Gubernamentalidad clientelar y corrupta
Gubernamentalidad
clientelar y corrupta
Raúl Prada Alcoreza
Gubernamentalidad clientelar y de la corrupción
La forma de gubernamentalidad clientelar ha
convertido la convocatoria inicial,
popular, en clientelismo; tratando de
mantener la audiencia a través de la complicidad en la distribución de la prebenda. Lo que era seducción, antes, cuando convocaba el mito, se ha convertido en concomitancia
de la clientela en el don adulterado de los procedimientos
paralelos, que usan la institucionalidad
como relación de poder dolosa.
La masa convocada, la multitud movilizada, la concentración
amotinada, se ha convertido en red
clientelar de componendas
minuciosas, puntillosas y proliferantes; en los intersticios de la arquitectura institucional, en los
pasillos, en las transacciones no reglamentadas; empero, aceptadas.
Lo que es propiedad del pueblo, según la
Constitución, resulta que es manejado como si fuese de usufructo de la burocracia;
sobre todo, de la jerarquía; que
decide sobre el destino de los bienes
y recursos, a gusto y antojo. Claro
que siempre puede justificar lo que se hace a nombre del “proceso de cambio”;
además decir que es política de
“desarrollo”. Los que se oponen y critican, son de la “oposición” o coadyuvan a
la “conspiración” imperialista. El
problema es que el imperialismo no
parece debilitarse con estas acciones y prácticas
gubernamentales; al contrario, mas bien, parece beneficiarse, pues las empresas trasnacionales, que son las que
efectúan la explotación de los recursos
naturales, son las que se llevan la mayor parte de la torta. También al imperialismo no parece preocuparle que
esto ocurra, lo del manejo discrecional de los recursos y bienes del
pueblo; tampoco, propiamente, le preocupan los discursos estridentes “antimperialistas”,
pues no le hacen mella. Después de aprender de la historia de las nacionalizaciones,
ya no le preocupan mucho las mismas, pues las empresas nacionalizadas, ganan con las indemnizaciones; es más, la
situación de la acumulación de capital
no se modifica, pues mantienen el control
de las cadenas productivas y el monopolio de los mercados. Incluso, ya
no tienen que preocuparse las empresas
trasnacionales extractivistas por las inversiones de riesgo, como las
relativas a la prospección, a la infraestructura, a la tecnología de
extracción; esto corre a cuenta del Estado nacionalizador.
Lo que le
preocuparía, en todo caso, sería que pierda el control de las cadenas
productivas, del monopolio de los
mercados, incluso del control, directo o indirecto, de las reservas de recursos naturales.
Sin embargo, cuenta con el dominio
del sistema financiero internacional, que es el perfil dominante del ciclo
largo del capitalismo vigente.
Con este dominio puede no solamente mantener
el control y el monopolio, sino incluso, revertir situaciones adversas; aunque no
dejan de ser coyunturales, locales; en el peor de los casos, nacionales; rara
vez regionales.
¿Quiénes conspiran
contra los “gobiernos progresistas”? ¿El imperialismo?
¿Cuál, la hiper-potencia del Norte? ¿Toda ella; es decir, todo el complejo-militar-científico-tecnológico-político-económico-cibernético-comunicacional?
¿No es mucho decir, que todo el sistema aparatoso del imperialismo conspira? No es que los “gobiernos progresistas” sean
un problema menor. No es esto; lo que parece ser es que el mismo complejo-militar-científico-tecnologico-político-económico-cibernético-comunicacional
no funciona como si fuese un solo bloque.
Si se quiere, para bosquejar un dibujo provisional,
la estrategia militar o lo que les
gusta llamar a los generales, la geopolítica,
hace su propio recorrido y sus propias proyecciones. El subsistema-científico-tecnológico, para hablar de la composición
del sistema imperialista de la modernidad tardía, se mueve con sus
propias lógicas, motivaciones,
procesos inherentes, avances, innovaciones, desplazamientos teóricos. El subsistema-político, tocando otra composición, heredera de la tradición
republicana y de la ideología
jurídico-política de la Constitución, convertida en una forma de rotación
bi-partidista, que representa a distintas compulsiones de la burguesía, se
mueve en sus propios avatares. El subsistema
económico está hoy en crisis; subsistema
que abarca un extendido mercado, que prácticamente ha convertido al país, por
lo tanto, a la sociedad, en un mercado compulsivamente consumista; además de
añadir al fabuloso aparato productivo,
en parte, hoy parado, por la competencia de la producción de la potencia industrial emergente de la
República Popular de China; sumando la hipertrofiada malla de redes
financieras, vinculadas al sistema
financiero internacional. El subsistema
cibernético-comunicacional, uniendo ambas estructuras, más que ser una hipertrofia, en constante crecimiento
y transformación, se ha convertido no solo en la herramienta indispensable de la sociedad misma, en todas sus
escalas, desde las individuales hasta
la empresas comunicacionales, pasando
por las familias, los grupos, los estratos, las redes, los espectáculos. Además
de ser el mega-almacén y desborde
descomunal de información.
Entonces, ¿qué parte
del sistema imperialista conspira? Este sistema
imperialista, en conjunto, no parece ocuparse de los “gobiernos
progresistas”; no parece preocuparles mucho a estos subsistemas del sistema complejo imperialista. Sin embargo, entre el subsistema político y el subsistema
cibernético-comunicacional, articulando dispositivos
del subsistema militar y del subsistema científico-tecnológico,
operan lo que podrían ser, dicho en lenguaje
sistémico, disposiciones y dispositivos decodificadores.
Sin embargo, en sistemas
sociales-económicos-políticos complejos, como los que hemos denominado,
también provisionalmente, siguiendo el leguaje usado por la “izquierda”, imperialismos, éstas disposiciones y
dispositivos conforman aparatos de
inteligencia, es decir, servicios de
inteligencia, que hacen también espionaje; además de conspirar y elucubrar sobre escenarios
posibles. Se puede decir que son estos organismos los que conspiran.
Ahora bien, que estos
organismos de inteligencia conspiren,
incidan e intervengan, no quiere decir que controlan
y manejan todas las variables y factores, para decirlo de ese modo técnico, que se conjugan en los tejidos sociales, que son mucho más complejos que el sistema complejo imperialista. Esto sería no solo caer en las teorías de la conspiración, que, como
hemos dicho varias veces, son ingenuas, simplonas, reductivas y esquemáticas
hasta la caricatura. Si alguna vez resultan las conspiraciones de estos servicios
de inteligencia, es por
coincidencia con lo que ocurre, de todas maneras, efectivamente en la realidad,
sinónimo de complejidad. Estos servicios de inteligencia se parecen,
por el lado del contraste, de la simetría
opuesta, a las llamadas vanguardias
políticas, que también creen que pueden incidir
en los acontecimientos, usando las “teorías
revolucionarias” como armas de lucha. Se puede aceptar que estos paradigmas son, por lo menos, más
elaborados que los modelos conspirativos
de los servicios de inteligencia; sin
embargo, comparten la pretensión
mitológica de Prometeo; creer que
manejan los hilos secretos del tejido de los acontecimientos.
Lo que pasa que estos hilos no son
más que líneas abstractas de representaciones del mundo, que nunca,
por más elaboradas que estén, no pueden abarcar la complejidad del mundo
efectivo. Por eso sus incidencias,
en la mayor parte de los casos, son frustrantes.
Cuando una revolución se da y en el medio se
encuentra una vanguardia; lo que pasa
es que la vanguardia es llevada y arrastrada
por las olas de la tormenta, que
desatan los tejidos sociales en
convulsión. Lo mismo, cuando alguna conspiración
de los servicios secretos surte, no
es porque han acertado o manejaban los hilos
claves, sino que los sucesos dados, políticos, económicos y sociales, han
arrastrado a estos prometeos de pacotilla como una hoja en la tormenta. Por eso, cuando ocurren eventos, como caídas
de gobiernos nacionalistas o en su caso, socialistas, ahora, “gobiernos
progresistas”, después, de estos hechos, los servicios secretos se quedan atónitos ante las consecuencias
inesperadas e inmanejables.
En consecuencia, la
crisis de los “gobiernos progresistas” es, en parte responsabilidad de ellos mismos. Ciertamente, esta incidencia irresponsable, debido a sus políticas, a sus administraciones,
sobre todo, a la forma de
gubernamentalidad clientelar y corrupta, se da en el acontecer vertiginoso
del sistema-mundo capitalista en
crisis.
Pero, a lo que vamos
ahora es interpretar esos síntomas corrosivos de la forma de
gubernamentalidad clientelar y corrupta. Hemos escrito varios ensayos sobre
esta forma de gubernamentalidad[1]; lo que nos
interesa ahora es atender a las magnitudes de sus alcances corrosivos y destructivos.
Recorridos de las aplicaciones políticas
Se supone que el
manejo administrativo estatal está reglamentado, que estas reglamentaciones se
derivan de leyes promulgadas, que estas leyes se sostienen en el marco jurídico-político de la
Constitución. Que de acuerdo a esta estructura
normativa no habría dónde perderse; los gobiernos deben tener como referente todo este sistema constitucional, de desarrollo
legislativo, de regulaciones y de
normas. De este modo, se sabe qué se
puede hacer y qué no se puede hacer. Si se quiere, dicho de manera acostumbrada,
qué es lícito, que es ilícito. Los gobiernos deben respetar
estos encuadres, este sistema legal,
político e institucional en su accionar.
Su incumbencia, si se quiere, su aporte, el del gobierno de turno,
tendría que ver no solamente con el estilo, sino con la capacidad
administrativa y, sobre todo, si lo tiene, la capacidad inventiva, de
innovación y de realización de la Constitución.
Sin embargo, cuando
se tienen que aplicar todo este
bagaje jurídico, político, normativo, reglamentario e institucional, pasa algo
extraño, como por encanto. Los mismos instrumentos
legales terminan usados para administrar ilegalismos. ¿Cómo sucede esto? ¿Qué hay entre el paradigma jurídico, entre la
Constitución, entre los dispositivos reglamentarios, las normas dispuestas, los
aparatos institucionales, y el recorrido
de la aplicación, recurriendo al funcionamiento institucional, a las prácticas?
¿Pasa algo con la interpretación de las autoridades? ¿Pasa algo con la interpretación de la Constitución, de las
leyes, las reglas, las normas? ¿Pasa algo con el manejo específico de la
institucionalidad? ¿Pasa algo con el manejo político de los aparatos de Estado? ¿Pasa algo con las
políticas implementadas? Estas son las preguntas.
Para comenzar con el
intento de responderlas, por lo menos, en términos de interpretación hipotética, diremos que esto de la extraña transformación de lo establecido, en el camino de la aplicación, sucede en todos los estados
y en todos los gobiernos. Que se diferencien en que estas modificaciones sean
escandalosas, en unos extremos casos, y casi imperceptibles en otros pocos casos,
mas bien, altamente matizados, pasando por toda clase de perfiles de imprevisibles
efectos en su realización, es otra cosa. Para decirlo de una manera metafórica
y amena; esta Odiosea, en el sentido
de la pérdida y desorientación náutica de Ulises,
les pasa a todos los gobernantes del mundo moderno.
Entonces el tema no
es que unos son buenos y otros malos, que unos son santos y otros perversos.
Tampoco parece que unos son más profesionales
y otros advenedizos; sobre todo,
teniendo en cuenta que, incluso, en las mallas
institucionales más estables, consolidadas y estructuradas, de los Estados,
si se quiere más respetables de la institucionalidad, también sucede. Así mismo, no tiene que ver a qué ideología se pertenece; ha sucedido con
conservadores, liberales, socialistas, nacionalistas, neoliberales, progresistas.
De la misma manera, y esto es aleccionador y sorprendente, si se trata de un gobierno tradicional o, más bien, de un gobierno revolucionario; es decir, emergido
de la revolución. También ha sucedido
con gobiernos que emergen de la subversión revolucionaria. Entonces,
¿qué pasa?
Este es un tema
importante en el análisis
histórico-político, tema que hemos tocado en otros ensayos; pero, ahora, el
enfoque se da, mas bien, respecto a
lo que comparten los gobiernos, los
estados, cuando aplican sus constituciones y leyes; no se trata tanto así enfocar
sus diferencias. Las diferencias, en este caso, radican en
las dimensiones, por así decirlo, de estas mutaciones
de la ley a la práctica. Intentaremos sondear algunas características de estos
recorridos jurídicos en su aplicación política, teniendo en cuenta la
experiencia de un “gobierno progresista”.
El caso del “gobierno progresista” de Bolivia
Los síntomas de la forma de gubernamentalidad clientelar aparecen cuando se abandona
la convocatoria o se deja la misma,
pues se la ha perdido, y se sustituye esta falencia
por componendas, por chantajes emocionales; también por coerciones, por
complicidades implícitas o en su caso complicidades explícitas; es decir, por
la conformación de clientelas, redes
y estructuras clientelares. Los síntomas de la evaporación de las inversiones, aparecen cuando se hace hincapié,
de manera exagerada, exaltando los logros, sobre todo, de las inversiones, además del “crecimiento
económico” y el “desarrollo”, y no se encuentran las verificaciones, constataciones
y corroboraciones de estos
resultados. Lo que no se corrobora, está luminoso en las propagandas, aparece
numerado en las estadísticas; empero, son un hueco, es decir, ausencia, en la realidad efectiva.
Vamos a mostrar
algunos de estos síntomas en las locuciones de los voceros, además autoridades competentes, encargadas del manejo
económico; locuciones donde aparece
un notorio esmero por presentar contrastes abismales, entre el presente de “cambio” y el pasado oscuro. Hay que tomar atención no
tanto en lo que dicen, que se comprende que lo hagan, pues forman parte del
gobierno, sino en que lo que dicen no tiene sustento,
no tiene su referente en la realidad. No se trata solo de ideología, la gran máquina imaginaria que fetichiza
todo de lo que habla; sino de discursos
que se pronuncian y se pierden como burbujas, pues no pueden sostenerse sino en
el instante de la locución. Para
aclarar lo que decimos, la ideología
o, mejor dicho, los discursos y las formaciones discursivas de la ideología, tienen como referente sus fetiches; en cambio, en este caso, aunque estos discursos forman parte de la ideología, empero, de una manera no
elaborada, mas bien, improvisada, estos discursos elocuentes en su estridencia
parecen no tener ninguna referencia;
son solo palabras, para decirlo, con
el tono de una canción. Sin embargo, sabemos que no puede haber discurso sin referente, por más fantasmagórico
que sea.
Conjetura: el referente de estos discursos gubernamentales no es de lo que hablan; no se encuentra
en lo que nombra el referente. Si fuese así, el discurso sería desmentido
inmediatamente. El referente de estos
discursos gubernamentales parece encontrarse en el chantaje mismo, sobre todo, en el chantaje emocional; en la oferta de una ilusión, pretendidamente mejor, que la ilusión anterior. Para ilustrar con figuras; es como si se diría
implícitamente, no en la pronunciación del discurso, sino en sus imágenes: te ofrezco una promesa, que aunque no se cumpla, es una
promesa, que abre los poros de la esperanza; si me escuchas, si me
atiendes, si me sigues, te doy a cambio una componenda;
somos cómplices.
En otras palabras, el
referente es lo que se calla y no se pronuncia, pero se decodifica, casi inmediatamente. Hazme caso aunque no sea cierto lo
que digo; lo que importa no es que sea cierto
o sea falso, sino que ambos, el que
habla a tu nombre y tú, somos cómplices;
ambos obtenemos algo. Por lo tanto, no es exactamente una ilusión, como se dice que ocurre en la ideología, sino una simulación;
se acuerda en aceptar lo que incluso no se cree;
sin embargo, es conveniente.
Trataremos de exponer
una interpretación de la forma de
gubernamentalidad clientelar y corrosiva, recurriendo no a nuestras descripciones, sino a lo que los mismos voceros dicen y el cómo lo dicen, manteniendo los escenarios donde lo dicen.
Tratando, en lo posible, preservar la misma locución y las mismas palabras
pronunciadas.
Locuciones gubernamentales
El ahora entonces exministro de Economía y
Finanzas Públicas, Luis Arce Catacora,
afirmaba que, desde 2006 hasta el 2012, Bolivia exportó un valor de USD 42.496
millones. De este monto,
solo USD 20.507 millones corresponde a instancias estatales como YPFB y
COMIBOL. Para cumplir con las leyes vigentes, la mayor parte de este dinero se
distribuyó entre las gobernaciones, municipios y universidades[2]. De acuerdo a información brindada por
YPFB, Bolivia
obtiene ingresos por $us 14.494 millones con la Nacionalización. También el
lapso estipulado es el mismo que el anterior; hasta el 2012. En el libro Modelo Económico Social Comunitario
Productivo Boliviano de Luis Alberto Arce Catacora, el exministro escribe:
Las utilidades de las empresas subsidiarias y YPFB Matriz, entre los años
2001 y 2005, fueron de $US 644 millones. En cambio, en el periodo 2006-2014,
por una parte las utilidades de las empresas subsidiarias alcanzaron $US 3.009
millones, y por otra parte, las utilidades de YPFB Matriz fueron $US 4.900
millones, dando un total de $US 7.908 millones[3].
Las inversiones
acumuladas en el sector de hidrocarburos, del 2006 al 2014, llegaron a sumar $US
9.181 millones. La renta hidrocarburífera, en el mismo periodo, sumó $US 31.888
millones. De este monto, el 12% se asigna a las regalías departamentales, el
32% a la participación YPFB, el 6% a la participación del TGN y el 32% al IDH;
el 3,5% restante se asigna a proyectos de inversión para los pueblos indígenas.
Lo que importa, en esta distribución, es el uso de la renta hidrocarburífera
por las instancias beneficiadas. Particularmente interesa el uso dado por YPFB
y el Estado, en lo que respecta a la participación del TGN; hablamos de $US 10.204
millones, en lo que respecta a YPFB, y
de $US 1.913 millones, en lo que respecta al TGN.
Las exportaciones mineras
acumularon, en el periodo mencionado, la suma de $US 15.249 millones. Como no
se da la misma situación tributaria en el sector
minero que en el sector
hidrocarburífero; los aportes de este sector son mucho menores al Estado. El
aporte fiscal es del orden de $US 1.971 millones; es decir, el sector aporta
con aproximadamente el 13% de lo que obtiene por exportaciones.
La inversión pública acumulada, entre 2006 y 2014, acrecentó la suma
de $US 19.562 millones. Lo que hay que preguntarse sobre esta inversión es
¿cuáles son los resultados? No se trata solamente de exponer el incremento notorio de la inversión pública, que ya sabemos, que
se debe, principalmente tanto a los efectos
de la nacionalización de los hidrocarburos,
así como también a los altos precios de las materias
primas, en ese período, sino de contar con resultados; es decir, con los esperados
efectos multiplicativos de la inversión. Aquí radica el problema; es notoria la inversión, empero, los resultados son
paupérrimos, en lo que respecta a los esperados efectos multiplicativos. Lo que, más bien, aparece, también
notoriamente, aunque no se lo diga, aunque se oculte, sobre todo, con la bulla
de la propaganda, es la evaporación
de estas inversiones; no su continuidad.
Los ingresos acumulados de las empresas públicas, en el período
estipulado, llegaron a sumar 5.452 millones de bolivianos; los gastos consolidados de las empresas públicas acumularon un monto de 29.650
millones de bolivianos. Es decir, que los ingresos solo llegan al 18% del monto
de los gastos. Lo que no habla muy bien de los resultados de la inversión y de
los gastos de las empresas públicas. Lo que decimos no deja de perder validez,
aunque se diga que los plazos de reposición de la inversión y de los beneficios
son más largos. Pues no hay indicios de que esto llegue a ocurrir. ¿En qué
gastan, en qué se invierte? Otra vez, no se trata de presentar estadísticas que
muestran incrementos de inversión y gastos, sino, lo que interesa, son los efectos multiplicadores
de estas inversiones y gastos.
De acuerdo al Plan Estratégico Corporativo
(PEC) 2011 – 2015 de YPFB, la inversión total para la ejecución de los prospectos exploratorios
asciende a USD 1.514 millones durante el periodo 2011 – 2015. Las actividades
que se realizarán en exploración dentro del marco de los Contratos de Operación
y Casa Matriz, incluyen 6 prospectos y una inversión de USD 330 millones; las
cuales serán llevadas a cabo por YPFB Casa Matriz, YPFB Andina, YPFB Chaco y
Total E&P Bolivie. Por otra parte, YPFB Petroandina S.A.M. realizará
actividades exploratorias en 7 prospectos en el Contrato Sur, con una inversión
de USD 580,6 millones.
Viendo
el conjunto de las inversiones, el Plan Estratégico dice que, en el periodo
2011-2015, se realizarán inversiones importantes en la explotación de
hidrocarburos en el país, las cuales están destinadas en su mayoría al
desarrollo de los megacampos. Las inversiones de desarrollo y explotación de
campos ascienden a USD 1.855,6 millones, en el quinquenio. Si se suma el
desarrollo asociado a los prospectos exploratorios exitosos, los recursos
totales a ser invertidos en esta actividad ascienden a USD 2.702 millones. La
inversión requerida en explotación, en los próximos cinco años, asciende a USD 1.856
millones; la cual solo refleja los esfuerzos en desarrollo de campos. El monto
destinado al desarrollo de los prospectos exploratorios exitosos asciende a USD
847 millones, haciendo un total de USD 2.702 millones en explotación y
desarrollo de producción hidrocarburífera[4].
En
el Plan de Inversiones 2012-2016 de YPFB, en el apartado que corresponde al Presupuesto
de Inversiones Aprobado, se dice que el Presupuesto de Inversiones 2012 ha sido
aprobado mediante Resolución de Directorio N°32. Dicho presupuesto llega,
primero a definir un monto de $US 2.935.384, destinado para cubrir la inversión en almacenaje; después, se
anota que no obstante a los US$ 2.935.384 aprobados para inversión en
almacenaje y transporte, en la gestión 2012, existe un monto adicional
requerido para cubrir las necesidades identificadas para continuidad operativa
y los proyectos de expansión prioritarios detectados. Llegando a un total en
estos rubros de $US 23.392.579.
En
fecha 25 de Enero de 2012 mediante Acta de N°03/2012, el Directorio de YPFB
Logística S.A. aprueba un ajuste presupuestario donde se asigna un monto
adicional de 824.471 US$ para inversiones, haciendo un total general, para el Presupuesto
de Inversiones 2012 ,de 3.378.255 US$.
El
Presupuesto de Inversiones 2012-2016, en lo que respecta a plantas de
almacenaje, suma para el quinquenio, el monto de $US 50.939.922, comprendiendo
tanto recursos propios y el financiamiento requerido. Los recursos propios solo
cubren el 18,5%. En lo que respecta a los poliductos, el monto de las
inversiones suma $US 308.101.331; en este caso los recursos propios solo cubren
el 3% del monto de la inversión presupuestada.
El actual Presidente
de YPFB, Guillermo Achá Morales, afirmó que para el quinquenio 2015 – 2019,
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos programó una inversión de $us
7.459 millones, para las actividades de exploración y desarrollo, es decir,
explotación, de hidrocarburos.
El ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, en
una entrevista con la red de medios estatales, remarcó que las inversiones que
realizarán las petroleras YPFB y sus subsidiarias, además de las operadoras
privadas, será mayor a $us 2.000 millones; se priorizarán las actividades de
exploración, explotación e industrialización. La autoridad destacó el nivel de
inversiones que se realiza en el sector petrolero. “Estamos con inversiones
superiores a los 2.000 millones de dólares en el sector de hidrocarburos, para
el año 2017. Somos muy ambiciosos con un fuerte énfasis en el tema de
exploración, explotación y la industrialización”. La estatal YPFB programó,
para el 2016, una inversión en el
sector de hidrocarburos de $us 2.411 millones. De este monto, a YPFB Casa
Matriz le correspondió $us 887,5 millones, las empresas filiales y subsidiarias
con $us 995,2 millones y las operadoras privadas con $us 568,3 millones. Del
total de inversión programada, el 59% se destinó a proyectos de exploración y
explotación de los hidrocarburos; el 15% a industrialización,
el 14% al sector del transporte de hidrocarburos, y el 12% restante a otras
actividades como refinación, comercialización, distribución, almacenaje y
otros.
Para el período 2016-2025, el gobierno proyectó una inversión de $us
31.000 millones en el sector de hidrocarburos. De éste, más del 60%, alrededor
de $us 19.000 millones, serán destinados para la exploración y explotación. De
los $us 19.000 millones, que serán destinados a tareas de exploración y
explotación, el Estado asumirá la ejecución de $us 11.000 millones, 58% del
total, y los restantes $us 8.000 millones lo haran las petroleras privadas que
tienen contratos de operación en Bolivia[5].
De acuerdo a El Tribuno, en una nota del 21 de
febrero del 2016, en 2006, las reservas
internacionales de Bolivia alcanzaban los US$ 3.000 millones; cifra que
llegó a US$ 15.000 millones en esta década. Por otra parte, el Presupuesto del
Estado consolidado era para el 2014
de U$ 33 mil millones y el agregado de U$ 37 mil millones. Según lo muestran los datos del Fondo Monetario
Internacional, hasta el año 2017 la economía de Bolivia asciende a los 39.795 millones de dólares, es decir, el Producto Interno
Bruto. Entre el 2016
y el 2017, las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas públicas
divulgaron que las reservas monetarias habían llegado a 18 mil millones de
dólares. El problema es que una de
las últimas informaciones del anterior Ministro de Economía y Finanzas Públicas
se refirió a que las reservas habían
disminuido a la mitad. ¿Por qué? ¿En qué se utilizaron las reservas monetarias, que son propiedad del pueblo boliviano?
Del 2006 al 2014 se ha proyectado una inversión al sector productivo de 4.894
millones de USD; lo que equivaldría a una inversión de 80.746 millones de
dólares, suponiendo un promedio de 16,5 dólares por USD. Si mantenemos,
estimativamente, un promedio de inversión de 8.972 millones de dólares,
tendríamos una inversión de 98.688 mil millones de dólares hasta 2016. Sin
considerar otras inversiones, que no son, según el presupuesto, dedicadas al sector productivo, ¿qué pasó con esta inversión presupuestada?
Todavía
en vida, Carlos Villegas Quiroga, entonces Presidente de YPFB, (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos)
dijo que esta entidad invierte $us 3.000 millones en 47 proyectos de
exploración con potencial de petróleo, gas y condensado. “Tenemos un plan
intensivo de exploración y estamos explorando en 47 áreas en actividades de
sísmica, geología de superficie y perforación del primer pozo. En estas áreas
vamos a invertir $us 3.000 millones”.
La inversión
se realiza en proyectos como Lliquimuni, Río Beni, Tatarenda, Nueva Esperanza
Carohuaicho 8A, 8B, 8D y 8C, Oriental, Caranda, Sanandita, Aguaragüe Sur A,
Aguarague Norte, Aguarague Centro, Cupecito, Florida, Sauce Mayu, Arenales,
Iñiguazu, Iñau, Sara Boomerang III, El Dorado Oeste, San Miguel, Isarsama,
Chimoré I, Itacaray, Azero, Huacareta, Cedro, Sunchal, Astillero, San Telmo,
Charagua, Abapo, Yuchan, Itaguazurenda, Margarita Sur, Huacaya Norte, Sábalo,
Ingre, entre otros. Los proyectos de perforación tienen profundidades que
oscilan entre los 2.000 y 6.300 metros, con objetivos geológicos como el
Huamampampa, Iquiri, Santa Rosa, Icla, Petaca, Escarpment, Tupambi y Chorro,
desplegados en el Subandino Sur y Pie de Monte. Además, se destacan las formaciones
Copacabana, Tomachi y Tequeje, ubicadas en el Subandino Norte.
Villegas anotó que “en la actualidad realizan actividades de exploración
Repsol, Petrobras, Total, Gazprom, BG, YPF de Argentina, Pluspetrol y Eastern
Petroleum & Gas, así como empresas privadas; además YPFB participa con sus
cuatro unidades operativas, como son la Gerencia Nacional de Exploración y
Explotación, YPFB Chaco, YPFB Andina y YPFB Petroandina”.
Villegas,
en aquél entonces, dijo que la tasa de éxito de la exploración en Bolivia es
del 20%, lo que significa que si se perforan en 10 pozos exploratorios, dos son
exitosos. “Si encontramos un resultado positivo perforando el primer pozo,
inmediatamente vamos a perforar el segundo y el tercer pozo para la
certificación de reservas; se realizará
inversiones en desarrollo. Lo que quiere decir que se debe construir una planta
de procesamiento, construir un gasoducto, un oleoducto; ese es el ciclo
exploratorio que generalmente dura cinco años”. Villegas consideraba que la
producción y exploración de hidrocarburos deben ser actividades continuas y
permanentes. Dijo que en YPFB se aplica una política de esas características,
de tal manera que se aumenta producción, se consume reservas, pero además se
descubre nuevas reservas. “Es una política que se implementa en toda la
industria petrolera mundial; en YPFB estamos trabajando con un alto nivel de
esperanza de que vamos a encontrar reservas, porque, además, la geología y la
potencialidad del país nos lleva a señalar de que tenemos muchos recursos
hidrocarburíferos. Quiero ser contundente y sincero con la población; con la
última certificación de reservas que alcanzó a 10.45 trillones de pies cúbicos,
Bolivia tiene seguridad de abastecer mercados por 12 años; pero la visión no
debe ser estática, pues en el sector hidrocarburos consumimos y descubrimos
reservas”. El entonces Presidente de YPFB indicó que está en ejecución el plan
intensivo de exploración de hidrocarburos que, entre otros aspectos, busca
reponer e incorporar nuevas reservas de gas y petróleo, disminuir el riesgo
exploratorio, ejecutar proyectos de exploración en áreas reservadas de forma
directa, mediante contratos de exploración y explotación con empresas petroleras
privadas.
Hasta
el momento, mediados de 2017, no hay tales resultados o brillan por su
ausencia. Tampoco han aumentado las reservas;
más bien han disminuido. Lo grave que se da esta merma en una coyuntura que anuncia un período de vacas flacas. No se aprovechó el periodo
de vacas gordas[6].
A fines de 2016, el Ministro de Hidrocarburos
y Energía, Luis Sánchez, destacó el fuerte impulso del gobierno nacional en
exploración de hidrocarburos, a través de las inversiones millonarias que el
Estado destinó a esta actividad. Dijo que “Bolivia tendría 4 trillones de pies
cúbicos de Reservas; pero gracias a las inversiones que se realizó desde el
2006, de $us7.000 millones, el país repuso lo consumido e incrementó sus reservas
a 11 TCF´s y vamos por más”. Algo que hasta ahora no se ha constatado, salvo en
las estimaciones inconsistentes e insostenibles del ministro. También dijo que “Bolivia
es uno de los países que más éxito tiene en pozos exploratorios; en reservas y producción, el gobierno de Evo
Morales ha sido el más exitoso en la historia de Bolivia”. El ministro destacó
que en producción de gas, Bolivia pasó de los 30 millones de metros cúbicos día
(MMmcd) a 60 MMmcd, considerando lo que ocurrió en la década del 2005 al 2015.
La misma cantaleta comparativa de la
propaganda del gobierno. Lo que no se dice, ni se aclara, sobre todo, para
tener referentes comparativos, es que en aquél entonces no había precios altos de
las materias primas, particularmente en lo que respecta a los hidrocarburos.
Algo que se dice y no se usa, sin embargo, como referente comparativo, para poder efectuar las comparaciones apropiadamente, es que en aquél entonces no había nacionalización; a diferencia y en
contraste, en el periodo bonancible
con el que se compara, ya hay nacionalización.
El Estado administra la propiedad del pueblo boliviano; las empresas
nacionalizadas y los recursos hidrocarburíferos. Estas circunstancias hacen
mucho más responsable al “gobierno
progresista” de lo que ha ocurrido. La merma considerable de las reservas, el agotamiento de pozos de petróleo y gas, por sobreexplotación
desmedida, sin manejo técnico. Tratando de enmendar esta ineficacia administrativa, técnica y política con cuentos de pozos
descubiertos; cuando se trata de los que había antes o se sabía que había por
estudios geológicos.
El Ministro resaltó que una muestra de la
atención del gobierno a la actividad exploratoria es el nuevo hallazgo del pozo
Huacaya II. Explicó que a 10 kilómetros de Margarita 7, donde originalmente fue
encontrado el H1B, en Huacaya II, se ha vuelto a encontrar esta estructura, pero con mayor espesor y,
adicionalmente, fueron encontradas también las estructuras H1B, H1C y el Icla;
se continúan las actividades de exploración para llegar hasta el H2. “En los
próximos meses se va a determinar si son recursos originales, pero si no, 10
kilómetros van a pasar de Reservas Probables a Reservas Probadas”.
Asimismo, explicó que basados en la sísmica realizada en Boicobo Norte y Sur, se tiene la certeza de que éstos son dos prospectos importantes dentro de Caipipendi en recursos gasíferos. En el primero se van a invertir $us 250 millones y, en el segundo, $us 777 millones. “Hemos aumentado el tamaño del reservorio en 10 km, pero nos da la posibilidad de hacer otros dos prospectos más, que son Boicobo Sur y Boicobo Norte. Todo el panorama hacia el noroeste de Caipipendi es importante, pero además nos vamos hacia el sur donde también se vislumbra un exitoso panorama, porque vamos a tener un pozo que producirá entre 3 y 3.5 MMmcd”. El pozo Huacaya II es parte del campo Margarita-Huacaya, está ubicado en la provincia Luis Calvo, en el departamento de Chuquisaca, donde se encuentran los pozos Huacaya I y Margarita 7. “Últimamente hemos escuchado comentarios irresponsables de personas que se nota que no tienen información. Emiten criterios sin tener información de campo y ni siquiera han debido trabajar en la industria petrolera y mienten a la población, diciendo que no hay inversiones en exploración y que se acaban las reservas. Cuando la realidad es distinta y lo mostramos con trabajo y proyectos que van incrementando nuestras reservas”[7]. Bueno, esa parece ser la realidad imaginada por el ministro. El problema es que no puede comprobar, corroborar ni verificar lo que afirma.
Solo teniendo en cuenta el monto
estimado como referencia orientadora,
como coordenadas, obviamente calculado de manera gruesa, solo para tener
parámetros ordenadores, vamos a concentrarnos en una inversión aproximada de 30
mil millones de dólares en exploración y perforación de pozos
hidrocarburíferos. ¿Cuántos pozos se van a perforar? De todas maneras, se
consideran montos altos para la inversión de los pozos; llegando a costar el
pozo promedio más de lo que cuesta la inversión media en América Latina. La
media del costo en América latina por pozo es de 9,2 millones de dólares. ¿Por
qué es tan alto el costo por pozo en Bolivia? El otro problema es que los pozos
perforados resultaron estériles, por así decirlo, figurativamente.
Lo que acabamos de cuantificar, aunque
se trate de estimaciones gruesas, ayudan a conmensurar, ya no solamente la metamorfosis del recorrido de la ley a su aplicación, sino la evaporación de la inversión
pública en el sector productivo;
particularmente uno, en los hidrocarburos; específicamente, en lo que respecta
a la exploración y a la inversión por pozo.
No queremos hacer, ahora, un análisis económico, como el que lo
hicimos y al que nos dedicamos en Bolivia,
perfil económico y en Plano de
intensidad económico boliviano[8];
sino conjeturar sobre los alcances de la apropiación
de los bienes y recursos del pueblo boliviano, por parte del “gobierno
progresista”. Si se quiere, el análisis
es político, no económico.
Desde el escándalo de corrupción y hasta gansteril, pues murió
un ingeniero involucrado en el asunto, cuando se develó el porcentaje y el
monto de coima para la adjudicación de las plantas separadora de gas – caso
conocido como el del entonces presidente de YPFB, ahora, preso Santos Ramírez
Valverde -, hasta la duplicación, posterior, de los costos de las plantas
separadoras, llegando a la inversión presupuestada, a lo largo del periodo
“progresista”; en lo que respecta a la inversión en exploración y pozos,
estamos ante el fenómeno, que citamos
anteriormente, de la metamorfosis de
las leyes, mediante la aplicación de políticas; desde su promulgación hasta su aplicación,
pero, metamorfosis que se da en
dimensiones muy altas. Además, también nos encontramos ante el fenómeno anexo de evaporación de las inversiones.
Por otra parte, siguiendo el decurso de
esta curiosa metamorfosis de la aplicación de la Constitución y las
leyes, a través de políticas “progresistas”, y de conmensurar la evaporación de las inversiones, solo
considerando la inversión productiva,
teniendo en cuenta los resultados de esta inversión,
que en la mayor parte, arrojaron un fracaso, para no decir fraude, tenemos una
pérdida del orden del 36% respecto al promedio del PIB boliviano. ¿Cuánto de esto
se apropia la estructura palaciega
del gobierno? Ciertamente, dada una proporción estimada, sobre todo, referencial, el resto es como una evaporación lamentable, debido a la irresponsabilidad del manejo
administrativo, económico y de las políticas. En todo caso, hablando en
lenguaje jurídico, daño al Estado. Hablando en términos de la Constitución del
Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico, es traición a la patria.
Como dijimos, los datos que mostramos,
las estimaciones gruesas, las cifras que se exponen, son solamente para tener coordenadas de referencia para apoyar al análisis
cualitativo. Lo que importa, en este momento, no es análisis cuantitativo – lo haremos después -, no es la fiabilidad
precisa de los datos, sino la comprensión
del funcionamiento y el alcance de la forma de gubernamentalidad clientelar y corrupta.
La primera impresión es que se ha ido muy lejos, en lo que respecta a este fenómeno de la metamorfosis adulterada de la aplicación
política de la ley y la
Constitución. Más lejos de lo que han
ido gobiernos anteriores, los llamados gobiernos neoliberales; es más, los
gobiernos de la dictadura militar; más grave aún, por ciertas analogías, de lo
que ha sido el ciclo de gobiernos de la Revolución Nacional (1952-1964).
La pregunta, tendría que ser ¿por qué?
¿Por qué esta expansión descomunal de la corrosión
institucional, de la corrupción y
de la apropiación de los bienes y recursos del pueblo boliviano? Sin embargo, vamos a saltar la
pregunta, que puede tener respuestas casi obvias, como que la decadencia marcha vertiginosamente al
galope, en el país y en el mundo. Como dijimos antes, no son fenómenos dados solamente en la forma de gubernamentalidad clientelar,
sino en otras formas de gubernamentalidad,
como la neoliberal. No necesitamos
dar ejemplos; son conocidos por la difusión de noticias por parte de los medios
de comunicación. Aunque llama la atención que en algunos “gobiernos progresistas”, no en
todos, el fenómeno adquiere dimensiones descomunales. Para decir algo, por ejemplo, en Brasil, en Venezuela y en Bolivia;
teniendo en cuenta sus distintas escalas, que no dan lo mismo, no son
equivalentes en términos absolutos; también teniendo en cuenta el impacto en estructuras e instituciones.
En un ensayo anterior, que corresponde a
los primeros pasos evaluativos del llamado “proceso de cambio”, dijimos que la ideología y el perfil psicológico, de la dirigencia del populismo tardío del gobierno
“progresista”, que se proclama de los “movimientos sociales”, en el
fondo, considera, que ahora les toca.
Antes afanaron los de cuello blanco, ahora les toca a los descamisados, para usar una figura
conocida en Argentina. En palabras menos
crudas, se podría decir que lo que ocurre, en “estos procesos de cambio”, es el
cambio de élites; se pasa de una élite
de abolengo, que se cree refinada,
como la presunción de la nobleza
europea desaparecida, a una élite plebeya, como ocurrió también después de
la revolución francesa.
El problema
de los “gobiernos progresistas” del continente es que heredan, paradójicamente, un estigma de las clases
dominantes, que, en la historia,
aparecen, mas bien, como despóticas, más
que como refinadas. Este estigma es
el de la prepotencia del patrón; quien no respeta leyes ni instituciones; pues, en el fondo, considera que es la ley y la institución patriarcal encarnadas.
Ahora sí; ¿Por qué ocurre esto, el traspaso de la herencia del estigma de
la élite pretendida de alcurnia a la élite plebeya?
Déjenos acudir, en principio, a una
hipótesis conocida, que, empero, tiene mucho de connotaciones alumbradoras, en
lo que respecta a acercamientos explicativos
de estos llamativos comportamientos políticos
en el continente. La hipótesis es que se trata de diagramas de poder pervivientes de la colonia y la colonialidad.
Siendo la colonia la consecuencia y continuidad de la llamada guerra de conquista, que más bien parece
un abuso de confianza, como dijimos
en un escrito[9],
es decir, de la desmesurada violencia desatada, de manera inesperada, contra
las naciones y pueblos de Abya Yala, por lo tanto, sociedades y civilización
del continente, la inscripción inicial
de las dominaciones y de las estructuras de poder es esta acción
descomunal de la conquista y la colonización. La cuestión parece ser que
esta imposición inaugural, a través
de la conquista y la posterior colonización, se subjetiva en la psicología
del conquistador y sus entornos; después, se traspasa al criollo, el nacido en las Indias occidentales; seguidamente, pasa
a los mestizos. La sorpresa es que también pasa a los llamados y
denominados - discutiblemente – “indios”.
Perdonen, no se puede generalizar, aunque se trate de un término discutible,
envolvente, colonial, que borra los perfiles,
contenidos, trayectorias, culturas, si se quiere identidades, de pueblos y sociedades variadas del continente de
Abya Yala. Como corroborando lo que decimos, la manera como se ha dado en
Bolivia, que un parecido “indio”, según la estigmatización
del sentido común blanco-mestizo, que
un “indio” es presidente; el enunciado anterior tiene cierta vigencia.
El gran teórico crítico de la colonización y la descolonialidad, Franz Fanon, ya decía, que no se trata solo de
expulsar al blanco colonizador, sino de destruir la estructura colonial de poder; un negro que ocupa el lugar del blanco
es un blanco, un “indio” que ocupa el
lugar del blanco es un blanco. El tema es quién ocupa el lugar de la dominación. No es un problema de piel; esto es creer en el esencialismo epidérmico, derivados, precisamente del prejuicio racial colonial. Solo que ahora asumido como identidad y como valorización cultural, devuelta a la desvalorización racial
colonial.
Entonces la pregunta es: ¿Quién es indio? Como me enseñó un activista joven
mapuche: indio es el que, los y las que,
luchan por la defensa de la Madre Tierra.
Como dice Silvia Rivera Cusicanqui: Todos tenemos el indio dentro, en el cuerpo
y en la cultura, pues eso que tenemos
nos empuja a defender la vida.
En resumidas cuentas, el colonialismo y la colonialidad, es decir, la violencia descomunal de la conquista, sigue vigente y se reproduce
en el círculo vicioso de poder, que
ocupa y recorre el continente. Se considera, en el fondo, en los recónditos
recovecos de una psicología colonizada,
además, de patriarcal, que en este
continente - de las sociedades que cultivaban
bosques, además de otras peculiares ecológicas,
tan distintas a la historia de las civilizaciones de Eurasia - se tiene que
hacer lo que hicieron los conquistadores;
imponerse a espada y fuego. Se considera que lo que conquistan,
lo que toman, es parte del botín; así como lo concebían los piratas, que atacaban las naves
españolas cargadas, de vuelta a Europa. Entre los conquistadores y los piratas
no hay tanta diferencia como se cree; ambos forman parte de lo mismo; de una estructura de poder que se apropia tomando, conquistando,
avasallando. Lo que pasa es que lo hacen desde lugares distintos; unos al
margen de la institucionalidad; otros
como parte de la institucionalidad.
Bueno pues, esta forma de gubernamentalidad clientelar y corrupta
deriva de las genealogías de poder,
nacidas en las oleadas de invasión colonial, desde la conquista; que más que un acontecimiento traumático, dado en una coyuntura
trágica, fue más bien eso, oleadas
diferidas de irrupciones conquistadoras.
[1] Ver Acontecimiento político. Ver serie Cuadernos activistas. También Genealogía de la forma gobierno. Así como Transformaciones
institucionales.
[2] Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. http://www.economiayfinanzas.gob.bo/index.php?opcion=com_prensa&ver=prensa&id_item=124&id=2684&seccion=306&categoria=5.
[3] Revisar
de Luis Alberto Arce Catacora Modelo Económico Social
Comunitario Productivo Boliviano. SOIPA.Ltda. La Paz 2015.
[4] Revisar Plan Estratégico Corporativo (PEC)
2011 – 2015. http://plataforma.enbolivia.com/uploads/StrDta1/pec-pi-17-12-2010-final65e520cc.pdf.
[5] Revisar Bolivia 2017: Inversión en exploración, explotación
e industrialización llegará a $us 2.000 millones. https://www.consuladodebolivia.com.ar/2017/01/03/bolivia-2017-inversion-exploracion-explotacion-e-industrializacion-llegara-us-2-000-millones/.
[7] Revisar Bolivia sin
inversiones en exploración tendría 4 tcf´s pero ahora tenemos 11 tcf´s.
http://www2.hidrocarburos.gob.bo/index.php/prensa/noticias/1666-bolivia-sin-inversiones-en-exploraci%C3%B3n-tendr%C3%ADa-4-tcf%C2%B4s-pero-ahora-tenemos-11-tcf.html.
[8] Ver Bolivia, perfil económico; también Plano de intensidad económico boliviano. También revisar Laberinto generalizado.
[9] Ver Convocatoria de la vida. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/convocatoria_de_la_vida_2.
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