Venezuela: Crónica de un fraude continuado a la Constitución y a la Ley Orgánica de Procesos Electorales
Venezuela:
Crónica de un fraude continuado a la Constitución y a la Ley Orgánica de
Procesos Electorales
Las
Elecciones Regionales del 15 de Octubre
Declaración
de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución
Aporrea.org - www.aporrea.org
21/10/17 - www.aporrea.org/actualidad/n316163.html
En un proceso electoral democrático, se puede
considerar como fraudulenta cualquier medida tomada por el gobierno o por el
organismo responsable de organizar las elecciones con el propósito expreso de
impedir o distorsionar la expresión genuina de la voluntad de los electores a
través de su voto, de manera de imposibilitar resultados que el gobierno o el
organismo electoral consideren como inconvenientes para sus intereses. Esta
conducta fraudulenta puede ocurrir antes, durante o después del acto
electoral.
En Venezuela se ha producido, en forma pública y
notoria, durante más de año y medio un proceso de fraude sostenido a la
Constitución y a la Ley Orgánica de Procesos Electorales con relación
a las elecciones de gobernadores de tal magnitud que hacen inválidos los
resultados que han sido anunciados por las actuales autoridades del Consejo
Nacional Electoral (CNE). Está claro que estos resultados corresponden a la
voluntad del Gobierno Nacional pero de modo alguno expresan la opinión de la
mayoría de la población venezolana.
Es fraudulento el que el CNE no permita la
inscripción de una organización política para participar en elecciones con una
tarjeta propia cuando el gobierno considere que no es conveniente la
existencia de un partido que represente una oposición de izquierda. Es el
caso de la negativa a inscribir a Marea Socialista como partido a pesar de
haber cumplido con todos los requisitos exigidos por la ley.
Fue fraudulenta la suspensión de las elecciones
de gobernadores que estaban previstas, de acuerdo al artículo 160
constitucional, para diciembre del año 2016. Para ser democráticas las
elecciones deben realizarse en la fecha contemplada en la Constitución, no en
el momento en que el gobierno decida qué es lo que más le conviene.
Fue fraudulenta la forma como se realizó la
convocatoria a las elecciones de gobernadores para el mes de octubre del
presente año. En el pasado mes de mayo, el CNE había fijado la fecha de
dichas elecciones para el 10 de diciembre. De acuerdo con este calendario
electoral los diferentes partidos políticos habían programado su
participación, incluyendo por supuesto la selección de sus candidatos y los
acuerdos políticos o las primarias con otras organizaciones para seleccionar
sus candidatos definitivos. En forma absolutamente arbitraria, y a solicitud
de la auto proclamada plenipotenciaria y supra constitucional Asamblea
Nacional Constituyente (ANC), el sábado 12 de agosto el CNE informó que las
elecciones de gobernadores se realizarían en octubre y que el lapso para la
presentación de los recaudos de los candidatos sería en los dos días
siguientes, entre el domingo 13 y el lunes 14 y que la posible modificación
de estas candidaturas sería entre el día lunes 14 y el martes 15. De esta
manera, las diferentes organizaciones políticas, con la clara excepción de
las que respaldan al gobierno que ya estaban avisadas de antemano, no
tuvieron tiempo de hacer un mínimo de consultas internas sobre qué candidatos
inscribir. Menos aún negociaciones con otros partidos, o elecciones
primarias. Imponiendo estas condiciones tan sesgadas, el gobierno buscaba que
no participase en las elecciones ninguna de las organizaciones que hoy
expresan a la oposición, sea desde la derecha o desde la izquierda. A pesar
de eso, la mayor parte de las organizaciones políticas existentes en el país
inscribieron candidatos provisionales, confiando en que, de acuerdo a los
artículos 62 y 63 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, las
organizaciones postulantes podrán sustituir o modificar sus candidatos o
candidatas "hasta diez días antes de ocurrir el acto electoral".
Fue fraudulento el que, en violación de lo
expresamente establecido en dichos artículos de la Ley Orgánica de
Procesos Electorales, el CNE, con el apoyo del Tribunal Supremo de
Justicia, se negara a permitir la sustitución de los candidatos una vez que
las diferentes organizaciones políticas, tanto de la MUD como las
organizaciones opositoras de izquierda, habían realizado primarias o acuerdos
políticos para presentar candidatos unitarios para la gobernación de cada
Estado. Esto estaba diseñado expresamente para generar confusión entre los
electores. Fue notoria en este sentido la prohibición que impuso el CNE a la
candidatura de la profesora Antonia Muñoz del estado Portuguesa. Por su
popularidad en la base chavista fue considerada como una amenaza a la candidatura
del PSUV para la gobernación de dicho estado.
Fue fraudulento el que el CNE decidiese no
convocar la elección de los Consejos Legislativos Regionales cuyos períodos
de gestión de cuatro años, taxativamente establecidos en el artículo 162 de
la Constitución, están vencidos. Esto corresponde al interés del gobierno
-que controla en la actualidad casi todos los Consejos Legislativos
Regionales- por limitar severamente el poder de los gobernadores de oposición
que, a pesar de todos estos obstáculos, pudiesen ser electos en algunos
Estados.
Fue fraudulento amenazar a un candidato
presentado por algunas organizaciones de izquierda con acusaciones de
supuesta corrupción que podrían llevarlo a prisión si no retiraba su
candidatura y apoyaban la del PSUV. Esto ocurrió en el Estado Falcón.
Fue fraudulento que sobre la base de la opinión
de unos tribunales penales estatales sin competencia alguna en el tema
electoral, el CNE impidiera que las organizaciones políticas organizadas en
la MUD pudiesen utilizar su tarjeta unitaria en las elecciones de
gobernadores.
Fue fraudulento el uso masivo de recursos y
medios públicos en apoyo a los candidatos del PSUV, en violación de
prohibiciones expresas del artículo 75 de la Ley Orgánica de Procesos
Electorales. Esto constituyó igualmente una violación del artículo 81 de
dicha ley que dice:
Los medios de comunicación social públicos y
privados darán una cobertura informativa completa y balanceada de las
informaciones relacionadas y sin tergiversar la realidad de la campaña. A tal
efecto, observarán un riguroso equilibrio en cuanto al tiempo y espacio
dedicado a las informaciones relativas a las actividades desarrolladas por
los candidatos o las candidatas.
Fue doblemente fraudulenta la semi-cadena
nacional de Nicolás Maduro en la noche del viernes 13 de octubre. No solo
utilizó en forma ilegítima los medios del Estado para hacer una agresiva
campaña electoral sino que lo hizo fuera del "lapso de la campaña
electoral establecido por el Consejo Nacional Electoral".
Fue fraudulenta la sistemática campaña dirigida a
empleados públicos y a los y las beneficiarias de los programas sociales como
los CLAP, amenazándolos con despidos o la pérdida de su acceso a dichos
beneficios si no participaban en las elecciones.
Fue fraudulenta la reubicación a última hora de
centros de votación, afectando a centenares de miles de votantes. La mayoría
de los centros reubicados se caracterizaron por tener una tradición de voto
mayoritario por la oposición. Esto formó parte de un sistemático esfuerzo por
parte del gobierno para generar desconfianza en el CNE entre los sectores
opositores, para generar confusión y para elevar los niveles de abstención.
En algunos casos, el propio día de la votación, en la página Web del CNE no
aparecía la información actualizada sobre el traslado de muchos centros de
votación.
Fue fraudulento el ataque de grupos armados -bajo
la mirada complaciente de efectivos del Plan República- en contra de
autobuses que trasladaban a votantes a los nuevos centros de votación a los
cuales habían sido reubicados a última hora. Se supone que es este el cuerpo
responsable de la seguridad del proceso electoral.
Fue fraudulento que en muchos centros electorales
el Plan República no permitiese la presencia del público en el cierre de
muchas mesas electorales en diferentes partes del país.
Es fraudulento que en vista de resultados
electorales poco favorables para el gobierno en algunos estados, el Ejecutivo
Nacional cambie, a posteriori, las reglas del juego y decrete, como lo ha
hecho ante resultados adversos en ocasiones anteriores, la creación de
autoridades paralelas u otras medidas para restarle atribuciones a los
gobernadores recién electos y continuar controlando esos territorios a pesar
de la voluntad de los votantes. Ejemplo de esto fue la decisión de Conatel de
sacar del aire a la Radio Cultural del Táchira, adscrita a la gobernación de
dicho estado y la resolución del Ministerio de Interior, Justicia y Paz, tres
días después de las elecciones, mediante la cual se intervienen los cuerpos
policiales de los cinco estados en los cuales el gobierno reconoció el
triunfo de candidatos de la oposición (Anzoátegui, Nueva Esparta, Mérida,
Táchira, y Zulia). La justificación para dicha intervención resultó
particularmente insólita:
Se ordena iniciar la intervención del cuerpo de
policía por la presunta participación masiva y continuada de sus funcionarios
en violación de derechos humanos, en redes delictivas o actividades que
atenten contra el orden constitucional.
Los cuerpos policiales de estos cinco estados
necesariamente habrían cometido todos estos hechos delictivos bajo la
responsabilidad de gobernantes del PSUV, ya que los nuevos gobernadores
electos todavía no habían asumido sus cargos.
Es un hecho fraudulento el que se exija a los
gobernadores de la oposición que se juramenten ante la ANC, bajo la amenaza
de que se desconocería el mandato popular que los eligió y que serían
sustituidos por militantes del PSUV (los candidatos derrotados), o que se
convocarían nuevas elecciones en dichos estados. Esto se hace con el
argumento falaz de que fue la ANC la que convocó estas elecciones. Las
elecciones de gobernadores están taxativamente establecidas en la
Constitución y fueron convocadas por el CNE. Aun en el caso negado de que la
elección de la ANC hubiese sido legítima y constitucional, se convocó como
una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución. La
auto-atribución de esta Asamblea de poderes absolutos y supra
constitucionales constituye una clara ruptura del orden constitucional.
Mientras no se apruebe un nuevo texto constitucional mediante un plebiscito
nacional, la Constitución del año 1999 tiene plena vigencia, con
independencia de las decisiones que pretenda tomar la ANC.
Tras los reconocimientos de derrota en las urnas
electorales el 15 de octubre de 2017 por parte de Henry Falcón en el estado
Lara y Alejandro Feo La Cruz en el estado Carabobo, ambos preclaros bastiones
de la oposición organizada en la MUD, el Gobierno/PSUV inició la aplastante
campaña para reivindicar la aparente victoria numérica en las urnas
electorales y su consiguiente cosecha mayoritaria de gobernaciones. En ese
mismo momento se inicia la impugnación de las elecciones en el estado Bolívar
por la inconsistencia numérica entre las actas de escrutinio en poder de la
oposición y la totalización de la Junta Electoral Principal del estado
Bolívar. La consiguiente posible proclamación fraudulenta de gobernador
realizada por el CNE, lleva la sombra del fraude al espacio antes blindado de
sistema electoral totalmente automatizado, transparente y confiable. ¡Qué
lejos parecen hoy los tiempos en que se decía que Venezuela contaba con el
mejor sistema electoral del mundo!
Este continuado proceso constituye un certero
golpe mortal contra la democracia y dinamita, peligrosamente, las
posibilidades de dirimir nuestras diferencias políticas a través de la vía
pacífica y constitucional. Estamos en presencia del avance en la
consolidación de un nuevo régimen político y la configuración de un Estado
Autoritario al cual hay que oponerse. La recuperación del derecho a
elecciones genuinamente democráticas, no controladas ni manipuladas por el
poder del Estado, es hoy parte central de esta resistencia.
Caracas, 21 de octubre de 2017
Por la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución:
Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio, Gustavo Márquez, Oly Millán: ex
ministros y ex ministras de Chávez; el constituyente Freddy Gutiérrez; el
Mayor General (R) Cliver Alcalá Cordones; Edgardo Lander, Santiago Arconada,
Esteban Emilio Mosonyi: profesores, luchadores sociales, ambientalistas e
indigenistas y Gonzalo Gómez, Carlos Carcione, Juan García, César Romero:
miembros del Equipo Operativo Nacional de Marea Socialista.
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