sus
diversidades, localismos, territorialidades, lenguas, espesores, estaba ahí. No
se podía eludir esta experiencia intensa del mirarse, olerse, conocerse. Además la mayoría absoluta o más de la
mayoría absoluta estaban como representación
de las mayorías populares, indígenas, campesinas y urbanas. Sin embargo, en vez
de dejar fluir el poder constituyente,
el ejecutivo y el MAS buscaron, por todas las formas y maneras, controlar la
Asamblea Constituyente[10].
El ejecutivo condujo a las dos crisis que casi le
cuestan la vida a la Asamblea Constituyente, que podía acabar con muerte
prematura; la crisis de los 2/3, la aritmética de las decisiones, establecida
por la misma convocatoria a la constituyente, por arte del Congreso; la crisis
de la “Capitalía”. Si se salvó la Asamblea Constituyente fue por el estoicismo
de los y las constituyentes, que se mantuvieron firmes. El texto que finalmente
se redactó, no corresponde al bodrio presentado por las 21 comisiones, en su
mayoría manoseadas por el ejecutivo; sino gracias al documento del Pacto de la
Unidad, de las dos organizaciones indígenas y las tres organizaciones
campesinas, además de otras organizaciones sociales de menor demografía. Este
documento fue la base para la redacción de un texto coherente, que retome la
configuración del Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. Los encargados
de redactar, se basaron en el documento del Pacto de Unidad, que era un mandato de las organizaciones sociales,
al que hizo caso omiso el MAS. Los redactores tuvieron el buen juicio de
convertir en transversales el Estado plurinacional, los derechos de las
naciones y pueblos indígenas, la articulación de las generaciones de derechos,
derechos civiles y políticos, derechos sociales y del trabajo, derechos
colectivos, derechos de la Madre Tierra. La comisión
técnica-jurídica de constituyentes revisó el documento y lo mejoró. Este es
el documento que finalmente se aprobó en Oruro. Empero, para que vuelva a
intervenir el ejecutivo, convirtiendo al Congreso en “constitucional” –
avasallando la prerrogativa al poder
constituyente, es decir, a la Asamblea Constituyente -, para revisar el
texto constitucional. Es ahí donde se efectúan modificaciones conservadoras, regresivas;
empero, que no afectaron al núcleo de
la estructura de la Constitución.
El ejecutivo no se da cuenta del alcance de la Constitución hasta el
conflicto del TIPNIS; es cuando se siente amarrado, atado de manos, por una
Constitución que le pone obstáculos a su proyecto
extractivista colonial del capitalismo dependiente. Esta es la razón por la
que el vicepresidente quiere hacer una reforma
constitucional, para favorecer el proyecto
extractivista y del Estado rentista, para favorecer las
exigencias de las empresas trasnacionales extractivista.
Sin embargo, no ha sido óbice, la falta de reforma constitucional que los
gobernantes y congresistas oficialistas desmantelen la Constitución, pues en
los hechos o en la práctica el oficialismo
la ha ido desmantelando, con consecutivas vulneraciones, que con sarcasmo y
grotescamente las denomina como “constitucionales”. Ahora precisamente nos
encontramos con dos de sus sistemáticas violaciones a la Constitución, una
respecto al TIPNIS y otra respecto a Achacachi. Acostumbrado el gobierno a
maniobrar, a usar la supuesta astucia
criolla, que más de astucia tiene
de torpeza, de forcejos, considera
que también en estos casos se va imponer. Pero, se equivoca; ya le mostró la
VIII marcha indígena en defensa del TIPNIS y de la vida lo que puede el coraje de los pueblos indígenas; ya le está mostrando Achacachi lo que puede el coraje del legendario pueblo de
Achacachi. Falta que el pueblo boliviano apoye a estas resistencias y luchas contra el despotismo
de la forma de gubernamentalidad
clientelar.
[1] Ver la serie Acontecimiento político. Defensa
crítica y crítica de la apología, Potencia y trama política, Paradojas de la
revolución, Potencia y acontecimiento,
[2] Ver Descolonización y transición. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/descolonizaci__n_y_transici__n_2.do.
[3] Ver Burguesía rentista.
[4] Ver La hiper-burguesía de la energía fósil.
[5] Ver Dominación y
hegemonía. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/dominaci__n_y_hegemon__a_2f6b6819502ed3.
[6]
Leer Tras 14
años, El Mallku retoma el liderazgo de los bloqueos. ERBOL; Martes, 22 Agosto, 2017. http://www.erbol.com.bo/noticia/politica/22082017/tras_14_anos_el_mallku_retoma_el_liderazgo_de_los_bloqueos.
[7] Ibídem.
[8] Ibídem.
[9] Ver Raúl Prada Alcoreza Largo Octubre. Editorial Plural; La Paz.
2005.
[10] Ver Potencia constituyente; en el poemario Alboradas crepusculares. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/alboradas_crepusculares_dae690bccd381b.
Comentarios
Publicar un comentario