Desafíos populares

Desafíos populares

Sebastiano Monada



Desafíos populares















Te preguntas ¿qué ha pasado?
Dónde nos perdimos en el camino
En qué recodo o descuido
Cualquier día en tus idas y venidas
Difícil responder la pregunta
Quizás ni tenga respuesta
Pues todo pasa sin solicitar a nadie
Ni pedir permiso a alguien

Mujer esperanzada en el cambio prometido
Retorno al paraíso perdido
Religión popular caminando descalza
Como franciscanos despavoridos
Te sentiste reconocida cuando hablaba el caudillo
Con la voz convocante de profetas muertos
Y transformados en escritos sagrados
Pues te nombraba como conversando contigo
Nombraba tu vida y sus avatares
Te convocaba a participar convidada
A la fiesta popular de entusiasmos embriagada
Eso es importante como es la dignidad encarnada
Porque siempre has sido importante como el agua
Pero nadie te había reconocido
Lo hacia el caudillo

Hombre curtido por el calor del trabajo
Crepitante madera consumida por el fuego
Y el frío de las nieblas abandonadas
Como se desecha a los caninos
En las calles desoladas
Al retornar a tu casa
Cuando te hablan con afecto
Sientes el abrazo deseado
Entonces entregas tu cariño
Al amigo esperado
Se abre la ventana al parque
Como decía Jesús Urzagasti, el chaqueño
En libro dedicado a amigos entrañables
Y entregas tu cuerpo a la promesa
Vestida de floresta de primavera

Cuando se habla con el corazón en la mano
Y sus latidos en la boca
La escuchante se conmociona
Como niña agasajada en cumpleaños
Se reconoce en el tambor que convoca
Desde selvas donde se esconden los cimarrones
El escuchante vibra con alegres ondas
Compositoras inspiradas en sueños
Largos viajes indescifrables
Enlazando amistades ancestrales
Memoria de tiempos desaparecidos
Cuando la solidaridad era importante
Comprometiendo complicidades amistosas
En travesuras inolvidables

Por eso el caudillo convocaba
Porque amaba y sufría la trama
Inscrita en la piel bronceada
Por los labios añejos pegajosos
Marcas como registro de troncos
De árboles sabios
Se entrega de cuerpo entero
A su transgresión personal y carismática
Pensando que con ella
Llama infamante incendiando praderas
Puede cambiar el mundo
O por lo menos interpelarlo
Hiriéndolo mortalmente

Lo que hace es sincero
Por eso convoca como pututu inconsolable
Aunque todavía crea en epopeyas
En tramas de héroes y de villanos
Lo hace inocente, es eso lo aprendido
En trayectorias improvisadas
De vidas intensas no contadas
Y lleva adelante su cometido
Con tenacidad de toro enamorado
De la fecunda luna plateada

Mujer y hombre del pueblo
Sintonizándose con el caudillo
Confían en que el afecto basta  
Confianza religiosa y empatía
No saben a pesar de todo
De la sinceridad y la entrega
Otras brisas mueven la hoguera
Ardiendo en la noche sin fronteras

El caudillo muere repentinamente
O envejecido y olvidado
Como todos los que nacen en la Tierra
Como todos los muertos que se olvidan
Así recitaba el poeta gitano
Al torero con un asta desolada
El pueblo se siente ensangrentado
Despedida de crepúsculo agonizando
Arrastrado a la concavidad infinita
Donde divagan constelaciones desorientadas
El padre ha muerto y ya no queda nada
Solo el duelo mudo
Y ciegamente insoportable
La pena perdurable condena

Impresionante historia de afectividad humana
Conectora de pasiones desbocadas
Tropel equino liberado de sus riendas
Se diseminan pulverizadas en la nada
Como si fueran inventos burbujeantes
Para volver a nacer en espesor presente
Carcajadas huesudas de calaveras
Dormidas para siempre

Te sientes más sola que la soledad misma
Ensimismada en meditación sin curso
Buscando naufragio en mar atormentado
Como barco perdido en inmensidad oceánica
Te sientes más solo que en desamparo
Suspendido en nebulosa de pensamientos
Que no encuentran calma
Como beduino en camello indiferente
En mar de arena del desierto
No están solos sino acompañados
Por multitudes de soledades deshabitadas
Que no se ven ni se arriman
Al estar profundamente ensimismadas
En cueva de eterna orfandad
Como repetida profecía fatal
Y asumir consecuentemente el duelo
Como almas en pena sin consuelo
Congoja llorona reclamando
Presencia del fantasma añorado
Ausencia del patriarca muerto
Y masivamente sepultado

El duelo no revive a nadie
Solo es luto embrujado
Ceremonia alargando la muerte
Te arrastra de la tristeza a la melancolía
Indescriptible llenando el vacío sin fondo
De aleteos extraños de aves desconocidas
Después a la frustración irremediable
Dejándote sin fuerzas agotado
De tanto vivir y padecer
Enfermo postrado en la cama
Ya no podrás volver a rebelarte
Como antes, vitalidad temida por patrones
No volverás a acompañar las luchas desatadas
Este camino no lleva a ninguna parte
Salvo al abismo sin fondo ni sentido
A no tener esperanzas ni porvenir ninguno
Y los amos retornen como siempre
Vencedores y despiadados

Es menester aprender de estas lecciones
Enseñanzas de la experiencia humana
El caudillo fue un amigo de otro tiempo
Al que diste tu apoyo y tu afecto
Ahora no está, no busques otro caudillo
No hay dos sino el que se ha ido
El otro es una emulación dramática
Aprovechándose de buenos sentimientos
Habla mucho del ausente
Exalta su nombre convertido en símbolo enigmático
Para decirte que es el sucesor incuestionable
Esperando tu compromiso impostergable
Aunque no le tengas el mismo afecto
Ni confianza

Ahora debes confiar en ti
En tu potencia impredecible
En tu fuerza creativa
Manantial dulce filtrado por las rocas
En tu amor a la vida exuberante
Debes aprender a autogobernarte
Aprender de los saberes corpóreos
Y la memoria territorial de los pueblos
Rememorados y ancestrales















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