Metamorfosis de las cuerdas

Metamorfosis de las cuerdas 

 

Sebastiano Mónada 






 

Se trata de una brisa de sensaciones o de la brisa climática convertida en sensaciones; pero, se trata de una atmósfera de sensaciones o de la atmósfera convertida en sensaciones. Al final el planeta se confunde con mi cuerpo, se hunde en mi cuerpo, se vuelve mi cuerpo, que lo cobija. Soy el planeta, el planeta se vuelve mi mundo, que yo lo confundo con el mundo. Como si fuera posible que haya un solo mundo. ¡Iluso! ¡Hay múltiples mundos! Tantos mundos como cuerpos. No termina aquí todo, pues las sensaciones transforman los mundos, los mezclan, componen, con la materia y la energía de las sensaciones, otros mundos. Esta vez no exactamente de sensaciones, sino más vaporosas o mejor dicho más fluidas, pero de un líquido distinto, casi inmaterial, abstracto o fantasmagórico. 

 

Se trata de mundos de imágenes, mundos sin espesores, mundos fantasmas. Estos mundos no se sienten sino que se descifran, se decodifican, mejor dicho, se interpretan. Son captados inmediatamente en su figuras caprichosas. Mundos intuídos.

 

El cuerpo cobija ambos universos de mundos. Por eso tampoco sabe dónde está. No sabe si está en el universo de las sensaciones o el universo de las imágenes. En realidad está en ambos a la vez. Esta simultaneidad convierte al cuerpo en un mutante, en un nómada de universos. El cuerpo se descorporeiza.

 

Tampoco termina aquí todo. Del universo de las imágenes emerge otro universo más abstracto. Las imágenes se convierten en enunciados. Las imágenes padecen metamorfosis extrañas, donde dejan de ser imágenes para convertirse en ideas. La Ideas son mariposas más abstractas todavía, ni siquiera fantasmas. Son conceptos.

 

El cuerpo se pierde en tres universos. Los experimenta simultáneamente. Entonces el cuerpo no solamente desaparece sino que se convierte en puras vibraciones, puras ondas, que componen polifonías. Composiciones que, en un momento, adquieren los espesores corporales, en otro momento adquieren el vuelo de las fantasmagorías imaginarias o delirios fantásticos, en otro momento se sintetizan en enunciaciones o conceptualizaciones.

 

Se trata de composiciones musicales, que conmueven el cuerpo, lo alegran o lo hacen llorar, que agitan configuraciones móviles, plásticas, cambiantes, que se difuminan reduciéndose a singulares ideas que absorben constelaciones de sensaciones y tejidos dinámicos de imágenes. Estamos ante la metamorfosis de las cuerdas.

 

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