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Mostrando entradas de marzo, 2023

Fantasma jacobino

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Fantasma jacobino    Sebastiano Mónada             Engreídos, caras talladas en marmol  o rostros de arlequines de papel,  estampados en espejo acuático, navegan en mar embravecido.   Amnésicos, de ahogada memoria, solo recuerdan sus guiones, escritos en bocetos archivados, burocrática estantería almacenada.   Embarcaciones perdidas  en el laberinto angustiado,  torrencial embrujo delirante. Naufragios abismales  contados en bares  de puertos fantasmas.   Consideran su presencia en el mundo divino evento,  milagro político, barruntos  de oraculos asesinados, suceso de premoniciones soñadas. Elaborado obsequio de dioses muertos.   Mientras se atarean en demostrar su sueño delirante,  el palacio quemado se derrumba, carcomido por dentro, vaciado de voces atrapadas en los emohecidos espejos. Implosiona la arquitectura burocrática de la plaza de armas. Diseminación sinuosa del mundo de la representaciones. Sombrío museo de momias sin mirada ni voz.   Arlequines del teatro de la crueldad, d

Intimidad de la realidad

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Intimidad de la realidad    Sebastiano Mónada                            ¿La realidad?  Distancia ocupada  por trayectos accidentados, que van a todas partes.   Por molinos de viento, que inventan Quijotes lánguidos y dibujan Sanchos robustos.   Por máquinas que atrapan el agua, la retienen, la estrujan  y le hacen escupir rayos.   Por escuelas de niños inocentes, a quienes se enseña el alfabeto de los signos lúdicos del azar, a ser hombres obedientes y sosegadas  mujeres sumisas.   Por universidades de jóvenes rebeldes, a quienes se les enseña a reprimir el deseo.   Por máquinas que usan los funcionarios para triturar cuerpos, convertirlos en robots.   Por la gramática, escritura ancestral, y el lenguaje, viento que empuja naves, tormenta que destruye ciudades.   Por la escultura hecha a cincel y laboriosas manos sabias.   Por la virtualidad sin dimensiones, replegada en su mismiedad.   ¿Lo imaginario?  La atmósfera habitada por fantasmas.   Por cantos aprendidos en la infancia, canci

Ser o no ser, ahí está el dilema

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Instante

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Instante      Sebastiano Mónada                        Instante, cuerda vibrante, compositora de melodía inolvidable. Ritmo permanente en la memoria.    Desapareces, no te detienes. Fugitiva nómada Inventando recorridos  de cazadores silenciosos.   Viajero eterno  curvado en sueño, retornas al comienzo. Todo alejamiento es proximidad. Todo recorrido una inmovilidad. El camino más corto es el laberinto.   Olvido, profundo sueño de la memoria, recuerdas lo que nunca hubo. Te inventas el mito de un mundo perdido, mientras desapareces en la penumbra.   Acto heroico  del cuerpo enamorado  del instante eterno. Intensidad del momento. Extraño visitante de la intimidad desnuda de la inmediatez.   Abres los ojos, abres los poros, estás ahí donde siempre. Nunca te fuiste,  eres la residencia  entrañable de la tierra.   Estarás aunque no esté. No me dejarás aunque te abandone. Estás suspendido en la nada, existencia difusa y vaga. Bucle creativo del universo, búsqueda insaciable del origen  que n

Desorientación

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Desorientación    Sebastiano Mónada                  ¿Cuándo comenzamos a caminar  por rumbos desorientados? ¿En el momento mismo de habernos parado? Sosteniéndonos en las dos patas traseras, dejando  libre las dos traviesas delanteras, abriéndolas para agarrar con ellas, para contar con nuestros dedos las innumerables estrellas del firmamento.   ¿Empezamos cuándo convertimos los sonidos  en lenguaje, naciendo ahí para nombrar el mundo? Cuándo inventamos los bullentes nombres,  que persiguen atrapar la pulpa de las cosas, cuándo pronunciamos los agitados verbos,  imitando con la retórica voz las acciones, cuándo articulamos fluidas palabras, envolturas de soplos de brisas anímicas,  que protegen la nuez de las imágenes. Tripulantes del viaje a lo desconocido.   ¿ Emprendimos  los recorridos de huellas nómadas inventando los utensilios y las herramientas,  los mágicos instrumentos de caza? Cuándo robamos las semillas de las plantas  y las enterramos para dar nacimiento  a los frutos de