Escritura vital

Escritura vital 

 

Sebastiano Mónada 

 

 

 




 

 

 

 

 

 

Navegar es necesario, no es necesario vivir,

lema de los marineros antiguos. 

Es necesario crear, decía Fernando Pessoa.

Yo digo que es necesario escribir.

 

Pienso luego vivo, 

siento luego estoy vivo, 

me rebelo luego existo.

Scribo ergo sum.

 

Vivir en la escritura,

huellas inscritas en el cuerpo,

gramática de las marcas 

y hendiduras.

Tejido de hebras 

y amarres en nudos.

 

Lo importante no es vivir sino escribir,

gesto romántico de la escritura rebelde.

Gramática de la subversión de la praxis,

entramado pasional de los sublevados.

Pentagrama compositor de sinfonías,

melodías navegantes del cosmos.

 

Jeroglíficos, ideogramas, alfabetos, 

pisadas de la aves en la arena,

rugosidad en la corteza de los árboles, 

anillos como órbitas memorizadas

en los archivos vitales de los troncos. 

 

De la seda y los fragmentos de bambú,

los cueros y los tejidos, del papiro egipcio,

la arcilla sumeria y los glifos mayas,

el grabado tallado en las piedras, 

se pasó a la hoja de fibras vegetales.

El cortesano Ts'ai Lun  inventó el papel,

en largo periodo dinástico Han naciente.

 

Engrama en la información celular,

la archiescritura dio lugar a la vida.

El origen de la explosión inaugural

dio comienzo a los tejidos de tramas. 

 

Teje que te teje, destejer para volver

a las urdimbres y texturas de siempre.

Escribir inventando la realidad imaginada,

encontrando en la metaforización poética

el secreto de las metamorfosis biológicas.

 

Escribir, describir, recorrer espacios nómadas,

componer epopeyas, después novelas, 

usar la prosa para construir sentidos

inmanentes sumergidos en océanos,

donde los cuerpos sorprendidos nadan. 

 

Somos escritura cuántica, dinámica molecular,

transformación cósmica, acontecimiento corporal.

Multiplicidades de escrituras nos atraviesan,

insuflando composiciones polifónicas,

dando lugar a viajes y retornos mágicos.

 

La escritura es vital, potencia creativa,

es vida pletórica inventándose a sí misma.

Juega con la cromática proliferante de hilos,

memorizando la indescifrable experiencia. 

Aventura de las singularidades ontológicas.  


Eterno retorno de la escritura a la inscripción 

inaugural

del porvenir,

a la diferencia imperceptible de lo mismo, 

a la distinción radical de la otredad,

al encuentro de la inmanencia olvidada.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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