Afirman que la Constituyente es fraudulenta
Afirman que la Constituyente es fraudulenta
Aporrea.org – www.aporrea.org 03/08/17
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La Plataforma en Defensa de la Constitución integrada por Ex ministros
del presidente Chávez, personalidades de la política, la cultura, la educación
y militares retirados, dio a conocer en un Manifiesto su posición sobre lo que
ellos llaman una Constituyente Fraudulenta.
Los firmantes afirma que: “Uno a uno, paso a paso, todos los principales
mecanismo de auditoría y control que garantizaban procesos electorales
transparentes y confiables han sido desmontados por el gobierno y por el
Consejo Nacional Electoral (CNE).
” Asimismo señalan que: “Durante los años del proceso bolivariano se
desarrolló en Venezuela un régimen electoral extraordinariamente confiable. Se
invirtieron masivos recursos para crear un sistema de elecciones totalmente
automatizado. Contaba éste con rigurosos y transparentes mecanismos de
auditoría de cada una de sus fases. Había por lo tanto garantía de que los resultados
anunciados por el Consejo Nacional Electoral en cada elección correspondían con
exactitud –en la gran mayoría de los casos - a la voluntad expresada por los y
las votantes. Este sistema electoral jugó un papel esencial en la legitimación
del gobierno bolivariano ante los sistemáticos ataques de la derecha nacional e
internacional, en particular, frente a las constantes amenazas del gobierno de
los Estados Unidos. Una y otra vez, el gobierno bolivariano logró demostrar
que, sin lugar a dudas, contaba con el apoyo de la mayoría de la población del
país.”
Para finalizar exigiendo la realización de una auditoria y afirmar que:
“Hasta que esta auditoría no se realice, y se procese el mar de
denuncias que están haciendo los mismos candidatos y votantes del Polo
Patriótico que al verse desconocidos denuncian fraude, sería inmoral que esa
ANC pretendiera instalarse.
Llamamos al pueblo de Venezuela a seguir en defensa de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela en acatamiento de la obligación
prevista en el Art. 333 de la misma.
El orden constitucional sigue roto.”
A continuación el texto completo del documento.
Constituyente fraudulenta
Manifiesto de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la
Constitución
Al pueblo de Venezuela
El pasado domingo 30 de julio se consolidó un atropello generalizado a
los derechos constitucionales y legales del pueblo venezolano al que la palabra
fraude no alcanza mínimamente a describir. También pasó un fraude, pero en
realidad lo que pasó fue mucho más que eso, y mucho más grave.
Para más de una docena de venezolanos el derecho perdido fue el derecho
a la vida, puesto que murieron asesinados, lo que ya en sí es mucho más que un
fraude, pero para los millones de venezolanos que en el curso de ese proceso,
sobre todo ese día, perdieron el derecho a un Poder Electoral confiable, el
lunes que amaneció ya era un día de ciudadanía disminuida, ya no se era tan
ciudadano o ciudadana como el sábado 29. Cuando para el 3 de agosto, a 4 días
del cierre del proceso electoral del pasado domingo 30, se nos niega una
información que el CNE ya conoce y que está obligado a dar, como la del número
de votos nulos, es porque ya no somos ciudadanos y ciudadanas a los que se debe
cumplir y cuyos derechos se respetan. Ahora el CNE, como el BCV, como los
ministerios de Finanzas, de Salud, y otras instituciones obligadas por su razón
de ser a producir información y a transmitirla públicamente, da la información
si quiere, como quiere y cuando quiere. Cuando un pueblo pierde el respeto que
los poderes del Estado y el gobierno le deben, solo porque éste último posee la
fuerza de las armas para imponer el irrespeto, lo que ha pasado es algo mucho
más grande y mucho más grave que tan sólo un fraude.
Lo que pareciéramos haber perdido el domingo 30 de julio es a la
República Bolivariana de Venezuela.
Sobre la inconstitucionalidad e ilegalidad tanto de la convocatoria como
de las bases comiciales, la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución
se ha pronunciado suficientemente. Trataremos de precisar, en este manifiesto,
los elementos de fraude masivo implicados en la culminación esperpéntica que el
pasado domingo 30 de julio tuvo la usurpación de la soberanía del pueblo que
arrancó el fatídico 1 de mayo de 2017.
Hemos advertido reiteradamente sobre los riesgos crecientes de una
violencia generalizada en el país, violencia que está siendo alimentada tanto
por sectores vinculados a la corrupción en el seno del gobierno, como por los
sectores más radicales de la derecha opositora. Hemos advertido igualmente
sobre lo extremadamente peligroso que resultaría para el país una intervención
armada externa o sanciones económicas extranjeras que afectarían en primer
lugar a la población venezolana. Fijamos ahora posición respecto al 30 de julio
pasado.
Durante los años del proceso bolivariano se desarrolló en Venezuela un
régimen electoral extraordinariamente confiable. Se invirtieron masivos
recursos para crear un sistema de elecciones totalmente automatizado. Contaba
éste con rigurosos y transparentes mecanismos de auditoría de cada una de sus
fases. Había por lo tanto garantía de que los resultados anunciados por el
Consejo Nacional Electoral en cada elección correspondían con exactitud –en la
gran mayoría de los casos - a la voluntad expresada por los y las votantes.
Este sistema electoral jugó un papel esencial en la legitimación del gobierno
bolivariano ante los sistemáticos ataques de la derecha nacional e
internacional, en particular, frente a las constantes amenazas del gobierno de
los Estados Unidos. Una y otra vez, el gobierno bolivariano logró demostrar
que, sin lugar a dudas, contaba con el apoyo de la mayoría de la población del
país.
Sin embargo, todo esto se alteró en forma esencial en las elecciones
para la Asamblea Constituyente convocada por el Presidente Maduro para el 30 de
julio de este año. Uno a uno, paso a paso, todos los principales mecanismo de
auditoría y control que garantizaban procesos electorales transparentes y
confiables han sido desmontados por el gobierno y por el Consejo Nacional
Electoral (CNE).
1. En primer lugar está el asunto clave del Registro Electoral. En los
años anteriores las elecciones se venían realizando con un Registro Electoral
Permanente (REP) que era público y sistemáticamente auditado. Esto no ocurrió
en las recientes elecciones de la ANC. La votación sectorial se realizó sobre
la base de unas listas, en lo fundamental secretas, no auditadas. En la fase
previa al 30 de julio, el rector del CNE Luis Emilio Rondón denunció que se
dejaron de realizar siete procesos de auditoría y la que correspondía para este
viernes 4 de agosto, relativa a la confrontación de las actas de escrutinio por
mesa con los resultados transmitidos por las máquinas de votación, fue
suspendida sin explicaciones.
2. El derecho constitucional al voto universal, y a la igualdad de todos
y todas las votantes (un elector un voto) fue abiertamente vulnerado. En el
mecanismo del doble voto (uno territorial y uno sectorial), se discriminó
arbitrariamente aproximadamente a unos cinco millones de votantes, que si bien
podían votar en el ámbito territorial, no tenían derecho al voto sectorial. De
esta forma, las bases comiciales de estas elecciones dividieron a las y los
venezolanos entre ciudadanos de primera (con derecho al doble voto) y
ciudadanos de segunda, con derecho a un solo voto.
3. De acuerdo a la Constitución venezolana, el voto no es obligatorio.
Sin embargo diversos portavoces del gobierno, comenzando por el Presidente
Maduro, por diversas vías una y otra vez, amenazaron con las graves consecuencias
que tendría para los ciudadanos su no participación en las elecciones. Se
utilizaron las listas de los empleados públicos y trabajadores de las empresas
del Estado y de los beneficiarios de los diversos programas sociales para
amenazarlos pública y reiteradamente con la pérdida de sus empleos y beneficios
si o votaban. Se llegó a extremos inconcebibles tales como amenazar con
expulsar de las escuelas públicas a los hijos de quienes no participaran en el
proceso electoral. Todo esto está ampliamente documentado en declaraciones
públicas de funcionarios del Estado y en los múltiples mensajes personalizados
que enviaron por las redes sociales. Esto ha sido experimentado por la
población como una profunda humillación. Los puntos rojos a las puertas de los
centros electorales para constatar quiénes votaron con el carnet de la Patria.
Ya han comenzado las primeras denuncias de la negativa a vender las bolsas del
CLAP a quienes no votaron.
4. En todos los procesos electorales anteriores se utilizó tinta indeleble
destinada a garantizar que cada votante solo pudiese votar una vez. En el
atropello con el cual se convocaron y llevaron a cabo estas elecciones, se optó
por no utilizar tinta indeleble con lo cual se eliminó este fundamental
mecanismo de control.
5. A pocos días de las elecciones, el CNE anunció una medida aún más
grave en el desmantelamiento del sistema electoral, la eliminación en la
práctica de la función que debían desempeñar los cuadernos electorales. En
todas las elecciones anteriores, sobre la base del registro electoral
permanente y la asignación de los y las votantes a un centro electoral y a una
máquina de votación específica, se elaboraban cuadernos electorales con la
información detallada de cada uno de los y las votantes correspondientes a cada
máquina. Estos cuadernos electorales eran auditados con la participación de los
representantes de los diferentes grupos políticos para confirmar su exactitud.
Después de votar, cada elector o electora firmaba en el lugar correspondiente a
su nombre en este cuaderno y colocaba igualmente su huella digital. Cuando el
CNE decidió a última hora que los votantes podían hacerlo en cualquier centro
electoral de su municipio y luego incluso fuera de su municipio, como fue el
caso del centro electoral de contingencia del Poliedro de Caracas, desaparece
este vital instrumento de control y transparencia del proceso electoral. Si
bien es cierto que esta opción de votar en un centro electoral diferente al
originalmente asignado se debió a la inhabilitación con violencia de algunos
centros electorales ubicados en áreas opositoras, no es menos cierto que con
eso se perdió una muy fundamental instancia de control.
6. Una previsión de transparencia fundamental en todo proceso electoral,
a cualquier nivel, en cualquier lugar, es la presencia de testigos que
acompañen las diferentes fases del proceso para impedir que se produzcan
ilícitos electorales. Sin embargo, como consecuencia de la forma
inconstitucional como se convocó a la ANC y los plazos perentorios establecidos
para el registro de los y las candidatas, solo participaron como candidatos,
votantes y testigos los partidarios del gobierno. Esto convirtió a las
elecciones del 30 de julio, prácticamente, en unas elecciones internas del PSUV
sin testigos externos. Hubo observadores internacionales con el mismo criterio.
7. Se le prohibió a los medios de comunicación la cobertura del proceso
electoral al impedir a los y las a periodistas acercarse a menos de 500 metros
de los centros de votación. Esto convirtió a estas elecciones en un proceso
todo menos público.
8. Finalmente, el pasado miércoles 2 de agosto el Director de la empresa
Smartmatic, Antonio Mugica, declaró desde su sede en Londres, que las cifras
oficiales y las que arrojó el sistema no concuerdan en por lo menos un millón
de votos. Smartmatic es la empresa que suministra el soporte
tecnológicoinformático al CNE desde el año 2004. Se estrenó con el Referendo
Revocatorio al Presidente Chávez y ha seguido realizando esta función hasta las
pasadas elecciones parlamentarias de diciembre de 2015. De su declaración
oficial extraemos los siguientes párrafos:
“Hoy (2-8-17), con el más profundo pesar tenemos que informar que el
anuncio de la data de participación del pasado domingo 30 de julio para la
elección de la Asamblea Constituyente fue manipulado.”
“… la suma de todas las actas, es decir, la totalización, debe coincidir
con los resultados que publica el Consejo Nacional Electoral. Este es un
mecanismo que permite descartar cualquier tipo de manipulación en la transmisión,
totalización y publicación de resultados. Esto se ha hecho en todas las
elecciones venezolanas desde 2004 hasta 2015, pero no se hizo para esta
elección del pasado domingo.”
“Una auditoría permitiría conocer la cantidad exacta de participación.
Estimamos que la diferencia entre la cantidad anunciada y la que arroja el
sistema es de al menos un millón de electores.”
Con seguridad será muy difícil desentrañar si esta denuncia corresponde
a lo que efectivamente ocurrió o si están incidiendo otros intereses.
No existe razón alguna por la cual se pueda tener confianza en que los
resultados anunciados por el CNE tengan alguna relación con la realidad. El CNE
anunció que participaron en estas elecciones un total de 8.089.320 votantes.
Esta cifra es, por decir lo menos, altamente sospechosa. No tiene relación
alguna con lo que indicaban, sin excepción, todos los principales estudios de
opinión que se habían realizado en el país antes de las elecciones que
proyectaban niveles de participación muy inferiores. Tampoco con los estudios
exit polls.
Llama la atención que en una situación de profunda crisis, como la que
vive el país, y un gobierno con niveles tan extraordinariamente bajos de apoyo,
el CNE pretenda decirnos que hubo más votos de apoyo al gobierno que los votos
que recibió Maduro en las elecciones presidenciales del 2013 (7.587.579 votos
equivalente al 50,61%) cuando las dimensiones más profundas de la crisis que
hoy vive el país apenas se anunciaban.
En todo caso, aún sobre la base de las cifras que ha presentado el CNE,
ha quedado claro que una amplia mayoría del país, el 58,47%, no se pronunció a
favor de la Constituyente de Maduro, lo que termina por quitarle toda
legitimidad. Este conjunto de alteraciones en la operación del sistema
electoral constituye, de hecho, un total desmantelamiento del régimen electoral
que con tanto esfuerzo e inversión de recursos se había logrado montar. En un
país tan polarizado, con tanta violencia como la que existe actualmente, este
desmantelamiento del sistema electoral no es poca cosa. Nos deja sin un pilar
fundamental de las posibilidades de la convivencia democrática. Ya no contamos
con un árbitro confiable. Ya no se trata sobre si se realizarán o no
elecciones, igualmente hay que interrogarse sobre el para qué de procesos
electorales si el supuesto árbitro neutral, pública y notoriamente, ha dejado
de serlo. ¿Qué ocurrirá en el país si esto conduce al cierre total de toda
opción electoral? ¿Significará esto que se instalará la violencia, el
terrorismo paramilitar y la represión estatal como sustitutos de la política,
como la forma de procesar nuestras inevitables diferencias?
Si bien la imagen de un pueblo sobre sí mismo es algo sutil, a la vez es
algo fortísimo. El daño moral del que votó por que fue víctima de chantaje no
es cuantificable.
¿Cuán vejado, cuán humillado queda alguien al que se le amenaza con
despido del trabajo el 31 si no ha votado el 30, con quitarle la bolsa del
CLAP, con dejarlo sin apartamento, o sin pensión? Eso es algo que tiene que ver
con el alma de la gente y para eso no hay medida.
¿Cómo queda esa FANB, esos oficiales y soldados concretos, con nombre,
apellido y familia, plenamente conscientes de la extorsión masiva que se
infligió al pueblo venezolano, y que ellas y ellos se vieron obligados a
cohonestar?
¿Cuán débil está un gobierno que, como no puede recurrir a la conciencia
del pueblo, como lo hizo siempre el Presidente Hugo Chávez, recurre a la
persecución, al chantaje, a la extorsión? Nada distinto puede esperarse de
quienes no sólo son responsables del desfalco económico que amenaza letalmente
el futuro de la nación, sino del desfalco político que significa pretender
poner a Chávez de mampara de ese desfalco económico.
Ante todas las alteraciones, manipulaciones y vicios presentes en este
evento electoral, se impone la realización de una auditoría integral, pública,
ciudadana y plural, que incluya observadores internacionales sobre todo el
proceso culminado el 30 de julio pasado, como única vía para la recuperación de
un sistema, pero sobre todo de un Poder Electoral mínimamente confiable. Este
proceso traía como falla de origen la usurpación a la soberanía popular
implicada en no consultar la voluntad del poder originario sobre si se quería o
no una ANC.
Hasta que esta auditoría no se realice, y se procese el mar de denuncias
que están haciendo los mismos candidatos y votantes del Polo Patriótico que al
verse desconocidos denuncian fraude, sería inmoral que esa ANC pretendiera
instalarse.
Llamamos al pueblo de Venezuela a seguir en defensa de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela en acatamiento de la obligación
prevista en el Art. 333 de la misma.
El orden constitucional sigue roto.
Caracas 3 de agosto 2017
Firman: Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio,
Oly Millán Campos, Edgardo Lander, Esteban Emilio Mosonyi, Santiago Arconada,
Gustavo Márquez Marín, Freddy Gutiérrez, Cliver Alcalá, Carlos Carcione, Juan
García, Gonzalo Gómez.
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