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Mostrando entradas de 2020

Evaluación de los conceptos filosóficos y políticos

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Figuras actualizadas, inmanentes y trascendentes, del totalitarismo

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Mercedes Sosa Sus Mejores Exitos - Mercedes Sosa 30 Grandes Éxitos

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Un pensamiento alegre. En torno a Comuna.

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  Un pensamiento alegre. En torno a Comuna     Oscar Vega Camacho             ¿Qué pasa sobre el cuerpo de una sociedad? Flujos, siempre flujos. Gilles Deleuze     Las décadas de los ochenta y noventa en Bolivia son los tiempos de las derrotas y la desorganización de la sociedad, las luchas contra la dictadura del General Banzer que gobernó entre 1971 y 1977 generaron un nuevo ciclo de movimientos sociales que buscaban viabilizar un régimen democrático a través de elecciones, el núcleo de convocatoria era la COB -como una década antes- pero ahora las bases más combativas de organización y movilización eran campesinas e indígenas. Entre 1978 y 1980 fueron tres elecciones nacionales y cuatro distintos gobiernos con dos golpes militares, el último del General Garcia Mesa que se mantuvo hasta 1983 ejerciendo violentamente con represión y persecución, hasta hoy es único dictador militar boliviano con una condena a prisión por sus delitos. El retorno a la democr

Julia Elena Davalos Canciones (1976) [Disco completo]

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Reflexiones sobre el totalitarismo

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La condición humana

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La diseminación de las ideologías

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¿Qué es pensar propiamente?

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Presentación del libro "Marxismo negro. Pensamiento descolonizador del C...

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Luis Tapia / El estado como campo de lucha / Primer Encuentro del Buen V...

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Ep. 26: Anticapitalismo, indigenismo y estado, con Raúl Prada // #PutoEl...

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Psicología de masas y patriarcalismo

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Límites del decir y el hacer humanos

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Restricciones o apertura de horizontes

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Cabildeo Digital | El proceso de cambio y el MAS | Hoy es todavía | Fund...

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Problemas de gestión y de autogestión

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Despedida

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  Despedida Dedicado a Pirú, María Elena Alzérreca Barbery   Sebastiano Mónada     La realidad es un sueño y el sueño es la realidad. Sensibilidad devela secreto de esta conjunción inesperada. El cuerpo descubre la aparición de presencias reveladas, las asume en su carnalidad entusiasmada y principiante; inocente, niña; apertura de una entrega a lo incognito.   El artista usa colores y pinceles dejando su huella en la tela; hace hablar a textura y a urdimbre; pronunciación del alma crepitante, anidada en hilos, que se enlazan en una trama descifrable, solo por amautas escondidos en pliegues ondulantes de la cordillera.   Tu mirada en forma de preguntas viaja hacia la lontananza dibujada en el horizonte, que huye cuando avanzas a las certezas inmediatas. No tendrás nunca respuestas, pero, sí el placer de haber hurgado con tus dedos de pianista el espesor del cuerpo y su apertura interminable, la concavidad del territorio, que se envuelve y

Motivaciones constituyentes y dinámicas de la realidad

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Réquiem para una república

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  Réquiem para una república   Sebastiano Mónada           Bajo un cielo desolado, la sonrisa celeste desaparece, la ausencia de juguetonas nubes se extiende; señal del desierto, que avanza comiéndose las selvas. No pueden huir ante el bombardeo granulado de la arena y las heridas abiertas por los tractores en la tierra.   Deambulan sin rumbo, emboscados por la soledad del Chaco perdido. Sedientos hasta secar el alma en las enramadas angustiosas del bosque; testimonios lánguidos de la columna abandonada por los generales, estrategas de la derrota, acongojados se ahogan en néctar. No pueden recuperarse del hundimiento en el pantano.   Vaciados hasta quedar sin órganos ni esperanza, caminan perdidos por las arenas calientes de la nada. Los encontraran así, dando vueltas, llevando el fusil sin apuntar, enloquecidos por el sol de mediodía y la desilusión. Quedaron abrazados de la sequedad de rocas diseminadas, esqueletos meditando su vida abruptamente cortada.   Nunca serán pad

El ángel vencido

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  El ángel vencido (En homenaje a un poema de Juan Perelman Fajardo)   Sebastiano Mónada         Humus evaporado, trepando las enredaderas del aire, araña cristalina, tejedora de ensueños, tejido invisible, emboscada de ángeles y demonios, enfrascados en lucha despiadada.   En la penumbra del bosque, atravesado apenas por los rayos de la luz celestial, un diablo descomunal vence al ángel bello, se acerca despacio al serafín tumbado, herido de muerte. El querubín espera la estocada final, el demonio aproxima su rostro incandescente al rostro casto del arcángel vencido, en vez de estocada le da un beso en la boca. El ángel sorprendido no sabe si muere de pena o de lujuria.    Hay que saltar el abismo que separa los territorios del alma, precipicios y barrancos por donde caen desperdicios del odio. Más allá de los tótems y tabús de los sacerdotes, que prohíben la alegría y ponen límites al entusiasmo; se torturan con disciplinas del castigo inquisidor, arrancan de sus espa

Círculo vicioso de las dominaciones

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  Círculo vicioso de las dominaciones   Sebastiano Mónada           Bajo la bóveda preñada de ilusiones y límpida, líquido ausente, los bosques agonizan levantando sus brazos de humo y de fuego. Colonos y empresarios emprenden la caza, armados y arrogantes, incendian en la sequedad del chaco y la hojarasca muerta. ¡Pirómanos! Verdugos de la floresta y asesinos de la fauna.   Salen cabalgando pisoteando sus sombras, jinetes del apocalipsis. Anuncian el desierto, mar de sequedades que avanza, polvo de oro en los bolsillos y en las cajas de los bancos. Sus ojos, ávidos de ganancias, brillan crepusculares, ensangrentando los cielos y las aguas. Portadores de enfermedades y de múltiples plagas.   En las ciudades gobiernan los cómplices de la destrucción, planeta condenado a pena de muerte, se llamen lo que se llamen, se vistan iguales o distintos, disfrazados de justicieros o desarrollistas, protagonistas de dramas inciertos, viles hom

Inquietud

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  Inquietud   Sebastiano Mónada       Inquieto, convulsionado por los pensamientos orgánicos de mi cuerpo, me bato en la tormenta de un mar embravecido. Atormentado por las estalactitas del tiempo cristalizado, caverna de mis angustias guardadas y de mis alegrías de museo. Me rebelo al momento, instante eterno del tiempo muerto, artista fantasma imitando la vida que no atrapa.   Ya se han ido amigos dejándome solo, mis padres ya no están con su presencia inmensa, antaño se fue la amada despidiéndose con la mirada crepuscular y el silencio locuaz de su cuerpo cansado. La ciudad me rodea, poblada de ausencias luminosas, las calles se engalanan de vestidos de fiesta, un domingo desierto ocultando oasis.   Mi voluntad estalla, volcánica, embriagador magma, funde todo a su paso, devolviendo lo solido al comienzo devorador del fuego. La furia se desboca, tropel en estampida, corceles iracundos de la guerra. Restituido a la conflagraci