Mirada transgresora

Mirada transgresora
Sebastiano Monada



Mirada transgresora











La mirada, no como viaje, sino como lago, donde se remansan los paisajes, donde se hunden para bucear las sensaciones en las profundidades. La mirada en la lontananza, la lontananza atrapada en las aguas, que hacen de espejo del lago de las emociones. Mirada que orada la bóveda nublada parcialmente, mostrando la curvatura celeste insondable, en un aire cargado de preguntas. Mirada corajuda enfrentando el destino, desafiando la inmensidad del juego, de paisajes y colores mutantes.

Mirada guerrera, cabalgando con hordas nómadas, invadiendo las praderas del imperio. Mirada invasora irrumpiendo en la Metrópoli orgullosa de sus esplendores de cemento, poblada por muchedumbres de soledades inhóspitas. Destrozando certezas y seguridades labradas por ejercicio constante de las instituciones.

Mirada rugiente emergiendo volcánica de los espesores de la selva, emergiendo como enredaderas invisibles trepando por escaleras cristalinas de la atmósfera, hasta alcanzar el umbral curvado del planeta. Donde danza esférica cantando trovadora a la multitudinaria dispersión de las galaxias, que parecen huir cuando se deslizan por los tejidos entrelazados del multiverso. Mirada que al caer cae como lava incandescente o como lluvia de caricias de diminutas aves que se entregan a la tierra.

Mirada pensativa viajando aventurera destrozando distancias, aboliendo espacios y tiempos, convertidos en capsulas de percepción convertidas en estallidos de mariposas inventoras de la metamorfosis de colores y de composiciones mutantes; cuerpos que experimentan sus transformaciones. Mirada generadora de conceptos fluidos inundando los bosques y los cultivos, mojando los pueblos desnudados ante los ojos curiosos, lanzando rayos de sensaciones, que palpan las pieles y las cortezas, sembrando preguntas que crecen como musgo y penetran como aliento en los troncos y cuerpos despiertos.

Mirada rebelde, quiere cambiarlo todo lo que mira, quiere volverse lo que observa, quiere participar y compartir con los seres que descubre, con los paisajes que la seducen, con los convulsivos acontecimientos vitales.  También quiere arrasar los muros construidos por despotismos asustados para defenderse de los nómadas, por repúblicas miedosas de la espontánea libertad de las multitudes, por burguesías aterrorizadas ante el juego de descodificaciones de la vertiginosa transformación de las cosas.

Mirada poeta creando mundos con la materia visible que acoge en la concavidad imaginativa de su cámara oscura. Interpretando los entramados afectivos de la materia, tejiendo tramas con los hilos de figuras capturadas por sus múltiples manos vaporosas. Poiesis emanando pronunciaciones metafóricas emparentando a los seres por sus analogías y distinguiéndolos por sus diferencias; creando devenires en el juego proliferante de las asociaciones de singularidades mónadas.

Mirada vital, registro pictórico de la vida, inventora estética del acontecimiento visible, conectora de cuerpos con oleajes acariciantes de mares despertados por canto plateado de la luna; mares hechos de collares lágrimas de madres y doncellas, lágrimas convertidas en sinfonías de sonrisas compositora de melódicos afectos e inspiradas pasiones, que recomienzan el eterno retorno de la diferencia.   

El acontecimiento existencial es devenir de singularidad perdida en agujero negro, que la mirada contiene como espesor acuático del lago que hace de espejo del multiverso fugitivo. La mirada es el acontecimiento luminoso de la visibilidad y el acontecimiento estético de la imaginación.   



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