Perfiles del déspota

Perfiles del déspota 

 

Sebastiano Mónada 

 

 

 




 

 




 

 

 

 

 

 

 

Creen que juegan con las fichas en el tablero de ajedrez,

pero no saben que no son los jugadores sino las fichas

de juego marcado sin reparo ni horadez,

engañando a la gente y condenándola a las tinieblas.

 

Consideran que son los protagonistas 

de la historia del mundo,

plagado de fetidez y nauseabundo,

pero no saben que son marionetas 

de fuerzas oscuras,

clandestinas, sinuosas y acorazadas.

 

Se sienten impunes, pueden hacer lo que se les antoje,

viles y depravados sátrapas del montaje,

pero no saben que la obligación ante la comunidad

es dedicarse a servir con ecuanimidad,

es estar expuesto y ser transparente.

 

Despotrican a su regalado gusto,

amenazan cuando se les antoja,

desatan guerras y dicen que son justas.

Megalómanos, engreídos, estos narcisos,

hacen de jueces y verdugos.

 

Olvidaron que la soberanía radica en el pueblo,

que la democracia es autogobierno del pueblo,

que libertad, igualdad y fraternidad 

es deseo emergido de los pueblos,

que la guerra es negocio de burguesías, 

burócratas, mafias y gobernantes,

quienes se enriquecen con avidez.

 

Están en la jerarquía de la pirámide social,

que consideran asunto empresarial, 

reinan sobre la masa de mortales,

a la que  definen muchedumbre de dóciles,

a quienes abiertamente desprecian 

y a quienes tiranamente mandan 

sin escrúpulos a la muerte,

en forzada guerra permanente.

 

Se ven a sí mismos en el espejo

y en los retratos estereotipados 

de la masa elocuente de aduladores,

manejados por locutores y opinadores.

Se ven en las pantallas y repetidos

como ecos estériles en los medios.

 

No saben que en sus conductas 

evidencian sus miserias humanas.

No saben que son intrascendentes 

y despreciados por sus congéneres.

 

Cuando pierden sus tronos inciertos 

son olvidados pues no han dejado 

sino la provisoria huella fugaz de su paso,

guardada en el depósito de museo,

anecdotario curioso de lo grotesco 

político, de bizantino transcurso despótico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comentarios

  1. Es una generalización de quienes, a juicio del autor, reciben ese nominativo significando que tal caracterización ha sido extraída posiblemente de personajes históricos, por decir Julio Cesar, Nerón, pasando por Hitler, Franco hasta alguno )s) de esta época, no lo dice pero supone que el lector hace coincidir por sus rasgos con algún gobernante. Pero aún así ellos cumplieron un rol sea bueno, malo o regular, es decir se colocaron en el tiempo histórico que vivieron, son controversiales- Lo contrario ocurre con lo otros que no están catalogados en esa descripción, son anodinos, no hicieron nada significativo para cambiar o transformar de esos hay muchísimos en todas partes. No es que uno esté de acuerdo con esos procedimientos, en las sociedades actuales parecería que esa actitud corresponde a los personajes de los países que están en la cima del mundo.. El cambio para que el pueblo como expresión de la democracia realice las transformaciones en beneficio de todos también requiere líderes, especie de justicieros de la humanidad. Ese es el camino de la lucha de clases.

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