Los indígenas que se ilusionan con la carretera rechazan a los colonos

PÁGINA SIETE EN EL TIPNIS

Los indígenas que se ilusionan con la carretera rechazan a los colonos

      Textos:  Beatriz Layme / Fotos: Álvaro Valero /   Enviados  especiales al TIPNIS

Con motores, paneles solares, bombas de agua y  brigadas de médicos, entre otros "regalos” que recibieron, algunos indígenas quedaron convencidos de que se debe construir la carretera por el  Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Confían  en que la vía les permitirá acceder a bienes y comodidades al igual que las que ostentan los colonos,  más aun cuando ya no hay mucho qué pescar ni cazar.

"Tenemos que apoyar la carretera, así vamos a tener todo”, afirma convencido Zacarías, un mojeño trinitario de 58 años, mientras muestra el panel solar y los equipos de luz que recibió del Gobierno en 2012, cuando se realizó la "consulta previa”  para la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, que pasará por el corazón del territorio originario.  

En 2012,    el Gobierno,  junto a dirigentes afines,   desplegó una "agresiva campaña” contra aquellos indígenas, que con la VIII marcha  de  2011   lograron que se declare intangible a la reserva natural.

Similar opinión a la de Zacarías tiene su paisano Luis, quien con un semblante de esperanza dice que cultivará más yuca y plátano para vender en los mercados de Cochabamba; también comenta que con el dinero que obtenga podrá  comprarse una moto para que su hijo mayor trabaje de mototaxista, porque "ahora para todo es dinero”.

En tener ese anhelo coincide la mayoría de los  indígenas de las comunidades de Santísima Trinidad,  San José de la Angosta, San Antonio de Moleto, Fátima de Moleto, El Carmen y 3 de Mayo que de a poco "copian” el estilo de vida de los colonos y cocaleros: El  de tener bienes.  

Sin embargo, los originarios del territorio indígena coinciden en que "el desarrollo”, que supuestamente  acompañará a  la construcción de la carretera  llegará a las comunidades indígenas siempre y cuando  no ingresen a su territorio   los colonos o cocaleros,   porque ellos "acaparan todo”. 

"Los colonos son ambiciosos, acaparadores de tierras, no se conforman con un cato de coca.

Tienen aquí, allá, mientras más casas, autos ellos pareciera que son más felices. Mientras nosotros con tener algo que comer estamos conformes”, afirma María Luisa, quien se suma a la conversación.

La indígena  tiene una  contextura delgada, es de baja estatura y de ojos tristones.  Relata que en 2011, pese a estar embarazada de siete meses, marchó junto a otros indígenas de su comunidad en contra de la carretera. Aquella caravana logró  frenar la vía. No obstante, a su retorno, la originaria  sufrió  represalias   de los colonos.

"En la venta (tienda), que es de un colono, no me querían vender ni sal. Decidí ir a Isinuta a comprar, pero ningún coche me quería llevar. En las reuniones nos trataban (a los que marchamos) de todo. Opinábamos algo y nos insultaban”, cuenta María Luisa con la voz entrecortada y con lágrimas.

"Eso es cierto”, dice Luis, quien "pijcha” coca, mientras cuenta que por esa situación su tía se tuvo que ir  con toda su familia de la comunidad indígena Limo  a Trinidad, donde ahora vive en un cuarto alquilado que paga con el poco dinero que recibe como ayudante de cocina de una mujer que vende en el mercado. 

Asimismo, relatan que algunos indígenas "sobre todo de Santísima Trinidad” -afirma Zacarías-  dejaron sus casas y se fueron a vivir al interior de la reserva natural,  para seguir con su estilo vida  de cazar, pescar, y cultivar yuca y arroz  para todo el año sin pensar en el dinero.  

 "Se fueron también porque ya no hay qué pescar ni cazar en esa zona. Los colonos pescan con dinamita y, como no saben bucear, dejan algunos peces en el fondo del río, lo que contamina el río”, agrega.

La advertencia

El  13 de agosto,  el presidente Evo Morales promulgó la Ley  969,  que elimina la intangibilidad del TIPNIS y da luz verde a "…la apertura de caminos vecinales, carreteras, sistemas de navegación fluvial, aérea y otras”, como señala el artículo 9 de la nueva norma. 

 Al acto asistieron dirigentes de los colonos y corregidores de las comunidades indígenas asentadas en el Polígono 7. 

Dos días después de la  promulgación, la noche del martes 15, los dirigentes que asistieron a ese acto brindaron un informe del viaje  a Trinidad. Para el periplo habían   pedido  una cuota de 10 bolivianos por afiliado.  

"Nos fue bien, los que rechazaban la carretera eran pocos así que no hubo problemas (enfrentamientos)”, informó Jacinto Noza, corregidor de Santísima Trinidad, comunidad indígena que está a pocos metros de donde se construye el puente Sazsama, el tercero al interior del TIPNIS.

Antes de concluir la reunión, Noza sostuvo que autoridades del Gobierno les comunicaron que mientras haya apoyo a la construcción de la carretera, habrá proyectos y obras. 

"Me han instruido que quien no apoya la carretera no tendrá el plan de vivienda ni otros proyectos”, comunicó Noza  al concluir la reunión, en la que la mayoría de los asistentes no eran indígenas, quienes aún, entre ellos, hablan en su idioma madre yuracaré, trinitario o chimán. Mientras los colonos   dialogan en quechua.

El equipo que ingresó al TIPNIS

Periodista
 Beatriz Layme 
"Pese a las amenazas, que fueron la sombra de mi estadía en el TIPNIS, puedo decir que fue hermoso porque logré conocer de cerca la vida de los indígenas”.


Fotógrafo 
 Álvaro Valero  
"Ingresar  por una de las arterias más conflictivas al corazón del    TIPNIS fue una experiencia inolvidable. Quedé  asombrado por la diversidad de su naturaleza. Simplemente paradisiaco”.

ANP y APLP condenan el amedrentamiento 

La Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) y la  Asociación Nacional de la Prensa (ANP) rechazaron las acciones de amedrentamiento y la prohibición impuesta por dirigentes y colonos que viven en el TIPNIS  para  el normal desarrollo del trabajo del equipo periodístico de Página Siete. Afirmaron  que las restricciones atentan contra la libertad de expresión.

 "La ciudadanía tiene derecho de estar correctamente informada;  por tanto, empresas, trabajadores, pobladores y autoridades de la región están en la obligación de permitir y facilitar el trabajo de los y las periodistas, en cumplimiento al precepto constitucional del derecho a la información”, se lee en  el comunicado que emitió  la APLP. 

  Esta institución le recordó al  Gobierno la obligación que tiene el Estado de proteger a los periodistas cuya seguridad esté en peligro, mediante  medidas adecuadas, efectivas, según manda la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.  

En la misma línea, la ANP denunció  la agresión psicológica que sufrió el equipo de Página Siete.

"Fueron víctimas de amenazas y presión psicológica durante su cobertura informativa en el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), donde colonos y cultivadores de hoja de coca impiden el trabajo de corresponsales de prensa”, denunció la ANP.

Página Siete envió un equipo de periodistas al territorio indígena, que evidenció la construcción de los puentes y  la vida de los indígenas. En las cinco entregas de la serie se cambiaron los nombres de los entrevistados para evitar represalias.  











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