Balance y autocrítica
Balance y autocrítica
Raúl Prada Alcoreza
Balance y autocrítica
¿Cómo funciona el sistema-mundo capitalista, desde la perspectiva de la complejidad? La que concibe la complejidad desde la proliferación de
las singularidades, en las distintas
escalas, extensidades e intensidades. Sobre todo, cuando parte de la comprensión de la simultaneidad dinámica, que sitúa los acontecimientos en los tejidos
del espacio-tiempo. Escribimos sobre el tema en El capitalismo desde una
mirada de la complejidad[1];
ahora queremos volver al
asunto, empero, más imbuidos de enfoques
de las singularidades. Pues la singularidad es única, irrepetible; es todo lo opuesto a la generalización y universalización.
Se resiste a la homogeneización,
incluso a las analogías. Es, si se
quiere, la realidad realizada en lo concreto, en la especificidad,
que parece es la única forma de realizarse,
de ser real.
Como dijimos desde Episteme compleja[2],
la singularidad supone una pluralidad, una asociación y composición.
No se trata de la unidad última buscada por las ciencias de la episteme moderna. Desde la perspectiva de la complejidad, no hay
tal unidad última e indivisible. Estamos ante el acontecimiento, que es pluralidad. En vez de unidad última e indivisible, lo que se percibe es la integración, por asociación,
composición y combinación de composiciones.
Entonces, lo que importa es comprender
las dinámicas asociativas que se integran.
La capacidad de integración
parece un atributo intrínseco de las singularidades. ¿Cómo explicar esta paradoja; lo único, lo singular, es
capaz de asociarse? No deriva esta singularidad
en lo que ha supuesto la filosofía moderna, en el egoísmo. Lo singular es singular precisamente porque no se aísla, sino porque se asocia. Este es el tema que hay que
abordar.
Parece que las composiciones,
desde infinitesimales, hasta las molares, pasando por las atómicas y
moleculares, son posibles por asociación
de singularidades. Por otra parte,
parece que las singularidades existen
precisamente por asociaciones, que
son inherentes a su composición. Esto
parece ocurrir desde las fuerzas
fundamentales del universo hasta los acontecimientos
molares del mismo, pasando por el acontecimiento
de la vida en el planeta Tierra. Se
trata, si se quiere, de una paradoja
creativa.
Las composiciones existentes son asociaciones de singularidades y combinación de estas asociaciones; las singularidades mismas son, a la vez, asociaciones de otras singularidades.
¿Es de nunca acabar esta retrospección y esta prospección, además proyección?
Para acercarse a la comprensión de
esta singularidad proliferante,
parece que no podemos hacerlo desde la perspectiva
lineal, sino, mas bien, desde la perspectiva
de topologías complejas[3].
La dificultad de la comprensión
de la paradoja existencial parece
encontrarse en que todavía, a pesar de incursionar en el pensamiento complejo, se mantienen algunos dualismos heredados; por ejemplo, éste de separar a la singularidad
de las asociaciones. Lo que parece
conveniente es entender que se trata
de algo inseparable. Este algo inseparable no puede pensarse ni como espacio ni como tiempo,
sino como espacio-tiempo, tal como
propone la física relativista y cuántica. Desde nuestra interpretación, como movimiento
dado tetra-dimensionalmente o en once dimensiones, como proponen la teoría de las cuerdas unificada.
Entonces, se trata de movimiento,
por lo tanto, de desplazamiento de energía, en forma de ondas y de vibraciones; quizás tengan razón,
aunque su razón sea matemática, los de las teorías de las cuerdas, por lo tanto, en
forma de cuerdas. Cuando se habla de singularidad,
de alguna manera, se sugiere algo, dada en una transversalidad o recortada en
la misma; por lo tanto, se sugiere una estática
instantánea, donde el fenómeno es lo que se capta en ese instante. Sin embargo, desde la perspectiva del movimiento, nada se
detiene, todo transcurre, por así decirlo.
Retomando el lenguaje de la ontología, se tendría que decir que el movimiento no es, pues no se
detiene, no presenta ni su estructura
ni su composición en el instante. El problema es que este no es negaría la existencia tal como se da. Si bien las filosofías nihilistas, en sus expresiones más especulativas, en el
buen sentido de la palabra, como meditación
llevada al estado de suspensión,
podrían estar de acuerdo con este enunciado,
no se llega a interpretar la paradoja,
pues se la entiende como suspensión,
como nirvana; situación que lleva al
extremo la estática que criticamos,
que parece insostenible ante la paradoja
del movimiento.
Volviendo al principio, el movimiento
no es estática, sino todo lo diferente. Entonces, ¿cómo interpretar
el movimiento? ¿De la misma manera
que dijimos que no hay singularidad
sin asociación de singularidades, podríamos decir que no
hay materia sin energía? ¿Qué la materia
es energía condensada? Pero,
entonces, ¿qué es la energía? No
interesa insistir en un presupuesto conocido y aceptado, que la materia es energía, sino en los problemas
que planea este enunciado, que es
corroborado por la física relativista. ¿Qué es la energía, que parece que es, por así decirlo, anterior a la materia?
La energía es captada por sus vibraciones y ondas, sus intensidades y
formas de expansión. Incluso, ya
especulando, por sus transformaciones
o, si se quiere, en sus transformaciones. Pero, ¿qué es lo que vibra? En un texto especulativo[4]
dijimos que lo que vibra es el tejido espacio-tiempo, lo que se mueve es el tejido espacio-tiempo, siguiendo las interpretaciones de la física relativista y cuántica. Pero, ¿qué es
lo que hace mover al tejido espacio-tiempo; qué es lo que
genera las vibraciones y las ondas? ¿Se puede decir que lo que impacta en el tejido lo hace vibrar y
moverse? Pero, esto sería suponer un afuera
del tejido, lo que ya es muy difícil
y complicado sostener. ¿O se trata de que el tejido es eso, tejido de vibraciones y ondas?
Desde esta perspectiva, el tejido espacio-tiempo
es tejido energético.
En griego antiguo energía es dinámica, también fuerza, así como potencia.
Sin embargo, ¿cómo podemos comprender esta dinámica,
eta fuerza y esta potencia? Que son
como tres acepciones de la energía.
Otra vez, la dinámica se remite al movimiento, la fuerza a la magnitud del empuje, la potencia a lo que puede, a la capacidad contenida que puede
desplazarse. Pero, no terminan de responder a lo qué es la energía. Como tampoco terminan de responder las descripciones y definiciones que la
conciben a partir de las vibraciones
y ondas. No podemos quedar
satisfechos con esto, pues no terminan de decirnos qué es aquello que nombramos
como energía. Posiblemente el nombre,
el concepto, la imagen, que connota, no sean apropiados para interpretar aquéllo
que se nombra como energía. Entonces,
¿cómo nombrarla? Pregunta para los físicos.
¿Por qué esta introducción tan teórica?
Que recoge nuestras hipótesis
interpretativas, prospectivas y hasta especulativas,
que hemos venido lanzando desde La
explosión de la vida. Porque queremos hacer una evaluación de lo que hemos
venido escribiendo, a propósito de la perspectiva
compleja, del pensamiento complejo,
de la episteme compleja, de la condición plural y singular, de la ecología
compleja. También, en este trajín,
queremos evaluar nuestros análisis de
la coyuntura política, sobre todo,
enfocada en el continente, aunque también nos referimos a la coyuntura mundial. Es menester hacerlo,
pues requerimos evaluar la consistencia de estos desplazamientos e incursiones
en los horizontes abiertos por el pensamiento complejo. Particularmente
interesa ponderar su utilidad.
Balance
Las hipótesis interpretativas,
prospectivas y especulativas, son todavía eso, hipótesis; no pueden dejar de serlo hasta contrastarse a través de
investigaciones. Puede que, como se dice, los hechos, los sucesos, los eventos, corroboren las hipótesis, en la medida que el acontecer devele analogías materiales
respecto a los bocetos interpretativos. Sin embargo, esta corroboración factual no deja de ser incierta, a pesar de todas las certidumbres que parezcan verificadas. De todas maneras, se
requiere del control de la investigación. Por lo tanto, no podemos
pasar a la corroboración investigativa,
mientras no se den las investigaciones pertinentes. Sin embargo, podemos,
provisionalmente pasar a la contrastación
respecto de los hechos, sucesos, eventos, que se han dado, recientemente y se
van dando en el presente.
Por el momento nos vamos a concentrar en los análisis e interpretaciones
que hicimos de las genealogías de los
“gobiernos progresistas”. Un primer paso crítico,
de manera explícita, pronunciando enunciaciones
teóricas y políticas, respecto a los llamados “gobiernos progresistas”, fue
el de defensa crítica. La importancia
de este posicionamiento radica en la certeza de que no puede darse una defensa, en pleno sentido de la palabra,
sino es crítica. La “defensa” que
hace apología, en realidad, es un
desarme, un ocultamiento de los problemas y de los errores; por lo tanto, es
como hacerse el harakiri.
A partir de este posicionamiento
crítico, se enfocó a los “gobiernos progresistas”, a los procesos políticos
en los que están insertos. En otras palabras, la mirada de la defensa critica pone en evidencia los
errores y problemas, las contradicciones, las limitaciones de estos gobiernos. La
pregunta subsecuente fue: ¿Por qué ocurre? Las hipótesis interpretativas tratan de responder esta pregunta,
desplegándose en el análisis que se basa en estas hipótesis. Es aquí donde se
hacen bocetos teóricos para intentar
la explicación de los acontecimientos políticos.
El segundo paso es, después de la constatación, de que los “gobiernos
progresistas” se embarcaron en un rumbo conocido, el del círculo vicioso del poder; conllevando la trama de los desenlaces
dramáticos, se retoma la crítica
de las genealogías del poder. Se
sugiere llevar consecuentemente la crítica
de la economía política; esto
equivale, por así decirlo, a lo que dejó pendiente Karl Marx. No se trata solo
de la economía política, en sentido
restringido, sino de economía política
generalizada; es decir, de los procesos
de diferenciación en los múltiples campos sociales, donde se valoriza lo abstracto y se desvaloriza
lo concreto. En consecuencia, se
trata, radicalmente, de la crítica de la
economía política generalizada[5].
Es cuando cambian las temporalidades,
es decir, las épocas, los períodos, considerados por la historia. Se sugiere que la modernidad
es una época inventada por la historia, que, en todo caso, ésta, que
puede entenderse como civilización
moderna, sobre todo, en lo que respecta a la economía política generalizada, comienza antes; con la economía política religiosa, que separa espíritu de cuerpo, valorizando el espíritu y desvalorizando e cuerpo. Por otra
parte, apoyando esta tesis, se asume, desde la perspectiva de la complejidad, la concepción de la simultaneidad dinámica, sobre la base de
la mirada física relativista y cuántica del tejido
espacio-tiempo.
Estas tesis, la de la economía
política generalizada y la de la simultaneidad
dinámica, nos llevan a modificar la percepción
del presente, que va ser concebido
como espesores del presente. Sin
embargo, se llega a este enunciado, no solo por este camino, sino, también por
otro; el derivado de la reflexión
sobre las tesis e investigaciones de la corriente denominada historia reciente. Reflexión que sugiere
que el presente del que habla la historia reciente es presente diferido[6].
Por ambos caminos se incursiona en lo que se denomina historia de Latinoamérica y el Caribe. En esta incursión se
encuentran, si se quiere analogías, a
pesar de las diferencias singulares
de los contextos, en las estructuras de los Estado-nación. Se
sugiere que lo que pasa en México se repite en la conformación de los
Estado-nación en América Latina y el Caribe. Se da lugar, en efecto, al Estado corporativo; el de los pactos y acuerdos entre las clases dominantes; pero, también con las clases
subalternas. La lectura del libro de Rhina Roux El príncipe mexicano[7], es aleccionadora, pues
es donde se enuncia el concepto de Estado
corporativo. Esta apreciación nos conduce a replantear la colonialidad no solo como colonialidad del poder y otras colonialidades
anexas, sino como Estado-nación
corporativo; producto de los acuerdos, pactos y alianzas entre las clases
sociales involucradas, desde las dominantes hasta las subalternas.
Esto quiere decir que en la reproducción
de la colonialidad no solamente están
involucrados dominantes y dominados, que la colonialidad se ha inscrito
en todos los cuerpos de la sociedad,
sino que la colonialidad es
promovida, de manera concomitante,
por todos. Un síntoma elocuente de
este fenómeno social, político y
cultural, se da con la forma de
gubernamentalidad clientelar y carismática. Donde la convocatoria del mito retoma los imaginarios mesiánicos y patriarcales, cumpliendo una labor paradójica; convoca al pueblo, lo
cohesiona por intervención de la figura
carismática del caudillo, forma
parte esta ideología de la movilización social, en su etapa
inicial; pero, por otra parte, subordina al pueblo al símbolo encarnado del mesías, reproduciendo los imaginarios religiosos que formaron
parte de la colonización.
La colonialidad vendría a ser un deseo del amo, un deseo del patriarca, por lo tanto, de formas ancestrales de dominación,
combinadas con formas de dominación
modernas, como las relativas a la legitimación
republicana. Cuando aparece este problema u obstáculo histórico-político, la pregunta es nuevamente: ¿Por qué ocurre
esto? ¿Por qué se forjan las propias cadenas? Aquí la reflexión se vuelve nuevamente teórica; se pregunta: ¿por qué las
sociedades humanas, que construyen instituciones para la sobrevivencia y el
potenciamiento social, terminan convirtiendo sus criaturas en dioses? ¿Por qué
se vuelven dependientes de estos instrumentos
institucionales, convertidos en fetiches,
como si tuvieran vida propia?
En este caso, las respuestas son problemáticas.
Se pregunta sobre si los humanos son
un proyecto fracasado del genoma
ancestral común, genoma generador
de la vida, en sentido biológico, en
el planeta, de plantas y animales, para decirlo en lenguaje común. De manera
menos lapidaria, también se pregunta en qué momento
o momentos las sociedades humanas se
han embarcado en esta ruta fetichista
de las instituciones, que implica el círculo vicioso del poder. Las
respuestas no son, sin embargo, lapidarias; se sugiere la tesis de la potencia social, que es la versión
humana de la potencia de la vida. En
este sentido, se abre la esperanza de
que la potencia social corrija, para
decirlo con esa simpleza llana, este desvarío
histórico. Por otra parte, también se sugiere que la sociedad como tal,
supone, lo que se ha institucionalizado,
la sociedad institucionalizada;
empero, que se sostiene en el substrato
de la sociedad alterativa, que
corresponde precisamente a la potencia
social. Desde esta perspectiva, se sugiere la posibilidad de que la sociedad alterativa, el substrato, disemine la malla
institucional, que atrapa fuerzas
de la potencia social, las utiliza
para su reproducción, que es la del poder.
La proyección de estas tesis se abre a una consideración global, por así
decirlo, del mundo institucionalizado,
como orden mundial, que corresponde a
la malla institucional que legitima las formas polimorfas de las dominaciones
en el sistema-mundo capitalista. Esta
consideración tiene que ver con las tesis de la decadencia, de la anti-producción
y de la diseminación[8],
a las que habría llegado la “evolución” del sistema-mundo
capitalista; mejor dicho, la civilización
moderna.
Considerando el conjunto de estas hipótesis
interpretativas, de los análisis subsecuentes, de los enunciados vertidos y
las tesis construidas, además de los conceptos, se hace el balance de las historias
del socialismo real, en tanto
Estado, y de los “gobiernos progresistas”.
Dicho de manera sucinta, se dice que el socialismo
real no hace otra cosa que ofrecenos otra vía, burocrática, del
capitalismo. Así mismo que los “gobiernos progresistas”, si bien, se inician
con vocación antiimperialista,
terminan moviéndose en los márgenes
permitidos por la geopolítica del
sistema-mundo capitalista; entonces, lo reproducen;
forman parte del orden de la dominación
mundial; es decir, del imperio.
No haríamos un resumen completo si es que no tocamos las tesis sobre la singularidad; aunque ya las mencionamos
al principio, en la introducción teórica. Al respecto, lo que es menester
remarcar es que la singularidad de
los acontecimientos políticos
responden a combinaciones y composiciones únicas de los espesores del presente. Esto las hace diferentes, pero, también, las hace
sintonizables en lo que respecta a la integralidad
de los acontecimientos en el mundo efectivo.
Autocrítica
Ahora bien, ¿cuáles son los problemas
de esta interpretación integral del acontecimiento político? Primero, no se
termina de resolver, es decir, explicar, el por qué los y las dominadas, son
cómplices del poder, por lo tanto, de
sus dominaciones. Es como encontrar
un umbral, si se quiere epistemológico, para decirlo en términos
de los saberes, que no es fácil de
cruzar. Ciertamente, se puede decir que faltan las investigaciones para
lograrlo. Sin embargo, se podría decir, que también se hallan los límites de la teoría. Los límites de
estas incursiones en el pensamiento
complejo; lo que no quiere decir que sean límites del pensamiento
complejo, que se va conformando colectivamente, en el contexto de la crisis epistemológica de la civilización moderna.
Segundo, como se ha afirmado, el pensamiento
complejo no se concibe como pensamiento,
sino como acontecimiento; vale decir,
como praxis y materialidades sociales y ecológicas, que integran al acontecimiento
en las dinámicas vitales del planeta.
En consecuencia, la interpretación
hecha no llega a cuajar en un activismo
integral, que es lo que se requiere, dada la crisis ecológica. Por más que se anhele que esto ocurra y se
proclame, convocando a los colectivos activistas.
Tercero, que es algo que corresponde a lo que no mencionamos en el balance anterior, pues quisimos enfocar las
connotaciones histórico-sociales-económicas-políticas-culturales,
por el momento; hablamos de la concepción
integral, dinámica y simultanea
de la ecología compleja. Se puede
decir, positivamente, que la tesis de la ecología compleja, retoma los avances
del pensamiento complejo, sugiriendo
continuidades y rutas aperturistas; incluso proponiendo revisiones integrales de las posiciones críticas y
activistas, reconsiderando lo que se connota con el imaginario y conceptualidad
de revolución; tiene un handicap, reconocido en la propia exposición; la falta de comunicación con los seres
de las otras formas de sociedades
orgánicas del planeta. Por otra parte, no se puede decir que se ha logrado
la comunicación con los colectivos activistas, aunque en parte
se haya dado una retroalimentación. En tercer lugar, sigue siendo una
exposición discursiva y teórica; no es accesible al pueblo, para
decirlo de esa manera, en leguaje del sentido común. Es decir, no se ha realizado una pedagogía política colectiva, que es lo
que también se enuncia en las exposiciones.
Por el momento, nos quedaremos, en estas observaciones críticas, de una
primera evaluación de la interpretación
propuesta a lo largo de varios ensayos. ¿Qué sugerimos? Retomando aquello de
que las teorías son instrumentos orientadores, que alumbran
como linternas en la oscuridad, que son desechables
cuando no sirven, para proponer y mejorar las interpretaciones, que deben ser operativas,
para resolver problemas; proponemos
una reflexión colectiva, pues somos conscientes no solo de que el intelecto es general, social,
participativo, sino que forma parte de las realizaciones, en este terreno, de
la potencia social. Los problemas pendientes tienen que ser
abordados colectivamente, activistamente y responsablemente.
[1] Ver El
capitalismo desde una mirada de la complejidad. https://pradaraul.wordpress.com/2014/09/08/el-capitalismo-desde-una-mirada-de-la-complejidad/.
[4] Ver Más acá y más allá de la mirada humana. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/m__s_ac___y_m__s_all___de_la_mirada.
[5] Ver Crítica de la economía política generalizada. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/cr__tica_de_la_econom__a_pol__tica_.
[8] Ver Signo y movimiento. También El mundo como espectáculo; así también Anti-producción; de la misma manera Diseminaciones. Del mismo modo Desenlaces; así como Decadencia.
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