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Mostrando entradas de noviembre, 2020

Luis Tapia / El estado como campo de lucha / Primer Encuentro del Buen V...

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Ep. 26: Anticapitalismo, indigenismo y estado, con Raúl Prada // #PutoEl...

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Psicología de masas y patriarcalismo

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Límites del decir y el hacer humanos

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Restricciones o apertura de horizontes

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Cabildeo Digital | El proceso de cambio y el MAS | Hoy es todavía | Fund...

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Problemas de gestión y de autogestión

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Despedida

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  Despedida Dedicado a Pirú, María Elena Alzérreca Barbery   Sebastiano Mónada     La realidad es un sueño y el sueño es la realidad. Sensibilidad devela secreto de esta conjunción inesperada. El cuerpo descubre la aparición de presencias reveladas, las asume en su carnalidad entusiasmada y principiante; inocente, niña; apertura de una entrega a lo incognito.   El artista usa colores y pinceles dejando su huella en la tela; hace hablar a textura y a urdimbre; pronunciación del alma crepitante, anidada en hilos, que se enlazan en una trama descifrable, solo por amautas escondidos en pliegues ondulantes de la cordillera.   Tu mirada en forma de preguntas viaja hacia la lontananza dibujada en el horizonte, que huye cuando avanzas a las certezas inmediatas. No tendrás nunca respuestas, pero, sí el placer de haber hurgado con tus dedos de pianista el espesor del cuerpo y su apertura interminable, la concavidad del territorio, que se envuelve y

Motivaciones constituyentes y dinámicas de la realidad

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Réquiem para una república

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  Réquiem para una república   Sebastiano Mónada           Bajo un cielo desolado, la sonrisa celeste desaparece, la ausencia de juguetonas nubes se extiende; señal del desierto, que avanza comiéndose las selvas. No pueden huir ante el bombardeo granulado de la arena y las heridas abiertas por los tractores en la tierra.   Deambulan sin rumbo, emboscados por la soledad del Chaco perdido. Sedientos hasta secar el alma en las enramadas angustiosas del bosque; testimonios lánguidos de la columna abandonada por los generales, estrategas de la derrota, acongojados se ahogan en néctar. No pueden recuperarse del hundimiento en el pantano.   Vaciados hasta quedar sin órganos ni esperanza, caminan perdidos por las arenas calientes de la nada. Los encontraran así, dando vueltas, llevando el fusil sin apuntar, enloquecidos por el sol de mediodía y la desilusión. Quedaron abrazados de la sequedad de rocas diseminadas, esqueletos meditando su vida abruptamente cortada.   Nunca serán pad