Apuntes para una ecología de la hoja de coca
Apuntes para
una ecología de la hoja de coca
Raúl Prada
Alcoreza
ecologia-de-la-hoja-de-coca
Contenido:
Horizonte
Testimonios
Cuadros
descriptivos
Configuraciones ecológicas
Horizonte
Queremos movernos hacia
una perspectiva ecológica para hablar
de la problemática de la hoja de coca; concretamente de los
cultivos de la hoja de coca. Hablar
de ecología de la hoja de coca contrae varias connotaciones. Desde las más
simples hasta las más complejas, lo que es propiamente ecológico; nos referimos al hábitat
del arbusto de hoja de coca; así como
a los ciclos de los cultivos de coca;
también a sus entrelazamientos con
otras plantas, así como con los suelos, la tierra, las sociedades humanas. Por lo tanto, al hablar de ciclos, nos referimos también a su complementariedad con los ciclos
del agua, del aire, de los suelos, de los bosques. Ampliando el panorama, no pueden
faltar las relaciones con las sociedades humanas; en consecuencia,
también con las economías.
Requerimos comprender la incidencia de la coca en
la ecología; es decir, en los ecosistemas, no solamente donde se
encuentra, sino ecosistemas que recorre con sus circuitos. La comprensión
de esta incidencia en la complejidad ecológica, así como compleja incidencia, puede ayudar a entender mejor la problemática de la coca. En
esta perspectiva, intentaremos ciertos senderos
para abrir brecha hacia una interpretación
ecológica de la coca. Sin embargo, antes tomaremos notas sobre algunas historias de la coca, que parecen pertinentes ahora, pues se las oculta o se
las silencia, mostrando por así decirlo el lado hegemónico de una forma de cultivo extensivo y depredador de la coca.
Testimonios
El arbusto del cultivo de la hoja de coca ya es una domesticación agrícola, pues la planta
proviene de la Amazonia, donde parece encontrarse como árbol. En esta condición
se encuentra todavía la hoja de coca
en los Yungas de Vandiola. A propósito, Henry Gonzalo Rico
García escribe:
Ocurre
que quienes tienen a su cargo la coordinación del Órgano Ejecutivo con diversos
colectivos de la sociedad quieren abordar la historia a su manera, ese el caso
del Viceministro de Defensa Social que, por capricho personal e ignorando la
historia, quiere imponer condiciones a los pobladores de los Yungas de Vandiola
a que renuncien a parte de sus derechos, es decir, dedicarse a actividades
lícitas, como es la producción de la hoja de coca en una zona en la que desde
el siglo XVI (1560) se produce esta hoja.
Según el
bosquejo histórico por Ordoñes, López y Crespo, Yahuar Huacac, hijo del Inca
Roca, fue el explorador de las montañas o yungas y que en esas remotas épocas
fue conocida ya la coca y el único yunga productor era el yunga de Chuquioma,
conocido con el nombre de Machu Yunga (yunga viejo), de donde se llevó la
semilla de coca a los yungas de La Paz. Según Waldo Soria Galvarro, esto está
comprobado con documentos que existen en Totora, en poder de uno de los
propietarios de yungas, documentos que manifiestan el origen primordial de
aquellos yungas. Asevera la historia que los títulos de composición de los
yungas de Chuquioma, Ycuna, Mamoré, Arepucho y Yungas de Vandiola fueron
consolidados en los años 1788 y 1789 merced a la venta y composición de
Baltazar de Lerma y Salamanca a José de Lizárraga. Ésta es la historia que los
gobernantes de la revolución democrática y cultural parece que no conocen, pese
a que alguno de ellos dicen haber leído algo más de 20 mil libros.
Con esos
antecedentes históricos, la lucha de los actuales pobladores de esas fecundas y
extensas zonas, es por mantener la tradición con la machu coca (coca vieja),
porque esa producción de coca no va a actividades ilícitas y porque en los
siglos XVIII, XIX y XX desde esos yungas se abastecía a los centros mineros y a
todo el país con la hoja de coca; entonces, desconocer esa rica historia y
tradición es simplemente rebuznar sin sentido contra el pasado y, lo peor de todo,
es por dar gusto a los cocaleros del Chapare, cuya producción de coca si es
desviada al narcotráfico, como lo han reconocido las propias autoridades del
régimen actual.
La
terquedad de algunos llunk’us del Gobierno, no puede desconocer los convenios
firmados entre 2006 y 2009, ya que ello afectará a casi 700 familias que tienen
como principal sustento la producción de la machu coca en Machu Yungas.
De ahí
que la movilización de los pobladores de Yungas de Vandiola que reclaman sus
derechos se justifica porque el Gobierno no puede reconocer solo a "sus
privilegiados" y desconocer la tradición histórica de la coca de Machu
Yungas, entre otros[1].
Los Amigos de Vandiola aclaran:
Conquistado por Tupac Yupanqui alrededor de 1470, fue su hijo
Huayna Capac quien en una nueva incursión en 1500 organizó el territorio
vandiolino. En los valles de Pocona y Totora, ambos en el lado oriental de la
región de Vandiola, Capac asentó mitimaes – trabajadores forzados - para el
cultivo de las chácaras de coca del Inca. Estos grupos de trabajadores incaicos
vivían al lado de “mitimaes antiguos”, trabajadores de etnias locales – como
los Yamparáez de Chuquisaca - que habían cultivado coca en estos lugares desde
antes de la entrada de los Incas.
Durante la colonia, muchos españoles se asentaron en la
región, atraídos por las ganancias del negocio de la coca. Bajo el sistema
colonial de la encomienda, grandes cuantidades de coca fueron despachadas a
Potosí. Pero el inclemente régimen de trabajo y los ataques de las etnias
selváticas - en particular los Yurucarés, que vivían en las zonas limítrofes de
las áreas conquistadas - masacrando los trabajadores y destruyendo las
plantaciones de coca, precipitaban la despoblación - española - del área.
Recién a finales del siglo 18, precisamente alrededor de la hacienda Chuquioma,
se inició una nueva época del auge de la coca.
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En un reportaje realizado a
propósito del Foro Mundial de Productores de
Cultivos Declarados Ilícitos, Silvia Cruz[4],
dirigente de las mujeres cocaleras de los Yungas de Vandiola, provincia de
Tiraque y Carrasco de Cochabamba, se expresa en una entrevista:
Pregunta: ¿Qué le
ha hecho venir hasta aquí a participar en este Foro Mundial de Productores de
Cultivos Declarados Ilícitos como representante de los Yungas de Vandiola?
Han sido muchos los factores que han atraído a este lado a Silvia
Cruz, pero el principal es hacer saber lo que es Vandiola, que no sólo se
reconozcan las dos regiones bolivianas productoras de coca ya conocidas en el
mundo como son los Yungas de la Paz y el Chapare de Cochabamba. Denuncia que se
olvidaron de ellos, la zona más antigua y ancestral de producción de la hoja de
coca. Un sector donde los arbustos de coca han alcanzado el tamaño de árboles.
Pequeños bosques de coca (de machi coca o mama coca cómo lo llaman en la zona)
que aún quedan después de la campaña de erradicación anterior al 2004.
También, es la oportunidad para socializar lo que es Yungas de
Vandiola y al mismo tiempo establecer un puente para poder visitarles, quizás
una delegación de estudiantes como propone Silvia “que puedan ir a verificar el
lugar y que juntos podamos trabajar para preservar estos bosques de coca que
quedan en Bolivia”, que es el único lugar donde existen. De esta forma quieren
conseguir que se les incluya en los proyectos de cooperación al desarrollo que
haya para Bolivia y ser incluidos dentro del mismo gobierno boliviano, ya que
no perciben ni un solo centavo del Estado Boliviano.
Esta cocalera cuenta lo emocionada que está por haber tenido la
oportunidad de pisar suelo europeo ya que nunca lo había imaginado, y poder
aportar un granito de arena para que “no se vuelvan a violar los derechos
humanos, el derecho a la producción de estas plantas, malentendidas y
satanizadas por gente a la que le conviene políticamente y/o económicamente que
se utilicen con otro tipo de finalidad” y que ellos como productores no tienen
la culpa.
El caso de Silvia es una muestra, ya que el 80% de la población de
Vandiola es joven, su hijo también es cocalero, del sindicato de San Pedro.
Como hija, madre e incluso abuela a su joven edad, afirma que quiere que cambie
esta situación de continua lucha y que se respeten la tierra y sus gentes, para
que la generación de sus hijos y nietos viva en otras condiciones. Así pues, el
estar en este Foro hace que los Yungas de Vandiola tengan mucha esperanza y
mucha expectativa en lo que pueda suceder en la lucha para la despenalización
del cultivo de la hoja de coca.
La importancia de los “pequeños bosques de coca”
como fuente de vida e interdependencia para los Yungas de Vandiola y como
patrimonio de la humanidad.
Silvia cuenta que en el sector de Vandiola no se han criado con la
coca por sacar dinero, “para nosotros es una necesidad para nuestra
subsistencia, como la hoja necesita de nosotros, nosotros necesitamos de la
hoja, estamos unidos a ese bosque, que creo que es el tesoro más grande del
planeta tierra”. Por esa mutua dependencia quieren hacer estudios para saber si
realmente vale la pena abrir caminos o mantenerlos como están ahora, pero
siendo prioritaria la necesidad de mejorar las condiciones de vida de los habitantes.
Se trata de una zona habitada desde mucho antes del imperio incaico,
siendo otra cultura anterior la que inscribió en piedras los vestigios que hoy
nos indican la antigüedad de este pueblo y su cultura cocalera. Están también
los vestigios del imperio incaico, como son los caminos, los tendales de coca,
la forma de cultivar la coca para que las plantas pudieran llegar a ser árboles
con el paso del tiempo. Están las haciendas de los últimos incas del imperio
incaico como por ejemplo, la hacienda de Chuquiuma que está en Arepucho donde
todavía se puede ver cuánto habían trabajado los incas para que hasta hoy
prevalezca esta hacienda de cocales.
Silvia afirma que saben “que con autos, con edificios, no se puede
vivir toda la vida, es decir, ni mis hijos ni mis nietos ni las generaciones
que vengan, pero sí van a poder vivir en esos lugares donde está la coca,
porque por más que se erradique siempre va haber semillas, ya sea porque los
pájaros las llevan de un lugar a otro… nunca van a poder terminar con la coca.
Y que además en otras regiones cocaleras de Bolivia no encontramos estos
árboles de coca, estos cultivos tan antiguos”.
Aunque están contemplados por la Ley 1008 no se
respetan los derechos como cocaleros
Escuchan lo que se dice desde Viena pero no saben cuáles son sus
derechos, por falta de conocimientos y por eso no los reclaman; pero sí que han
escuchado que no se pueden erradicar los cultivos sin antes hacer por lo menos
estudios de compensación o proponer alternativas para que las familias productoras
no se vean afectadas de forma negativa.
Ya hace más de un año que tienen problemas con la comercialización, en
el acopio de Sacaba (uno de los mercados primarios de acopio y venta, que
permite la comercialización a nivel nacional); no quieren recibir la coca de
los Yungas de Vandiola. Pero se han impuesto recuperar su propio acopio, que
había sido el primer acopio en el mundo, concentrándose en el pueblecito de
Totora cientos de mulas cargadas de coca durante la época precolombina y
colonial, desde donde era llevada a las explotaciones de minerales en el Cerro
de Potosí; por lo tanto, el querer recuperar ese primer acopio y que la ley se
lo permita, supone recuperar parte de su cultura. En estos momentos, con el
sueño de la construcción del acopio original de Totora, han conseguido el
terreno del municipio de Totora.
Se han hecho muchas movilizaciones, huelgas e incluso escribieron con
su propia sangre para decirle al gobierno que la coca de los Yungas de Vandiola
no es ilegal; aunque no hayan sido contemplados por el gobierno, en el proyecto
de trabajo “un cato de coca” en Bolivia (cato: superficie de tierra de 0,16
hectáreas; proyecto de trabajo que permitió a los cocaleros cultivar hoja de
coca para el consumo tradicional). A raíz de eso tuvieron muchos conflictos que
hasta ahora arrastran, particularmente Silvia Cruz por reclamar y denunciar
todo lo que estaba sucediendo. Ya que en un principio el gobierno boliviano
mostró al pueblo que los Yungas de Vandiola era la “mini Colombia” y que los
muertos eran traficantes colombianos, entre ellos el hermano de su nuera. Eso
hizo que Silvia no se callara delante de semejante hipocresía, sumándose que
ante las Naciones Unidas, Bolivia argumentara que está luchando contra el
narcotráfico y así, teniendo derecho a recibir más apoyo económico para seguir
combatiéndolo. Hasta ahora todavía no han recibido ninguna de esas ayudas
económicas para mejorar sus condiciones de vida, “seguimos en las mismas
condiciones, sin caminos, sin posta médica, sin centros de educación y no
conocemos lo que es la energía eléctrica”.
Las diferentes comunidades de yungas no están en conflicto, pero
teniendo en cuenta que la ley 1008 en estos momentos contempla los Yungas de la
Paz, los Yungas de la zona tradicional de Cochabamba como zona tradicional y,
según Silvia, también incluye los Yungas de Vandiola, lo que les está
sucediendo, con diferencia a los otros Yungas, es que no se los está
respetando, ni se les tiene en cuenta en la división económica del Estado
boliviano; todo se divide entre el sector de la Paz con la zona del Chapare. No
percibiendo ayuda económica ni ningún proyecto de desarrollo o mejora. Además,
en esas zonas no sólo se produce coca sino que se produce caña de azúcar y
otros productos. En cambio en la zona de Yungas de Vandiola debido al tamaño de
los arbustos de coca “¡árboles!, no se pueden sacar cítricos, bananas, papayas,
piñas y por lo tanto, no es posible comercializar esos productos, siendo éstos
comida para murciélagos y otros animales del monte ya que la cantidad de estos
frutos es de sobras suficiente para abastecer las necesidades de la comunidad”.
Esta luchadora remarca que es importante que se conozca Vandiola, que
haya organizaciones que los visiten y hagan proyectos que los ayuden a mejorar
su situación, ya que el gobierno de Evo Morales no los está apoyando y desde el
29 de septiembre del 2006 al 2009 siguen sin respuesta, en las mismas o peores
condiciones ya que a raíz de la erradicación anterior al 2004 hay más pobreza y
muchos niños no han podido ir a la escuela.
El futuro de las nuevas generaciones, también
cocaleras, una lucha por unas mejores condiciones de vida.
Una de las principales reivindicaciones para mejorar las condiciones
de vida de cara al futuro, es poder educar a los hijos; teniendo que llevarlos
en un inicio a Totora y luego a Cochabamba para que continúen sus estudios; el
traslado es una importante carga económica.
Otro aspecto a tener en cuenta que revaloriza la coca de esta zona, es
que no utilizan productos químicos, no fumigan estos “bosques cocaleros”.
Silvia argumenta que en ese sentido el gobierno tampoco los está teniendo en
cuenta para que el cultivo de coca ecológica sea un distintivo o valor añadido,
ya que no hay una política al respecto. “Esta coca no puede ser comparada con
una fumigada y se debe valorar el hecho que la comunidad de productores no
contaminan el medio ambiente”. Factores que le gustarían que los tomaran en
cuenta en un futuro inmediato.
Un nuevo proyecto para seguir haciéndose espacio
y divulgar la riqueza que supone mantener los cultivos de coca en la zona de
los Yungas de Vandiola.
Están elaborando un libro que han titulado: “La cara oculta de Yungas
de Vandiola”, y que después de haber realizado tres seminarios-taller, lo que
se pretende es elaborar un mapa de todo lo que existe, lo que sucede, lo que ha
sido y lo que quieren que sea. Silvia pide que “para que salga este libro nos
gustaría que nos pudieran apoyar, ya que hemos trabajado en la recopilación de
información, fotografías, entrevistas de nuestros compañeros del sindicato…”[5]
Cuadros
descriptivos
Antecedentes de la
prohibición internacional
La hoja de coca se encuentra prohibida por la Convención Única sobre Estupefacientes de
1961. La hoja de coca está clasificada
en la Lista I de dicha Convención, acompañando a la cocaína y a la heroína. La inserción
de la hoja de coca en las listas de
la Convención Única de 1961, data de un informe solicitado a las Naciones
Unidas por el representante permanente del Perú. El informe es elaborado por
una comisión que inspeccionó fugazmente Bolivia y el Perú en 1949, teniendo
como tarea el “investigar los efectos del masticado de la hoja de coca y las
posibilidades para limitar su producción y controlar su distribución”. El
Informe de la Comisión de Estudio de las Hojas de Coca, publicado en 1950, arribó
a la conclusión de que los efectos del masticado de coca son nocivos, aunque el
acullico se precisó como un hábito y no como una adicción.
Dicho informe fue sometido minuciosas críticas debido
a sus inconsistencias; sobre todo a su
manifiesta arbitrariedad, además de sus evidentes imprecisiones, fuera de sus insinuaciones
racistas. Se observó la competencia profesional, además de la incumbencia de provechos relacionados de los componentes del
equipo. Así mismo se cuestionó la metodología empleada, la selección improvisada
y la ausencia notoria de fuentes científicas, a las que era posible acceder en el
lapso de la investigación. Recabando la opinión de los usuarios y consumidores
de la hoja de coca, se constata que la información suministrada por el informe sobre
el uso tradicional de la hoja de coca,
sobre las actualizaciones, es evidentemente errónea. Esta situación ha obstaculizado
mostrar al mundo las características, atributos y propiedades de la hoja de
coca, además de los verosímiles beneficios para la salud física, mental y
social de los pueblos que la consumen y cultivan.
Monitoreo de cultivos de la
hoja de coca
En el Resumen ejecutivo del Monitoreo de cultivos de la hoja de coca,
de la Oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito (UNDOC), se exponen
sucintamente los resultados de la investigación.
La Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) apoya
al Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia con información confiable y
oportuna sobre la cantidad y ubicación geográfica de los cultivos de coca. Esta
información contribuye a fortalecer políticas nacionales y estrategias sobre el
control de cultivos de coca. La UNODC provee esta asistencia técnica en el
marco de su “Programa de Monitoreo de Cultivos Ilícitos” (ICMP por su sigla en
inglés) ubicado en Viena y el “Programa de Apoyo de la UNODC a la
implementación del Plan de Acción de la Estrategia de Lucha Contra el
Narcotráfico y Reducción de Cultivos Excedentarios de Coca, 2011 – 2015 (ELCNyRCEC)
del Estado Plurinacional de Bolivia (EPB)”.
El presente informe se constituye en el décimo tercero que desde el año
2003; es publicado por la oficina de la UNODC en coordinación con el Gobierno
del Estado Plurinacional de Bolivia. Este documento provee información sobre la
cuantificación de la extensión del cultivo de coca en las regiones de monitoreo
de los Yungas de La Paz, Trópico de Cochabamba y las provincias del Norte de La
Paz, así como de la producción potencial de hoja de coca. De igual forma,
presenta información complementaria, de instituciones estatales bolivianas,
sobre los precios de hoja de coca, su comercialización,
racionalización/erradicación y otros temas relacionados.
La metodología empleada para el monitoreo de cultivos de coca consiste en:
1) la técnica de interpretación visual de imágenes satelitales de alta
resolución espacial y 2) la validación de la interpretación a través de
misiones terrestres y aéreas de verificación en campo.
En 2015 se estimó una superficie de 20.200 ha de cultivos de coca, 1% menos
que en 2014, cuando se cuantificaron 20.400 ha. La superficie de cultivos de
coca en 2015 es la menor registrada por la UNODC desde que inició el monitoreo
de cultivos de coca en Bolivia.
En 2015, El 69% de la superficie cultivada con coca se registró en los
Yungas de La Paz, el 30% en el Trópico de Cochabamba y el 1% en las provincias
del Norte de La Paz. En comparación con 2014, las primeras dos regiones
mostraron un leve decremento de 200 ha y 100 ha, respectivamente, mientras que
en las provincias del Norte la Paz se observó un incremento de 20 ha en la
superficie cultivada con coca en relación a 2014.
Los datos reportados por el Gobierno de Bolivia sobre la reducción de
cultivos de coca excedentaria en zonas permitidas – proceso conocido como
racionalización – y la erradicación de cultivos de coca en zonas prohibidas
alcanzaron a 11.020 ha a nivel nacional, lo que representa una disminución del
1% en comparación con 2014.
En 2015 la producción potencial de hoja de coca secada al sol en Bolivia se
estimó en 32.500 toneladas métricas. Esta estimación se basó en los datos de
Rendimiento de tres estudios: 1) Estudio de “Productividad Media de la Hoja de
Coca en Bolivia”, realizado en 2010 por el Estado Plurinacional de Bolivia; 2)
un estudio regional para los Yungas de La Paz realizado por la UNODC en 2005 y
3) un estudio regional para el Trópico de Cochabamba realizado por la DEA en
1993. Es necesario realizar un nuevo estudio de rendimiento de los cultivos de
coca para hacer una mejor estimación del volumen de producción de hoja de coca
en Bolivia.
El valor de producción de hoja de coca en Bolivia se estimó en 273 millones
de dólares, lo que representa una disminución del 3% en comparación con el año
anterior. De acuerdo con datos oficiales del Gobierno de Bolivia, el volumen de
hoja de coca comercializada en los dos mercados autorizados en el país alcanzó
a 21.201 toneladas métricas en 2015, lo que representa un incremento de 1.404
toneladas métricas con respecto a 2014. El 93% del total de hoja de coca
comercializada en los mercados autorizados del país se realizó en el mercado de
Villa Fátima en el Departamento de La Paz. El restante 7% se comercializó en el
mercado de Sacaba en el Departamento de Cochabamba. El 37% de la hoja de coca
comercializada en los mercados autorizados del país fue destinado al
Departamento de Santa Cruz; el 16% a Tarija; el 14% a Cochabamba; el 11% a
Potosí y el restante 22% tuvo como destino otros departamentos. El precio
nominal promedio de hoja de coca comercializada en los mercados autorizados del
país se incrementó en 13% de USD 8,3 en 2014 a USD 9,4 por kilogramo en 2015.
Las incautaciones de hoja de coca desviada a fines ilícitos a nivel
nacional disminuyeron en 38%, de 582.186 Kg en 2014 a 362.102 Kg en 2015 de
acuerdo a datos oficiales del Gobierno de Bolivia. Los departamentos donde se
incautó la mayor cantidad de hoja de coca fueron La Paz con el 53%, seguido de
Cochabamba con el 28%. Comparadas con 2014, las incautaciones de cocaína base
disminuyeron en 31%, de 18.258 Kg a 12.683 Kg, mientras que las incautaciones
de clorhidrato de cocaína se incrementaron en 111%, de 4.084 Kg a 8.602 Kg. A
nivel nacional los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba presentan el mayor
porcentaje de cocaína base incautada (37%), seguido del Departamento de La Paz
(10%). Las mayores incautaciones de clorhidrato de cocaína fueron registradas
en el Departamento de Santa Cruz (89%) y Oruro (8%)[6].
Descripciones
del monitoreo
El informe del monitoreo mencionado se
desarrolla por áreas definidas. Vamos a reproducir partes del informe.
Áreas de monitoreo y caracterización del
cultivo de coca en
En el acápite Áreas de monitoreo de definen áreas tradicionales, excedentarias,
en transición e ilícitas:
La delimitación de las áreas de monitoreo de los cultivos de coca se ha
establecido inicialmente sobre la base de la Ley No 1008, que define tres zonas
de producción de cultivos de coca en Bolivia: 1) zona tradicional, 2) zona
excedentaria en transición y 3) zona ilícita. La zona tradicional comprende las
provincias Nor Yungas, Sud Yungas, Murillo, Muñecas, Franz Tamayo e Inquisivi
del Departamento de La Paz, y los Yungas de Vandiola, que a su vez incluye las
provincias Tiraque y Carrasco del Departamento de Cochabamba. La zona de
producción excedentaria en transición comprende las provincias Saavedra,
Larecaja y Loayza, las áreas de colonización de los Yungas del Departamento de
La Paz y las provincias Chapare, Carrasco, Tiraque y Araní del Departamento de
Cochabamba. La zona de producción ilícita comprende todo el territorio del
Estado Plurinacional de Bolivia, excepto las mencionadas anteriormente[7].
Provincias donde el cultivo
de coca es tradicional y excedentario en transición de acuerdo con la Ley 1008
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image004.jpg)
Fuente:
UNODC sobre la base de Ley 1008
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image006.png)
Fuente: UNDOC
Región de los Yungas de La Paz
La región de los Yungas de La Paz abarcan zonas con relieve topográfico irregular,
pendientes pronunciadas, valles profundos, ríos caudalosos y elevaciones, que mudan
desde los 300 a 4.000 msnm. Esta región se caracteriza por ser húmeda con
nieblas frecuentes y precipitaciones abundantes, incluye climas meso-térmicos o
templados, con invierno seco y cálido. En determinadas zonas la vegetación es
exuberante y es considerada una región rica en especies animales y vegetales.
Vista panorámica de
cultivos de coca en la población de Villa Santa Teresa, Municipio de Coripata
(Noviembre 2015)
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image008.jpg)
Fuente: UNODC
En el acápite La región de monitoreo de cultivos de coca en los Yungas de la Paz, se
informa:
La región de monitoreo de cultivos de coca en los Yungas de la Paz abarca 6
provincias:
Sud Yungas, Nor Yungas, Caranavi, Inquisivi, Murillo y Larecaja. El
Municipio de La Asunta ubicado en la Provincia Sud Yungas es la principal zona productora
de coca de los Yungas de La Paz. Otros cultivos están con niveles de producción
más bajos y muchos de ellos se utilizan para el consumo local. La mayor superficie
de producción de café se encuentra en la parte central y sur de la Provincia
Caranavi. En las provincias Nor Yungas y parte de Sud Yungas, las áreas con cultivos
de desarrollo integral son menores que en la Provincia Caranavi. La producción agrícola
varía de acuerdo a las diferentes condiciones ambientales.
En general, el cultivo de coca es predominante en la región de los Yungas
de La Paz. La mayor superficie de cultivos de coca se sitúa en las provincias
Sud Yungas y Nor Yungas, abarcando el 66% y 22% de la superficie total en esta
región. En base a misiones de campo y al análisis del Modelo Digital de
Elevación (MDE) se ha observado que los cultivos de coca en la región de los
Yungas de La Paz por lo general se desarrollan en un rango de altitud de 600 a
2.000 msnm[8].
Región de monitoreo en los Yungas de La Paz
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image010.png)
Fuente: UNDOC
En el informe mencionado se evalúan los
efectos del monocultivo de la hoja de coca:
Algunos productores de cultivos de coca mejoran sus cultivos a través de
renovaciones parciales de las plantas de coca antiguas introduciendo nuevos
plantines entre las plantas envejecidas, además se utilizan técnicas de riego
por aspersión y uso de fertilizantes para aumentar el rendimiento de los
cultivos.
La práctica del monocultivo de coca en la Zona Tradicional (municipios de
Cajuata, Coroico, Coripata, Chulumani, Irupana y Yanacachi) de los Yungas de La
Paz por periodos prolongados, produjo la erosión en los suelos y la pérdida de
fertilidad. Después de largos periodos de cosechas, las plantas de coca
comienzan a deteriorarse; sus tallos se vuelven blanquecinos, se llenan de
líquenes y sus hojas son muy menudas. Para su rehabilitación se realiza la
práctica de “pillu” o poda, cortando el tallo principal en ángulo agudo a una
altura de unos 3 cm del suelo y quitando los líquenes que quedan. Según
costumbre esta práctica debe realizarse sólo en época seca (junio, julio y
agosto), puesto que en época de lluvia los tallos recién cortados pueden
dañarse. Posterior a la poda brotan nuevos tallos y ramas; después de seis a
ocho meses pueden ser nuevamente cosechadas[9].
Cultivos de coca
identificados sobre imágenes satelitales Pléiades de 50 cm de resolución
espacial, en el Municipio de Coripata, Provincia Nor Yungas. (Escala 1:3000)
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image012.png)
Fuente: UNDOC
En el
acápite Región de las provincias del
Norte de La Paz, se describe la geografía de la coca de esta región.
A partir de 2009, la UNODC realiza un seguimiento anual a los cultivos de
coca en la región tropical de las cuencas de los ríos Camata y Yuyo, (el río
Camata es el límite natural entre las provincias Muñecas y Bautista Saavedra).
La Provincia Franz Tamayo, Municipio de Apolo es una región que cuenta con la
mayor diversidad de pisos ecológicos de toda Bolivia. Comprende dos regiones
fisiográficas una tropical y otra montañosa, su clima varía de frio a templado
y cálido, caracterizada por su alta diversidad ecológica. Parte de esta
provincia se encuentra dentro el Parque Nacional y Área Natural de Manejo
Integrado Madidi. Una pequeña área al Sureste de esta provincia está dentro de
la Reserva de la Biósfera y Territorio Indígena Pilón Lajas. Las actividades
productivas son principalmente la agricultura y ganadería.
La región de monitoreo de cultivos de coca en el Norte de la Paz abarca 3
provincias:
Franz Tamayo, Muñecas y Bautista Saavedra. Las provincias Bautista Saavedra
y Muñecas se caracterizan por presentar relieves topográficos con pendientes
pronunciadas similares a la región de los Yungas de La Paz.
En base a misiones de campo y al análisis del Modelo Digital de Elevación
(MDE) se ha podido observar que los cultivos de coca en la región del Norte de
La Paz se desarrollan en un rango de altitud de 800 a 1.800 msnm.
Región de monitoreo en las
provincias del Norte de La Paz
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image014.png)
Fuente: UNDOC
El cultivo de
coca en la Provincia Franz Tamayo se establece en valles y colinas bajas; no se
utilizan técnicas de laboreo en terrazas. Sin embargo, en las provincias
Bautista Saavedra y Muñecas las técnicas de manejo del cultivo y de secado de
la hoja de coca son similares a las empleadas en los Yungas de La Paz[10].
Cultivos de coca
identificados sobre imágenes satelitales Pléiades de 50 cm de resolución
espacial, en la población de Santa Bárbara, Municipio de Apolo. (Escala 1:3000)
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image016.png)
Fuente: UNDOC
En el apartado
dedicado a la Región del Trópico de
Cochabamba, se describe la región de la siguiente manera:
Entre la cordillera de Los Andes y las Llanuras Amazónicas se encuentra la
región del Trópico de Cochabamba abarcando áreas de fisiografía diferenciada:
serranías, colinas bajas y pie de monte, para concluir en grandes sabanas
tropicales de llanuras aluviales y de inundación hacia el Norte. Los ríos son
de cauce ancho y gran caudal, las elevaciones varían de 200 a 2.500 msnm; los
cauces principales son el río Sécure, Ichilo, Chapare e Isiboro. Además de
estos cuatro ríos corren por la llanura numerosas corrientes secundarias, entre
otros los ríos Eterazama, Coni, Chipiriri y Chimoré.
Vista panorámica de
cultivos de coca en distintos estados fenológicos en la población de Villa
Unión Chico en el Municipio de Entre Ríos (Enero 2016)
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image018.jpg)
Fuente: UNDOC
El clima de esta región corresponde a las categorías subtropical y tropical
con una alta precipitación pluvial que varía desde 1.000 a más de 5.000 mm
anuales. La temperatura promedio es de 25º C, en periodo lluvioso alcanza
temperaturas mayores a los 28ºC, con índices elevados de humedad. Este hecho
favorece el desarrollo de una vegetación densa que alberga una gran variedad de
especies de árboles, arbustos, enredaderas y otras plantas. En esta región
existen varios cultivos que diversifican la producción agrícola de la zona,
como son las plantaciones de banano, cítricos, piña, palmito, maracuyá, yuca,
arroz, té, entre otros, cuya producción en algunos casos alcanza niveles
industriales destinados a la comercialización y exportación. Esta región cuenta
con una amplia red de caminos secundarios empedrados, situación que facilita el
transporte de estos productos a los mercados nacionales e internacionales.
La región de monitoreo de cultivos de coca del Trópico de Cochabamba está conformada
por las provincias Chapare, Tiraque y Carrasco del Departamento de Cochabamba y
la Provincia Ichilo perteneciente al Departamento de Santa Cruz. En esta región
se encuentran los Parques Nacionales Isiboro Sécure al Noroeste, Carrasco al Sur
y Amboró al Sureste del área de monitoreo. Esta región de monitoreo cubre una
superficie aproximada de 8.000 km². El control de plantaciones de coca
excedentaria en esta región es complejo, debido a la alta dinámica de los
cultivos de coca.
En base a misiones de campo y al análisis del Modelo Digital de Elevación
(MDE) se ha podido observar que los cultivos de coca en la región del Trópico
de Cochabamba se desarrollan en un rango de altitud de 200 a 1.500 msnm.
Región de monitoreo del
Trópico de Cochabamba
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image020.jpg)
Fuente: UNDOC
Después se definen las Características del cultivo de coca en la
región del Trópico de Cochabamba:
En la región del Trópico de Cochabamba la planta de coca se desarrolla
favorecida por las características tropicales y sub tropicales de la zona.
Generalmente las parcelas son de forma regular y debido al potencial productivo
de la región puede encontrarse cultivos de coca rodeados por cultivos de
desarrollo integral[11].
Cultivos de coca
identificados sobre imágenes satelitales Pléiades de 50 cm de resolución
espacial, en la población de Villa Victoria, Municipio de Shinaota (Escala 1:3000)
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image022.png)
Fuente: UNDOC
Ubicación espacial y la densidad de cultivos de coca en
Bolivia
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image024.png)
Fuente: UNDOC
En el acápite Cuantificación del cultivo de coca en Áreas
Protegidas, se describe la condición de estas áreas:
La actual Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia
reconoce a las Áreas Protegidas como bien común y patrimonio natural y cultural
del país; cumplen funciones ambientales, culturales, sociales y económicas para
el desarrollo sustentable. Al respecto, mediante la Ley N° 1178 de Organización
del Poder Ejecutivo del 16 de septiembre de 1997, se aprobó la creación del
Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), como organismo desconcentrado,
el cual depende directamente del Ministerio de Medio Ambiente y Agua.
En este marco en Bolivia se han definido 22 Áreas Protegidas (APs),
totalizando una superficie de 170.700 km2, que representan aproximadamente el
16% del territorio nacional. El monitoreo de cultivos de coca en el proceso de cuantificación,
ha identificado seis Áreas Protegidas afectadas con cultivos de coca[12].
Las Áreas Protegidas afectadas son las
siguientes:
Isiboro Sécure: Parque Nacional y Territorio Indígena
(PN y TI).
Carrasco: Parque Nacional (PN).
Cotapata: Parque Nacional y Área Natural de
Manejo Integrado (PN y ANMI).
Amboró: Parque Nacional y Área Natural de
Manejo Integrado18 (PN y ANMI).
Apolobamba: Área Natural de Manejo Integrado
Nacional (ANMIN).
Madidi: Parque Nacional y Área
Natural de Manejo Integrado (PN y ANMI).
En el informe se aclara la situación del TIPNIS,
teniendo en cuenta el avasallamiento sufrido por el avance de la frontera
agrícola, concretamente, el avance de la frontera de la coca.
El
Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) mediante el proceso de saneamiento
ha delimitado el “Polígono 7” y la “Línea Roja” al interior de los Parques
Nacionales Isiboro Sécure y Carrasco respectivamente, con la finalidad de
evitar nuevos asentamientos al interior de las mismas. Por consiguiente la
superficie de cultivos de coca dentro las áreas saneadas no están consideradas
en estas Áreas Protegidas[13].
El cuadro de los
cultivos de coca en Áreas Protegidas, durante el lapso 2014-2015, es el
siguiente:
Isiboro Sécure: Pasó de 15 hectáreas a 12 hectáreas; es
decir, un decremento del orden del 20%.
Carrasco: Pasó de 127 hectáreas a 104 hectáreas; es
decir, un decremento del orden del 18%.
Cotapata: Pasó de 28 a
31 hectáreas; es decir, un incremento del orden del 11 %.
Amboró: Pasó de 17 a 27 hectáreas; es decir, un incremento del orden del 58 %.
Apolobamba: Pasó de 15
a 18 hectáreas; es decir, un incremento del orden del 20%.
Madidi: Pasó de 13 a
12 hectáreas; es decir, un
decremento del orden del 8 %.
Cultivo de coca en áreas protegidas
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image026.jpg)
Fuente:
UNODC – VDSSC
a) Isiboro Sécure
El conflicto del TIPNIS se situó en el Parque
Nacional y Territorio Indígena Isiboro Sécure (TIPNIS); en principio, ha sido
creado anteriormente como Parque Nacional, a través del Decreto Supremo 7401,
del 22 de noviembre de 1965. El parque y territorio indígena TIPNIS está ubicado
entre los departamentos de Beni, Provincia Moxos, y de Cochabamba, Provincia
Chapare; los municipios involucrados son San Ignacio de Moxos y Loreto en el
Beni; Villa Tunari y Morochata en Cochabamba; ambos con una superficie de
12.363 Km2.
Esta Área, a partir del Decreto Supremo 22610 del
24 de septiembre de 1990, tiene doble estatus: por un lado el de Área Protegida
(AP) y por otro lado el de Tierra Comunitaria de Origen (TCO). El TIPNIS se distingue
por su asombrosa diversidad de ecosistemas, cuyos perfiles eclógicos varían de
acuerdo a su amplio rango altitudinal. El TIPNIS se cobija a una distribuida población indígena de aproximadamente
95 comunidades moxeñas, yuracares y chimanes; comunidades que encarnan la
pervivencia cultural y preservan formas ancestrales de manejo de los recursos territoriales.
Los efectos depredadores en el ecosistema del
TIPNIS emanan del avance de la frontera agrícola en la zona de colonización, al
Sureste del Área, también de la prospección y exploración petrolera, así como de
la explotación maderera por empresas y motosierristas, añadiéndose los efectos de
la caza furtiva comercial o deportiva, de la pesca comercial y de la
construcción de carreteras.
El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA),
en el marco de la CPE Art. 385 parágrafo II21, ha determinado y delimitado el
“Polígono 7”, al interior Sureste del Área Protegida. Según informe INF-DGS JRV
N° 269/2014, en este polígono se ha identificado y titulado dentro del proceso
de saneamiento de tierras a 74 comunidades campesinas.
Parque Nacional y
Territorio Indígena Isiboro Sécure![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image028.png)
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image028.png)
Fuente: UNODC – VDSSC
b) Carrasco
El Parque
Nacional Carrasco fue creado mediante Decreto Supremo 22940 del 11 de octubre
de 1991, está localizado al Este del Departamento de Cochabamba, en las
provincias Carrasco, Tiraque y Chapare. Los municipios involucrados son Puerto
Villarroel, Chimoré, Totora, Pocona, Pojo, Tiraque, Villa Tunari y Colomi,
cuenta con una superficie de 6.226 Km2. El Parque Nacional Carrasco colinda al
Este con el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Amboró, formando
parte de un extenso corredor biológico. La población de la región circundante
es principalmente de origen campesino mestizo y migrantes de las tierras altas.
En 1991 se estimó alrededor de 100 familias campesinas al interior del área (de
700 a 800 personas), distribuidas en comunidades pequeñas como Arepucho,
Chaquisacha, Icuma, San Pedro, Yana Mayo, San José, Potrero, Río Blanco,
Chuquioma, Vandolia, El Palmar y otras menores.
Las
amenazas más preocupantes sobre el Parque Nacional Carrasco provienen del
avance del frente de colonización hacia la periferia, la explotación minera, la
explotación forestal selectiva con motosierras, la pesca con dinamita, la
apertura no regulada de caminos y la caza furtiva.
Uno de
los principales conflictos sociales del área es la tenencia de la tierra.
Muchos de los habitantes de las comunidades asentadas antes de la creación del
Área Protegida no cuentan con un título de propiedad sobre la tierra, factor
limitante en el control y regulamiento de los cultivos de coca y nuevos
asentamientos. Al respecto, para evitar el avance del frente de colonización
mediante la habilitación de nuevas tierras el INRA ha establecido y delimitado
la denominada “Línea Roja” en la zona de amortiguación ubicada al Norte y Sur
de la periferia y centro del Área Protegida donde existen alrededor de 19.000
habitantes que viven en más de 20 comunidades[14].
Parque Nacional Carrasco
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image030.jpg)
Fuente: UNODC – VDSSC
c) Cotapata
El
Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata se halla localizado
al Noreste de la ciudad de La Paz, colindante al muro cordillerano. El Área se
inicia en el camino a los Yungas en el tramo La Cumbre Sacramento que
corresponde al límite Sur. El PN ANMI Cotapata se encuentra en las provincias
Nor Yungas y Murillo del Departamento de La Paz. Los municipios involucrados
son Coroico y Nuestra Señora de La Paz, posee una superficie de 400 Km2.
El PN
ANMI Cotapata presenta una gran diversidad de ecosistemas debido a su amplio rango
altitudinal. Se caracteriza por su excepcional belleza escénica, por los
grandes nevados, glaciares, lagunas altoandinas, ríos torrentosos y caídas de
agua. Se hallan importantes sitios arqueológicos como el camino precolombino
del Chucura o Choro, de gran afluencia turística, ruinas arqueológicas y cuevas
con pictografías.
Las
amenazas sobre el área provienen de la explotación aurífera, el turismo no
regulado a lo largo del “Camino del Inca”, la caza deportiva, el chaqueo en
pendientes inclinadas y las quemas no controladas. La intensificación de las
actividades turísticas sin una debida regulación representaría un riesgo para
la estabilidad de los ecosistemas y la calidad ambiental que ofrece el área).
Parque Nacional y Área
Natural de Manejo Integrado Cotapata
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image032.jpg)
Fuente:
UNODC – VDSSC
d) Amboró
El
Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Amboró se localiza al Oeste
del Departamento de Santa Cruz, entre las provincias Ichilo, Manuel María
Caballero, Florida y Andrés Ibáñez. Los municipios involucrados son Buenavista,
San Carlos, Yapacaní, Comarapa, Samaipata, Mairana, Pampa Grande, El Torno y
Porongo. Dispone de una superficie de 6.376 Km2, de las cuales 4.425 Km2
corresponden a la categoría de PN y 1.951 Km2 a la de ANMI. Esta área colinda
al Oeste con el PN Carrasco, localizado en el Departamento de Cochabamba,
formando parte de un extenso corredor biológico. Se caracteriza por su gran
diversidad de ecosistemas de montaña húmeda y su extraordinaria riqueza
biológica.
El PN
ANMI Amboró presenta una gran belleza escénica por el relieve montañoso, los
cañones y valles profundos, los ríos torrentosos y las caídas de agua. En la
zona de amortiguación externa Sur se hallan las ruinas arqueológicas de
Samaipata (Fuerte de Samaipata) y las pictografías del Tunal. Circundantes al
área existen localidades pintorescas como Samaipata, Comarapa y Buena Vista.
Las
amenazas más importantes sobre el Área provienen del avance de la frontera
agropecuaria por parte de los colonos y campesinos, del chaqueo en terrenos
pendientes y montañosos, de la explotación forestal selectiva con motosierras,
del pastoreo incontrolado, de la caza furtiva y del turismo desordenado.
Parque Nacional y Área
Natural de Manejo Integrado Amboró
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image034.png)
Fuente: UNODC – VDSSC
e) Apolobamba
El Área
Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba, se encuentra ubicada en el
extremo Oeste del Departamento de La Paz, en las provincias Bautista Saavedra,
Franz Tamayo y Larecaja. Los municipios involucrados son Pelechuco, Curva,
Charazani y Guanay. Su ubicación es fronteriza con la República de Perú y
colinda con el PN ANMI Madidi formando parte de un amplio corredor biológico
binacional entre Perú y Bolivia. Además colinda con las TCOs Leco-Quechua Apolo
(Provincia Franz Tamayo) y Lecos Larecaja. Por su elevado rango altitudinal, el
área alberga una gran diversidad de ecosistemas y constituye un importante
reservorio de recursos genéticos.
Las
principales amenazas sobre el Área Protegida provienen del sobrepastoreo en la
meseta occidental, la caza furtiva de vicuñas y aves acuáticas, la explotación
aurífera por cooperativas y compañías mineras, las quemas estacionales del
páramo, la pesca con métodos inadecuados, el avance de la frontera agrícola por
colonización espontánea y desordenada en la zona tropical, el reemplazo del
Bosque Nublado por terrenos agrícolas y ganaderos, el turismo no regulado y la
apertura de caminos.
Área Natural de Manejo
Integrado Nacional Apolobamba
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image036.jpg)
Fuente: UNODC – VDSSC
f)
Madidi
El
Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado se localiza en la región
Noroeste del Departamento de La Paz, en las provincias Franz Tamayo, Abel
Iturralde y Larecaja. Los municipios involucrados son Apolo, San Buenaventura,
Ixiamas, Pelechuco y Guanay. Colinda al Oeste con la República de Perú. Dispone
de una superficie de 18.957 Km2, de los cuales 12.715 Km2 corresponden a la
categoría de PN y 6.242 Km2 a la categoría de ANMI. El PN ANMI Madidi colinda
con el Perú y es vecino a tres Áreas Protegidas de este país (Parque Nacional
Bahuaja Sonene, Zona Reservada Tambopata Candamo y Santuario Pampas del Heath).
En Bolivia colinda hacia el Sur con el ANMI Apolobamba y al Este con la Reserva
de la Biósfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas, formando parte de un
extenso corredor biológico binacional. El PN ANMI Madidi es una de las Áreas
Protegidas de carácter nacional con mayor biodiversidad. Se caracteriza por su
excepcional variedad de ecosistemas y su enorme riqueza de vida silvestre.
Las
amenazas más importantes sobre el área provienen de la explotación aurífera en
las tierras altas y la contaminación de los ríos por mercurio, el avance de la
frontera agropecuaria, la caza furtiva para el comercio de carne de monte, la
pesca con dinamita y con sustancias tóxicas, el turismo desordenado, la
prospección petrolera y la apertura de caminos en las tierras altas. Uno de los
impactos más preocupantes se relaciona con la implementación de actividades
agropecuarias a gran escala por cooperativas de las tierras altas en el valle
del Tuichi y en la región de San Fermín[15].
Parque Nacional y Área
Natural de Manejo Integrado Madidi
![](file:///C:/Users/RAULPR~1/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image038.png)
Fuente: UNODC – VDSSC
Configuraciones ecológicas
Ecología
de los Yungas
En Vegetación potencial de los bosques de
Yungas en Bolivia, basado en datos climáticos, de Robert Mueller, Stephan
G. Beck y Raúl Lara, se exponen los resultados de una investigación ecológica
sobre los Yungas; característica geográfica y ecológica de los montes subtropicales andinos, en caída a la
Amazonia; también característica de la geografía y ecología de zonas del Chaco,
que repiten perfiles equivalentes[16]. Vamos
a citar parte del documento, que expone la investigación mencionada; comenzaremos
con el resumen. En el resumen se define el alcance de la investigación.
Resumen
Se presenta un análisis generalizado de
factores climáticos y de la vegetación potencial de los Yungas Bolivianos
(bosques húmedos de la cordillera nor-oriental) en Bolivia.
Se propone y aplica una fórmula para calcular
el número de meses áridos con valores de precipitación anual y altitud, esta
última como indicadora de temperatura. Estos valores se toman de un mapa de
precipitación anual, basado en registros de 48 estaciones pluviométricas y
estimaciones según orografía y observaciones del campo y de un modelo de
elevación, generado con las curvas de nivel del mapa físico de Bolivia (IGM
1993).
En base a las estimaciones de meses áridos y
de altitud se genera un mapa de la vegetación potencial, es decir de vegetación
que supuestamente se encontraría en la región sin influencia del hombre. La
vegetación potencial es generalizada a 22 tipos de bosque, que consisten en
combinaciones de seis clases de humedad con cuatro clases altitudinales.
Introducción
Los Yungas bolivianos son la región más diversa
en Bolivia, con respecto a diversidad florística, endemismo, variedad
topográfica y climática (Ibisch 1996, Ibisch et al. 2001, Kessler & Beck
2001). Esta diversidad, el difícil acceso y el bajo grado de exploración de
grandes partes de la región, generan varias dificultades para el mapeo de la
vegetación. La interpretación de imágenes de satélite lleva a resultados poco
exactos, debido a la complejidad del terreno y la sombra topográfica.
Por eso, el objetivo del análisis presentado
no es lograr una nueva clasificación de la vegetación de los Yungas bolivianos,
sino de dar una estimación que sirva como referencia para proyectos futuros,
basándose en los factores de altura y humedad y en observaciones de campo
acumulados por varios biólogos que conocen la zona, principalmente por el
segundo y tercer autor. Así, el estudio también intenta documentar y hacer
accesible los conocimientos y experiencias acumulados durante décadas de
trabajo de campo.
Hasta la fecha, el mapa de precipitación más
exacto para los Yungas de Bolivia fue presentado por Montes de Oca (1997),
basándose en el mapa de isoyetas de Roche & Rocha (1985, citado por
Hanagarth 1993). Es un mapa a nivel nacional que presenta poca exactitud en los
Yungas, debido a la extrema variedad topográfica y baja densidad de estaciones
pluviométricas. Los mapas topográficos existentes a una escala 1:250.000 o más
fina, son incompletos para los Yungas Bolivianos, solo el mapa físico de
Bolivia (IGM 1993 a escala 1:1.000.000) cubre toda la región.
Mapas de vegetación incluyendo toda la región
también existen sólo a nivel nacional (MDSMA 1995, Ribera et al. 1996). A mayor
escala y con mayor exactitud existen mapas de vegetación para el Parque
Nacional Amboró (Navarro 1996) y para la cuenca del Río Ichilo (Navarro &
Ferreira 2000).
Navarro también presenta una clasificación
preliminar de los bosques de Bolivia (Navarro 1997), sin dar un mapa
correspondiente. Esa clasificación se basa en un modelo bioclimático
(Rivas-Martínez et al. 1999), algo diferente del método que se propone en este
artículo (ver discusión). El primer paso para el mapeo de la vegetación en
Bolivia es el Mapa Ecológico de Bolivia (MACA 1975), en base al sistema de
Holdridge (1978).
Con este estudio no se pretende desarrollar
métodos o clasificaciones que tengan valencia global. A diferencia de los
sistemas globales de clasificación climática de Holdridge (1978), Koeppen
(1936), Rivas-Martínez et al. (1999) y otros, en el presente estudio se
desarrolla una fórmula específica para el área de estudio, basándose en los dos
únicos parámetros disponibles con exactitud aceptable: Altitud y precipitación.
Área de
estudio
Para este estudio, los Yungas de Bolivia se
definen como la región de los bosques (pre-) montanos (mayormente) húmedos de
la Cordillera nor-oriental, incluyendo partes de los departamentos de La Paz,
Beni, Cochabamba y Santa Cruz, sin tomar en cuenta la formación del Bosque
Tucumano-Boliviano.
Al sur, el área de estudio se delimita hacia
bosques más secos (Bosques Secos Interandinos, Bosques Chaqueños y Bosque
TucumanoBoliviano), según el Mapa de Vegetación de Bolivia (Ribera et al. 1996)
y el Mapa Forestal de Bolivia (MDSMA 1995), al oeste hacia el límite
altitudinal de bosque (aproximadamente 3.500 m) y hacia la frontera con Perú.
Se incluye el valle de Sorata – Chuma, por ser más húmedo que los típicos
valles interandinos y se excluye la parte alta del valle del Río La Paz (hacia
Sapahaqui) por ser un típico valle seco interandino. Al norte y noreste, la
zona de estudio se delimita hacia bosques y sabanas de llanura, que
prácticamente están fuera de la influencia de la cordillera (por ejemplo sobre
el régimen pluviométrico). Esta última delimitación también se basa en el Mapa
de Vegetación de Bolivia (Ribera et al. 1996) y el Mapa Forestal de Bolivia
(MDSMA 1995), pero es relativa, debido a la suave transición de la vegetación.
Existe una larga tradición de asentamientos
humanos. Las actividades de mayor importancia económica son agricultura (café,
coca, frutales y otros) y minería (principalmente de oro). Hay algunos centros
más poblados (Villa Tunari y alrededores, Chulumani, Caranavi, Coroico, Guanay,
entre otros), pero a pesar de eso grandes partes quedan prácticamente
inexploradas.
Resultados
Se presenta un mapa de elevación, un mapa de
precipitación, un mapa de humedad (número de meses áridos), y un mapa de
vegetación potencial.
Observando los mapas de precipitación y de
elevación, se notan las relaciones entre orografía y precipitaciones: los
valles secos, por ejemplo en Sud Yungas, se encuentran en sombra de lluvia,
mientras la zona de altísimas precipitaciones en Chapare coincide con la
pendiente muy abrupta que forma la cordillera, acumulando la humedad que llega
desde el noreste.
Comparando el mapa de meses áridos con el
mapa de precipitación, se nota la influencia de la altura sobre la humedad: Una
precipitación de 1.200 mm corresponde a cuatro meses áridos al norte de Apolo
(aproximadamente 1.000 m), pero a 2.5 meses áridos alrededor de Quime (3.000-3.500
m).
El mapa resultante de vegetación potencial es
algo mas generalizado que los mapas de altitud y de meses áridos, este último
permite una diferenciación más fina del grado de humedad. Resulta que la mayor
parte del área de estudio está potencialmente cubierta por bosques
siempreverdes y se identifican tres zonas importantes de muy alta humedad: El
Chapare (Cochabamba), las vertientes orientales de la Cordillera Real en las
provincias Murillo y Larejaca (La Paz) y la parte fronteriza con Peru en el
Parque Nacional Madidi (La Paz).
Los valles secos importantes se destacan en
el límite sureste del área de estudio y también en las provincias Ayopaya y
Inquisivi (cuenca alta y media del Río Cotacajes), Sud Yungas (Rio La Paz-Boopi
y algunos afluentes, Río Inicua), Larecaja (Río Coroico, Río Consata) y Franz
Tamayo (Rio Tuichi y algunos afluentes).
Una comparación con mapas que indican la
intervención humana (MDSMA 1995, Ribera et al. 1996, Superintendencia Agraria
2001), muestra que, especialmente en los alrededores de Apolo, Sorata, Circuata
y en Sud Yungas, la vegetación actual se encuentra fuertemente alterada por el
hombre, por lo que aparece más seca que la supuesta vegetación original (ver
Parker & Bailey 1 991, Kessler & Beck 2001). Especialmente quemas
antrópicas juegan un papel importante sobre el aspecto de la vegetación (ver
Beck 1993). En los alrededores de Apolo, la vegetación actual puede ser
confundida con sabanas arboladas naturales.
Es un hecho interesante que las áreas con
mayor tradición de asentamientos humanos generalmente coinciden con áreas
relativamente secas y viceversa, los centros de extrema humedad son áreas que
solo recientemente fueron colonizadas o siguen casi despobladas e inexploradas
hasta hoy en día.
Breve caracterización
de los tipos de bosque identificados
Morfológicamente, los bosques siempreverdes y
siempreverdes muy húmedos son bosques latifoliados, mientras en tipos
estacionales hasta mayormente deciduos dominan especies microfoliadas. En los
tipos más secos (mayormente deciduo a deciduo), elementos suculentes
(especialmente Cactaceae) y xeromórficos ganan importancia. La altura del dosel
baja hacia zonas más elevadas y más secas. La abundancia de epífitas aumenta
hacia zonas más elevadas y más húmedas.
La siguiente caracterización mediante taxa
típicos necesariamente es algo general, porque existen solamente pocas especies
características y vistosas, que se restringen exclusivamente a uno solo de los
tipos de bosque definidos aquí (ver también Beck et al. 1993). Tampoco se toman
en cuenta diferencias biogeográficas entre las diferentes subregiones. Sin
embargo, existen estas diferencias, especialmente entre las partes al este y al
oeste de la cordillera Tunari-Cocapata.
Taxa
típicos por niveles altitudinales
A) Todos
los niveles altitudinales:
Familias leñosas con importancia en todos los
niveles altitudinales son Anacardiaceae, Clusiaceae, Euphorbiaceae, Lauraceae,
Leguminosae, Melastomataceae, Myrtaceae, Piperaceae, Rubiaceae y Solanaceae.
Melastomataceae, Rubiaceae y en menor grado
Clusiaceae muestran preferencia para bosques húmedos, Anacardiaceae para
ambientes más secos. Las familias sempervirentes Lauraceae y Myrtaceae son muy
importantes en bosques húmedos y estacionales, pero prácticamente faltan en
bosques deciduos.
B) Bosque
de llanura y pie de monte:
En sus partes siempreverdes, familias
indicadoras para bosques de llanura y pie de monte son Annonaceae,
Chrysobalanaceae, Lecythidaceae, Moraceae y Sapotaceae. Palmeras típicas son
Iriartea deltoidea (copa) y Socratea exorrhiza (pachiuba).
Las partes muy húmedas presentan influencia
de elementos típicamente andinos, como por ejemplo helechos arbóreos u
orquídeas epífitas, mientras estos elementos están casi ausentes en los demás
tipos de bosque. Especies deciduas existen hasta en tipos siempreverdes muy
húmedos, típicamente son árboles emergentes como Ceiba pentandra (mapajo), Hura
crepitans (ochoó, solimán) o Swieteniamacrophylla (mara). La abundancia de
estas últimas dos especies incrementa significativamente hacia tipos
estacionales y semideciduos, así como también aumenta la dominancia y
abundancia de especies leguminosas.
Anadenanthera colubrina (curupaú, wilka) es
un elemento típico de bosques semideciduos, a menudo presente en bosques
estacionales y abundante en bosques semideciduos hasta deciduos, igual que el
género Chorisia (toborochi). Una palmera característica de bosques estacionales
hasta semideciduos es Attalea phalerata (motacú). Astroniumurundeuva (cuchi) y
Schinopsis brasiliensis (soto) generalmente están presentes en bosques
semideciduos y abundantes en bosques deciduos, igual que Cactaceae columnares
(Cereus). En bosques mayormente deciduos a deciduos faltan especies de Cecropia
(ambaibo), muy típicas como pioneras para bosques más húmedos.
C) Bosque
montano bajo:
Presenta una mezcla de elementos de llanura y
elementos montanos-andinos, generalmente son más ricos en epífitas, que bosques
de llanura y de pie de monte. En las partes húmedas son importantes las
familias mencionadas como típicas para bosques de llanura y pie de monte, con
excepción de Lecythidaceae y Chrysobalanaceae, pero también son diversos los
taxa mencionados como típicos para bosques húmedos montanos (ver próximo
párrafo). Un género muy típico para las partes húmedas es Inga (pacay).
Las palmeras Iriartea deltoidea (copa) y
Socratea exorrhiza (pachiuba), típicas para bosques de llanura, también están
presentes en bosques húmedos montanos bajos.
Sus partes siempreverdes muy húmedas
generalmente muestran presencia del género Lepanthes (Orchidiaceae, ver Vasquez
& Ibisch 2000). Anadenanthera colubrina(curupaú, wilka), Attalea phalerata
(motacú), Astronium urundeuva (cuchi)y Cactaceae columnares indican el grado de
estacionalidad como en los bosques de llanura y piedemonte. Elementos montanos
típicos para bosques montanos bajos semideciduos hasta deciduos son Ceiba
mandonii (huironco, jorocho), Parapiptadenia excelsa, Schinopsis haenkeana (en
la parte sur, soto) y Schinopsis brasiliensis (en la parte norte, soto).
D) Bosque
montano:
En las partes húmedas, las familias
mencionadas como típicas para bosques de llanura ya no tienen mucha
importancia. Familias típicas para bosques montanos son Actinidiaceae,
Araliaceae, Chloranthaceae, Clethraceae, Cyatheaceae, Ericaceae, Podocarpaceae,
Symplocaceae y Theaceae. Géneros típicos (pero sin falta en la llanura) son
Solanum y Clusia, y una especie muy típica es Alnus acuminata (aliso).
Las partes siempreverdes muy húmedas se
caracterizan por la abundancia y diversidad de epífitas, por ejemplo orquídeas
de la súbtribu Pleurothallidinae como Pleurothallis, Stelis y Lepanthes
(Vasquez & Ibisch 2000) y musgos (terrestres y epífitas, sobre todo Musci),
que bajan ligeramente hacia bosques montanos siempreverdes. Palmeras de las
partes húmedas y muy húmedas son Geonoma weberbaueri y Ceroxylon pityrophyllum.
Hacia bosques montanos estacionales, la importancia de Rubiaceae y
Melastomataceae baja, mientras la diversidad de Lauraceae y Myrtaceae aumenta.
Típico para bosques estacionales hasta semideciduos es el género Juglans
(nogal).
En zonas semideciduas hasta deciduas, se
encuentran por ejemplo Tecoma, Parapiptadenia excelsa, Schinopsis haenkeana,
(principalmente en la parte sur, soto), Ceiba mandonii (huironco, jorocho),
como pionera Dodonaea viscosa y como epífitas Tillandsia usneoides y otras
especies grises de Tillandsia.
E) Bosque
altimontano:
En su versión húmeda, el bosque altimontano
corresponde a la ceja de monte. Son bosques ya muy distintos de los bosques de
llanura y bosques montanos bajos, prácticamente faltan las familias mencionadas
como indicadores para aquellos y son ausentes Cecropia (ambaibo) y Heliconia
(patujú).Son importantes las familias y los géneros mencionados para
caracterizar los bosques húmedos montanos, con la excepción de Actinidiaceae.
Helechos, musgos (aquí especialmente Hepaticae) y líquenes abundan en el suelo
y como epífitas; otros criptógamos muy típicos son Lycopodiaceae y
Selaginellaceae.
El tipo muy húmedo se puede distinguir por
Blechnum buchtienii, un helecho arbóreo pequeño que se parece a Cycas y hace
recordar la forma de vida del frailejón elemento característico del páramo de
Colombia.
Elementos típicos para bosques altimontanos
siempreverdes muy húmedos y siempreverdes son Brunellia (cedrillo), Weinmannia
(huaycha)yPolylepis pepei(keñua), en tipos semideciduos hasta deciduos se
encuentran Polylepis besseri (keñua), Citharexylum, como pionera Dodonaea
viscosa (chacataya) y exclusivamente en bosques deciduos Prosopis laevigata
(taco).
Discusión
Debido a la escasez de datos pluviométricos
exactos en el área de estudio, se hicieron varias generalizaciones y
simplificaciones:
Por el tamaño de las celdas de la cuadricula,
todos los mapas presentan cierto margen de error y no captan cambios muy
locales. Por ejemplo, algunos valles secos muy estrechos (como en la provincia
de Inquisivi - La Paz), en su fondo pueden ser algo más secos de lo que
muestran los mapas.
La generalización de la escala del mapa de
precipitación también disminuye en algo la exactitud del estudio.
El límite de bosque de altura se definió en
3.500 m, sin tomar en cuenta variaciones del mismo.
Como ya se mencionó arriba, se supone que
factores edáficos y de inundación no tienen mayor importancia en los Yungas
bolivianos. Sin embargo, existen tales formaciones. Por ejemplo, algunas áreas
pequeñas al límite noreste del área de estudio se clasifican como bosques
inundables en el Mapa Forestal de Bolivia (MDSMA 1995) y algunas formaciones de
Cerrado en el extremo sureste del área de estudio parecen tener origen edáfico.
Otros factores que no se incluyeron en el
estudio son: Condensación de neblina en lugares con importante influencia de
nubes (por ejemplo Siberia - Santa Cruz), los mayores efectos de vientos
antárticos (surazos) en la parte sur del área de estudio y los factores de la
exposición de vertientes y de vientos fuertes que aumentan la evaporación en
ciertas áreas (ver Richter & Lauer 1987, Bach et al. 1999 para el valle
seco de Consata - La Paz).
El mapa de vegetación potencial tampoco es un
mapa biogeográfico, por ejemplo no refleja la mayor importancia de elementos
australes en las áreas al lado sur de la cordillera Tunari - Cocapata.
A pesar de estas limitaciones, la buena
correlación que generalmente se encontró entre las extrapolaciones y las
observaciones del campo, indican un grado de confiabilidad bastante alto. El
modelo bioclimático presentado aquí para calcular el número de meses áridos
muestra algunas diferencias con el modelo global de Rivas-Martínez et al.
(1999). Este último trabaja con dos variables climáticas, un índice de humedad
(índice ombrófilo), que se calcula de la temperatura media anual y la
precipitación: Io=p/(t*12), donde Io es el índice ombrófilo, p la precipitación
anual en milímetros y t la temperatura media anual en centígrados, y un índice
de estacionalidad: Iod=p2min/ t2min , donde Iod es el índice de estacionalidad,
p2min es la precipitación media de los dos meses seguidos más secos en
milimetros y t2min la temperatura media de los dos meses seguidos más secos en
centígrados.
La fórmula aplicada aquí es algo más simple,
porque trabaja con un solo índice climático, la duración de la época seca, que
se calcula directamente de la precipitación anual y de la altitud (en vez de
basarse en la temperatura). Eso facilita su aplicación para estudios
generalizados como éste, porque en áreas donde faltan datos climáticos parece
más factible estimar la precipitación media anual. Sin embargo, la fórmula se
desarrolló especialmente para la región estudiada en base a datos de la misma.
Solo es aplicable para regiones con la misma estacionalidad. Por eso, sería
importante comprobarla con datos más amplios y para otras regiones.
Una comparación de la fórmula propuesta aquí
con el índice ombrófilo de Rivas-Martinez et al. (1999) muestra que, comparando
áreas con la misma precipitación anual en diferentes alturas, el aumento de la
humedad con la altura según Rivas-Martinez es mucho más fuerte que según la
fórmula que se propone aquí (al menos en zonas semiáridas a muy húmedas). Eso
se debe al hecho que estos autores dividen la precipitación media por la
temperatura media anual, mientras la fórmula propuesta aquí trabaja con una
precipitación virtual, incrementando la precipitación anual real en forma linear según la altitud. Así se logró una buena correlación en
la comparación de datos encontrados empíricamente y datos calculados para la región
de estudio.
Conclusiones
Se mostró la posibilidad de deducir patrones
de vegetación potencial en los Yungas bolivianos analizando patrones de altura
y humedad. El componente de la humedad con mayor importancia para la
vegetación, la duración de la época seca, puede ser medido por el número de
meses áridos y ser aproximado con datos de altitud y precipitación. La
precipitación a su vez puede ser estimada analizando la orografía para llenar
los grandes vacíos de información en el área de estudio. Sin embargo, es
crucial verificar y adaptar los resultados mediante observaciones de campo.
Los resultados del estudio presentado
muestran la gran diversidad de ecosistemas que presentan los Yungas Bolivianos.
La información brindada sobre humedad presenta una base importante para
diferentes tipos de estudios, por ejemplo para la estimación de rangos de
distribución de especies. Una comparación del estado actual de la vegetación
con el mapa de vegetación potencial presentado ayuda en la identificación de áreas
que han sido fuertemente disturbadas por el hombre, así como los tipos de
vegetación que corren mayores riesgos de desaparición y por eso merecen
esfuerzos especiales de conservación.
Esperamos que el estudio presentado pueda
servir como base para clasificaciones futuras de un carácter más
biogeográfico-florístico, así como para otros estudios y proyectos[17].
Geografía de los Yungas
Los Yungas son regiones de selva montana,
combinada con bosque andino, que se extienden a lo largo del flanco oriental de
los Andes centrales. Conforma una ecorregión integral según el World Wildlife Fund (WWF). Se emplaza desde
el norte del Perú, atraviesa Bolivia y llega hasta el norte de Argentina. Se identifica
por ser una región biogeográfica longitudinal de bosque de montaña, nuboso,
lluvioso y tropical. Si extendemos la enunciación, incorporando al bosque
andino del norte, podemos afirmar que la región se extiende hasta Colombia y
Venezuela. Hay dilatación de conceptos, sin embargo, por concordancia se
considera desde una altitud de 300 o 600 msnm hasta los 3000 o 3800 msnm. En zonificaciones
bajas se determina por tener una vegetación de bosque denso, húmedo y
perennifolio, que compite en biodiversidad con la selva tropical amazónica. En
cambio, en las partes altas la selva cede paso a la serranía de bosque
caducifolio, también llamado bosque enano, donde predominan los arbustos y
pastizales. El clima es lluvioso, nuboso y cálido; a mayores altitudes las
temperaturas son más extremas entre el calor y frío; las lluvias son
estacionales, con una temporada seca y una lluviosa. Exhiben un relieve típico
de montaña, en el que predominan las pendientes desde muy acentuadas a ligeras;
donde hay áreas de abrupta topografía, que “acompañan” los cauces de ríos y
quebradas; áreas de pequeños micro-valles, rodeados de serranías, muchas veces
ocupadas por campesinos itinerantes. El bioma de yungas es primordial para la armonía ecológica de Sudamérica, ya
que sus selvas sirven de “corredor” latitudinal, sosteniendo el flujo de especies
animales. Las mismas densas florestas sirven para retener enormes cantidades de
agua, que irrigan y fertilizan enormes extensiones continentales, en forma de
caudales fluviales. La Cuenca Amazónica y la Cuenca del Plata reciben la mayor
parte de sus caudales constantes a partir de la región de yungas.
Para el
WWF, los bosques andinos se agrupan en dos ecorregiones globales:
• Yungas
de los Andes centrales, que agrupa a las Yungas de Perú, Bolivia y
Argentina.
• Bosques montanos de los Andes del norte,
que agrupa a los bosques andinos de Colombia, Venezuela, Ecuador y una pequeña
parte del Perú.
Estas
ecorregiones integrales no tienen continuidad; pues la ecorregión del bosque
seco del Marañón en el Perú las separa.
Etimología
Se considera
que el vocablo yunga tiene su origen
en el quechua yunka, que quiere decir
valle cálido. Así denominaban los
incas a la región; este es el nombre que heredaron los españoles. Los
conquistadores utilizaron la palabra yunga
para señalar tanto a los habitantes del norte del Perú así como a la lengua que
hablaban. El yuncachu era el poblador
de los valles cálidos, dedicado a la fruticultura. Se supone que el término
proviene del quechua yunka. Por
ejemplo, en el Perú se denomina así a los valles cálidos, que colindan con la
cordillera de los Andes. Así mismo, se nombra a los nativos de estos valles
cálidos. Otro significado es el de mencionar a la lengua yunga, antigua lengua del norte y centro de la costa peruana.
Los
cronistas relatan que los pobladores del Cusco denominaban yuncas a los habitantes del oriente de los Andes; propiamente de la
provincia incaica del Antisuyo. En consecuencia, los españoles llamaron indios yuncas. En el imaginario los yuncas habitan una región de clima muy
caliente, de mucha humedad, tanto en el aire como en los suelos; crian cuyes y
pavos. Los quechuas también llamaban “anti” a la región de las yungas argentinas, en los confines del
imperio incaico. Al señalar a la selva de montaña, en Bolivia, se habla de
“los” Yungas, en cambio, en Argentina,
se las nombra como “las” Yungas. Considerando
las variaciones, en Perú, se pronuncian términos como Yunga, Yungas, selva alta
o Montaña. En Ecuador se denomina Alta Amazonía; en Colombia y Venezuela se le
llama bosque andino o bosque de niebla.
Clima
Los Yungas son de clima lluvioso
subtropical, con una precipitación anual acumulada cuyo promedio varía desde
menos 1000 hasta más de 4000 mm; dependiendo del contexto yungueño. Se hace presente la neblina; de esta
característica proviene el término de nuboselva.
Las condiciones climáticas son variables, porque dependen de la altitud,
latitud, relieve, humedad y temperatura. De clima variable, la región de los Yungas despliega una geografía de nichos
ecológicos diferenciales. La demografía yungueña también varía, dependiendo de
factores históricos, económicos y culturales. Los ecosistemas yungueños
presentan tupidos bosques, notorios en
el paisaje montañoso.
Yungas
de los Andes centrales
El WWF
define a las Yungas de los Andes
centrales como una ecorregión integral,
compuesta de ecosistemas de bosque
montano; desde el sur del departamento de Amazonas (Perú), pasando por Bolivia,
hasta Catamarca (Argentina). Si se observa una fotografía satelital, se
advertirá que esta región no es sino una delgada franja, a modo de una larga
ceja, que delimita el oriente de la Cordillera de los Andes; mostrando que las Yungas son la región con la tonalidad
más oscura de todo Sudamérica, debido a su densa vegetación y relieve abrupto.
Se
divide en tres ecorregiones terrestres:
• Yungas peruanas: Entre la Selva
amazónica y los Andes peruanos.
• Yungas bolivianas: Entre la Selva
amazónica y el Altiplano boliviano (incluye una pequeña parte del Perú).
• Yungas del sur: Se encuentra entre el
Gran Chaco y los Andes argentinos y bolivianos.
Los Yungas bolivianos
En
Bolivia, el vocablo los Yungas se emplea
para denominar la región característica, conformada por montañas y valles
lluviosos, zonas boscosas y empinadas, al oriente de la cordillera de los
Andes. La más próxima se ubica al noreste de la ciudad de La Paz.
Biogeográficamente los Yungas
bolivianos constituyen la ecorregión más biodiversa de Bolivia, en lo que
respecta a diversidad biológica, variedad topográfica y climática. Las
precipitaciones van desde los 800 mm de los valles secos en la provincia de
Inquisivi hasta más de 7000 mm; por ejemplo, al sur de Villa Tunari.
Pisos altitudinales
Los Yungas pueden clasificarse en diferentes
zonas, de acuerdo a su altitud. A pesar de que existen muchas denominaciones,
según los autores y usos de cada país andino, habitualmente se suele distinguir
entre un piso montano bajo, más cálido, de bosque denso, con vegetación de
mayor porte, y un piso montano alto, más relacionado con la flora y fauna
andina.
Piso
inferior (selva de montaña)
La zona baja de las Yungas posee un clima de
tropical a subtropical, lluvioso y nuboso, con altitudes promedio entre los
300-1000 msnm y los 2000-2500 msnm. Tiene gran biodiversidad. La vegetación es
de selva húmeda o estacional cuyo dosel tiene una altura menor al de la selva
amazónica. Los árboles están cargados de epífitas como bromeliáceas, orquídeas,
helechos y musgos, así como el sotobosque es hábitat de muchas aves. El bioma
al que pertenece es el de la selva montana tropical y subtropical de hoja
ancha. Existen muchas denominaciones para esta zona como selva de montaña o bosque
de neblina. En Bolivia viene a ser el bosque húmedo tropical de los Yungas; en
Perú equivale a la selva alta o ceja de selva (regiones de Rupa-Rupa y Yunga
fluvial); en Argentina es la selva de las Yungas, selva tucumano-boliviana o
Yungas andinas, entre otros nombres. En Ecuador, Colombia y Venezuela es el
bosque andino o bosque de niebla. La Comunidad Andina emplea términos que
definen macrogrupos como el bosque montano de los Andes del norte, bosque
siempreverde subandino de la Amazonía, bosque montano pluvial de los yungas y bosque
subandino Boliviano-Tucumano para el sur.
Piso
superior (bosque y matorral andino)
La zona alta de las Yungas es una franja
contigua a la puna o a la serranía de pastizales, que posee un clima de
templado a frío, lluvioso o estacional, parcialmente nuboso, con altitudes
promedio entre los 2000-2500 y los 3000-3800 msnm. La vegetación es de pajonales
andinos, arbustos como el gynoxys o de matorral xerófilo; el bosque está formado
por una línea de árboles (timberline) de menor porte, generalmente de Polylepis
(queñua) y otros géneros como Clusia y Podocarpus, acompañados de epífitas. El
bioma de esta región es un ecotono o zona intermedia entre la pradera y
matorral de montaña y la selva montana. Hay varias denominaciones tales como
bosque enano (el-fin forest) o monte chico. En Bolivia es la Ceja de monte
yungueño. En Perú no hay un nombre concreto, aunque se le puede relacionar con
la región quechua oriental. En Argentina es el bosque montano o monte de
sierras. En Ecuador es la ceja andina o Ceja de montaña, términos no
exclusivos. En Colombia y Venezuela es el bosque altoandino. La Comunidad
Andina los denomina, dependiendo de la vegetación predominante en la zona:
bosque altoandino/altimontano o pajonal arbustivo altoandino/altimontano de Los
Yungas[18].
Ecología de la coca
Vamos a
comenzar con una primera definición de lo que entendemos por ecología de la coca. Ecología viene de Oikos, que quiere decir hogar;
entonces, se trata del hogar de la coca, donde habita, donde vive, cómo
se comporta ahí, en su Oikos. En consecuencia, una primera
definición aproximativa sería: Estudio del hogar
y hábitat
de la coca. Sabemos que el árbol de coca es oriundo de la Amazonia; entonces
su hogar era la Amazonia; el continente de bosques selváticos
entrelazados, que integra los ecosistemas tropicales de mayor
biodiversidad planetaria. Continente
ecológico, que es recorrido por redes de afluentes del río Amazonas; red hídrica que hace a la cuenca
amazónica, la misma que se desprende o nace en los nevados de la cordillera de
los Andes. El hábitat del árbol de coca es, entonces, el imbricado tejido boscoso de la Amazonía.
Cuando
la coca se doméstica, cuando es plantada, participando, de esta manera, en la revolución verde, es decir, en la revolución agrícola, que ocasionan las sociedades antiguas, supuestamente por
sus asentamientos sedentarios, la hoja de coca tiene otro hogar, otro hábitat; esta vez, en las
alturas de los Yungas. En la región
subtropical de la caída de la cordillera de los Andes. Parece que en lo que va
a ser la administración política geográfica de Bolivia, uno de esos lugares
primerizos de cultivo de la hoja de coca
es Yungas de Vandiola. El Oikos
de la coca corresponde a plantaciones
de árboles, que llevan a conformar un bosque
de coca. La coca ha dejado los ecosistemas enmarañados de la Amazonia,
para asentarse en el Oikos húmedo,
menos caliente, de los bosques montañosos.
En este
caso, ya forma parte de hábitat agrícolas y forma parte de lo que la modernidad
llama economía; otra palabra derivada
de Oikos. Son las sociedades preincaicas las que conocen
la técnica del cultivo de la coca y también las que conocen de sus propiedades y
atributos, haciéndola circular por el continente. Más tarde, será el incanato
el que asume el control de los
cultivos y decide su monopolio, para consumo de las dinastías. Con la llegada de los españoles, la coca va ser estigmatizada y vinculada
con las idolatrías; en consecuencia,
condenada a su extirpación de la tierra. Sin embargo, no tardaron los españoles
en darse cuenta de la gran utilidad que puede prestar la coca, como consumo de los mitayos,
los semi-esclavos y semi-proletarios trabajadores mineros.
Las haciendas de la coca emergen como
hongos en los Yungas de La Paz,
haciendo competencia a la producción de los Yungas
de Vandiola.
Con
esto, el hábitat agrícola de la coca se expande. La oligarquía liberal de La Paz, hacendada cocalera, va a beneficiarse
de la economía de la coca, en esas
condiciones, las del siglo XIX. Los recorridos
de la coca, en ese entonces, se hacen a lomo de mula y burros, llevando los
cargamentos de coca a la ciudad de La
Paz, para después embarcarse a los campamentos mineros. Sin embargo, no se
llega de un salto a éste espaciamientos
de recorridos y circulaciones, que hacen a la economía
de la coca liberal. En realidad, este ámbito económico tiene como
antecedente lo que va a ser la geografía económica más importante de la
Colonia, el entorno potosino.
Geografía económica compuesta por extracción minera, principalmente de plata,
circulación del azogue, circulación de mitayos, de comerciantes, de productos,
que sostenían los circuitos de la plata, hacia los puertos y al interior del
continente. Esta geografía económica también estaba compuesta por la circulación de la coca, que acompaña a
la circulación de la plata[19].
Estos hábitat de la coca colonial,
primero, después de la coca liberal,
son formas de economía de la coca,
vinculadas con formas de economías
mineras, también con formas de propiedad
latifundista de la tierra, vale decir, la economía de las haciendas. En las haciendas cocaleras se cultivaba café, acompañado por plantaciones
de cítricos, plátano y otros frutos, que iban al mercado. También se dice que,
en algunos lugares, había caña, con la que se hacía alcohol. Los cultivos se
sitúan en entornos del bosque montañoso, húmedo y con variadas pendientes.
La
reforma agraria llega a los Yungas en 1956. Se efectúa el reparto de la tierra,
por tomas, en algunos casos, por decisión administrativa, en la mayoría de los
casos. Periclita la economía de las
haciendas; en su lugar emerge la economía
campesina.
La economía campesina, que deberíamos
llamarla oikonomía campesina[20],
saliendo del paradigma economicista,
por sus ligazones con la territorialidad,
el espesor cultural y la reproducción de la comunidad, tiene la
característica de jugar en varios planos
de intensidad social; el económico, el político, el educativo, con el
objeto de lograr la reproducción de la
comunidad. Esto es lo que no han entendido los economistas, entre ellos y
más allá de ellos, los marxistas. Se trata de economías diversificadas, por así decirlo, de distribuidos
cultivos, aunque uno o algunos pueden ser ejes articuladores de la economía diversificada, dependiendo del
lugar, el contexto y los mercados.
Por ejemplo, en los Yungas de La Paz,
la distribución de los cultivos se abre
a un abanico variado, que comprende desde la coca, hasta la walusa, pasando por el café, los cítricos, los
plátanos, papayas, paltas. Aunque la coca
hace de eje articulador, en este
caso. En consecuencia, la economía de la
coca, de la economía campesina
yungueña, define una economía
diversificada, donde la producción de la coca sostiene la producción del café, de los cítricos, de los
frutales, así como de los vegetales y los tubérculos; estos últimos para la
alimentación familiar. Las oikonomías
campesinas tienen como finalidad
la reproducción constante de la comunidad, moviéndose en distintos planos de intensidad social. Aquí no hay
calculo económico, como el que buscan
los economistas; tampoco donación sin
compensación económica, que no cumbre los costos y renuncia a la ganancia, como
creen los marxistas; por eso, no entienden, cómo se sostiene la economía campesina, perdiendo
permanentemente en el mercado. Se trata, por así decirlo, de un cálculo cualitativo; lo que se busca y
se logra es la permanencia y reproducción
de la comunidad.
Como
dijimos en Oikonomías campesinas, las
economías campesinas resultan estrategias eficientes de resistencia al capitalismo; coexisten
con el capitalismo, participan en sus circuitos,
pero, no se dejan tragar por su vorágine. Esto ocurre mientras son economías diversificadas; empero, cuando
se dejan invadir por el mercado, más allá de ciertos límites, cuando comienzan a volverse economías del monocultivo, entonces tragadas por el mercado y la
vorágine capitalista, dejan de ser economías
campesinas, para convertirse en propiamente empresas capitalistas.
Por otra
parte, si bien las economías campesinas
forman parte de las estructuras de larga duración de la antigua revolución verde, la relativa a las sociedades sedentarias, que se abrió
paso domesticando los genes de las
plantas, abriéndose espacio en los
páramos, en los bosques y las estepas, también punas, podemos catalogar a estos
espacios como convivientes con la biodiversidad de los ecosistemas. El problema aparece con el monocultivo; cuando ocurre este fenómeno,
cuando se borran las economías
diversificadas, cuando se orienta la producción a un solo cultivo, es
cuando no solo el mercado ha tomado a la agricultura, sino que esta economía, la que dejó de ser campesina,
está plenamente subsumida a las
lógicas acumulativas del capitalismo.
En
tercer lugar, el extractivismo como
parte del modo de producción capitalista,
como acompañante depredador del sistema-mundo capitalista, emerge como
visible fenómeno destructivo planetario. Las otrora economía campesina, que se vuelve economía del monocultivo, no solamente ya no es campesina, sino empresa capitalista, también es parte de los dispositivos depredadores
del extractivismo.
Cuando
vemos que han desaparecido los cafetales, los árboles frutales, de los Yungas, es cuando se verifica el ingreso
de las economías campesinas cocaleras,
de pleno, a las lógicas del capitalismo; es cuando se trata, además, de formaciones depredadoras, dispositivos extractivistas,
destructores de los ecosistemas, de los ciclos
vitales, de la vida en el
planeta.
En
consecuencia, los cocaleros de los Yungas,
no solo de La Paz, sino también de Cochabamba, incluyendo al Chapare,
excluyendo a Vandiola, ya no forman parte de las formaciones sociales campesinas, sino que transitan a la condición
de empresarios capitalistas. Un
estrato de este desplazamiento o movilización social ya forma parte de la
burguesía nacional. No se los puede
considerar en el régimen, por así
decirlo, administrativo y normativo para los campesinos, ya forman parte del régimen
normativo y administrativo para empresarios
privados. Ya no forman parte de los condenados
de la tierra, de los excluidos y explotados, de las subalternizadas, de los
que luchan contra las formas de
dominación del sistema-mundo
capitalista, sino que forman parte de este sistema-mundo como clase privilegiada.
En
cuarto lugar, cuando la coca se industrializa. No vamos a hablar de “narcotráfico”
o “producción ilícita”, que son términos jurídicos del orden mundial, que estigmatizan
no solo el cultivo de la hoja de coca,
sino, sobre todo, su industrialización.
Estas definiciones forman parte del discurso
del poder, que establece estas diferencias
jurídicas e institucionales, para prohibir estas actividades de cultivo y de industrialización de la hoja
de coca. Estas estigmatizaciones
son las que crean las condiciones de
posibilidad para que emerjan y proliferen los cárteles, pues se aprovechan del mercado prohibido, beneficiándose
de los altos precios del producto estigmatizado.
Se trate de una industria sui generis,
no invalida esto que sea industria,
en la concepción económica, que
considera industrialización cuando
las condiciones materiales de los
insumos y materias primas se transforma
en el proceso de producción. Por lo
tanto, cuando la coca se industrializa y se transforma en cocaína, el
ámbito del mercado es mundial. La demanda mundial del mercado, aunque se
encuentre en los espacios controlados por el lado oscuro del poder, obliga a una expansión desmesurada,
demoledoramente destructiva de los ecosistemas;
el extractivismo cocalero se convierte en una amenaza a la vida, a la biodiversidad planetaria, a los equilibrios, incluso
inestables, entre sociedades humanas
y sociedades orgánicas.
Teniendo
en cuenta estas consideraciones, la ecología
de la coca nos muestra la irrupción de un monocultivo, el de la coca,
que no solamente depreda los suelos donde se planta, dejándolos infértiles,
sino que avanza su frontera agrícola
arrasando bosques, nichos ecológicos, ecosistemas, contaminando cuencas,
arrinconando a las formas de vida.
Por lo
tanto, no se puede hablar de defensa de
la Madre Tierra, cuando se incentiva el monocultivo
de la coca, en las condiciones extractivistas y empresariales capitalistas,
como se dan en Bolivia, de una manera dominante y hegemónica. Menos se puede
hablar de defensa de la coca, en
sentido antiimperialista, cuando
precisamente el sistema-mundo capitalista,
en su etapa decadente, la de la dominación del capitalismo financiero y especulativo, desata estas formas de cultivo, de producción, de mercados y de consumo. Al contrario, no solamente son
los síntomas de la decadencia del sistema-mundo, sino que son las formas
económicas que requiere en los procesos de acumulación del excedente, de la plusvalía, socialmente producida por la sociedad productiva.
Estamos
ante las formas más perversas de un sistema-mundo,
que ya no produce bienes, sino produce consoladores,
como las llamadas “drogas”, entre ellas la cocaína,
o produce armas, o se dedica al tráfico de cuerpos; además de blanquear el dinero de estos circuitos de las zonas ocultas del mundo globalizado, que ya copan asfixiantemente a
las zonas visibles e institucionalizadas.
Conclusiones preliminares
Siendo todavía apuntes hacia una ecología de la coca, además del primer documento en este sentido y
con esta perspectiva, podemos sugerir algunas conclusiones preliminares.
1.
Dada
la problemática compleja de la coca, es menester visualizar e interpretar esta
problemática desde la perspectiva ecológica,
por lo tanto, la de la complejidad.
2.
Las
significaciones coyunturales y contextuales de la coca se dan en órdenes de
relaciones; los mismos que son cambiantes.
3.
Los órdenes
de relaciones se han ido complejizando en la medida que los recorridos de la
coca se han globalizado e integrado al sistema-mundo capitalista.
4.
La coca no es en sí, en todas sus formas,
desde las del cultivo, hasta las industrializadas, ni “lícita” ni “ilícita”.
Estas son disposiciones jurídicas e institucionales del poder. La coca en un
producto o de la agricultura o de una industria
sui generis, subsumido a los procesos de acumulación especulativos
del ciclo del capitalismo vigente, en
su etapa financiera.
5.
Cuando
la economía de la coca, en principio,
economía campesina diversificada, se
convierte en monocultivo, es cuando
deja de ser economía campesina y se
convierte en economía empresarial
capitalista.
6.
Es
cuando ingresa, de pleno, a las lógicas de
acumulación capitalistas, adquiriendo
también la característica depredadora
del modelo extractivista colonial del
capitalismo dependiente.
7.
Es
incongruente y hasta grotesco hablar de defensa
de la Madre tierra cuando se incentiva el monocultivo extractivista de
la coca; es así mismo contradictorio hablar de defensa de la coca, en sentido antiimperialista.
Pues este monocultivo extractivista es destructivo de las formas de vida planetarias, además de
ser una de las formas perversas del capitalismo especulativo y del lado oscuro del poder.
[1] Ver de Henry
Gonzalo Rico García La hoja de coca de Vandiola. http://www.laprensa.com.bo/diario/opiniones/columnistas/20141219/la-hoja-de-coca-de-vandiola_63331_104933.html.
[2] Historia de la coca : Los
Yungas de Pocona y Totora”, Fanor Meruvia
Balderrama, Plural Editores, 2000, Cochabamba.
[4] Silvia
Cruz es una de las representantes y dirigentes de los Yungas de Vandiola, vive
y cultiva coca en una de las zonas de cultivo tradicional, zonas que están casi
exclusivamente ubicadas en la región de Los Yungas. En el caso de las comunidades
de los Yungas de Vandiola no han logrado un mercado estable y una economía
sostenible ya que las zonas que ocupan se han definido en transición y/o
ilegales en la Ley 1008 (ley que define 12 mil hectáreas de zonas de cultivos
tradicionales, además define zonas de cultivos de transición y zonas de
cultivos ilegales). Siendo reconocidos a la vez por dicha ley como zona de
cultivos tradicionales y así reproduciéndose entre Los Yungas las mismas
divisiones de reconocimiento entre zonas de cultivos tradicionales, en
transición o ilegales que se observan a nivel nacional. http://base.d-p-h.info/en/fiches/dph/fiche-dph-7999.html.
[16] Ver de Robert Mueller, Stephan G. Beck y Raúl Lara Vegetación potencial de los bosques de Yungas en Bolivia. http://ecologiaenbolivia.com/documents/Mueller37-2.pdf. TROPICO-Asociación Boliviana para la
Conservación, calle Campos 296/5a, La Paz, Bolivia, Fundación Amigos de la
Naturaleza, casilla 2241, Santa Cruz, Bolivia, robemule@yahoo.com. Herbario Nacional de
Bolivia, Instituto de Ecología, Universidad Mayor de San Andrés Casilla 10077,
Correo Central, La Paz, Bolivia, becks@ceibo.entelnet.bo.
Calle Reseguín 1978, La Paz, Bolivia, hecsan@caoba.entelnet.bo.
[17] Referencias: Bach, K., Kessler, M. & J. Gonzales. 1999.
Caracterización preliminar de los bosques deciduos andinos de Bolivia en base a
grupos indicadores botánicos. Ecología en Bolivia 32: 7-22. Beck, S. 1993.
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E. García. 1993. Vegetación de Bolivia. pp. 6-24. En: Killeen T., García E.
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manejado por: Stephan Halloy Recibido en: Marzo de 2002. Aceptado en:
Septiembre de 2002.
[18] Referencias: Lista de las ecorregiones terrestres del WWF. [2]
Padre Bernabé Cobo 1653, “Historia del Nuevo Mundo” Cap. VII, según boletín de
la Sociedad Geográfica de Lima, Año 111, volumen Nº115 (2002) [3] Ecorregión de
los Yungas Bolivianos [4] Clima y características de las yungas de Argentina.
[5] Tobón, C. 2009. Los bosques andinos y el agua. Serie investigación y
sistematización #4. Programa Regional ECOBONA – INTERCOOPERATION, CONDESAN.
Quito-Ecuador [6] Josse C. et al 2009.Mapa de Ecosistemas de los Andes del
Norte y Centro de la Secretaría General de la Comunidad andina. [7] Parker et
al. (1982), Parker, T.; S. Parker & M. Plenge. 1982. An annotated checklist
of peruvian birds. Buteo Books. South Dakota. 104 p. Texto: Yungas. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Yungas?oldid=94771605
Colaboradores: Manuel González Olaechea y Franco, Dodo, Cookie, Arístides
Herrera Cuntti, Huhsunqu, Deleatur, Petronas, BOT-Superzerocool, Davidsevilla,
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Legobot, Balles2601, Candee Abrodos, PanDaGirl, Lol4090, Garlan the Gallant,
Jarould, Matiia, Bruno Rene Vargas, Webbotwilll, MiguelSaravia y Anónimos: 105.
[19] Ver Fragmentos territoriales. https://pradaraul.wordpress.com/2015/04/18/fragmentos-territoriales/.
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