La revolución pacífica boliviana en el contexto de la crisis múltiple del Estado-nación
La revolución pacífica boliviana en el
contexto de la crisis múltiple del Estado-nación
Raúl Prada Alcoreza
Ha concluido un ciclo, que llamaremos el ciclo del
neopopulismo, abierto por la movilización prolongada (2000-2005), que, sin embargo,
se orientaba a otro horizonte, que llamaremos el horizonte plurinacional y
decolonial y autogestionario. Las salidas electorales, tanto el 2002 como del
2005, dieron lugar específicamente al comienzo del ciclo neopopulista, dada la
correlación de fuerzas institucionales, no necesariamente social, pues la
iniciativa y el territorio estaba tomada por los movimientos sociales, que
obviamente no formaban parte del conocido instrumento político que es el MAS,
sino, mas bien, eran autónomos y autogestionarios, partidarios de la
autodeterminación. El ciclo mentado ha
concluido y es menester, ahora, hacer una evaluación crítica del denominado
“proceso de cambio”. Ya lo hicimos antes
en distintas etapas, pero, ahora, contamos, como se dice, con el panorama
completo; en ese sentido, retomamos las evaluaciones anteriores[1],
que podemos considerarlas parciales y, sobre todo consideraremos la experiencia
social y política vivida en el último lapso del ciclo Evo Morales Ayma.
Entonces haremos un análisis genealógico, es decir, un análisis del presente a
partir de una mirada retrospectiva del pasado. Comenzaremos con los recientes
hechos, sucesos, eventos del acontecimiento político. Para tal efecto,
nos basaremos en las intervenciones escritas e interpretaciones
intempestivas que se hicieron en su momento.
Las intervenciones son actuaciones
instantáneas, acciones intempestivas, que expresan un ánimo intelectivo,
quizás fragmentos de intuición, que pueden servir como marcas
perceptivas, incluso como señales de las secuencias de los hechos,
aproximaciones al acontecimiento. Vamos a utilizarlas en este sentido,
como predisposiciones subjetivas e intelectivas, pues, interpretan al instante
lo que ocurre.
Las interpretaciones intempestivas tienen, si
se quiere, un mayor alcance que las intervenciones, pues son más
elaboradas, intentan análisis rápidos, no solo sobre la base de las
impresiones, como lo hacen las intervenciones, sino utilizando otros
datos, incluso recurriendo a otros análisis. Si se quiere son fragmentos de
análisis.
En el análisis retrospectivo del presente, en
el análisis genealógico, al partir de lo más reciente, de los hechos y
sucesos calientes, por así decirlo, usaremos las intervenciones y las interpretaciones
intempestivas, para luego, recorriendo retrospectivamente el tiempo
político, retomar los ensayos y análisis elaborados.
Las movilizaciones estallaron después de que se
emitieron los resultados de las elecciones apócrifas, pues desde la
interrupción de la emisión de la información del TREP fue notoria la
manipulación de los datos; en la medida que se fueron develando las
intervenciones dolosas en el proceso de las elecciones mismas, desde la
modificación de las actas, antes, la intervención en las votaciones, donde se
podía, sobre todo en el área rural, para continuar en la modificación de los
datos del TREP en el tránsito a lo los resultados finales, se fue caldeando el
ambiente social y de la opinión pública. Los Cabildos comenzaron a pronunciarse,
antes incluso de las elecciones mismas, pues se convocaron a partir de la
defensa de la voluntad popular del referéndum de 21 de febrero de 2016. Un
cabildo de Santa Cruz se pronunció contra lo que podía salir de los resultados
de las elecciones apócrifas, anunciando que se desconocería un triunfo de Evo
Morales, candidato ilegítimo e ilegal. Lo que vino después es lo que ya se
conoce y se acaba de describir; los Cabildos autoconvocados en el país en casi
todas las ciudades capitales del país se pronunciaron contundentemente contra
el fraude electoral perpetrado. Se conformó como una coordinación de los
Cabildos, los que pidieron no solo la anulación de las elecciones, sino también
la renuncia del presidente. Las movilizaciones ciudadanas, los bloqueos en las
ciudades, las marchas contra el fraude electoral y por la renuncia del
presidente se extendieron y fueron adquiriendo mayor intensidad. La crisis
desbocó en el motín policial, lo que terminó de cambiar la correlación de
fuerzas del mapa del conflicto. Caravanas de jóvenes y de mineros
cooperativistas potosinos se embarcaron a la ciudad de La Paz para apoyar las
movilizaciones en defensa de la democracia, contra el fraude y por la renuncia
del presidente. Fueron emboscadas en el camino por grupos de choque y grupos
paramilitares del MAS, la caravana de estudiantes en Vila Vila, la caravana de
mineros en Challapata. La situación recrudeció
patentemente, las Fuerzas Armadas salieron a tomar lo cerros de Challapata a
neutralizar a los grupos de choque y paramilitares. Mas tarde, el Comando de
las Fuerzas Armadas pidió la renuncia a Evo Morales Ayma. En el transcurso de
esta sucesión de hechos, la OEA leyó su informe preliminar, donde se reconoció
que hubo irregularidades en todo el proceso electoral y, que, por lo tanto, no
podía avalar los resultados de las elecciones; concluyó que es menester
convocar a nuevas elecciones con un Tribunal Electoral idóneo y creíble.
Después, fue el mismo Secretario General de la OEA el que contundentemente dijo
claramente que se perpetró un fraude electoral, además de que el gobierno consumó
un autogolpe de Estado el 20 de octubre.
Evo Morales se vio obligado a renunciar, su renuncia
la hizo conocer en Chimoré. Después viajó a México en condición de asilado y
refugiado político. En las circunstancias del vacío político, se dieron lugar
distintas propuestas para resolver el problema y el desafío que planteaba el
vacío político; Gobierno Provisional, Junta de Gobierno, como ejercicio de la democracia
participativa, directa, comunitaria y representativa; también la
sustitución constitucional. La correlación de fuerzas, sobre todo, la
composición de las predisposiciones políticas derivó la resultante de fuerzas
en la sustitución constitucional. Contando con la renuncia de la presidenta y
del vicepresidente del Senado, la presidencia, por sustitución constitucional,
recayó en Jeanine Añez, quien conformó un gobierno de transición, cuya tarea es
convocar a elecciones y conformar un Tribunal Electoral idóneo.
El MAS se lanzó a la ofensiva, desconociendo al nuevo
gobierno y a la presidenta. El panorama político volvió a convulsionarse con bloqueo
de caminos, marchas violentas a las ciudades, movimientos que rayan en el
enfrentamiento militar. La intensidad llegó al máximo con la quema de buses y
casas privadas, postas policiales y destrozos urbanos. Sin embargo, la
intensidad fue bajando, cuando las incursiones violentas punitivas, sobre todo
de muchedumbres de muchachos agresivos y violentos, armados de palos, en
algunos casos, de dinamitas y gases lacrimógenos, en muchos casos, con bombas
molotov, por marchas pacíficas, de protesta, de demanda y de desagravio a la
wiphala, aunque no dejaban de estar acompañados por grupos disminuidos de
choque. Uno de los pedidos fue el retorno de Evo Morales Ayma, sin embargo,
después se situó en el desconocimiento del gobierno de transición de la flamante
presidenta interina. Esta disminución de la intensidad del conflicto y el
control del territorio por parte de la policía y de las Fuerzas Armadas parece
señalar que el conflicto mismo, en su forma virulenta, se va apagando, para
empezar a trasladarse a la concurrencia electoral. Si esto acontece, se
corrobora nuestra interpretación de que se clausura el ciclo del neopopulismo. Lo
que compete entonces es no solo hacer una evaluación crítica del ciclo, sino
también comprender y entender las dinámicas moleculares y las dinámicas
molares que lo atravesaron. En ese sentido, propondremos configuraciones
conceptuales que ayuden en el análisis genealógico de los procesos
inherentes en el acontecimiento político. Varias de estas configuraciones conceptuales
ya las expusimos y puesto en juego en análisis e interpretaciones anteriores[2];
ahora sugerimos nuevas, sobre todo teniendo en cuenta el despliegue de nuevas
figuras, perfiles y composiciones en las movilizaciones recientes.
Una de esas configuraciones, que se han convertido en
recurrentes en nuestras exposiciones, es la del círculo vicioso del poder[3];
otra de las configuraciones usadas es la economía política del chantaje[4],
de la cual ha derivado la configuración del lado oscuro del poder[5],
en contraste al lado luminoso o institucional del poder. La
configuración conceptual, correspondiente a la caracterización política de la
forma de Estado, es el de la forma de gubernamentalidad clientelar[6],
que define a la forma de gobierno populista y neopopulista. También se ha usado
la configuración conceptual de la economía política de la cocaína para dibujar
y mapear una economía del lado opaco y del lado oscuro de la economía-mundo,
que tiene anclajes regionales, nacionales y locales. Estas configuraciones han
sido usadas en los análisis e interpretaciones anteriores a la crisis
constitucional, institucional y del fraude electoral. En el análisis e
interpretaciones correspondientes a la crisis mencionada, es decir, recientes,
se han dibujado bocetos conceptuales para ayudar en el análisis e
interpretación del acontecimiento político en la coyuntura álgida de la
reciente crisis. En Breve genealogía de la crisis múltiple del
Estado-nación[7] se ha retomado la genealogía de la convocatoria del mito, en la
encarnación del caudillo, buscando en el perfil barroco del despotismo
actualizado, la mezcla perversa de la figura del hijo del sol, combinada de
mesianismo, promesa carismática y patriarca de la nación oprimida. En Analogías
perversas y virtuosas en las genealogías de los Estado-nación[8] se observa la
crisis de Bolivia desde el contexto de la crisis múltiple de los Estado-nación
en Sur América, encontrando que, a pesar de sus diferencias en ideologías y
discursos políticos, también en estilos de gobierno, comparten no solamente las
singularidades propias, nacionales, de la crisis del Estado-nación, sino
un recurso de emergencia de los gobiernos que enfrentan movilizaciones, el terrorismo
de Estado. En Dinámicas en la coyuntura en crisis constitucional[9],
el análisis encuentra un desplazamiento de la crisis política en la
coyuntura; se pasa de la coyuntura del fraude electoral a la imposición de una
dictadura a secas por imposición a la fuerza de la aplicación del mismo fraude.
En La fuerza del acontecimiento[10],
se expone la sinuosa correspondencia entre formas discursivas e ideológicas
y fuerzas descarnadas; sobre todo se muestra que cuando la crisis política
adquiere intensidad las fuerzas descarnadas, expresadas en la violencia
desnuda, adquieren preponderancia. En El uso de las víctimas[11],
se hace una genealogía del uso político y simbólico de las víctimas en el
ejercicio y la reproducción del poder. En La crisis múltiple del
Estado-nación está generalizada[12],
se comparan las singularidades mismas de la crisis, sobre todo en lo
que respecta al detonante que las hizo estallar como movilizaciones. Por
último, en No solamente de política vive el hombre[13],
se efectúa la crítica de la política como práctica de las fraternidades
masculinas, mostrando, en contraste un más allá de la política,
vislumbrada por la alteridad absoluta de la mujer, que se abre no
solamente a los horizontes de la sororidad, que puede ser simétrica a la
fraternidad, sino a un más allá del esquematismo dualista del
amigo y enemigo.
Ahora, en este
ensayo queremos proponer un boceto de configuración conceptual que tiene que
ver con la enajenación mediática en los mitos modernos,
por ejemplo, en el mito del buen caudillo. La izquierda acrítica
internacional, la que ha medrado del prestigio de las revoluciones pasadas, sin
hacer una sola revolución contemporánea, la que ha hecho apología del Estado
policial[14], que corresponde
a la estructura de poder de los Estados del socialismo real, también de
los “régimenes progresistas”, y los medios de comunicación internacionales, han
posesionado una hipótesis trivial, en realidad una muletilla usada tanto por
gobiernos neoliberales como por gobiernos neopopulistas, cuando están en
emergencia, de “golpe de Estado”, en lo que respecta a la resistencia y
movilización social en defensa de la democracia y del voto, que derivó en la
caída del gobierno de Evo Morales Ayma. Cierran los ojos y se tapan los oídos
ante el fragante fraude electoral, ya demostrado y denunciado por la propia
auditoria de la OEA. No toman en cuenta de que se trata de un gobierno de
transición para la convocatoria a elecciones y la conformación de un Tribunal
Electoral idóneo. ¿Un golpe de Estado para constituir un gobierno transitorio
que convoca a elecciones, en un plazo perentorio? Sin mínimamente acercarse a
la historia reciente, a la historia política de las gestiones de
gobierno del MAS, mucho menos se les ocurre hurgar en el debate y en los
análisis que se efectuaron a lo largo de este lapso político. Caen como
paracaidistas en una realidad efectiva que desconocen. Se puede esperar
que los gobiernos afines emitan este tipo de consideraciones sobre el “golpe de
Estado”, también, aunque con cierta extrañeza, que lo haga la izquierda
a-crítica y apologista, pero no deja de sorprender que lo hagan los medios de
comunicación internacionales. Estamos
entonces, ante el despliegue de formas de poder y formas de enunciación banal
de la decadencia.
El pueblo es el gobierno
(Octubre-Noviembre de 2019)
Intervenciones
Sobre quién es el gobierno
La dirigente de esposas de policía ha dicho que
después del motín y el apoyo del pueblo a la policía, acudiendo a los cuarteles
a resguardarlos, ante un posible ataque del ejército, el pueblo es el
comandante de la policía. Siguiendo con la lógica debemos decir que el pueblo
es el comandante del ejército, en consecuencia, el pueblo es el gobierno. El
ejército y la policía deben obedecer a este gobierno del pueblo, es su
comandante general. Todas las instituciones del Estado deben ser entregados al pueblo.
El pueblo va a definir un Gobierno Provisional y de transición, además de
preparar logísticamente las nuevas elecciones. No va más, el gobierno de Evo
Morales ha sido destituido por el pueblo.
Sobre la revolución pacífica
Lo que se ha dado durante más de medio mes es una revolución
del pueblo, ayer, con el motín policial, la revolución ha ascendido de
intensidad y de extensidad. La revolución derroca al gobierno de Evo Morales
Ayma, no hay gobierno del periodo de la impostura, ahora el gobierno es el
pueblo, el Comandante General de las Fuerzas Armadas y de la Policía es el
pueblo. A este gobierno inmediato, autogobierno del pueblo, se le deben
entregar las instituciones del Estado. El pueblo, el soberano, tiene la
potestad de nombrar un Gobierno Provisional y de transición, al que se le
encomienda la tarea de convocar a elecciones nacionales, en condiciones de
posibilidad democráticas y transparentes, con tribunales electorales idóneos.
Por lo tanto, tiene la tarea de garantizar estas elecciones, conformando la
logística adecuada, además de las reglas del juego democráticas para las
elecciones, la estructura, la organización y la distribución geográfica de las
mismas. El desacato a las instrucciones y determinaciones del gobierno del
pueblo pueden ser consideradas traición a la patria, dada la magnitud de la
crisis política, crisis constitucional y del fraude electoral, crisis de
legitimidad y de institucionalidad, con el substrato de la crisis múltiple del
Estado-nación.
Llamado urgente 1
¡Todo el pueblo a la Plaza Murillo! ¡Ha caído el
gobierno clientelar y corrupto, además de pirómano y fraudulento, incluso
inconstitucional!
Sobre el porvenir
Uno de los policías ha leído una declaración, ha dicho
que se amotinan, otros dicen se acuartelan, y hacen un llamado a todos los
bolivianos, a todos los sectores, a todos los movilizados, incluso a los
sectores que han defendido al gobierno de Evo Morales, a unirnos y a construir
un país para todos los bolivianos, para los hijos e hijos de los hijos.
Recogiendo estas palabras, este es un momento constitutivo de Bolivia, todo
boliviano y boliviana tiene la responsabilidad de participar de este acto
constitutivo y de liberación. No hay que olvidarse de nadie, todos deben ser
atendidos y comprendidos, incorporados como tales a las gestiones del nuevo
Estado de todos, Estado del pueblo, del autogobierno del pueblo. Todos
los hijos, nacidos en estas tierras, deben ser atendidos, como corresponde, la
nueva forma de gubernamentalidad debe atender el porvenir de todos y
todas las bolivianas, garantizar presupuestariamente su futuro. Todos los y las
bolivianas debemos participar en este autogobierno, solidarizarnos entre
todos, abrazarnos y con afecto y amor construir nuestro país, recogiendo las
tareas pendientes que nos dejaron nuestros héroes.
Llamado a los oficiales, suboficiales y clases
A los oficiales, suboficiales y clases de las Fuerzas
Armadas: ¡Ahora es cuando, o te unes con tu pueblo o te conviertes en su
asesino! ¡La patria te convoca y exige que la defiendas, que te unas al pueblo,
al soberano! El pueblo ha derrocado, prácticamente, al gobierno de Evo Morales
Ayma, políticamente este gobierno se ha diseminado, ha sido destituido por el
pueblo. Entonces, oficial, suboficial, sargento,
soldado, le debes obediencia al pueblo. ¡Participa en el acto constitutivo de
construir un país para todos y todas las bolivianas, para todos los hijos e
hijas, para todos los descendientes! ¡Ahora es cuando! ¡Eres parte del pueblo
que se ha levantado contra un gobierno clientelar, corrupto, pirómano y
fraudulento! ¡Únete al pueblo, ahora!
Llamado urgente 2
Llamado al pueblo: Se requiere apoyo a la policía, se
necesitan alimentos y vituallas. Sobre todo, se requiere cordones humanos para
proteger los cuarteles policiales, para proteger a nuestros policías, a nuestro
pueblo.
Sobre las salidas a la crisis
La solución a la crisis constitucional y del fraude
electoral la han dado los Comités Cívicos, la autoridad de la movilización por
la democracia y de la resistencia contra el terrorismo de Estado. Ha pedido la
renuncia del presidente y del vicepresidente, de todo el gobierno, de toda la
sustitución constitucional posible, de todos los congresistas, diputados y
senadores, ya no representan a nada ni a nadie en esta coyuntura. Conformación
de una Junta de Gobierno, cuya única tarea es la de conformar un Tribunal
Electoral idóneo, transparente, con notables. Siendo el Gobierno Provisional,
por el ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria y
representativa, ha pedido la obediencia de las Fuerzas Armadas al pueblo
boliviano y a la Constitución, de manera indirecta ha ordenado el movimiento
del ejército para defender al pueblo boliviano en movilización por la
democracia y la unidad de Bolivia. El dirigente del Comité Cívico de Potosí ha
interpelado a las Fuerzas Armadas, el día de conmemoración de Potosí, ha dicho
al ejército si no es capaz de defender al pueblo frente a grupos paramilitares,
que han disparado contra bolivianos, concretamente contra las caravanas de
minero cooperativistas, antes emboscado y raptado a las muchachas potosinas,
violándolas, vejándolas, hay dos desaparecidas, que entreguen las armas al
pueblo para que se defienda.
Sobre el vacío político
No hay gobierno, no hay presidente, ha caído, ha sido
desconocido por el pueblo en los Cabildos, ejercicio de la democracia
participativa, directa, comunitaria y representativa, establecida en el
Sistema de Gobierno de la Constitución. Por otra parte, después de la
definición técnica del fraude electoral, el presidente es delincuente
electoral, ha sido pillado en delito flagrante; por esta razón también tiene
que renunciar. Esta es la situación de la coyuntura; hay un vacío político
que tiene que ser llenado. Dejando de lado las elucubraciones aburridas y
laberínticas de “analistas políticos” y de leguleyos, que no entienden de
dinámicas políticas, tampoco comprenden y entienden integralmente la
Constitución, la salida la han dado los Comités Cívicos, renuncia del
presidente, del vicepresidente, del gobierno, de todo el congreso, conformación
de una Junta de Gobierno transitoria, que tenga la tarea de la conformación de
un Tribunal Electoral idóneo. Obediencia de las Fuerzas Armadas al Gobierno
Provisional, en efecto, por el ejercicio de la democracia participativa,
de los Comités Cívicos, primero, después de la Junta de Gobierno transitoria,
en cumplimiento pleno de su función constitucional, defender la Constitución,
defender al pueblo, la unidad de Bolivia, sobre todo ahora que está siendo
atacado el pueblo movilizado por grupos paramilitares, dirigidos por
extranjeros.
Sobre las movilizaciones de El Alto
Los guerreros del gas de octubre de 2003 han sido
arrinconados, los dirigentes de la heroica Junta de Vecinos de El Alto, de ese
entonces, han sido arrinconados, por arribistas, oportunistas, prebendalistas,
que se convirtieron después en partidarios del “proceso de cambio”. Esta es la
gente que ha apoyado y ha sido clientela del gobierno clientelar y corrupto de
Evo Morales Ayma, que ha destruido el proceso de cambio. En nombre de
los caídos en octubre de 2003 hay que interpelar y sacar de en medio a esta
gente prebendal, que habla en nombre de la guerra del gas cuando no
estuvo. Basta de chantas, de charlatanes, de “revolucionarios de pacotilla”
que, en realidad son llunkús de un gobierno agente de las trasnacionales
extractivistas; además, algunos son grupos paramilitares dirigidos por
extranjeros. Bolivia se ha unido, su sociedad se ha unido, sus pueblos y
estratos se han unido, en defensa de la democracia, dando la oportunidad a un
nacimiento autentico de Bolivia.
Sobre los Comités Cívicos
Los Comités Cívicos deben asumir inmediatamente su rol
presente, dado el desarrollo de la crisis política, en efecto son el Gobierno
Provisional, deben asumir esta condición plenamente. Tiene que ser llenado
inmediatamente el vacío político; Evo Morales Ayma ya no es presidente, ha sido
destituido por los Cabildos, el pueblo, el motín policial, incluso la decisión
de las Fuerzas Armadas de no enfrentarse con el pueblo movilizado por la
defensa de la democracia. Entonces, en
consecuencia, su deber es asumir inmediatamente esta tarea y este rol; esta es
la manera inmediata de pacificar Bolivia y abrirse al porvenir.
Sobre el resentimiento
El salvajismo y el odio de
las hordas masistas cobró otras víctimas de la manera más despiadada y cruenta.
Intervinieron las flotas en las que venían jóvenes potosinos a reforzar las
movilizaciones en La Paz. Secuestraron a las chicas universitarias que venían
de Potosí y las violaron y hay dos chicas que no aparecen. Este crimen no puede
quedad impune. ¡Que renuncie el caudillo déspota, comandante de estos salvajes
odiadores y frustrados, consciencias resentidas, llenos de espíritu de
venganza!
Sobre los grupos
paramilitares
Tenían y tienen todo
preparado, recurrir con todo al terrorismo de Estado, en la reciente escalada
de violencia, propiciada por ellos, los masistas y los equipos de mercenarios
asesores, los equipos de inteligencia y de gestación militar. Están preparados
los grupos no solo de choque sino paramilitares. Estos actúan como en Nicaragua
y en Venezuela, con toda la cruel y descarnada violencia, con todo el
desenvolvimiento del terror, vejando al máximo a la gente en contra, violando a
las mujeres, asesinando. Toda esta maquinaria del terror ya estaba preparada,
no se desplegó completamente, lo hizo en parte, en Vila Vila, raptaron y
violaron a mujeres, hay dos muchachas desaparecidas; también actuaron en
Challapata. Esta máquina del terror fue armada para defender el escandaloso y
grotesco fraude electoral. ¡El caudillo déspota, comandante de las hordas
masistas y de los grupos paramilitares, que ya están preparados, dispuestos a
ensangrentar impunemente a Bolivia, debe renunciar! ¡Qué asuma su
responsabilidad, que no sea cobarde! ¡Sino lo hace hay que renunciarlo!
Llamado urgente 3
¡Hay que defender a los
cooperatistas mineros potosinos que han sido emboscados en la carretera de
Oruro a La Paz por hordas masistas y grupos paramilitares! Cuando lleguen
tenemos que darles un gran recibimiento, son parte de la gran movilización
contra el escandaloso fraude electoral, son parte del ejército de la lucha por
la democracia, son nuestros hermanos, que han sido emboscados, pero, están
decididos a llegar a la sede de gobierno.
Sobre la continuidad de la
lucha
Pueblo de Bolivia, la
lucha no ha terminado, la convocatoria a las nuevas elecciones es una de las
conquistas, de la agenda de lucha de las movilizaciones y del motín policial,
la otra demanda es la renuncia del presidente depuesto por los Cabildos. Es
más, en el momento de la coyuntura la policía está con el pueblo y el pueblo
debe proteger a la policía. No solamente hay que pedir garantías para la
policía, sino ingresar a otro régimen, donde la policía y el ejército respondan
plenamente, efectivamente, a la Constitución. Los Comités Cívicos tienen que
asumir plenamente lo que son: La Autoridad social y política en plena
movilización y motín en lucha por la democracia. Tiene que emitir decisiones
colectivas, de las asambleas de los Cabildos; una de estas es la defensa
permanente de la policía y el cambio de régimen, pasar del régimen oprobioso de
clientelismo y corrupción a un régimen constitucional. Por otra parte,
acompañando a la maquinaria del fraude electoral tienen preparado una máquina
de guerra, conformado por grupos paramilitares, que ya han salido a
enfrentar a las caravanas potosinas, han emboscado a las flotas universitarias,
han vejado a los jóvenes y violado a las muchachas, hay dos desaparecidas;
parece que ya un muerto de parte de los cooperativistas mineros potosinos[15].
El presidente depuesto puede haber declarado la convocatoria a nuevas
elecciones, pero no basta, tiene que renunciar, después de constatado el
grosero y escandaloso fraude electoral, delito flagrante, después de las
muertes perpetradas por sus hordas y sus grupos paramilitares, que han vejado a
mujeres potosinas y posiblemente asesinado a un minero, tiene que
renunciar. La Fuerzas Armadas tienen que
responder claramente si están con el pueblo, si están por Bolivia, si están por
la Constitución, o si están, preservando a un presidente depuesto por el
pueblo, un presidente que ha amparado y propiciado el delito flagrante de
fraude electoral, que es el comandante de la máquina de guerra de
conglomerados organizados de paramilitares, dispuestos a ensangrentar Bolivia.
Solo cuando respondan claramente el pueblo boliviano puede considerarlos que
son un ejército de Bolivia, un ejército patriota, si no lo hacen, son un
ejército de ocupación, y serán tratados en consecuencia. La tarea de los
Comités Cívicos, de la Policía, del pueblo boliviano, es desmantelar la máquina
de guerra de los masistas, dispuestos a ensangrentar la patria.
Sobre las brabuconas amenazas
Los que hablan de la guerra del
Vietnam no tienen la menor idea de lo que hablan. La genealogía de esta
guerra se remonta a la ocupación francesa, quizás antes, al enfrentamiento con
el imperio chino. Cuando entraron los norteamericanos, relevando a los
franceses, se estaba
en plena "guerra fría", que era caliente en las periferias del
sistema mundo capitalista. El conflicto en Bolivia es entre el pueblo
esquilmado por una casta de impostores, que usurparon la victoria del pueblo
contra el neoliberalismo, se subieron a la cresta de la ola. Ya en el poder se
enriquecieron formando una burguesía rentista y un gobierno clientelar, agente
encubierto de las empresas transnacionales extractivistas.
Sobre el conservadurismo
Los sectores conservadores, la “oposición”, en
realidad complementaria al oficialismo, una vez traicionó al pueblo al no
defender el referéndum del 21 de febrero de 2016, ahora, que el pueblo ha
decidido la renuncia del caudillo déspota, además nuevas elecciones, se están
inclinando por una segunda traición, aceptar la segunda vuelta cuando ha
quedado claro que todo el proceso de las elecciones es apócrifo, está viciado,
entonces es nulo. El pueblo ha pedido nuevas elecciones. No va a aceptar, de
ninguna manera, un Congreso donde los senadores y diputados, sobre todo
oficialistas, son fraudulentos. Pueblo,
el gobierno clientelar y corrupto te ha usurpado durante catorce años, no dejes
que la “oposición” de usurpe tu decisión de nuevas elecciones y la renuncia del
presidente.
Abrazo sugerente
El dirigente de la Confederación de Trabajadores
Campesinos de Bolivia, Nelson Condori, dirigente también de los “Ponchos
Rojos”, y el dirigente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho,
además de uno de los dirigentes de los Comités Cívicos, la autoridad de la
movilización y resistencia, se han dado un abrazo fraterno y profundamente
afectivo, abrazo de reconciliación, de unificación, de solidaridad de toda
Bolivia. Este abrazo es sugerente en lo que respecta a las posibilidades de
despliegues de la nueva Bolivia, de la Bolivia para todos. Además, se han
comprometido, de que a partir de este abrazo comienza otro ciclo
histórico-político, donde representaran al pueblo nuevos líderes, los
jóvenes.
Sobre los estertores del presidente
(Convocatoria al dialogo entre partidos)
El presidente depuesto por el pueblo movilizado,
levantado, amotinado y sublevado, el caudillo, está, como es su costumbre, en
la luna de Paita. Hay una analogía perversa con una situación parecida
experimentada por Gonzalo Sánchez de Losada, en el 2003; él también, cuando el
pueblo levantado e insurgente había desbordado la institucionalidad carcomida
por la corrosión neoliberal, propuso negociar y dialogar, cuando ya era tarde.
De la misma manera, un caudillo, que dice responder a los movimientos sociales,
paradójicamente, desconoce la movilización social en las calles y a los Comités
Cívicos, que son la autoridad legítima del levantamiento popular contra el
fraude y contra un gobierno impostor y propiciador del fraude electoral. La intensidad de la coyuntura ha avanzado
tanto que ya se ha posesionado, en el imaginario de la movilización, la
renuncia del caudillo déspota y la convocatoria inmediata a nuevas elecciones.
Pretende, seguir manipulando, como acostumbra, ganar tiempo, cuando ya lo ha
perdido; no se da cuenta que, en efecto, ha sido destituido por el pueblo, el
soberano, el ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria
y representativa. Por otra parte, ha vuelto a mostrar su instinto
sanguinario, ha convocado a sus fantasmas, a su masa elocuente de llunk’us, que
han desaparecido, pues eran burbujas, infladas por la corrupción y la prebenda,
para enfrentar al pueblo movilizado y al pueblo acuartelado.
Sobre el monólogo del presidente
En la conferencia de prensa del presidente, depuesto
por los Cabildos y la movilización social, contra el escandaloso y craso
fraude, ya ineludiblemente evidente, el cuadro es pobre. Un caudillo
desentonado, sobre todo con lo que ocurre en la coyuntura, rodeado por el
vicepresidente y el Canciller, emite un discurso descolocado, convocando a los
“movimientos sociales” a la defensa del gobierno y del “voto”; por otra parte,
invita a un dialogo entre los partidos más votados de unas elecciones apócrifas
y fraudulentas – contradicción relevante. Se tapa los oídos ante los pedidos de
renuncia, ante la demanda irrenunciable y clara de nuevas elecciones; además,
de cerrar los ojos ante la contundente demostración de las abundantes groseras
manipulaciones de la votación, de las actas, del conteo y de los resultados.
Solo habló, no dio oportunidades de preguntas a los periodistas presentes,
salvo una amonestación a uno que se atrevió a preguntar. Lo que implica, que no
quiere escucharlas, además señala, de antemano, que no tiene respuestas.
Sobre el ejercicio de la democracia directa,
participativa, comunitaria y representativa
Ahora bien, los Comités Cívicos tienen que comprender
que, en la práctica, Evo Morales ha sido destituido. Ante el hecho fáctico,
resultado de la movilización y el amotinamiento, como resultado de la decisión
del pueblo en los Cabildos, ha sido destituido; no es más presidente. La
autoridad inmediata de la movilización, que tomó las ciudades y los cuarteles,
son los Comités Cívicos. Esta autoridad tiene que ejercer de Gobierno Provisional
y convocar a nuevas elecciones, exigir la entrega de todas las instituciones
del Estado, exigir la obediencia de las Fuerzas Armadas y la Policía, pues
estas instituciones de emergencia responden al soberano, al pueblo, y a la
Constitución; en consecuencia, al ejercicio y la realización política de la democracia
participativa, directa, comunitaria y representativa.
Llamado a las Fuerzas Armadas
Del pueblo a los oficiales de las Fuerzas Armadas: Te
debes a la patria, respondes a la Constitución. No puedes servir a la
anti-patria, que nos llevó a la tercera derrota de la guerra del Pacífico,
confundiendo la demanda marítima con una campaña histórica; no puedes servir a
una cáfila de maleantes que gobiernan, que han perpetrado el más escandaloso y
craso fraude electoral.
¿A quién responden las
Fuerzas Armadas?
Del pueblo boliviano a las
Fuerzas Armadas: Para que les quede claro, para entiendan lo que ha ocurrido,
el presidente ha sido depuesto por los Cabildos, la movilización y el motín
policial. No hay presidente, hay un vacío político. La autoridad son los Comités
Cívicos, por el momento, ustedes deben obediencia a este Gobierno Provisional.
Para ilustrarlos, los que han disparado contra los mineros cooperativistas
mineros son francotiradores de grupos paramilitares; se denuncia, por parte de
los mineros, que son francotiradores venezolanos. Oficiales, suboficiales y
clases del ejercito díganos de parte quien están, ¿del pueblo boliviano, de la
Constitución, o de esta máquina de guerra masista, que ha ocupado el
país? Es muy importante que nos digan que son, si son parte del pueblo
boliviano, si responden a la Constitución, tienen que resguardar la
Constitución y al pueblo movilizado, tienen que responder a la Autoridad de la
movilización y al Gobierno Provisional, emergido de la democracia
participativa, directa, comunitaria y representativa. Si lo expuesto
anteriormente no es el caso, si, en cambio, responden a un presidente depuesto,
amparando a grupos paramilitares que disparan contra el pueblo boliviano, serán
tratados, en consecuencia, como un ejército de ocupación.
Sobre las Fuerzas Armadas
Las Fuerzas Armadas ya tomaron la decisión clara y
concreta de estar con su pueblo movilizado en defensa de la democracia. Han
decidido operativos contra grupos paramilitares, que son la máquina de
guerra conformada por el gobierno depuesto por los Cabildos, por los
jerarcas masitas, apoyados por equipos de mercenarios y asesores y grupos de
preparación extranjeros. El pueblo boliviano aplaude esta decisión y definición
clara de las Fuerzas Armadas. Ahora sí, toda Bolivia está unida, toda Bolivia
saca lo mejor de ella, toda Bolivia se abre al porvenir, clausurando un periodo
de impostura. Ahora si podemos decir que tenemos la gran oportunidad de
construir entre todos una nueva Bolivia, para todos los y las bolivianas, para
sus hijos y los hijos de nuestros hijos, consensuando entre todos los pasos y
decursos que tomemos.
Sobre la caída
El gobierno de Evo Morales ha caído. Nadie parece
querer darse cuenta de lo que pasó. Mucho menos los gobernantes y oficialistas.
Cayó, no por “golpe de Estado”, sino por implosión interna. Hace tiempo que ya
no había gobierno, lo que se daba es el decurso, sin ritmo, de la inercia
política, la pronunciación silenciosa y triste del cadáver de lo que un día fue
el gobierno del entusiasmo popular. El
problema, ante este vacío es evidente: ¿Quién convoca a las nuevas elecciones?
En torno a este problema la mayoría de los “analistas” se pierde en
razonamientos leguleyos, los políticos se pierden en devaneos de dilatación.
Teóricamente la solución está a la mano: la autoridad insoslayable de las
movilizaciones son los Comités Cívicos, por lo tanto, el gobierno provisional,
recae en esta autoridad, emergida de la movilización y del ejercicio de la
democracia participativa, directa, comunitaria y representativa. Esta salida es
constitucional, está prevista y establecida en la Constitución, en cuanto
Sistema de Gobierno de la Democracia Participativa, además de aparecer
claramente enunciada en el acápite de Control y Participación Social, donde se
define la construcción colectiva de la decisión política y de la ley. Pero, como dijimos antes, para que esta
solución teórica se realice depende de la voluntad política de los
involucrados.
Al pueblo boliviano
Pueblo boliviano, la
unidad en la lucha por la democracia y por la patria es la potencia social.
Ahora, como nunca, se han unido todos los sectores vitales del país, las
naciones y pueblos indígenas, el proletariado auténtico - no la burguesía
sindical -, los campesinos de verdad - no empresarios colonizadores -, los
ciudadanos y ciudadanas - no la masa elocuente de llunk’us, prebendalista y
clientela del Caudillo déspota, al servicio de las transnacionales
extractivistas -, los jóvenes, nuestros jóvenes de toda la geografía de
Bolivia, de todos los estratos. ¡Mantener la unidad! ¡Mantener la lucha con
coraje! ¡Hasta sacar al déspota y la cáfila de sátrapas que gobierna,
“revolucionarios de pacotilla”, que se enriquecieron a nombre del pueblo, que
destruyeron el proceso de cambio, que pisotearon sistemáticamente la
Constitución! ¡Nuevas elecciones en condiciones de posibilidad democráticas y
transparentes! ¡Libertad o muerte!
Sobre la espiral de violencia
La situación ha llegado muy lejos, la espiral de
violencia ha escalado geométricamente, cada vez se conoce mejor, no solamente
indicios del delito, sino con pruebas, del más escandaloso fraude electoral y
mayúsculamente craso. El caudillo déspota no se va a ir sin ensangrentar al
país, ya ha comenzado su marcha macabra de la muerte, retomando, de nuevo, lo
que ya tiene en su haber. A este grado de intensidad y de expansión de la
violencia, sobre todo del terrorismo de Estado, con complicidad de la policía,
que ha dejado de serlo al servir como conglomerado de guaruras al caudillo
déspota, en caída libre al abismo, queda claro que ahora es cuando hay que
sacar al dictador, en el ahora y aquí; este es el momento, cuando todo el
pueblo boliviano, salvo la masa clientelar y corrupta de llunk’us, se ha unido.
¡Fuera el dictador! ¡Fuera tribunales electorales truchos! ¡Nuevas elecciones!
Agradecimientos
El país venció, el pueblo venció, ganaron las
guerreras y guerreros por la democracia, el entramado de jóvenes de toda la
geografía del país, de todos los estratos del país, que se unieron como nunca
en esta lucha por la democracia. Debemos agradecer a toda la población
movilizada, a todos los bolivianos y las bolivianas que lucharon por la
democracia, la libertad, la justicia. Debemos agradecer a los Comités Cívicos,
nuestra autoridad de la movilización y de los Cabildos, nuestra autoridad cívica,
de solidaridad, moral, nuestra autoridad emergida por el ejercicio de la democracia
participativa, directa, comunitaria y representativa, por su corajuda
coordinación y participación en la lucha. Debemos agradecer a los y las
policías que se integraron a la movilización con un grandioso motín en todo el
país, tenemos que agradecer a las Fuerzas Armadas que decidieron no intervenir
contra el pueblo. Una de las figuras simbólicas de esta victoria, es más, del
nacimiento de la nueva Bolivia, sin resentimientos, sin discriminaciones, una
nueva Bolivia solidaria, que, en adelante se ha de ocupar de todos los hijos y
todas las hijas de esta maravillosa tierra andina, amazónica y chaqueña, es el
abrazo del dirigente de la CSUTCB y el dirigente del Comité Cívico de Santa
Cruz. ¡Viva Bolivia!
Interpretaciones
Crítica a la
hipótesis estrafalaria de golpe de Estado
El golpe de Estado en Bolivia de
1964 sobre el "sepelio de una revolución arrodillada", como dijo
Sergio Almaraz, fue contra una revolución en decadencia, aun así, era todavía
una revolución que había que defender, como lo propuso Filemón Escobar, siendo
militante del POR
y dirigente minero. Pero, el "proceso de cambio" de Evo Morales fue y
es un contra-proceso a partir de 2009, sobre todo, como la historia no
se repite dos veces, fue y es una comedia grotesca. El golpe de Estado lo dio
el caudillo déspota al pisotear la Constitución y al desconocer la voluntad
popular del referéndum, ahora, al buscar perpetrarse mediante un escandaloso
fraude. El pueblo se levanta contra una dictadura a secas.
Caracterización de la diseminación institucional
Sergio Almaraz Paz decía del general René Barrientos
que confundía el país con un aeropuerto, podemos decir que Evo Morales confunde
el país con un sindicato del Chapare. Cree que puede gobernar con prebendas,
adulado por clientelas, rodeado de mafias, su entorno palaciego, contar cuentos
triviales, lo de que es “revolucionario”, decir que ha ganado las elecciones,
que, por cierto, son apócrifas e inconstitucionales, cuando las ha perdido,
montando el más escandaloso fraude de la historia política. Hacer creer que es “gobierno de los
movimientos sociales”, cuando los ha diseminado, destruyendo el tejido social y
la capacidad de lucha y organizativa del pueblo, cuando solo es un gobierno
clientelar y corrupto, agente encubierto de las transnacionales extractivistas
y agente requete-encubierto del imperio. Todas sus gestiones de gobierno han
sido un bluff, que, sin embargo, despliegan la apropiación indebida
de los bienes y propiedades del pueblo boliviano, los recursos naturales, tal
como establece la Constitución, para enriquecer a la casta política gobernante,
la burguesía rentista, y a la cáfila de impostores dirigentes llunk’us,
burguesía sindical, para beneficiar a un ato de “dirigentes campesinos” puestos
a dedo, que no respetan la democracia sindical, que tampoco son campesinos sino
empresarios – renunciaron a la reforma agraria, se aliaron a los latifundistas,
atacan a las comunidades indígenas y se apropian de sus tierras. El régimen de
Evo Morales, régimen de “revolucionarios de pacotilla”, en realidad,
usurpadores de la victoria del pueblo contra el neoliberalismo, crápulas y
diletantes que ven bien enriquecerse a nombre del “proceso de cambio” que
destruyeron, está sostenido sobre arenas deleznables; sobre este lodazal no se
puede construir nada, solo castillos de podredumbre, que también se derrumban.
Régimen déspota defendido por una policía que no cumple con la Constitución,
que no cumple con sus funciones establecidas, que se deja comprar indignamente,
que se vende por un plato de lentejas, comportándose como guaruras del padrino.
Régimen del oprobio y del saqueo de Bolivia, sostenido por unas Fuerzas Armadas
comandadas por generales cooptados por suculentas prebendas y comprometidos en
el saqueo de Bolivia, en empresas espurias. Esta breve descripción de la
comedia grotesca y el teatro político trivial del régimen nos muestra la
diseminación institucional, por lo tanto, la diseminación del poder, de un
poder atravesado por el lado oscuro de las dominaciones.
La dramática historia
política de Bolivia
En la dramática historia
de Bolivia, parece que una fatalidad y condena nos ha embargado, hemos
constituido, primero, una Republiqueta, en contra de la Patria Grande,
promovida por Tupac Amaru, Tupac Katari y Simón Bolívar. Después de comenzar a
perder territorios heredados en el acto de fundación, después de la guerra
federal, se pasó de una República aparente, solo circunscrita a los
dispositivos jurídicos, a una República Liberal aparente, excluyendo,
nuevamente a las mayorías indígenas y a las mujeres. Más tarde, debido a la
crisis profunda del Estado liberal oligárquico, la revolución nacional de 1952
constituyó una República real, empero, todavía un Estado-nación aparente; se
incorporaron a la política las mayorías indígenas y las mujeres, se experimentaron
efectos estatales de la nacionalización, en términos de materialización
institucional del Estado-nación. La crisis múltiple del Estado-nación,
arrastrada desde la fundación de la República, continuó su marcha sinuosa, la
crisis volvió a estallar virulentamente; la movilización prolongada (2000-2005)
abrió el proceso constituyente y el llamado proceso de cambio, empero, se
truncó en las primeras de cambio, al optar el nuevo gobierno, ungido en
elecciones y por la victoria de la movilización social, por el camino de la forma
de gubernamentalidad clientelar y corrupta.
Sobre la recurrente
presencia de los impostores
A lo largo de la historia
dramática de Bolivia se ha observado la reiteración perversa de un síntoma
repetitivo de una decadencia inherente en las estructuras de poder; se imponían
los charlatanes, los tramposos, los oportunistas, los pragmáticos, arrinconando
a los perfiles subjetivos idóneos, honestos, creyentes del porvenir, quienes
podían haber dado otros decursos a las instituciones y a los periodos
políticos, inclusos a las guerras en la que se involucró el país. Las
revoluciones ponían a la cabeza a pragmáticos, a oportunistas, que se investían
de “revolucionarios”, sin embargo, repetían los ciclos perversos del círculo
vicioso del poder, reproduciendo las relaciones de poder basadas en la economía
política del chantaje y repitiendo las prácticas paralelas de clientelismo
y corrosión. El pueblo boliviano no puede seguir soportando esta dramática
historia, los decursos destructivos del círculo vicioso del poder; es
urgente cortar este cordón umbilical con la madre del cordero, el nacimiento de
las formas aparentes del Estado, el substrato de estructuras de poder
barrocas. Hoy, se tiene esta oportunidad, toda Bolivia se ha unido contra
el fraude electoral, se ha movilizado por la democracia, se ha amotinado la
Policía, se han juntado, aliado, conjuncionado, entrelazado, hermanado,
distintos estratos de jóvenes de toda la geografía del país, se han abrazado
Occidente y Oriente, se han sincerado “Ponchos Rojos” y Comités Cívicos, el
abrazo entre el dirigente de la CSUTCB y el presidente del Comité Cívico de
Santa Cruz es la figura simbólica del abrazo afectivo, sincero y solidario de
toda Bolivia. Esta es la oportunidad de volver a nacer, ya no de manera
aparente, como antes, sino efectiva, real, profundamente fundacional, de
apertura a otra Bolivia posible, complementaria, reciproca, unida, solidaria,
entrelazada afectivamente, resolviendo consensuadamente sus problemas. Esto
equivale a decir, ya no más tramposos, charlatanes, oportunistas, pragmáticos,
impostores, simuladores. Démonos la oportunidad hacia el porvenir dejando
emerger lo mejor lo mejor de Bolivia, sus hombres y mujeres, sus jóvenes, sus
pueblos, sus comunidades profundas, sus afectos, sus amores, sus estéticas, sus
inventivas sociales.
Caracterizaciones
sobre estratos sociales populares del poder
Los
cooperativistas mineros son empresarios privados, que tienen a su cargo, como
si fuesen esclavos, a trabajadores mineros que trabajan a destajo, que es el
proletariado minero, que trabaja en condiciones de capitalismo salvaje. Estos
empresarios privados, burguesía “cooperativista”, controlan el 27% de la
producción minera, las empresas transnacionales controlan el 70%, mientras que
las empresas públicas (COMIBOL) solo controla el 3%. Los “cooperativistas
mineros” entregan su mineral a las empresas transnacionales; entonces son
intermediarios del gran capital internacional. Esta burguesía minera es la
aliada de Evo Morales Ayma. El gobierno clientelar y corrupto, conformado por
la burguesía rentista y la burguesía de la coca excedentaria y la de la economía
política de la cocaína, tiene como aliados a la burguesía “cooperativista
minera”, a la burguesía agroindustrial, a los ganaderos, a los traficantes, a
los colonizadores y, obviamente hace de brazo operativo del modelo colonial
extractivista del capitalismo dependiente.
La COB masista
nada tiene que ver con la COB heroica, la que configuró la historia del
proletariado boliviano. La COB masista expresa la degradación moral y ética de
una burguesía sindical, que medra del poder y a la sombra del caudillo
déspota. Una burguesía sindical enriquecida por las prebendas del Gran
Corruptor, el caudillo, una burguesía sindical que se hace la burla del
proletariado sindicalizado, que es una minoría ante la masa del proletariado
boliviano no sindicalizado. Todo lo que apoya al gobierno clientelar y corrupto
de Evo Morales es una impostura, una mueca grotesca, una risa macabra ante las
víctimas que dice que representa, ante los cadáveres de los héroes que han
luchado por una transformación estructural e institucional, pero que, ahora, no
es otra cosa, que una comedia grotesca política. “Revolucionarios de pacotilla”
que han destruido el prestigio del socialismo, que han deshilachado el
prestigio de la lucha anticolonial. Unos
impostores que se enriquecen a nombre del pueblo boliviano y hacen enriquecer
enormemente a las transnacionales extractivistas.
Sobre la victimización
El último jacobino, despliega su demagogia, victimiza,
utiliza las víctimas para usufructo del poder, después de haber saqueado el
país, entregado nuevamente los hidrocarburos a las transnacionales con los
Contratos de Operaciones, entregando una millonaria indemnización a las
supuestas “nacionalizadas”, además dejándolas en el territorio para seguir
explotando, a pesar de que la auditoria técnica del ingeniero Mariaca dejó
claro que las empresas extractivistas le debían al Estado por incumplimiento de
contrato y de convenio. Este ideólogo del extractivismo y atizador de la
violencia, sobre todo de la “guerra racial”, ahora quiere, en su costumbre,
desinformar, afincar una narrativa mediática insostenible. No se puede estar de
acuerdo, por cierto, con el desborde de la violencia, ni se pueden justificar
actos exacerbados, pero es cobarde ocultar quienes iniciaron la escalada de la
violencia. Primero desconocen las reglas del juego democráticas, desmantelan
sistemáticamente la Constitución, se ríen en el referéndum, que es ejercicio de
la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa;
Sistema de Gobierno establecido por la Constitución. Continúan con la
imposición de tribunales electorales truchos, a su servicio; promulgan una
inconstitucional ley de organizaciones políticas, hacen una jocosa pantomima de
primarias; modifican las fechas electorales; se lanzan a elecciones apócrifas
con candidatos inhabilitados, que no pueden habilitarse con argucias leguleyas
del tribunal chuto constitucional. Arman
la maquinaria del más escandaloso fraude electoral de la historia política, no
hacen caso a la misión de veedores de la OEA cuando pide detener el conteo y
hacer auditoria técnica. Se proclaman ganadores en condiciones insostenibles.
Provocaron entonces el estallido del levantamiento social en todo el país. Para
defenderse, lanzan a su masa elocuente de llunk’us, disfrazándolos de mineros,
en unos casos, en otros, mandando mineros, que son clientelas corruptas y
corroídas, contra el pueblo que demanda el respeto a su voto. Disfrazando a
funcionarios públicos de campesinos e “indígenas”, en unos casos, en otros
casos, mandando a clientelas campesinas, contra las manifestaciones pacíficas y
los bloqueos. Los que desataron, planificadamente, la lamentable espiral de
violencia desbocada son el gobierno clientelar y corrupto, además de pirómano y
fraudulento, y sus masas elocuentes de llunk’us. La manera categórica de parar
esta violencia desatada es la renuncia de los autores intelectuales del
terrorismo de Estado, del caudillo déspota y del jacobino de la época del
terror, de los tribunales electorales truchos; convocar a nueva a elecciones.
¿Les tienen miedo a las elecciones transparentes con un tribunal idóneo?
El Gran Impostor
El Gran Impostor, se dice “revolucionario”, es un
“revolucionario de pacotilla”. Oculta en la cabeza una vaga astronomía de
pistolas inconcretas, el cielo le parece una vitrina de cuetillos de carnaval.
Era un empresario de la coca excedentaria, se convirtió en dirigente de los
sindicatos del trópico de Cochabamba, siendo secretario deportivo, lo vuelven
líder político, teniendo una vaga noción, confunde la política con la
manipulación. La “izquierda” acrítica, monjes castrados que nunca merodearon la
crítica, menos la autocrítica y, mucho menos, una evaluación de los errores y
de la decadencia de las revoluciones; por lo tanto, nunca enmendaron los
errores, sino insistieron en los mismos, sepultando las posibilidades
auténticas de nuevas revoluciones renacidas, lo convierte, al caudillo en
ciernes, en un “Che” indígena; no se sabe a través de qué analogías. Lo que
pasaba, es que esta “izquierda” mediocre, que medra del prestigio de las
revoluciones pasadas, que se comporta inquisidoramente ante las nuevas
generaciones de lucha, requiere para su religión política de mitos,
aunque éstos sean carcomidos, vacíos y sin contendido cultural. El incipiente
caudillo, después, se va a convertir en el caudillo déspota, una vez que los
cantos de sirena del poder lo seducen y lo atrapan en las redes de la corrosión
y la corrupción. Ahora, después de desmantelar sistemáticamente la Constitución,
haber pisoteado los derechos de las naciones y pueblos indígenas, como lo
hubiese hecho cualquier patrón “blanco”, después de desnacionalizar los
hidrocarburos mediante los contratos de operaciones, más tarde, atreverse a
regalar el Salar de Uyuni y el litio por casi un siglo a una empresa
trasnacional, que no cuenta ni con la experiencia, la tecnología y la
experticia en la industrialización del litio – otro delito contra los bienes y
propiedad de los bolivianos, otro caso de espantosa corrupción -, desconoce las
reglas democráticas, el sistema de gobierno de la democracia participativa,
directa, comunitaria y representativa, concretamente, el referéndum. Por este
camino sinuoso llega a amparar y promover un escandaloso y craso fraude
electoral. Pretende prorrogarse en el poder, ya como dictador a secas,
imponiéndose, con huestes disfrazadas de la masa elocuente de llunk’us, con la
violencia descarnada del terrorismo de Estado.
Sobre el terrorismo de Estado
El terrorismo de Estado en
acción. Como una fiera herida el gobierno clientelar y corrupto, además de
pirómano y fraudulento, da zarpazos desesperados, antes de morir. Usan a la
corrupta administración de “justicia”, a los policías, que, en parte, sobre
todo de la oficialidad de alto rango, actúan como guaruras del caudillo
déspota; también emplean a la oficialidad militar prebendal, que entrena a empleados
públicos. Con las diferencias del caso, al estilo boliviano, buscan emplear los
mismos procedimientos de violencia terrorista de los grupos de choque, que, en
el caso de Nicaragua, donde se convirtieron en paramilitares asesinos. Que en
Bolivia ocurra lo mismo está a un trecho. Por eso, pueblo boliviano unido, como
nunca, es ahora o nunca, es ahora cuando, es en el aquí y en ahora. ¡Sacar al
caudillo déspota! ¡Sacar a la cáfila de maleantes de su entorno palaciego! ¡La
renuncia del dictador a secas, impuesto por un escandaloso y craso fraude, es
cuestión de vida o muerte! ¡Nuevas elecciones en condiciones de posibilidad
transparentes, con tribunales electorales idóneos! Si los oficialistas dicen
que “representan a la mayoría del pueblo”, entonces, a qué le temen para ir a
nuevas elecciones. Si no las aceptan es porque saben que han hecho el más
grosero fraude de la historia política. La solución es fácil, nuevas
elecciones; dejen de ensangrentar Bolivia, “revolucionarios de pacotilla”.
La muletilla del “Estado de sitio”
Repiten como loros una antigua acusación, usada por
los que fungen de gobernantes, relativa a una simplona hipótesis de la
conspiración. En la modernidad tardía, tanto los gobiernos de “derecha” como de
“izquierda” la vuelven a usar reiterativa y recurrentemente. Este uso se ha
vuelto estridente, donde la imaginación brilla por su ausencia, en los
gobernantes neoliberales y neopopulistas. Evo Morales, su entorno palaciego,
sus voceros, la repiten en la gris letanía de una emisión sin contenido, vacía.
Ante el estallido de la crisis constitucional y del fraude electoral han vuelto
a recurrir a esta aburrida enunciación, vacía de argumentos. Sobre todo, vuelve
a aparecer en toda su inutilidad cuando el motín policial, en todo el país, le
otorga una intensidad mayor al conflicto político.
Los equipos mercenarios, que asesoran al gobierno
clientelar, en plena caída al abismo, no tienen otro mecanismo de justificación
que la inútil hipótesis de la conspiración, la más simplona, del “golpe de
Estado”. Obviamente no tiene efectos de convencimiento en el país; a estas
alturas del desenvolvimiento de la crisis de los “gobiernos progresistas”,
tampoco le cree la comunidad internacional, salvo, claro está, los gobiernos
cómplices de la decadencia populista. La situación de la hipótesis del “golpe
de Estado” es de museo.
La revolución pacífica boliviana
La “revolución” es un concepto ultimatista del siglo
XX, como llama Alain Badiou, o del largo siglo XX, haciendo una paráfrasis al
libro de Giovanni Arrighi El largo siglo XX. Antes, durante el siglo
XIX, fue un concepto iluminista o, si se quiere, también de la ilustración. En
el siglo XXI este concepto es discutible, desde la perspectiva de la evaluación
de la historia política del siglo XIX y siglo XX, pues las revoluciones se
hundieron en sus contradicciones, restauraron el poder después, aunque en otros
perfiles, formas y estilos, que se presentaban como opuestos y hasta
antagónicos. Sin embargo, vamos a usar el término revolución como
metáfora e ilustración para poder interpretar los hechos, sucesos, eventos y
acontecimiento en la coyuntura boliviana, que hemos denominado crisis
constitucional y crisis del fraude electoral.
Diremos, primero, que la movilización que derrotó al
gobierno de Evo Morales Ayma, que por cuarta vez intentaba mantenerse en el
poder, desconociendo la Constitución y el referéndum del 21 de febrero de 2016,
que lo inhabilitó a ser candidato usando como procedimiento el doloso mecanismo
del fraude electoral, es una revolución pacífica. Fueron bloqueos,
marchas y movilizaciones pacíficas, que sufrieron, sin embargo, ataques
agresivamente por grupos organizados del partido oficialista; en consecuencia,
tuvieron que defenderse y aprendieron a hacerlo formando grupos de defensa,
también grupos de choque. De todas maneras, a pesar de la intensidad que cobró
la movilización, podemos decir que no dejó de ser pacífica.
El motín policial ascendió mucho más la intensidad de
conflicto político y de crisis constitucional. La correlación de fuerzas se
hizo favorable para la movilización en defensa de la democracia y contra el
fraude electoral. La configuración de la coyuntura adquirió una definición
cuando la OEA dio a conocer su avance preliminar de la auditoria técnica de las
elecciones y emitir su conclusión: Por hallar demasiadas irregularidades,
propone anular las elecciones, cuyos resultados no se pueden avalar, y plantea la
convocatoria a nuevas elecciones. Es decir, la auditoria corrobora la
presunción de fraude electoral. Este veredicto es definitivo, termina
quitándole incluso la pose de legitimidad aparente al gobierno de Evo Morales. A
partir de este momento, no hay vuelta atrás, el desenlace se despliega, la
renuncia de Evo Morales. Aunque tarda en hacerlo, todavía resistiendo e
intentando maniobras políticas, como el llamado al diálogo entre los partidos
más votados de las apócrifas elecciones, los pedidos de renuncia se suman a los
que ya hubo antes, la Policía pide su renuncia, después lo hacen las Fuerzas
Armadas. Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera renuncian en Chimoré. Estalla la alegría en todos los sectores
movilizados por la democracia, antes, los dirigentes de los Comités Cívicos ya
hicieron la entrega de la carta de renuncia y de la Bliblia en el Palacio
quemado. En contraste a este desborde de alegría en la noche comienzan los
ataques de grupos organizados del MAS, atacando en El Alto y en la ciudad de La
Paz, sobre todo en la Zona Sur. Se queman en el garaje los buses Puma Katari, de
servicio público de la Alcaldía, se atacan lugares comerciales, obligando a los
comerciantes a organizarse para defender sus locales y tiendas. Desde Obejuyo y
Chasquipampa baja una muchedumbre numerosa amenazando y atentando contra
viviendas; se quema la casa del Rector de la UMSA y la casa de la comunicadora
del canal universitario Casimira Lema. Por el barrio de Pampajasi se ataca,
apedrea y saquea un puesto policial. En otras palabras, se siembra el caos,
para decirlo figurativamente.
Aclaración necesaria
Pongamos las cosas en
claro, los puntos sobre las íes, la movilización del Chapare contra la
movilización del pueblo boliviano y el motín policial, no es de “movimientos
sociales”, es de una organización que funciona como Cártel, es de los
cultivadores de la hoja de coca excedentaria y del “industrialización” de la
cocaína. Los que actuaron en Vila Vila y en Challapata no son “movimientos
sociales”, son paramilitares de la máquina de guerra del masismo. El
terrorismo de Estado, perpetrado y desplegado en Venezuela y Nicaragua, ahora
ha dispuesto desenvolverse impunemente en Bolivia para ensangrentar al pueblo,
no es socialista, es parte de la maquinaria del terror de Carteles. El
socialismo, en tanto Estado, se hundió en sus profundas contradicciones al no salir
del modo de producción capitalista y convertirse en capitalismo de
Estado, en la ruta más rápido al capitalismo de los países “atrasados”; al
ser la una cara del sistema-mundo capitalista, los países liberales
desarrollan las desigualdades mediante el régimen económico de la “abundancia”;
la otra cara del sistema-mundo capitalista, los que fueron países de los Estados del Socialismo Real,
desarrollaron las desigualdades mediante el régimen económico de la “escasez” .
Entonces, dejemos a un lado las elementales y simplonas interpretaciones de
algunos comentaristas conservadores y reaccionarios anacrónicos que siguen
destilando sus miedos al fantasma del comunismo. Lo que se enfrenta son formas
de organización despiadadas del lado oscuro del poder.
Análisis
El ciclo neopopulista, del
barroco político de la forma de gubernamentalidad clientelar, se habría
cerrado, después de haber experimentado su curso ascendente y su curso
descendente, siguiendo la figura de la metáfora de los ciclos económicos.
Aunque no haya concluido el desenlace con el exilio de Evo Morales,
aunque se encuentre su finalización incierta en la Plaza Murillo, en el Palacio
Legislativo, incluso después de esta situación desplazada, cuando se cuenta con
una sustitución constitucional, en un contexto de movilizaciones campesinas y
en la ciudad de El Alto, que desconocen la sustitución constitucional de
Jeanine Añez, el ciclo como tal, es decir el agotamiento de una forma de
gubernamentalidad, ha concluido, es decir, se ha dado. La manipulación
clientelar se ha desgastado, ya no sirve; por eso, se pasó al despliegue de la
violencia descarnada, antes, a la violencia descarada del fraude electoral. En
Bolivia parece que esta forma descarnada de violencia, la del terrorismo de
Estado, no puede prosperar por mucho tiempo, como en el caso de Venezuela y
de Nicaragua. Esto quizás debido a las características de su propia formación
social; algo parecido sucede en Ecuador. La misma polifonía social
decodifica de distintas maneras el terrorismo de Estado; ni los sectores
populares, tampoco los pueblos indígenas, así como las “clases medias”, no
soportan la permanencia del terrorismo de Estado, sobre todo en sus
versiones más descarnadas y virulentas. Por otra parte, tienen sus propias
tradiciones autoconvocantes, además de no institucionales.
El mito del caudillo,
que es como el núcleo ideológico de la ideología populista, a la que acude la
izquierda continental decadente y fracasada, se ha apagado, agotada su llama,
no queda más que la oquedad y la mudez de una máscara que no dice nada. La
izquierda acrítica, que ha medrado del prestigio de las revoluciones pasadas y
triunfantes, que se ha aposentado en esta fulguración histórica, empero, tan
solo haciendo apologías e invistiéndose de “revolucionaria”, sale en defensa
del caudillo, sin haber intentado siquiera comprender la crisis de los
“gobiernos progresistas”, mucho menos de hacer un análisis, y muchísimo menos se
puede esperar un análisis crítico. Con lo que expresa patentemente sus
limitaciones ateridas. Es pues una
izquierda conservadora y colonial, apoltronada en sus adornos “revolucionarios”.
No se da cuenta que asiste a fenómenos perversos donde el lado oscuro del
poder no solo atraviesa el lado institucional del poder, sino que lo
controla, lo usa como máscara. Una izquierda que nunca se detuvo a evaluar lo
que pasó con las revoluciones socialistas triunfantes, por qué cayeron después
de más de medio siglo, en unos casos, o menos, en otros; por qué se
pervirtieron, sufriendo una metamorfosis como las del “socialismo de mercado”. Una
izquierda de la que no se puede esperar que analice objetivamente lo que son
estructuralmente los “gobiernos progresistas”. Asumen que son de “izquierda” y
se enfrentan a una “derecha” neoliberal; lo hacen sin explicar por qué
neoliberales y neopopulistas reproducen, con distintos estilos, el modelo
colonial extractivista del capitalismo dependiente. Mucho menos van a
ocuparse de las visibles profundas contradicciones de estos gobiernos, de su
desbocada política anti-indígena y antiecológica. Para ellos, los caudillos son
los padres de la promesa de justicia como lo fue el padre Josef Stalin[16].
En este sentido, se puede aseverar que esta izquierda latinoamericana esta
enajenada en la ideología, así como los sacerdotes de la inquisición
estaban enajenados en la religión.
El caudillo caído en
desgracia sobrevive a su propia muerte, para usar una figura religiosa,
resucita, con connivencia de esta mentalidad izquierdista apoltronada. Esta es
otra de las razones por la que los pueblos se siguen moviendo en la fatalidad
del círculo vicioso del poder; porque los sacerdotes políticos persisten
en las ceremonias y ritos para ungir cadáveres políticos, en plena crisis de la
civilización moderna, como si fuesen dioses encarnados. Para mostrar solo un
ejemplo del desatino izquierdista, hacen marchas de desagravio y de defensa en
la ciudad portuaria de Buenos Aires; en México lo reciben como perseguido
político, cuando no hay algo que sostenga esto, en la ciudad conquistada por
Hernán Cortez, cuando el expresidente de Bolivia huye porque es un delincuente
flagrante por el escandaloso fraude electoral descubierto. No vamos a mencionar
otras características del caudillo carismático y compulsivo andino, nos remitimos
a otros ensayos y análisis que publicamos, como su grotesca paradoja de ser un
rostro indígena y presidir un gobierno anti-indígena, pues no se trata, ahora
de repetir lo que dijimos[17].
Lo que interesa, de manera clara y concreta, es que asistimos a uno de los desenlaces
de la comedia política; la crisis múltiple del Estado-nación en el
sistema-mundo político se encubre en simulaciones mediáticas. Evo Morales
no solamente fue un “revolucionario de pacotilla”[18],
como el resto de los “revolucionarios” del “socialismo del siglo XXI”, en Sur
América, sino que fue un “revolucionario mediático”, producido por los medios
de comunicación de masa.
El régimen clientelar y
corrupto de Evo Morales Ayma ha caído por implosión; todas las columnas y los
cimientos del régimen estaban podridos. Carcomido por dentro, era cuestión de
tiempo el derrumbe. El tiempo político no coincide con el tiempo cronológico;
en el tiempo político el régimen clientelar había muerto, era cadáver, sin
embargo, en el tiempo cronológico se extendió, pues la ideología, la máquina
de la fetichización, los medios de comunicación, el conservadurismo
coagulado en los habitus, permitieron que el imaginario se imponga sobre
la realidad, extendiendo la vida vegetal de un régimen que había muerto.
[1] Ver Hermenéutica
del conflicto, también Retorno y porvenir de la rebelión.
[2] Ver
Capitalismus versus vida.
[3] Ver
Círculo vicioso del poder.
[4] Ver
Cartografías políticas y económicas del chantaje.
[5] Ver El
lado oscuro del poder.
[6] Ver
Gubernamentalidad y crisis de dominación.
[7] Ver Breve
genealogía de la crisis múltiple del Estado-nación.
[8] Ver Analogías
perversas y virtuosas en las genealogías de los Estado-nación.
[9] Ver Dinámicas
en la coyuntura en crisis constitucional.
[10] Ver La
fuerza del acontecimiento.
[12] Ver La
crisis múltiple del Estado-nación está generalizada.
[13] Ver No solamente de política vive el hombre.
[14] Ver Estado
policial.
[15] Se constató después que solo fue
herido de bala.
[16] Ver La pantomima del gran timonel.
[17] Ver Alteridad o decadencia.
[18] Ver Revolucionarios de pacotilla.
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