LA REBELIÓN DE ACHAKACHI Y LA INVIABILIDAD DEL MODELO DE JUSTICIA DE LINERA
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Elección de candidatos al dedo
La rebelión de Achakachi ocurre justo cuando el gobierno de Linera y Evo están en la selección de candidatos para el Órgano Judicial y la Tribunal Constitucional. La oligarquía neoliberal escogía al dedo, los socialistas neoliberales hacen lo propio con la única deferencia que ahora los dedos de los “levanta manos” son dirigidos a distancia por Linera. La oligarquía reclama transparencia, imparcialidad, cualificación y experiencia. ¿Pero esas cualidades son suficientes para controlar la corrupción en Bolivia? No, no lo son. Porque la corrupción en un comportamiento humano donde no se puede descartar el aspecto psicológico. Lo único que se puede hacer controlarlo y castigarlo, los indígenas lo hacen con la justicia comunitaria. Bolivia necesita un sistema judicial heterogéneo de sus miembros. Las diferentes naciones reconocidas por la Carta Magana deber tener proporcionalmente sus representantes en todos los órganos del sistema judicial boliviano. Cambio de personas no es suficiente, sino una estructura transparente para todos, controlada por un sistema inteligente, y reconocida por los diferentes sectores de la población boliviana. En eso se debe tomar en cuenta las propuestas del otro aymara, Felix Patzi Paco. Linera no puede seguir ignorando y excluyendo a los intelectuales indígenas.
La Rebelión de Achakachi: un modelo que niegue al pueblo no tiene futuro.
Por Felipe Quispe Huanca
Achacachi, capital de la Nación Aymara. Jamás de los jamases perderá su brillo luciente y floreciente de la lucha comunitaria. Continuará con sus movilizaciones, hasta conseguir “la inmediata libertad de sus dirigentes: Esnor Condori Coyo, Gonzalo Layme Quispe y Pastor Salas Nogales”. El respeto y libertad, para los habitantes y distantes de Jach’a Omasuyos. Achacachi, formula su pregunta al Presidente Evo Morales Ayma. ¿Por qué protege al Sr. Edgar Ramos Laura? ¿Dónde está el señor David Tezanos Pinto y sus apóstatas, cuatreros, asesinos, profanos, incendiarios, ladrones, saqueadores, apedreadores y feroces? ¿Cuándo van a responder sobre los asaltos, saqueos, quemas y destrucciones de la Ciudad de Achacachi? ¿Cuándo va a ver Justicia para los Aymaras de Achacachi? ¿Dónde está esa trilogía del Ama Suwa, Ama Llulla y Ama Qhilla? ¿Hasta cuándo van a a pisotear esa regla de “oro”? Es de lamentar, que el Presidente Evo Morales tiene ojos, no ve las protestas callejeras, tiene oídos, no escucha los petardos y el clamor del pueblo achacacheño, tiene nariz no siente el olor asfixiante de gases lacrimógenos. Se pone más estático a pie juntillas, no puede dar pasos ni atrás ni adelante. Apenas mueve su puño izquierdo y el otro puño derecho tiene pegado al pecho, arrepintiéndose de sus maldades y sus crímenes de la lesa humanidad. Este tipo de actitudes de un Presidente, es totalmente horrible para nuestra cultura política ideológica de la Nación Aymara. Recuerden, Achacachi participó desde el “Cuartel Qalachaka” en la “Rebelión” de 2003. Y luchó: fusil por fusil, sangre por sangre, muerte por muerte. Hasta tumbar al estadounidense Gonzalo Sánchez de Lozada (alias el Goni). Luego, llevó en hombros al cocalero Evo Morales Ayma para que sea Presidente del Estado Plurinacional. ¡Ahora! Después de 11 años, nos pagan con encarcelamiento de nuestros dirigentes cívicos y con gases lacrimógenos. Falta que nos metan bala y se bañen con nuestra sangre achacacheña. Por consiguiente, Achacachi ha palpado con sus propias manos y ha visto con sus propios ojos, a la frustrada elite de turno del MAS y su política corrupta, nepotista, oligárquica, tan miserable, tan sucia, en su forma de gobernar nuestro país. PACHA-MAMA O MUERTE ¡VENCEREMOS!
LA DIGNIDAD DE FELIPE QUISPE CONTRA LA COLONIZACIÓN MODERNA
Max Murillo Mendoza, La Paz 30-08-2017
Felipe Quispe, el hermano Mallku, que pagó con muchos años en la cárcel su compromiso y militancia por la Bolivia profunda, que perdió hace poco a un hijo intelectual en circunstancias típicas de este país sin claridad legal, que en enormes esfuerzos personales terminó la universidad en su mayoría de edad, titulándose como Lic en historia por la UMSA, y hoy es con toda autoridad docente universitario en la UPEA, enseñando su larga experiencia y su intelectualidad a las nuevas generaciones de la ciudad de El Alto, pues probablemente sea un aymara y boliviano que debería ser condecorado hace muchos años por su ejemplo de amor a la Bolivia profunda. Pero las paradojas de este país siguen siendo las mismas, un país que desde siempre ha maltratado a personas claras, sin manchas de corrupción en su historial y sin enfermedades mentales de poder a cualquier costo.
El Estado republicano no ha cambiado en nada, ni sus lógicas coloniales y racistas, ni sus lógicas políticas tradicionales que toman al Estado para sus beneficios y negocios grupales, siempre en desmedro de todo el país. Los discursos ya devaluados y revolucionarios de moda, no tienen ningún efecto en la sociedad, todo lo contrario son la muestra del desprecio que eso es ahora al país que sigue exigiendo lo que exigía el año 2.005. Las declaraciones de los ministros, y las burlas sobre el papel del hermano Felipe, son a todas luces las mismas que se hacían en las épocas neoliberales y dictatoriales: racistas, pigmentocráticas y totalmente coloniales. Pero ya no tienen los efectos “revolucionarios” deseados.
La Ley se ha convertido como nunca antes, en el instrumento brutal y cínico para eliminar al otro, al distinto, a la crítica, a la reflexión intelectual y política. Todavía peor: la amenaza en las dictaduras venía del poder de los militares a todos los ciudadanos; hoy esa amenaza se ha transformado en brutalidad legal, y son entonces los aboganster quiénes se prestan a este ejercicio de brutalidad tercermundista. Precisamente la excusa de la ley protege a los más corruptos, y las autoridades negligentes como corruptas son premiadas de todos modos con altos cargos en la manga del Estado. Los burócratas del Estado siguen insistiendo en la Ley, cuando saben muy bien que no funciona.
Felipe Quispe lanza imágenes desde el mundo aymara, como reflexiones sobre lo que está aconteciendo en la sociedad actual. Su crítica es contundente como nítida. Por ahora han respondido a ese llamado pocos sectores, porque el miedo a la cárcel ha cundido como en las épocas dictatoriales y todos tienen miedo. Las clases medias siempre reservadas (a veces con cierta cobardía) y calculadoras, aún nada han dicho. Cierto que fueron arrinconadas en estos años, sin beneficio a nada y prefirieron entonces dedicarse a lo suyo sin hacer política alguna. Como en todas las épocas de crisis, son los más pobres los que empiezan a hacer carne con los llamados a protestar y corregir lo que está mal en la conducción del Estado, los que desde siempre derraman sangre y sacrificios personales como familiares. Esa Bolivia profunda que poco ha cambiado a pesar de sus sueños de estos años. Desilusionados y decepcionados por los resultados de estos años, que han sido más cambios en el cemento, las piedras y la modernidad a como dé lugar, salen ahora a reclamar como siempre que en lo profundo de las lógicas institucionales nada ha cambiado. Las continuidades son evidentes, más allá de lo normal como el cemento, las carreteras o los edificios que son asuntos pues normales, sobre todo en estos años que el Estado ha recibido como nunca antes ingentes sumas de dinero.
Personas preclaras como Felipe Quispe, se convierten indudablemente en la consciencia del espíritu ético y moral de la Bolivia profunda. Aquellas que no han capitulado todavía al cinismo y al pragmatismo político, que es sinónimo de corrupción generalizada. Son llamadas a detener el tiempo y la historia, para verificar si realmente hay cambios en las instituciones donde están nuestros dineros y nuestros patrimonios estatales. Porque el Estado somos todos, y no deberíamos aceptar patrones de ninguna índole.
Felipe Quispe es además una persona noble, que entregó junto a varios otros su sacrificio del año 2003 sin pedir nada a cambio, pues ya había demasiados expertos en política quiénes se adueñaron del llamado proceso de cambio. A pesar de sus marginales críticas de estos años, no hizo mayores movimientos políticos sino hasta hoy que ya las cosas se ponen terribles, por las contradicciones internas e incoherencias absolutas en el manejo de los dineros de todos los bolivianos, de todas las naciones y de todas las clases sociales de este país.
Las cosas no cambian, sino los discursos y las modas políticas. Las decepciones profundas de la Bolivia paralela ya se hacen patentes, de la mano de un hermano con autoridad moral y credibilidad política todas luces.
Por Pablo Mamani Ramirez
“Lo ocurrido en Kajsani el 7 de agosto es inédito y contradictorio para el Estado plurinacional. Desde allí ha amenazado nuevamente a los aymaras, quienes dieron ‘nacimiento’ al ‘nuevo’ Estado”. (Ver más aquí)
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