Mujer, alteridad absoluta
Mujer, alteridad absoluta
Sebastiano Mónada
Impulso vital corriendo por tus venas,
por las redes de tus fluyentes arterias.
Sueños de diosas atravesando tu cuerpo,
tu melodioso esqueleto dinámico,
escultor danzante.
Tiempos como brisas jugando en tu entorno,
envolviendo tu presencia con el canto de aves,
merodeando el paisaje,
aposentándose en ramas sonoras,
mientras caminas nebulosa suavemente.
Balletista primordial ondulante,
por los senderos abiertos de la música,
emergiendo vaporosa de tu piel.
Entrañable superficie profunda,
estética tenue corteza de miel.
Mujer, alteridad absoluta,
sacerdotisa del fuego,
Inventora del lenguaje,
madre de la agricultura,
artista de las cavernas,
entramado comunitario
y colorido tejido territorial,
encomiable artesanía cultural.
Rebeldía emanada desde siempre,
desde el comienzo mismo nómada.
Escritura carnal desenvuelta,
trama compuesta por hilos acordes,
vibrando al compás de sinfonías,
memorizadas por ancestrales pueblos.
Tu alegría contagia a la atmósfera,
metamorfosis de mariposas que inventan
la eterna primavera,
contagia a las aguas de rios,
cuya prosa pronuncia murmullos,
cristalinos versos concurriendo
multitudinariamente,
en tropel,
dibujando al oído metáforas,
cuadros de pintores olvidados.
Eres la nuez de la vida,
guardas el secreto del cosmos,
la explosión inicial del afecto
que inventó el multiverso.
Tu presencia guerrera
hace temblar a los patriarcas,
destruyes fortalezas de imperios.
Eres la pesadilla de dominaciones,
embriagadas en burbujas encantadas;
el terror de los sacerdotes
que te acusan de demonio,
fantasma oscurantista de escribas.
Destrozas sus certezas ortodoxas,
inscritas en tablas enmohecidas,
donadas por síntesis delirante
de la razón fantasma,
del Estado primordial de profetas.
Las fraternidades masculinas
de machos cabríos te abusan,
te ocultan y te asesinan.
Pero, eres invencible.
Te levantas como la alborada,
con la rotación melancólica
del planeta perdido en la periferia
de la Vía Láctea.
Enciendes la bóveda celeste,
dibujas delicadamente las nubes,
suavemente,
con destreza
de manos angelicales,
y cierras la puerta del día
dejando la fogata de galaxias,
hogar diseminado en el firmamento.
Alumbras el porvenir con tu mirada
sabia, experiencia de águila.
En los océanos de tus ojos
aguarda el futuro del Oikos
Contigo se levantan los pueblos,
defendiendo los bienes comunes.
No podrá, esta vez,
la caza de brujas vencerte.
Las iglesias no acabaran contigo,
ni con tu impulso vital,
ni con tu potencia creativa.
Las sociedades alterativas saben
que eres la madre fecunda
de todas las rebeliones.
Comentarios
Publicar un comentario