La República del Chapare
La República del Chapare[1]
Raúl Prada Alcoreza
La República del Chapare no es una república reconocida oficialmente, sino
que se trata de una república subyacente,
que se encuentra dentro de la República de Bolivia, que se denomina
constitucionalmente “Estado Plurinacional de Bolivia”. La relación entre la república subyacente y la republica oficial, reconocida en el orden mundial, es de dominación; la República del Chapare domina a la República de Bolivia. El
“gobierno progresista” del denominado constitucionalmente “Estado Plurinacional
de Bolivia”, que de Estado Plurinacional solo tiene el nombre, pues se ha
mantenido la estructura institucional
del Estado-nación, está al servicio de la República
del Chapare. Un numero significativos de proyectos se han concentrado en el
Chapare, incluso sin justificación técnica, como el caso de la Planta de Amoniaco
y Urea en Bulo-Bulo, que se encuentra lejos de la fuente de energía, el gas, y
lejos de los mercados, sobre todo el de Brasil.
Infraestructura de la ficción
económica
Según la
propaganda del gobierno la Planta de Amoniaco y Urea es “el proyecto más grande
en la historia de Bolivia”; se construyó con una inversión de $us 953 millones,
recursos que fueron otorgados por el Banco Central de Bolivia (BCB), a través
de un empréstito. Las obras de construcción del complejo petroquímico, a cargo
de la coreana Samsung Engineering Co. Ltd., se iniciaron en noviembre de 2012.
Este proyecto forma parte del Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020.
La planta de Bulo Bulo produciría 1.200 toneladas métricas día (TMD) de
amoniaco y 2.100 TMD de urea granulada. El fertilizante tendrá como principal
mercado al Estado de Mato Grosso de Brasil. Otros compradores de urea son
Argentina, Paraguay y Perú. Entre el 85% y 90% de la producción se destinará al
mercado externo y el restante 10% a 15% será comercializado en el país. Para la
exportación del fertilizante, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos
(YPFB) adquirió 500 contenedores para trasladar el producto en camiones desde
Bulo Bulo hasta Montero, en Santa Cruz. Desde esta ciudad, el fertilizante será
transportado en 250 vagones de ferrocarril hasta la frontera con Argentina y
Brasil[2].
A un mes después de la inauguración de la
Planta de Urea y Amoniaco en Bulo Bulo, nada se sabe sobre el inicio de la
producción comercial. Tampoco hay avances en las negociaciones entre
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la Cámara Agropecuaria
del Oriente (CAO). Medios de comunicación intentaron visitar la planta de urea,
sin embargo, el personal restringió el ingreso, argumentando que se debe
solicitar una autorización por vía “regular”. Sin embargo, vecinos de la zona
informaron que, desde su inauguración, el 14 de septiembre de 2017, no
observaron la salida de camiones con containers de la planta. Observadores que
frecuentan el acceso principal a la planta, sobre la carretera que conecta los
departamentos de Cochabamba y Santa Cruz, dicen que desde el 14 de septiembre
no se vio salir camiones del lugar. Uno de ellos dice: “Desde que se ha
inaugurado no he visto salir ningún tráiler con containers, a no ser que sea de
noche”. Mientras tanto, el secretario general del municipio de Entre Ríos,
Vicente Rojas, explicó que desconoce si se estaría transportando el fertilizante
a través de camiones. “No tengo idea. Es más información de ellos (Gobierno y
YPFB)”. Según la información que las autoridades le proporcionaron en el acto
de inauguración, la planta funcionará comercialmente recién en un mes. El
ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sanchéz, sostuvo, durante su
intervención en el acto de puesta en marcha del complejo, que el primer lote
del fertilizante se produciría en los siguientes 14 días, debido a los procesos
de producción. En aquella oportunidad, Sánchez no brindó mayores detalles sobre
la cantidad de la producción inicial de la planta. Del mismo modo, el
presidente de YPFB y el presidente Evo Morales evitaron dar declaraciones a la
prensa[3].
Tal parece,
como en otros casos, que estamos ante un nuevo elefante blanco de magnitud.
Costos altos, ubicación desubicada desde la lógica y la geografía económica,
con incierta producción, cuyos costos pueden ser altos, de tal manera que no
justifiquen su comercialización; esto debido a las improvisaciones, a los
negociados y corrosión institucional, fuera de la corrupción que le acompaña,
además de los costos del transporte, incrementados por establecer la planta
donde no corresponde.
El ingeniero
Saul Escalera dice que, en todo caso, se entraría a la era de la
“industrialización del gas natural”, no de la “industrialización en general”. El
ingeniero anota que la venta del compuesto de amoniaco y urea es más para las
grandes extensiones cultivadas de soya y caña; no así para la producción
agrícola campesina, que, mas bien, requiere de compuestos aglutinados en el
NPK. María Lohma dice que el campesino compra a U$1 una bolsa de NPK, con la
producción compraría a U$0,36, lo que, obviamente, beneficia al campesino. Sin
embargo, es esta producción la que falta y no producirá la Planta de Amoniaco y
Urea. Para el consumo campesino, en realidad, se necesita otras plantas, otros
compuestos derivado del amoniaco y combinados con el nitrógeno, además del
potasio. El contrato para la construcción de dicha planta se la adjudicó la
Samsung Engineering Co. Ltd. Esta empresa hace subcontratos, lo que no
garantiza la buena ejecución del proyecto ni su integridad solvente. Por otra
parte, teniendo como antecedente las inconclusiones de sus tareas encomendadas
anteriormente, no se ve en perspectiva un buen desenlace en la trama de
los tejes y manejes alrededor de la contratación de la construcción de la
planta. La intervención de esta empresa trasnacional ha hecho subir el precio
de costo de la planta, de U$550 millones de dólares a $us 953 millones; como se
puede ver la Planta tiene un sobre precio. Aquél precio de U$550 millones ya
tenía un sobreprecio de U$150 millones. Una planta hecha sin estudio del
mercado ni evaluación técnica de los costos de producción finales, se mueve en
caminos inciertos[4].
No hay
todavía mercados asegurados para la producción de la planta. El ingeniero Saúl Escalera comenta
sobre la problemática de la falta de mercado asegurado de la planta de urea de
Bulo Bulo. En lo que respecta al mercado interno, la producción agrícola, sobre
todo, campesina, plantea construir un complejo petroquímico de 8
plantas complementarias, que darían mayor valor agregado al proyecto. La concepción
original del proyecto era, mas bien, producir derivados, 6 derivados del
amoniaco y 2 derivados de la urea. Se pueden sacar 75 derivados del amoniaco y
muchos más de la urea. Por lo tanto, la propuesta consistente es la de construcción,
entonces, de 8 plantas. Una inversión de más de U$350 millones, implementando tecnologías
limpias[5].
El economista
Teófilo Caballero dice que es positivo tener como socio comercial al Brasil,
para la producción de gas, pero también de amoniaco y urea. En su evaluación, Teófilo Caballero considera que la Planta de Amoniaco
y Urea debió ser construida en la frontera ya que se piensa exportar al Brasil
y cree que la distancia podría incidir en los precios[6].
En Chapare,
ubicado en el centro de Cochabamba, con una superficie de 12.445 km2, el
“gobierno progresista” destinó más de $us 1.100 millones, declarando la
pretensión de convertir la región en un nuevo “polo industrial”; siendo, de
este modo, una alternativa a la producción de coca, incursionando, mas bien, en
la industrialización de frutas. Un recorrido periodístico, en noviembre del año
2014, por el trópico cochabambino evaluó a distintas empresas del Estado, ante
el desafío de darle valor agregado a la producción local, a su vez, de generar
puestos de trabajo para la Población en Edad de Trabajo de una demografía de 262.845
habitantes. De acuerdo con el Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas
Productivas (SEDEM), del 100% de los emprendimientos estatales que lleva
adelante el Gobierno de Juan Evo Morales, más de la mitad se encuentran en el
trópico cochabambino[7].
A estas
alturas, principios del año 2018, ya se culminó con la construcción del aeropuerto
internacional de Chimoré. La inversión ya supera los $us 34,4 millones; en la
gestión del ministro Ramón Quintana llegaba a los U$36 millones. De acuerdo a
los voceros oficiales, los exportadores de banana, palmito y piña serían los
más beneficiados con el aeropuerto debido que podrán reducir el tiempo y los
costos de transporte hacia el mercado argentino. La Cámara de Productores Bananeros
(CABAN), destacó la obra, haciendo hincapié en la opción del transporte aéreo,
que, según ellos, evitaría las contingencias del bloqueo de los caminos; en
general, tendrán un mayor margen para abaratar los costos de transporte. Algo
que coadyuva a ofrecer mejores precios a los mercados donde la oferta nacional
tiene buena demanda. Sin embargo, el aeropuerto de Chimoré tiene dos años sin
despegar. La mayor parte del tiempo es una obra desolada como un monumento sin
público; se asemeja a una instalación surrealista acogida por el vacío. El
aeropuerto internacional de Chimoré, inaugurado en octubre de 2015, explota su
capacidad a medias, ya que solo recibe tres frecuencias de pasajeros a la
semana. La dirigencia sindical y las autoridades del lugar proyecta utilizar la
terminal aérea para exportar sus productos, entre ellos, la coca
industrializada. Solo los miércoles, viernes y domingo el aeródromo recibe
vuelos de pasajeros, que provienen de Cochabamba. La única aerolínea que llega
al lugar es Boliviana de Aviación (BoA)[8].
En la
localidad de Ivirgarzama, se encuentra la primera planta de leche de la empresa
estatal Lácteos Bolivia (LACTEOSBOL), que desde 2011 ya opera produciendo yogur
y dos variedades de queso. Rocío Cacasaca, jefa de planta de Lacteosbol-Ivirgarzama,
en una entrevista, sustentó que la capacidad de producción es de 7.000 litros
de yogur al día (de un litro y de 160 ml) y de 500 kilos/día de queso (fresco y
maduro); que, por el momento, todo va destinado al desayuno escolar. En cuanto
a la recolección de la materia prima, hay ocho puntos de acopio, en los que 130
productores venden a Bs 3,35 el litro de leche. Uno de ellos es Lorenzo
Rodríguez, un ganadero que tiene 50 vacas lecheras, expuso que desde que opera
la planta, su producción aumentó en 30 litros, lo que le incentiva a realizar
más inversiones ya que tiene asegurada la compra y puede proyectar su oferta.
Camino a
Villa Tunari (Villa 14), se encuentra la procesadora de cítricos, construida en
2.000 m2, donde 21 personas trabajan para producir jugos de manzana, maracuyá y
naranja. La potencia instalada le permite a la planta requerir entre 20.000 y
30.000 unidades de fruta para procesar entre 8.000 y 10.000 litros de jugo. Julio
Puma, encargado de la planta, indicó que desde 2010 los productores de frutas
cuentan con una alternativa para mejorar sus precios. Puma precisó que en el
lugar se fabrican jugos y mermeladas, que los primeros están destinados al
subsidio infantil y al desayuno escolar. Cada dos semanas se fabrican unas
160.000 unidades de jugo de 160 ml; en cuanto al subsidio infantil, a Santa
Cruz se le hace llegar entre 3.000 y 4.000 unidades, a Cochabamba entre 1.000 y
2.000 y a Oruro unas 500. En Villa Sacta, Luis Eduardo Cruz, encargado en el
control de las obras de la nueva planta procesadora de cítricos, destacó que se
está invirtiendo unos $us 2,8 millones. La factoría tendrá una superficie
cubierta de una hectárea, con una capacidad para procesar 10 toneladas de fruta
por hora. En el lugar trabajan 38 personas de forma directa y se subcontratan a
otras 20.
El economista
Rafael Peña dice que para que una zona se constituya en un polo industrial,
debe contar con energía; teniendo en cuenta este requisito, en 2010 el gobierno
inauguró la Planta Termoeléctrica Entre Ríos, que en la actualidad inyecta
104,2 megavatios (MW) adicionales al Sistema Interconectado Nacional (SIN),
suficientes para cubrir la demanda actual de energía del país, que oscila entre
900 y 1.100 MW. La inversión realizada es de $us 86 millones. Para ENDE Andina,
la planta es estratégica y de importancia nacional; garantiza el suministro de
energía eléctrica en el SIN. Siguiendo con la línea de dotar de energía a los
proyectos estatales, YPFB Chaco inauguró oficialmente la perforación del pozo
San Miguel X-1 (SMG-X1), con el objetivo de que la reserva potencial de gas del
nuevo campo de exploración garantice la demanda de la planta amoníaco y urea.
A unas tres
horas de Bulo Bulo, se encuentra Villa Tunari; al ingreso del pueblo se levanta
PAPELBOL, la fábrica de papeles. Lastimosamente esta empresa ha sido señalada
como afectada por el circuito expansivo de las redes opacas de la corrupción,
sobre todo, en lo que respecta a la adquisición de maquinaria por parte de la
empresa brasileña D’Andrea Agrimport; la empresa está en proceso de ser
rematada. Con una inversión de $us 28,5 millones, la empresa estatal produce
tres variedades de papel: de impresión y escritura, kraft y periódico, en base
a celulosa virgen importada de Brasil y Argentina. La factoría genera 160
puestos de trabajo en forma directa y 5.000 de manera indirecta[9].
Realidad:
La economía efectiva
Como se puede
ver, este mapa descalabrado de
inversiones que se evaporan, pues no terminan de consolidarse, precisamente
debido a las improvisaciones y los desatinos compulsivos de los que deciden políticas económicas en beneficio de una
región, circunscrita en la provincia de la producción de la coca excedentaria, no puede ser el
sostén de la economía de lo que hemos
denominado República del Chapare. La economía efectiva del Chapare, la que
mueve las dinámicas de la región es,
indudablemente, la economía de la coca.
Mayarí Castillo Gallardo, en La economía
de la coca; la dimensión silenciada de la dependencia, escribe:
El
Chapare boliviano es una zona tropical que comprende alrededor de 12 445 km²,
ubicada al norte de la ciudad de Cochabamba. Su importancia para la economía
regional y nacional deriva de que en esta zona se produce intensivamente hoja
de coca, parte de ella destinada a la producción de cocaína. Esto ha
transformado la región en una de las zonas económicamente más dinámicas,
insertándola en un entramado de relaciones internacionales que han modificado
su estructura productiva, su organización social y política a partir de la
década de los setenta. Los habitantes del Chapare, campesinos minifundistas
migrantes del altiplano o ex mineros provenientes de las minas de estaño,
dedican una parte sustantiva de sus predios al cultivo de la hoja de coca. En
el marco de una colonización realizada sin sustantivo apoyo estatal, los
campesinos se radicaron en la zona en precarias condiciones, recurriendo a la
acción colectiva organizada a través de sindicatos para el mejoramiento de la
calidad de vida en el trópico. A pesar de ello y aun estando insertos –de
manera directa o indirecta- en el suntuoso negocio del narcotráfico, la
situación de pobreza y exclusión de los productores no mejoró sustantivamente.
Si bien la economía de la coca es un negocio de carácter ilegal y por ello, con
condiciones de intercambio supuestamente distintas a las establecidas en la
economía formal, podemos ver en ella patrones similares a aquellos que han marcado
la relación económica entre centro–periferia en América Latina. Si analizamos
con detención las cifras, veremos que “se estima que del valor económico
financiero generado por la economía coca - cocaína, el 80% beneficia a los
países consumidores, alrededor de 15% a los países comercializadores, y sólo
del 2% al 4% permanece en los países productores” (Lanza, 1999: 69). Pero ¿por
qué se produce esto? Esta pregunta nos conduce a reflexionar y discutir los
elementos estructurales que han hecho que las economías latinoamericanas
establezcan patrones de intercambio desigual con los países desarrollados,
discusión que abordaremos de manera más acabada en el primer capítulo. La
hipótesis que guía este trabajo de investigación es que la economía de la coca
establece relaciones complementarias con la economía de carácter legal de los
países periféricos, reforzando los patrones de desarrollo desigual a través de
una estructura de intercambio difícil de analizar. La economía de la coca posee
directa relación con el problema de la pobreza rural de las zonas productoras
de la hoja de coca en tanto establece en estos enclaves economías
extravertidas, en las cuales los beneficios del circuito de la cocaína son
apropiados por agentes situados fuera de este espacio[10].
Algunos
apuntes sobre la investigación de Mayarí Castillo Gallardo sobre La economía de la coca, investigación
cuyo resumen publica CLACSO. En primer lugar, que la economía del Chapare no es lo que presentamos a partir de las
descripciones informativas de los medios de comunicación, mucho menos lo que
transmite como propaganda y publicita el “gobierno progresista”; por lo tanto,
tampoco esa infraestructura y logística descuajeringada, que se le antoja “base
de la industrialización”. La economía
del Chapare se estructura sobre la base
de la economía de la coca, economía
que participa de los circuitos de la economía
política de la cocaína.
En segundo
lugar, si bien la investigación describe la situación
de los primeros periodos de la economía
de la coca en el Chapare, no describe lo que ocurre después del lapso que toma en cuenta la
investigación. Si bien el Chapare en los periodos que toma en cuenta la
investigación, se basa en la producción familiar y es productora de materia prima, participando, según la
investigadora, en la generación de desigualdades de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, estructurada en la
distribución jerárquica de centros y periferias, ésta ya no es la situación actual. La producción de
clorhidrato de cocaína es parte de la industrialización
de la coca in situ. En consecuencia, los términos
de intercambio se han modificado, quedando parte de las super-ganancias,
que se transferían a los centros de consumo, en Bolivia. ¿En cuánto habría
cambiado la relación, que establecía
Lanza y recoge Mayarí Castillo, que era de entre 15% y 20% para la periferia y 85%-80% para el centro? Esto es difícil conmensurar,
dada la falta de información adecuada. Aunque se puede sugerir como hipótesis
prospectiva, basada en estimaciones provisorias, de que es probable que, en el
caso de Bolivia, se retenga hasta un 40%, incluso más, de uno de los negocios
más rentables del mundo. ¿A qué se debe el cambio de situación, respecto al reparto de los términos de intercambio? Primero, ciertamente, a la industrialización de la coca en el lugar o en las proximidades colaterales o un poco
más lejanas del Chapare. Después, a la hegemonía
de la Federación de Campesinos del Trópico de Cochabamba, en lo que respecta al
conglomerado de organizaciones sociales y sindicales afines al “gobierno
progresista”. Hegemonía que le otorga
incidencia preponderante en el gobierno, en sus políticas, en sus actividades y
ejecuciones cruciales, tanto jurídicas, políticas y económicas. La
preponderancia del Chapare ha ocasionado que el gobierno abrogue la ley que
resguardaba al TIPNIS y obstaculizaba la ampliación
de la frontera agrícola del cultivo de la hoja de coca. Así también, como
hemos visto, ha logrado concentrar la mitad de los proyectos desplegados por el
gobierno en el Chapare. Por otra parte, el gobierno ha promulgado una ley que
amplía el cultivo de la coca excedentaria en el Chapare, en detrimento de la
zona tradicional de cultivo de coca de los Yungas. Estamos ante un gobierno,
como hemos dicho, al servicio de la República
subyacente del Chapare.
Se puede
decir, que lo que se ha descrito como inversiones, construcción de plantas
industriales, que no dan pie con bola, es, mas bien, la máscara ficticia, que encubre el funcionamiento efectivo de otra
economía. Como hemos hecho notar en
otros ensayos, no nos colocamos en el papel de jueces, ni pretendemos juzgar nada,
que es otro juego de poder; tampoco nos colocamos en la pose hipócrita de los
organismos internacionales que dicen luchar contra el narcotráfico, cuando lo
que hacen efectivamente es contener, controlar, participar en el gran negocio. El
sistema financiero internacional es el dispositivo global del blanqueo. Lo que
anotamos es que se trata del lado oscuro
de la economía-mundo, el cual cada vez más tiene mayor incidencia en la economía-mundo en conjunto,
arrinconando, atravesando, en algunos casos controlando el lado luminoso de la economía-mundo. Teniendo en cuenta que industrialización quiere decir transformación de la materia prima, producción de productos
donde se da lugar la valorización del
valor, entonces, la producción de cocaína, es producción industrial. Solo la doble moral del sistema-mundo jurídico y policial denomina a esta producción
“narcotráfico”, por lo tanto, circuito de cultivo-producción-distribución-consumo
de droga, cuando lo que ocurre es análogo, simétricamente, a lo que acaece
en el lado luminoso de la economía.
En consecuencia,
durante los periodos de gestión del “gobierno progresista”, se ha dado lugar a
un cambio estructural en los términos de intercambio, en lo que
respecta a la economía de la coca-cocaína;
lo que no ha ocurrido con las materias
primas que concurren en el lado
luminoso de la economía. Donde, la economía
dirigida se ha estancado en el modelo
primario-exportador. Esta es una paradoja
insólita que se da en la composición integral de la economía-mundo, en la parte que corresponde al lado oscuro de la economía-mundo. El proyecto de “industrialización”
del “gobierno progresista” se ha realizado en el ámbito de expansión de la economía de la coca-cocaina.
[1]
Título sugerido en conversaciones con Ernesto Rocabado.
[2]
Leer Bolivia salta a la petroquímica con la planta de urea.
[3]
Leer La producción de urea en Bulo Bulo es incierta. http://www.lostiempos.com/actualidad/economia/20171010/produccion-urea-bulo-bulo-es-incierta.
[4]
Escuchar Planta
de urea en Bulo Bulo: Críticas a la millonaria obra. http://www.somossur.net/index.php/bolivia-economia/2069-planta-de-urea-en-bulo-bulo-criticas-a-la-millonaria-obra.
[6]
Escuchar Economista critica construcción de planta de urea en
Bulo Bulo. http://eju.tv/2016/01/economista-critica-construccion-planta-urea-bulo-bulo/.
[7]
Leer Chapare emerge como
nuevo polo económico del país. http://www.economiabolivia.net/2014/11/02/chapare-emerge-como-nuevo-polo-economico-del-pais/.
[8]
Leer El aeropuerto de Chimoré tiene dos años sin
despegar. https://www.eldeber.com.bo/septimodia/El-aeropuerto-de-Chimore-tiene-dos-anos-sin-despegar--20170728-0091.html.
[9]
Leer Chapare emerge como
nuevo polo económico del país. http://www.economiabolivia.net/2014/11/02/chapare-emerge-como-nuevo-polo-economico-del-pais/.
[10]
Leer de Mayarí Castillo Gallardo La
economía de la coca; la dimensión silenciada de la dependencia. CLACSO. Págs. 329-330.
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