La revolución pacífica boliviana en el contexto de la crisis múltiple del Estado-nación


La revolución pacífica boliviana en el contexto de la crisis múltiple del Estado-nación

Raúl Prada Alcoreza












Ha concluido un ciclo, que llamaremos el ciclo del neopopulismo, abierto por la movilización prolongada (2000-2005), que, sin embargo, se orientaba a otro horizonte, que llamaremos el horizonte plurinacional y decolonial y autogestionario. Las salidas electorales, tanto el 2002 como del 2005, dieron lugar específicamente al comienzo del ciclo neopopulista, dada la correlación de fuerzas institucionales, no necesariamente social, pues la iniciativa y el territorio estaba tomada por los movimientos sociales, que obviamente no formaban parte del conocido instrumento político que es el MAS, sino, mas bien, eran autónomos y autogestionarios, partidarios de la autodeterminación.  El ciclo mentado ha concluido y es menester, ahora, hacer una evaluación crítica del denominado “proceso de cambio”.  Ya lo hicimos antes en distintas etapas, pero, ahora, contamos, como se dice, con el panorama completo; en ese sentido, retomamos las evaluaciones anteriores[1], que podemos considerarlas parciales y, sobre todo consideraremos la experiencia social y política vivida en el último lapso del ciclo Evo Morales Ayma. Entonces haremos un análisis genealógico, es decir, un análisis del presente a partir de una mirada retrospectiva del pasado. Comenzaremos con los recientes hechos, sucesos, eventos del acontecimiento político. Para tal efecto, nos basaremos en las intervenciones escritas e interpretaciones intempestivas que se hicieron en su momento.   

Las intervenciones son actuaciones instantáneas, acciones intempestivas, que expresan un ánimo intelectivo, quizás fragmentos de intuición, que pueden servir como marcas perceptivas, incluso como señales de las secuencias de los hechos, aproximaciones al acontecimiento. Vamos a utilizarlas en este sentido, como predisposiciones subjetivas e intelectivas, pues, interpretan al instante lo que ocurre.

Las interpretaciones intempestivas tienen, si se quiere, un mayor alcance que las intervenciones, pues son más elaboradas, intentan análisis rápidos, no solo sobre la base de las impresiones, como lo hacen las intervenciones, sino utilizando otros datos, incluso recurriendo a otros análisis. Si se quiere son fragmentos de análisis.  

En el análisis retrospectivo del presente, en el análisis genealógico, al partir de lo más reciente, de los hechos y sucesos calientes, por así decirlo, usaremos las intervenciones y las interpretaciones intempestivas, para luego, recorriendo retrospectivamente el tiempo político, retomar los ensayos y análisis elaborados.

Las movilizaciones estallaron después de que se emitieron los resultados de las elecciones apócrifas, pues desde la interrupción de la emisión de la información del TREP fue notoria la manipulación de los datos; en la medida que se fueron develando las intervenciones dolosas en el proceso de las elecciones mismas, desde la modificación de las actas, antes, la intervención en las votaciones, donde se podía, sobre todo en el área rural, para continuar en la modificación de los datos del TREP en el tránsito a lo los resultados finales, se fue caldeando el ambiente social y de la opinión pública. Los Cabildos comenzaron a pronunciarse, antes incluso de las elecciones mismas, pues se convocaron a partir de la defensa de la voluntad popular del referéndum de 21 de febrero de 2016. Un cabildo de Santa Cruz se pronunció contra lo que podía salir de los resultados de las elecciones apócrifas, anunciando que se desconocería un triunfo de Evo Morales, candidato ilegítimo e ilegal. Lo que vino después es lo que ya se conoce y se acaba de describir; los Cabildos autoconvocados en el país en casi todas las ciudades capitales del país se pronunciaron contundentemente contra el fraude electoral perpetrado. Se conformó como una coordinación de los Cabildos, los que pidieron no solo la anulación de las elecciones, sino también la renuncia del presidente. Las movilizaciones ciudadanas, los bloqueos en las ciudades, las marchas contra el fraude electoral y por la renuncia del presidente se extendieron y fueron adquiriendo mayor intensidad. La crisis desbocó en el motín policial, lo que terminó de cambiar la correlación de fuerzas del mapa del conflicto. Caravanas de jóvenes y de mineros cooperativistas potosinos se embarcaron a la ciudad de La Paz para apoyar las movilizaciones en defensa de la democracia, contra el fraude y por la renuncia del presidente. Fueron emboscadas en el camino por grupos de choque y grupos paramilitares del MAS, la caravana de estudiantes en Vila Vila, la caravana de mineros en Challapata.  La situación recrudeció patentemente, las Fuerzas Armadas salieron a tomar lo cerros de Challapata a neutralizar a los grupos de choque y paramilitares. Mas tarde, el Comando de las Fuerzas Armadas pidió la renuncia a Evo Morales Ayma. En el transcurso de esta sucesión de hechos, la OEA leyó su informe preliminar, donde se reconoció que hubo irregularidades en todo el proceso electoral y, que, por lo tanto, no podía avalar los resultados de las elecciones; concluyó que es menester convocar a nuevas elecciones con un Tribunal Electoral idóneo y creíble. Después, fue el mismo Secretario General de la OEA el que contundentemente dijo claramente que se perpetró un fraude electoral, además de que el gobierno consumó un autogolpe de Estado el 20 de octubre.

Evo Morales se vio obligado a renunciar, su renuncia la hizo conocer en Chimoré. Después viajó a México en condición de asilado y refugiado político. En las circunstancias del vacío político, se dieron lugar distintas propuestas para resolver el problema y el desafío que planteaba el vacío político; Gobierno Provisional, Junta de Gobierno, como ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa; también la sustitución constitucional. La correlación de fuerzas, sobre todo, la composición de las predisposiciones políticas derivó la resultante de fuerzas en la sustitución constitucional. Contando con la renuncia de la presidenta y del vicepresidente del Senado, la presidencia, por sustitución constitucional, recayó en Jeanine Añez, quien conformó un gobierno de transición, cuya tarea es convocar a elecciones y conformar un Tribunal Electoral idóneo.

El MAS se lanzó a la ofensiva, desconociendo al nuevo gobierno y a la presidenta. El panorama político volvió a convulsionarse con bloqueo de caminos, marchas violentas a las ciudades, movimientos que rayan en el enfrentamiento militar. La intensidad llegó al máximo con la quema de buses y casas privadas, postas policiales y destrozos urbanos. Sin embargo, la intensidad fue bajando, cuando las incursiones violentas punitivas, sobre todo de muchedumbres de muchachos agresivos y violentos, armados de palos, en algunos casos, de dinamitas y gases lacrimógenos, en muchos casos, con bombas molotov, por marchas pacíficas, de protesta, de demanda y de desagravio a la wiphala, aunque no dejaban de estar acompañados por grupos disminuidos de choque. Uno de los pedidos fue el retorno de Evo Morales Ayma, sin embargo, después se situó en el desconocimiento del gobierno de transición de la flamante presidenta interina. Esta disminución de la intensidad del conflicto y el control del territorio por parte de la policía y de las Fuerzas Armadas parece señalar que el conflicto mismo, en su forma virulenta, se va apagando, para empezar a trasladarse a la concurrencia electoral. Si esto acontece, se corrobora nuestra interpretación de que se clausura el ciclo del neopopulismo. Lo que compete entonces es no solo hacer una evaluación crítica del ciclo, sino también comprender y entender las dinámicas moleculares y las dinámicas molares que lo atravesaron. En ese sentido, propondremos configuraciones conceptuales que ayuden en el análisis genealógico de los procesos inherentes en el acontecimiento político. Varias de estas configuraciones conceptuales ya las expusimos y puesto en juego en análisis e interpretaciones anteriores[2]; ahora sugerimos nuevas, sobre todo teniendo en cuenta el despliegue de nuevas figuras, perfiles y composiciones en las movilizaciones recientes.

Una de esas configuraciones, que se han convertido en recurrentes en nuestras exposiciones, es la del círculo vicioso del poder[3]; otra de las configuraciones usadas es la economía política del chantaje[4], de la cual ha derivado la configuración del lado oscuro del poder[5], en contraste al lado luminoso o institucional del poder. La configuración conceptual, correspondiente a la caracterización política de la forma de Estado, es el de la forma de gubernamentalidad clientelar[6], que define a la forma de gobierno populista y neopopulista. También se ha usado la configuración conceptual de la economía política de la cocaína para dibujar y mapear una economía del lado opaco y del lado oscuro de la economía-mundo, que tiene anclajes regionales, nacionales y locales. Estas configuraciones han sido usadas en los análisis e interpretaciones anteriores a la crisis constitucional, institucional y del fraude electoral. En el análisis e interpretaciones correspondientes a la crisis mencionada, es decir, recientes, se han dibujado bocetos conceptuales para ayudar en el análisis e interpretación del acontecimiento político en la coyuntura álgida de la reciente crisis. En Breve genealogía de la crisis múltiple del Estado-nación[7] se ha retomado la genealogía de la convocatoria del mito, en la encarnación del caudillo, buscando en el perfil barroco del despotismo actualizado, la mezcla perversa de la figura del hijo del sol, combinada de mesianismo, promesa carismática y patriarca de la nación oprimida. En Analogías perversas y virtuosas en las genealogías de los Estado-nación[8] se observa la crisis de Bolivia desde el contexto de la crisis múltiple de los Estado-nación en Sur América, encontrando que, a pesar de sus diferencias en ideologías y discursos políticos, también en estilos de gobierno, comparten no solamente las singularidades propias, nacionales, de la crisis del Estado-nación, sino un recurso de emergencia de los gobiernos que enfrentan movilizaciones, el terrorismo de Estado. En Dinámicas en la coyuntura en crisis constitucional[9], el análisis encuentra un desplazamiento de la crisis política en la coyuntura; se pasa de la coyuntura del fraude electoral a la imposición de una dictadura a secas por imposición a la fuerza de la aplicación del mismo fraude. En La fuerza del acontecimiento[10], se expone la sinuosa correspondencia entre formas discursivas e ideológicas y fuerzas descarnadas; sobre todo se muestra que cuando la crisis política adquiere intensidad las fuerzas descarnadas, expresadas en la violencia desnuda, adquieren preponderancia. En El uso de las víctimas[11], se hace una genealogía del uso político y simbólico de las víctimas en el ejercicio y la reproducción del poder. En La crisis múltiple del Estado-nación está generalizada[12], se comparan las singularidades mismas de la crisis, sobre todo en lo que respecta al detonante que las hizo estallar como movilizaciones. Por último, en No solamente de política vive el hombre[13], se efectúa la crítica de la política como práctica de las fraternidades masculinas, mostrando, en contraste un más allá de la política, vislumbrada por la alteridad absoluta de la mujer, que se abre no solamente a los horizontes de la sororidad, que puede ser simétrica a la fraternidad, sino a un más allá del esquematismo dualista del amigo y enemigo.

Ahora, en este ensayo queremos proponer un boceto de configuración conceptual que tiene que ver con la enajenación mediática en los mitos modernos, por ejemplo, en el mito del buen caudillo. La izquierda acrítica internacional, la que ha medrado del prestigio de las revoluciones pasadas, sin hacer una sola revolución contemporánea, la que ha hecho apología del Estado policial[14], que corresponde a la estructura de poder de los Estados del socialismo real, también de los “régimenes progresistas”, y los medios de comunicación internacionales, han posesionado una hipótesis trivial, en realidad una muletilla usada tanto por gobiernos neoliberales como por gobiernos neopopulistas, cuando están en emergencia, de “golpe de Estado”, en lo que respecta a la resistencia y movilización social en defensa de la democracia y del voto, que derivó en la caída del gobierno de Evo Morales Ayma. Cierran los ojos y se tapan los oídos ante el fragante fraude electoral, ya demostrado y denunciado por la propia auditoria de la OEA. No toman en cuenta de que se trata de un gobierno de transición para la convocatoria a elecciones y la conformación de un Tribunal Electoral idóneo. ¿Un golpe de Estado para constituir un gobierno transitorio que convoca a elecciones, en un plazo perentorio? Sin mínimamente acercarse a la historia reciente, a la historia política de las gestiones de gobierno del MAS, mucho menos se les ocurre hurgar en el debate y en los análisis que se efectuaron a lo largo de este lapso político. Caen como paracaidistas en una realidad efectiva que desconocen. Se puede esperar que los gobiernos afines emitan este tipo de consideraciones sobre el “golpe de Estado”, también, aunque con cierta extrañeza, que lo haga la izquierda a-crítica y apologista, pero no deja de sorprender que lo hagan los medios de comunicación internacionales.  Estamos entonces, ante el despliegue de formas de poder y formas de enunciación banal de la decadencia. 











El pueblo es el gobierno
(Octubre-Noviembre de 2019)


Intervenciones

Sobre quién es el gobierno
La dirigente de esposas de policía ha dicho que después del motín y el apoyo del pueblo a la policía, acudiendo a los cuarteles a resguardarlos, ante un posible ataque del ejército, el pueblo es el comandante de la policía. Siguiendo con la lógica debemos decir que el pueblo es el comandante del ejército, en consecuencia, el pueblo es el gobierno. El ejército y la policía deben obedecer a este gobierno del pueblo, es su comandante general. Todas las instituciones del Estado deben ser entregados al pueblo. El pueblo va a definir un Gobierno Provisional y de transición, además de preparar logísticamente las nuevas elecciones. No va más, el gobierno de Evo Morales ha sido destituido por el pueblo. 

Sobre la revolución pacífica
Lo que se ha dado durante más de medio mes es una revolución del pueblo, ayer, con el motín policial, la revolución ha ascendido de intensidad y de extensidad. La revolución derroca al gobierno de Evo Morales Ayma, no hay gobierno del periodo de la impostura, ahora el gobierno es el pueblo, el Comandante General de las Fuerzas Armadas y de la Policía es el pueblo. A este gobierno inmediato, autogobierno del pueblo, se le deben entregar las instituciones del Estado. El pueblo, el soberano, tiene la potestad de nombrar un Gobierno Provisional y de transición, al que se le encomienda la tarea de convocar a elecciones nacionales, en condiciones de posibilidad democráticas y transparentes, con tribunales electorales idóneos. Por lo tanto, tiene la tarea de garantizar estas elecciones, conformando la logística adecuada, además de las reglas del juego democráticas para las elecciones, la estructura, la organización y la distribución geográfica de las mismas. El desacato a las instrucciones y determinaciones del gobierno del pueblo pueden ser consideradas traición a la patria, dada la magnitud de la crisis política, crisis constitucional y del fraude electoral, crisis de legitimidad y de institucionalidad, con el substrato de la crisis múltiple del Estado-nación.

Llamado urgente 1
¡Todo el pueblo a la Plaza Murillo! ¡Ha caído el gobierno clientelar y corrupto, además de pirómano y fraudulento, incluso inconstitucional!

Sobre el porvenir
Uno de los policías ha leído una declaración, ha dicho que se amotinan, otros dicen se acuartelan, y hacen un llamado a todos los bolivianos, a todos los sectores, a todos los movilizados, incluso a los sectores que han defendido al gobierno de Evo Morales, a unirnos y a construir un país para todos los bolivianos, para los hijos e hijos de los hijos. Recogiendo estas palabras, este es un momento constitutivo de Bolivia, todo boliviano y boliviana tiene la responsabilidad de participar de este acto constitutivo y de liberación. No hay que olvidarse de nadie, todos deben ser atendidos y comprendidos, incorporados como tales a las gestiones del nuevo Estado de todos, Estado del pueblo, del autogobierno del pueblo. Todos los hijos, nacidos en estas tierras, deben ser atendidos, como corresponde, la nueva forma de gubernamentalidad debe atender el porvenir de todos y todas las bolivianas, garantizar presupuestariamente su futuro. Todos los y las bolivianas debemos participar en este autogobierno, solidarizarnos entre todos, abrazarnos y con afecto y amor construir nuestro país, recogiendo las tareas pendientes que nos dejaron nuestros héroes. 

Llamado a los oficiales, suboficiales y clases
A los oficiales, suboficiales y clases de las Fuerzas Armadas: ¡Ahora es cuando, o te unes con tu pueblo o te conviertes en su asesino! ¡La patria te convoca y exige que la defiendas, que te unas al pueblo, al soberano! El pueblo ha derrocado, prácticamente, al gobierno de Evo Morales Ayma, políticamente este gobierno se ha diseminado, ha sido destituido por el pueblo.  Entonces, oficial, suboficial, sargento, soldado, le debes obediencia al pueblo. ¡Participa en el acto constitutivo de construir un país para todos y todas las bolivianas, para todos los hijos e hijas, para todos los descendientes! ¡Ahora es cuando! ¡Eres parte del pueblo que se ha levantado contra un gobierno clientelar, corrupto, pirómano y fraudulento! ¡Únete al pueblo, ahora!

Llamado urgente 2
Llamado al pueblo: Se requiere apoyo a la policía, se necesitan alimentos y vituallas. Sobre todo, se requiere cordones humanos para proteger los cuarteles policiales, para proteger a nuestros policías, a nuestro pueblo.

Sobre las salidas a la crisis
La solución a la crisis constitucional y del fraude electoral la han dado los Comités Cívicos, la autoridad de la movilización por la democracia y de la resistencia contra el terrorismo de Estado. Ha pedido la renuncia del presidente y del vicepresidente, de todo el gobierno, de toda la sustitución constitucional posible, de todos los congresistas, diputados y senadores, ya no representan a nada ni a nadie en esta coyuntura. Conformación de una Junta de Gobierno, cuya única tarea es la de conformar un Tribunal Electoral idóneo, transparente, con notables. Siendo el Gobierno Provisional, por el ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa, ha pedido la obediencia de las Fuerzas Armadas al pueblo boliviano y a la Constitución, de manera indirecta ha ordenado el movimiento del ejército para defender al pueblo boliviano en movilización por la democracia y la unidad de Bolivia. El dirigente del Comité Cívico de Potosí ha interpelado a las Fuerzas Armadas, el día de conmemoración de Potosí, ha dicho al ejército si no es capaz de defender al pueblo frente a grupos paramilitares, que han disparado contra bolivianos, concretamente contra las caravanas de minero cooperativistas, antes emboscado y raptado a las muchachas potosinas, violándolas, vejándolas, hay dos desaparecidas, que entreguen las armas al pueblo para que se defienda.  

Sobre el vacío político
No hay gobierno, no hay presidente, ha caído, ha sido desconocido por el pueblo en los Cabildos, ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa, establecida en el Sistema de Gobierno de la Constitución. Por otra parte, después de la definición técnica del fraude electoral, el presidente es delincuente electoral, ha sido pillado en delito flagrante; por esta razón también tiene que renunciar. Esta es la situación de la coyuntura; hay un vacío político que tiene que ser llenado. Dejando de lado las elucubraciones aburridas y laberínticas de “analistas políticos” y de leguleyos, que no entienden de dinámicas políticas, tampoco comprenden y entienden integralmente la Constitución, la salida la han dado los Comités Cívicos, renuncia del presidente, del vicepresidente, del gobierno, de todo el congreso, conformación de una Junta de Gobierno transitoria, que tenga la tarea de la conformación de un Tribunal Electoral idóneo. Obediencia de las Fuerzas Armadas al Gobierno Provisional, en efecto, por el ejercicio de la democracia participativa, de los Comités Cívicos, primero, después de la Junta de Gobierno transitoria, en cumplimiento pleno de su función constitucional, defender la Constitución, defender al pueblo, la unidad de Bolivia, sobre todo ahora que está siendo atacado el pueblo movilizado por grupos paramilitares, dirigidos por extranjeros. 

Sobre las movilizaciones de El Alto
Los guerreros del gas de octubre de 2003 han sido arrinconados, los dirigentes de la heroica Junta de Vecinos de El Alto, de ese entonces, han sido arrinconados, por arribistas, oportunistas, prebendalistas, que se convirtieron después en partidarios del “proceso de cambio”. Esta es la gente que ha apoyado y ha sido clientela del gobierno clientelar y corrupto de Evo Morales Ayma, que ha destruido el proceso de cambio. En nombre de los caídos en octubre de 2003 hay que interpelar y sacar de en medio a esta gente prebendal, que habla en nombre de la guerra del gas cuando no estuvo. Basta de chantas, de charlatanes, de “revolucionarios de pacotilla” que, en realidad son llunkús de un gobierno agente de las trasnacionales extractivistas; además, algunos son grupos paramilitares dirigidos por extranjeros. Bolivia se ha unido, su sociedad se ha unido, sus pueblos y estratos se han unido, en defensa de la democracia, dando la oportunidad a un nacimiento autentico de Bolivia.

Sobre los Comités Cívicos
Los Comités Cívicos deben asumir inmediatamente su rol presente, dado el desarrollo de la crisis política, en efecto son el Gobierno Provisional, deben asumir esta condición plenamente. Tiene que ser llenado inmediatamente el vacío político; Evo Morales Ayma ya no es presidente, ha sido destituido por los Cabildos, el pueblo, el motín policial, incluso la decisión de las Fuerzas Armadas de no enfrentarse con el pueblo movilizado por la defensa de la democracia.  Entonces, en consecuencia, su deber es asumir inmediatamente esta tarea y este rol; esta es la manera inmediata de pacificar Bolivia y abrirse al porvenir.

Sobre el resentimiento
El salvajismo y el odio de las hordas masistas cobró otras víctimas de la manera más despiadada y cruenta. Intervinieron las flotas en las que venían jóvenes potosinos a reforzar las movilizaciones en La Paz. Secuestraron a las chicas universitarias que venían de Potosí y las violaron y hay dos chicas que no aparecen. Este crimen no puede quedad impune. ¡Que renuncie el caudillo déspota, comandante de estos salvajes odiadores y frustrados, consciencias resentidas, llenos de espíritu de venganza!

Sobre los grupos paramilitares
Tenían y tienen todo preparado, recurrir con todo al terrorismo de Estado, en la reciente escalada de violencia, propiciada por ellos, los masistas y los equipos de mercenarios asesores, los equipos de inteligencia y de gestación militar. Están preparados los grupos no solo de choque sino paramilitares. Estos actúan como en Nicaragua y en Venezuela, con toda la cruel y descarnada violencia, con todo el desenvolvimiento del terror, vejando al máximo a la gente en contra, violando a las mujeres, asesinando. Toda esta maquinaria del terror ya estaba preparada, no se desplegó completamente, lo hizo en parte, en Vila Vila, raptaron y violaron a mujeres, hay dos muchachas desaparecidas; también actuaron en Challapata. Esta máquina del terror fue armada para defender el escandaloso y grotesco fraude electoral. ¡El caudillo déspota, comandante de las hordas masistas y de los grupos paramilitares, que ya están preparados, dispuestos a ensangrentar impunemente a Bolivia, debe renunciar! ¡Qué asuma su responsabilidad, que no sea cobarde! ¡Sino lo hace hay que renunciarlo!

Llamado urgente 3
¡Hay que defender a los cooperatistas mineros potosinos que han sido emboscados en la carretera de Oruro a La Paz por hordas masistas y grupos paramilitares! Cuando lleguen tenemos que darles un gran recibimiento, son parte de la gran movilización contra el escandaloso fraude electoral, son parte del ejército de la lucha por la democracia, son nuestros hermanos, que han sido emboscados, pero, están decididos a llegar a la sede de gobierno.


Sobre la continuidad de la lucha
Pueblo de Bolivia, la lucha no ha terminado, la convocatoria a las nuevas elecciones es una de las conquistas, de la agenda de lucha de las movilizaciones y del motín policial, la otra demanda es la renuncia del presidente depuesto por los Cabildos. Es más, en el momento de la coyuntura la policía está con el pueblo y el pueblo debe proteger a la policía. No solamente hay que pedir garantías para la policía, sino ingresar a otro régimen, donde la policía y el ejército respondan plenamente, efectivamente, a la Constitución. Los Comités Cívicos tienen que asumir plenamente lo que son: La Autoridad social y política en plena movilización y motín en lucha por la democracia. Tiene que emitir decisiones colectivas, de las asambleas de los Cabildos; una de estas es la defensa permanente de la policía y el cambio de régimen, pasar del régimen oprobioso de clientelismo y corrupción a un régimen constitucional. Por otra parte, acompañando a la maquinaria del fraude electoral tienen preparado una máquina de guerra, conformado por grupos paramilitares, que ya han salido a enfrentar a las caravanas potosinas, han emboscado a las flotas universitarias, han vejado a los jóvenes y violado a las muchachas, hay dos desaparecidas; parece que ya un muerto de parte de los cooperativistas mineros potosinos[15]. El presidente depuesto puede haber declarado la convocatoria a nuevas elecciones, pero no basta, tiene que renunciar, después de constatado el grosero y escandaloso fraude electoral, delito flagrante, después de las muertes perpetradas por sus hordas y sus grupos paramilitares, que han vejado a mujeres potosinas y posiblemente asesinado a un minero, tiene que renunciar.  La Fuerzas Armadas tienen que responder claramente si están con el pueblo, si están por Bolivia, si están por la Constitución, o si están, preservando a un presidente depuesto por el pueblo, un presidente que ha amparado y propiciado el delito flagrante de fraude electoral, que es el comandante de la máquina de guerra de conglomerados organizados de paramilitares, dispuestos a ensangrentar Bolivia. Solo cuando respondan claramente el pueblo boliviano puede considerarlos que son un ejército de Bolivia, un ejército patriota, si no lo hacen, son un ejército de ocupación, y serán tratados en consecuencia. La tarea de los Comités Cívicos, de la Policía, del pueblo boliviano, es desmantelar la máquina de guerra de los masistas, dispuestos a ensangrentar la patria.



Sobre las brabuconas amenazas
Los que hablan de la guerra del Vietnam no tienen la menor idea de lo que hablan. La genealogía de esta guerra se remonta a la ocupación francesa, quizás antes, al enfrentamiento con el imperio chino. Cuando entraron los norteamericanos, relevando a los franceses, se estaba en plena "guerra fría", que era caliente en las periferias del sistema mundo capitalista. El conflicto en Bolivia es entre el pueblo esquilmado por una casta de impostores, que usurparon la victoria del pueblo contra el neoliberalismo, se subieron a la cresta de la ola. Ya en el poder se enriquecieron formando una burguesía rentista y un gobierno clientelar, agente encubierto de las empresas transnacionales extractivistas.


Sobre el conservadurismo
Los sectores conservadores, la “oposición”, en realidad complementaria al oficialismo, una vez traicionó al pueblo al no defender el referéndum del 21 de febrero de 2016, ahora, que el pueblo ha decidido la renuncia del caudillo déspota, además nuevas elecciones, se están inclinando por una segunda traición, aceptar la segunda vuelta cuando ha quedado claro que todo el proceso de las elecciones es apócrifo, está viciado, entonces es nulo. El pueblo ha pedido nuevas elecciones. No va a aceptar, de ninguna manera, un Congreso donde los senadores y diputados, sobre todo oficialistas, son fraudulentos.  Pueblo, el gobierno clientelar y corrupto te ha usurpado durante catorce años, no dejes que la “oposición” de usurpe tu decisión de nuevas elecciones y la renuncia del presidente.


Abrazo sugerente
El dirigente de la Confederación de Trabajadores Campesinos de Bolivia, Nelson Condori, dirigente también de los “Ponchos Rojos”, y el dirigente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, además de uno de los dirigentes de los Comités Cívicos, la autoridad de la movilización y resistencia, se han dado un abrazo fraterno y profundamente afectivo, abrazo de reconciliación, de unificación, de solidaridad de toda Bolivia. Este abrazo es sugerente en lo que respecta a las posibilidades de despliegues de la nueva Bolivia, de la Bolivia para todos. Además, se han comprometido, de que a partir de este abrazo comienza otro ciclo histórico-político, donde representaran al pueblo nuevos líderes, los jóvenes.  

Sobre los estertores del presidente
(Convocatoria al dialogo entre partidos)
El presidente depuesto por el pueblo movilizado, levantado, amotinado y sublevado, el caudillo, está, como es su costumbre, en la luna de Paita. Hay una analogía perversa con una situación parecida experimentada por Gonzalo Sánchez de Losada, en el 2003; él también, cuando el pueblo levantado e insurgente había desbordado la institucionalidad carcomida por la corrosión neoliberal, propuso negociar y dialogar, cuando ya era tarde. De la misma manera, un caudillo, que dice responder a los movimientos sociales, paradójicamente, desconoce la movilización social en las calles y a los Comités Cívicos, que son la autoridad legítima del levantamiento popular contra el fraude y contra un gobierno impostor y propiciador del fraude electoral.  La intensidad de la coyuntura ha avanzado tanto que ya se ha posesionado, en el imaginario de la movilización, la renuncia del caudillo déspota y la convocatoria inmediata a nuevas elecciones. Pretende, seguir manipulando, como acostumbra, ganar tiempo, cuando ya lo ha perdido; no se da cuenta que, en efecto, ha sido destituido por el pueblo, el soberano, el ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa. Por otra parte, ha vuelto a mostrar su instinto sanguinario, ha convocado a sus fantasmas, a su masa elocuente de llunk’us, que han desaparecido, pues eran burbujas, infladas por la corrupción y la prebenda, para enfrentar al pueblo movilizado y al pueblo acuartelado.

Sobre el monólogo del presidente
En la conferencia de prensa del presidente, depuesto por los Cabildos y la movilización social, contra el escandaloso y craso fraude, ya ineludiblemente evidente, el cuadro es pobre. Un caudillo desentonado, sobre todo con lo que ocurre en la coyuntura, rodeado por el vicepresidente y el Canciller, emite un discurso descolocado, convocando a los “movimientos sociales” a la defensa del gobierno y del “voto”; por otra parte, invita a un dialogo entre los partidos más votados de unas elecciones apócrifas y fraudulentas – contradicción relevante. Se tapa los oídos ante los pedidos de renuncia, ante la demanda irrenunciable y clara de nuevas elecciones; además, de cerrar los ojos ante la contundente demostración de las abundantes groseras manipulaciones de la votación, de las actas, del conteo y de los resultados. Solo habló, no dio oportunidades de preguntas a los periodistas presentes, salvo una amonestación a uno que se atrevió a preguntar. Lo que implica, que no quiere escucharlas, además señala, de antemano, que no tiene respuestas.

Sobre el ejercicio de la democracia directa, participativa, comunitaria y representativa
Ahora bien, los Comités Cívicos tienen que comprender que, en la práctica, Evo Morales ha sido destituido. Ante el hecho fáctico, resultado de la movilización y el amotinamiento, como resultado de la decisión del pueblo en los Cabildos, ha sido destituido; no es más presidente. La autoridad inmediata de la movilización, que tomó las ciudades y los cuarteles, son los Comités Cívicos. Esta autoridad tiene que ejercer de Gobierno Provisional y convocar a nuevas elecciones, exigir la entrega de todas las instituciones del Estado, exigir la obediencia de las Fuerzas Armadas y la Policía, pues estas instituciones de emergencia responden al soberano, al pueblo, y a la Constitución; en consecuencia, al ejercicio y la realización política de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa. 

Llamado a las Fuerzas Armadas
Del pueblo a los oficiales de las Fuerzas Armadas: Te debes a la patria, respondes a la Constitución. No puedes servir a la anti-patria, que nos llevó a la tercera derrota de la guerra del Pacífico, confundiendo la demanda marítima con una campaña histórica; no puedes servir a una cáfila de maleantes que gobiernan, que han perpetrado el más escandaloso y craso fraude electoral. 

¿A quién responden las Fuerzas Armadas?
Del pueblo boliviano a las Fuerzas Armadas: Para que les quede claro, para entiendan lo que ha ocurrido, el presidente ha sido depuesto por los Cabildos, la movilización y el motín policial. No hay presidente, hay un vacío político. La autoridad son los Comités Cívicos, por el momento, ustedes deben obediencia a este Gobierno Provisional. Para ilustrarlos, los que han disparado contra los mineros cooperativistas mineros son francotiradores de grupos paramilitares; se denuncia, por parte de los mineros, que son francotiradores venezolanos. Oficiales, suboficiales y clases del ejercito díganos de parte quien están, ¿del pueblo boliviano, de la Constitución, o de esta máquina de guerra masista, que ha ocupado el país? Es muy importante que nos digan que son, si son parte del pueblo boliviano, si responden a la Constitución, tienen que resguardar la Constitución y al pueblo movilizado, tienen que responder a la Autoridad de la movilización y al Gobierno Provisional, emergido de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa. Si lo expuesto anteriormente no es el caso, si, en cambio, responden a un presidente depuesto, amparando a grupos paramilitares que disparan contra el pueblo boliviano, serán tratados, en consecuencia, como un ejército de ocupación.

Sobre las Fuerzas Armadas
Las Fuerzas Armadas ya tomaron la decisión clara y concreta de estar con su pueblo movilizado en defensa de la democracia. Han decidido operativos contra grupos paramilitares, que son la máquina de guerra conformada por el gobierno depuesto por los Cabildos, por los jerarcas masitas, apoyados por equipos de mercenarios y asesores y grupos de preparación extranjeros. El pueblo boliviano aplaude esta decisión y definición clara de las Fuerzas Armadas. Ahora sí, toda Bolivia está unida, toda Bolivia saca lo mejor de ella, toda Bolivia se abre al porvenir, clausurando un periodo de impostura. Ahora si podemos decir que tenemos la gran oportunidad de construir entre todos una nueva Bolivia, para todos los y las bolivianas, para sus hijos y los hijos de nuestros hijos, consensuando entre todos los pasos y decursos que tomemos.

Sobre la caída
El gobierno de Evo Morales ha caído. Nadie parece querer darse cuenta de lo que pasó. Mucho menos los gobernantes y oficialistas. Cayó, no por “golpe de Estado”, sino por implosión interna. Hace tiempo que ya no había gobierno, lo que se daba es el decurso, sin ritmo, de la inercia política, la pronunciación silenciosa y triste del cadáver de lo que un día fue el gobierno del entusiasmo popular.  El problema, ante este vacío es evidente: ¿Quién convoca a las nuevas elecciones? En torno a este problema la mayoría de los “analistas” se pierde en razonamientos leguleyos, los políticos se pierden en devaneos de dilatación. Teóricamente la solución está a la mano: la autoridad insoslayable de las movilizaciones son los Comités Cívicos, por lo tanto, el gobierno provisional, recae en esta autoridad, emergida de la movilización y del ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa. Esta salida es constitucional, está prevista y establecida en la Constitución, en cuanto Sistema de Gobierno de la Democracia Participativa, además de aparecer claramente enunciada en el acápite de Control y Participación Social, donde se define la construcción colectiva de la decisión política y de la ley.  Pero, como dijimos antes, para que esta solución teórica se realice depende de la voluntad política de los involucrados.

Al pueblo boliviano
Pueblo boliviano, la unidad en la lucha por la democracia y por la patria es la potencia social. Ahora, como nunca, se han unido todos los sectores vitales del país, las naciones y pueblos indígenas, el proletariado auténtico - no la burguesía sindical -, los campesinos de verdad - no empresarios colonizadores -, los ciudadanos y ciudadanas - no la masa elocuente de llunk’us, prebendalista y clientela del Caudillo déspota, al servicio de las transnacionales extractivistas -, los jóvenes, nuestros jóvenes de toda la geografía de Bolivia, de todos los estratos. ¡Mantener la unidad! ¡Mantener la lucha con coraje! ¡Hasta sacar al déspota y la cáfila de sátrapas que gobierna, “revolucionarios de pacotilla”, que se enriquecieron a nombre del pueblo, que destruyeron el proceso de cambio, que pisotearon sistemáticamente la Constitución! ¡Nuevas elecciones en condiciones de posibilidad democráticas y transparentes! ¡Libertad o muerte!

Sobre la espiral de violencia
La situación ha llegado muy lejos, la espiral de violencia ha escalado geométricamente, cada vez se conoce mejor, no solamente indicios del delito, sino con pruebas, del más escandaloso fraude electoral y mayúsculamente craso. El caudillo déspota no se va a ir sin ensangrentar al país, ya ha comenzado su marcha macabra de la muerte, retomando, de nuevo, lo que ya tiene en su haber. A este grado de intensidad y de expansión de la violencia, sobre todo del terrorismo de Estado, con complicidad de la policía, que ha dejado de serlo al servir como conglomerado de guaruras al caudillo déspota, en caída libre al abismo, queda claro que ahora es cuando hay que sacar al dictador, en el ahora y aquí; este es el momento, cuando todo el pueblo boliviano, salvo la masa clientelar y corrupta de llunk’us, se ha unido. ¡Fuera el dictador! ¡Fuera tribunales electorales truchos! ¡Nuevas elecciones!

Agradecimientos
El país venció, el pueblo venció, ganaron las guerreras y guerreros por la democracia, el entramado de jóvenes de toda la geografía del país, de todos los estratos del país, que se unieron como nunca en esta lucha por la democracia. Debemos agradecer a toda la población movilizada, a todos los bolivianos y las bolivianas que lucharon por la democracia, la libertad, la justicia. Debemos agradecer a los Comités Cívicos, nuestra autoridad de la movilización y de los Cabildos, nuestra autoridad cívica, de solidaridad, moral, nuestra autoridad emergida por el ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa, por su corajuda coordinación y participación en la lucha. Debemos agradecer a los y las policías que se integraron a la movilización con un grandioso motín en todo el país, tenemos que agradecer a las Fuerzas Armadas que decidieron no intervenir contra el pueblo. Una de las figuras simbólicas de esta victoria, es más, del nacimiento de la nueva Bolivia, sin resentimientos, sin discriminaciones, una nueva Bolivia solidaria, que, en adelante se ha de ocupar de todos los hijos y todas las hijas de esta maravillosa tierra andina, amazónica y chaqueña, es el abrazo del dirigente de la CSUTCB y el dirigente del Comité Cívico de Santa Cruz.  ¡Viva Bolivia!

















Interpretaciones

Crítica a la hipótesis estrafalaria de golpe de Estado
El golpe de Estado en Bolivia de 1964 sobre el "sepelio de una revolución arrodillada", como dijo Sergio Almaraz, fue contra una revolución en decadencia, aun así, era todavía una revolución que había que defender, como lo propuso Filemón Escobar, siendo militante del POR y dirigente minero. Pero, el "proceso de cambio" de Evo Morales fue y es un contra-proceso a partir de 2009, sobre todo, como la historia no se repite dos veces, fue y es una comedia grotesca. El golpe de Estado lo dio el caudillo déspota al pisotear la Constitución y al desconocer la voluntad popular del referéndum, ahora, al buscar perpetrarse mediante un escandaloso fraude. El pueblo se levanta contra una dictadura a secas.    

Caracterización de la diseminación institucional
Sergio Almaraz Paz decía del general René Barrientos que confundía el país con un aeropuerto, podemos decir que Evo Morales confunde el país con un sindicato del Chapare. Cree que puede gobernar con prebendas, adulado por clientelas, rodeado de mafias, su entorno palaciego, contar cuentos triviales, lo de que es “revolucionario”, decir que ha ganado las elecciones, que, por cierto, son apócrifas e inconstitucionales, cuando las ha perdido, montando el más escandaloso fraude de la historia política.  Hacer creer que es “gobierno de los movimientos sociales”, cuando los ha diseminado, destruyendo el tejido social y la capacidad de lucha y organizativa del pueblo, cuando solo es un gobierno clientelar y corrupto, agente encubierto de las transnacionales extractivistas y agente requete-encubierto del imperio. Todas sus gestiones de gobierno han sido un bluff, que, sin embargo, despliegan la apropiación indebida de los bienes y propiedades del pueblo boliviano, los recursos naturales, tal como establece la Constitución, para enriquecer a la casta política gobernante, la burguesía rentista, y a la cáfila de impostores dirigentes llunk’us, burguesía sindical, para beneficiar a un ato de “dirigentes campesinos” puestos a dedo, que no respetan la democracia sindical, que tampoco son campesinos sino empresarios – renunciaron a la reforma agraria, se aliaron a los latifundistas, atacan a las comunidades indígenas y se apropian de sus tierras. El régimen de Evo Morales, régimen de “revolucionarios de pacotilla”, en realidad, usurpadores de la victoria del pueblo contra el neoliberalismo, crápulas y diletantes que ven bien enriquecerse a nombre del “proceso de cambio” que destruyeron, está sostenido sobre arenas deleznables; sobre este lodazal no se puede construir nada, solo castillos de podredumbre, que también se derrumban. Régimen déspota defendido por una policía que no cumple con la Constitución, que no cumple con sus funciones establecidas, que se deja comprar indignamente, que se vende por un plato de lentejas, comportándose como guaruras del padrino. Régimen del oprobio y del saqueo de Bolivia, sostenido por unas Fuerzas Armadas comandadas por generales cooptados por suculentas prebendas y comprometidos en el saqueo de Bolivia, en empresas espurias. Esta breve descripción de la comedia grotesca y el teatro político trivial del régimen nos muestra la diseminación institucional, por lo tanto, la diseminación del poder, de un poder atravesado por el lado oscuro de las dominaciones.

La dramática historia política de Bolivia
En la dramática historia de Bolivia, parece que una fatalidad y condena nos ha embargado, hemos constituido, primero, una Republiqueta, en contra de la Patria Grande, promovida por Tupac Amaru, Tupac Katari y Simón Bolívar. Después de comenzar a perder territorios heredados en el acto de fundación, después de la guerra federal, se pasó de una República aparente, solo circunscrita a los dispositivos jurídicos, a una República Liberal aparente, excluyendo, nuevamente a las mayorías indígenas y a las mujeres. Más tarde, debido a la crisis profunda del Estado liberal oligárquico, la revolución nacional de 1952 constituyó una República real, empero, todavía un Estado-nación aparente; se incorporaron a la política las mayorías indígenas y las mujeres, se experimentaron efectos estatales de la nacionalización, en términos de materialización institucional del Estado-nación. La crisis múltiple del Estado-nación, arrastrada desde la fundación de la República, continuó su marcha sinuosa, la crisis volvió a estallar virulentamente; la movilización prolongada (2000-2005) abrió el proceso constituyente y el llamado proceso de cambio, empero, se truncó en las primeras de cambio, al optar el nuevo gobierno, ungido en elecciones y por la victoria de la movilización social, por el camino de la forma de gubernamentalidad clientelar y corrupta.

Sobre la recurrente presencia de los impostores
A lo largo de la historia dramática de Bolivia se ha observado la reiteración perversa de un síntoma repetitivo de una decadencia inherente en las estructuras de poder; se imponían los charlatanes, los tramposos, los oportunistas, los pragmáticos, arrinconando a los perfiles subjetivos idóneos, honestos, creyentes del porvenir, quienes podían haber dado otros decursos a las instituciones y a los periodos políticos, inclusos a las guerras en la que se involucró el país. Las revoluciones ponían a la cabeza a pragmáticos, a oportunistas, que se investían de “revolucionarios”, sin embargo, repetían los ciclos perversos del círculo vicioso del poder, reproduciendo las relaciones de poder basadas en la economía política del chantaje y repitiendo las prácticas paralelas de clientelismo y corrosión. El pueblo boliviano no puede seguir soportando esta dramática historia, los decursos destructivos del círculo vicioso del poder; es urgente cortar este cordón umbilical con la madre del cordero, el nacimiento de las formas aparentes del Estado, el substrato de estructuras de poder barrocas. Hoy, se tiene esta oportunidad, toda Bolivia se ha unido contra el fraude electoral, se ha movilizado por la democracia, se ha amotinado la Policía, se han juntado, aliado, conjuncionado, entrelazado, hermanado, distintos estratos de jóvenes de toda la geografía del país, se han abrazado Occidente y Oriente, se han sincerado “Ponchos Rojos” y Comités Cívicos, el abrazo entre el dirigente de la CSUTCB y el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz es la figura simbólica del abrazo afectivo, sincero y solidario de toda Bolivia. Esta es la oportunidad de volver a nacer, ya no de manera aparente, como antes, sino efectiva, real, profundamente fundacional, de apertura a otra Bolivia posible, complementaria, reciproca, unida, solidaria, entrelazada afectivamente, resolviendo consensuadamente sus problemas. Esto equivale a decir, ya no más tramposos, charlatanes, oportunistas, pragmáticos, impostores, simuladores. Démonos la oportunidad hacia el porvenir dejando emerger lo mejor lo mejor de Bolivia, sus hombres y mujeres, sus jóvenes, sus pueblos, sus comunidades profundas, sus afectos, sus amores, sus estéticas, sus inventivas sociales.  

Caracterizaciones sobre estratos sociales populares del poder
Los cooperativistas mineros son empresarios privados, que tienen a su cargo, como si fuesen esclavos, a trabajadores mineros que trabajan a destajo, que es el proletariado minero, que trabaja en condiciones de capitalismo salvaje. Estos empresarios privados, burguesía “cooperativista”, controlan el 27% de la producción minera, las empresas transnacionales controlan el 70%, mientras que las empresas públicas (COMIBOL) solo controla el 3%. Los “cooperativistas mineros” entregan su mineral a las empresas transnacionales; entonces son intermediarios del gran capital internacional. Esta burguesía minera es la aliada de Evo Morales Ayma. El gobierno clientelar y corrupto, conformado por la burguesía rentista y la burguesía de la coca excedentaria y la de la economía política de la cocaína, tiene como aliados a la burguesía “cooperativista minera”, a la burguesía agroindustrial, a los ganaderos, a los traficantes, a los colonizadores y, obviamente hace de brazo operativo del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente.

La COB masista nada tiene que ver con la COB heroica, la que configuró la historia del proletariado boliviano. La COB masista expresa la degradación moral y ética de una burguesía sindical, que medra del poder y a la sombra del caudillo déspota. Una burguesía sindical enriquecida por las prebendas del Gran Corruptor, el caudillo, una burguesía sindical que se hace la burla del proletariado sindicalizado, que es una minoría ante la masa del proletariado boliviano no sindicalizado. Todo lo que apoya al gobierno clientelar y corrupto de Evo Morales es una impostura, una mueca grotesca, una risa macabra ante las víctimas que dice que representa, ante los cadáveres de los héroes que han luchado por una transformación estructural e institucional, pero que, ahora, no es otra cosa, que una comedia grotesca política. “Revolucionarios de pacotilla” que han destruido el prestigio del socialismo, que han deshilachado el prestigio de la lucha anticolonial.  Unos impostores que se enriquecen a nombre del pueblo boliviano y hacen enriquecer enormemente a las transnacionales extractivistas. 

Sobre la victimización
El último jacobino, despliega su demagogia, victimiza, utiliza las víctimas para usufructo del poder, después de haber saqueado el país, entregado nuevamente los hidrocarburos a las transnacionales con los Contratos de Operaciones, entregando una millonaria indemnización a las supuestas “nacionalizadas”, además dejándolas en el territorio para seguir explotando, a pesar de que la auditoria técnica del ingeniero Mariaca dejó claro que las empresas extractivistas le debían al Estado por incumplimiento de contrato y de convenio. Este ideólogo del extractivismo y atizador de la violencia, sobre todo de la “guerra racial”, ahora quiere, en su costumbre, desinformar, afincar una narrativa mediática insostenible. No se puede estar de acuerdo, por cierto, con el desborde de la violencia, ni se pueden justificar actos exacerbados, pero es cobarde ocultar quienes iniciaron la escalada de la violencia. Primero desconocen las reglas del juego democráticas, desmantelan sistemáticamente la Constitución, se ríen en el referéndum, que es ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa; Sistema de Gobierno establecido por la Constitución. Continúan con la imposición de tribunales electorales truchos, a su servicio; promulgan una inconstitucional ley de organizaciones políticas, hacen una jocosa pantomima de primarias; modifican las fechas electorales; se lanzan a elecciones apócrifas con candidatos inhabilitados, que no pueden habilitarse con argucias leguleyas del tribunal chuto constitucional.  Arman la maquinaria del más escandaloso fraude electoral de la historia política, no hacen caso a la misión de veedores de la OEA cuando pide detener el conteo y hacer auditoria técnica. Se proclaman ganadores en condiciones insostenibles. Provocaron entonces el estallido del levantamiento social en todo el país. Para defenderse, lanzan a su masa elocuente de llunk’us, disfrazándolos de mineros, en unos casos, en otros, mandando mineros, que son clientelas corruptas y corroídas, contra el pueblo que demanda el respeto a su voto. Disfrazando a funcionarios públicos de campesinos e “indígenas”, en unos casos, en otros casos, mandando a clientelas campesinas, contra las manifestaciones pacíficas y los bloqueos. Los que desataron, planificadamente, la lamentable espiral de violencia desbocada son el gobierno clientelar y corrupto, además de pirómano y fraudulento, y sus masas elocuentes de llunk’us. La manera categórica de parar esta violencia desatada es la renuncia de los autores intelectuales del terrorismo de Estado, del caudillo déspota y del jacobino de la época del terror, de los tribunales electorales truchos; convocar a nueva a elecciones. ¿Les tienen miedo a las elecciones transparentes con un tribunal idóneo?

El Gran Impostor
El Gran Impostor, se dice “revolucionario”, es un “revolucionario de pacotilla”. Oculta en la cabeza una vaga astronomía de pistolas inconcretas, el cielo le parece una vitrina de cuetillos de carnaval. Era un empresario de la coca excedentaria, se convirtió en dirigente de los sindicatos del trópico de Cochabamba, siendo secretario deportivo, lo vuelven líder político, teniendo una vaga noción, confunde la política con la manipulación. La “izquierda” acrítica, monjes castrados que nunca merodearon la crítica, menos la autocrítica y, mucho menos, una evaluación de los errores y de la decadencia de las revoluciones; por lo tanto, nunca enmendaron los errores, sino insistieron en los mismos, sepultando las posibilidades auténticas de nuevas revoluciones renacidas, lo convierte, al caudillo en ciernes, en un “Che” indígena; no se sabe a través de qué analogías. Lo que pasaba, es que esta “izquierda” mediocre, que medra del prestigio de las revoluciones pasadas, que se comporta inquisidoramente ante las nuevas generaciones de lucha, requiere para su religión política de mitos, aunque éstos sean carcomidos, vacíos y sin contendido cultural. El incipiente caudillo, después, se va a convertir en el caudillo déspota, una vez que los cantos de sirena del poder lo seducen y lo atrapan en las redes de la corrosión y la corrupción. Ahora, después de desmantelar sistemáticamente la Constitución, haber pisoteado los derechos de las naciones y pueblos indígenas, como lo hubiese hecho cualquier patrón “blanco”, después de desnacionalizar los hidrocarburos mediante los contratos de operaciones, más tarde, atreverse a regalar el Salar de Uyuni y el litio por casi un siglo a una empresa trasnacional, que no cuenta ni con la experiencia, la tecnología y la experticia en la industrialización del litio – otro delito contra los bienes y propiedad de los bolivianos, otro caso de espantosa corrupción -, desconoce las reglas democráticas, el sistema de gobierno de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa, concretamente, el referéndum. Por este camino sinuoso llega a amparar y promover un escandaloso y craso fraude electoral. Pretende prorrogarse en el poder, ya como dictador a secas, imponiéndose, con huestes disfrazadas de la masa elocuente de llunk’us, con la violencia descarnada del terrorismo de Estado. 

Sobre el terrorismo de Estado
El terrorismo de Estado en acción. Como una fiera herida el gobierno clientelar y corrupto, además de pirómano y fraudulento, da zarpazos desesperados, antes de morir. Usan a la corrupta administración de “justicia”, a los policías, que, en parte, sobre todo de la oficialidad de alto rango, actúan como guaruras del caudillo déspota; también emplean a la oficialidad militar prebendal, que entrena a empleados públicos. Con las diferencias del caso, al estilo boliviano, buscan emplear los mismos procedimientos de violencia terrorista de los grupos de choque, que, en el caso de Nicaragua, donde se convirtieron en paramilitares asesinos. Que en Bolivia ocurra lo mismo está a un trecho. Por eso, pueblo boliviano unido, como nunca, es ahora o nunca, es ahora cuando, es en el aquí y en ahora. ¡Sacar al caudillo déspota! ¡Sacar a la cáfila de maleantes de su entorno palaciego! ¡La renuncia del dictador a secas, impuesto por un escandaloso y craso fraude, es cuestión de vida o muerte! ¡Nuevas elecciones en condiciones de posibilidad transparentes, con tribunales electorales idóneos! Si los oficialistas dicen que “representan a la mayoría del pueblo”, entonces, a qué le temen para ir a nuevas elecciones. Si no las aceptan es porque saben que han hecho el más grosero fraude de la historia política. La solución es fácil, nuevas elecciones; dejen de ensangrentar Bolivia, “revolucionarios de pacotilla”.

La muletilla del “Estado de sitio”
Repiten como loros una antigua acusación, usada por los que fungen de gobernantes, relativa a una simplona hipótesis de la conspiración. En la modernidad tardía, tanto los gobiernos de “derecha” como de “izquierda” la vuelven a usar reiterativa y recurrentemente. Este uso se ha vuelto estridente, donde la imaginación brilla por su ausencia, en los gobernantes neoliberales y neopopulistas. Evo Morales, su entorno palaciego, sus voceros, la repiten en la gris letanía de una emisión sin contenido, vacía. Ante el estallido de la crisis constitucional y del fraude electoral han vuelto a recurrir a esta aburrida enunciación, vacía de argumentos. Sobre todo, vuelve a aparecer en toda su inutilidad cuando el motín policial, en todo el país, le otorga una intensidad mayor al conflicto político.

Los equipos mercenarios, que asesoran al gobierno clientelar, en plena caída al abismo, no tienen otro mecanismo de justificación que la inútil hipótesis de la conspiración, la más simplona, del “golpe de Estado”. Obviamente no tiene efectos de convencimiento en el país; a estas alturas del desenvolvimiento de la crisis de los “gobiernos progresistas”, tampoco le cree la comunidad internacional, salvo, claro está, los gobiernos cómplices de la decadencia populista. La situación de la hipótesis del “golpe de Estado” es de museo.


La revolución pacífica boliviana

La “revolución” es un concepto ultimatista del siglo XX, como llama Alain Badiou, o del largo siglo XX, haciendo una paráfrasis al libro de Giovanni Arrighi El largo siglo XX. Antes, durante el siglo XIX, fue un concepto iluminista o, si se quiere, también de la ilustración. En el siglo XXI este concepto es discutible, desde la perspectiva de la evaluación de la historia política del siglo XIX y siglo XX, pues las revoluciones se hundieron en sus contradicciones, restauraron el poder después, aunque en otros perfiles, formas y estilos, que se presentaban como opuestos y hasta antagónicos. Sin embargo, vamos a usar el término revolución como metáfora e ilustración para poder interpretar los hechos, sucesos, eventos y acontecimiento en la coyuntura boliviana, que hemos denominado crisis constitucional y crisis del fraude electoral.

Diremos, primero, que la movilización que derrotó al gobierno de Evo Morales Ayma, que por cuarta vez intentaba mantenerse en el poder, desconociendo la Constitución y el referéndum del 21 de febrero de 2016, que lo inhabilitó a ser candidato usando como procedimiento el doloso mecanismo del fraude electoral, es una revolución pacífica. Fueron bloqueos, marchas y movilizaciones pacíficas, que sufrieron, sin embargo, ataques agresivamente por grupos organizados del partido oficialista; en consecuencia, tuvieron que defenderse y aprendieron a hacerlo formando grupos de defensa, también grupos de choque. De todas maneras, a pesar de la intensidad que cobró la movilización, podemos decir que no dejó de ser pacífica.

El motín policial ascendió mucho más la intensidad de conflicto político y de crisis constitucional. La correlación de fuerzas se hizo favorable para la movilización en defensa de la democracia y contra el fraude electoral. La configuración de la coyuntura adquirió una definición cuando la OEA dio a conocer su avance preliminar de la auditoria técnica de las elecciones y emitir su conclusión: Por hallar demasiadas irregularidades, propone anular las elecciones, cuyos resultados no se pueden avalar, y plantea la convocatoria a nuevas elecciones. Es decir, la auditoria corrobora la presunción de fraude electoral. Este veredicto es definitivo, termina quitándole incluso la pose de legitimidad aparente al gobierno de Evo Morales. A partir de este momento, no hay vuelta atrás, el desenlace se despliega, la renuncia de Evo Morales. Aunque tarda en hacerlo, todavía resistiendo e intentando maniobras políticas, como el llamado al diálogo entre los partidos más votados de las apócrifas elecciones, los pedidos de renuncia se suman a los que ya hubo antes, la Policía pide su renuncia, después lo hacen las Fuerzas Armadas. Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera renuncian en Chimoré.  Estalla la alegría en todos los sectores movilizados por la democracia, antes, los dirigentes de los Comités Cívicos ya hicieron la entrega de la carta de renuncia y de la Bliblia en el Palacio quemado. En contraste a este desborde de alegría en la noche comienzan los ataques de grupos organizados del MAS, atacando en El Alto y en la ciudad de La Paz, sobre todo en la Zona Sur. Se queman en el garaje los buses Puma Katari, de servicio público de la Alcaldía, se atacan lugares comerciales, obligando a los comerciantes a organizarse para defender sus locales y tiendas. Desde Obejuyo y Chasquipampa baja una muchedumbre numerosa amenazando y atentando contra viviendas; se quema la casa del Rector de la UMSA y la casa de la comunicadora del canal universitario Casimira Lema. Por el barrio de Pampajasi se ataca, apedrea y saquea un puesto policial. En otras palabras, se siembra el caos, para decirlo figurativamente.


Aclaración necesaria
Pongamos las cosas en claro, los puntos sobre las íes, la movilización del Chapare contra la movilización del pueblo boliviano y el motín policial, no es de “movimientos sociales”, es de una organización que funciona como Cártel, es de los cultivadores de la hoja de coca excedentaria y del “industrialización” de la cocaína. Los que actuaron en Vila Vila y en Challapata no son “movimientos sociales”, son paramilitares de la máquina de guerra del masismo. El terrorismo de Estado, perpetrado y desplegado en Venezuela y Nicaragua, ahora ha dispuesto desenvolverse impunemente en Bolivia para ensangrentar al pueblo, no es socialista, es parte de la maquinaria del terror de Carteles. El socialismo, en tanto Estado, se hundió en sus profundas contradicciones al no salir del modo de producción capitalista y convertirse en capitalismo de Estado, en la ruta más rápido al capitalismo de los países “atrasados”; al ser la una cara del sistema-mundo capitalista, los países liberales desarrollan las desigualdades mediante el régimen económico de la “abundancia”; la otra cara del sistema-mundo capitalista, los que fueron  países de los Estados del Socialismo Real, desarrollaron las desigualdades mediante el régimen económico de la “escasez” . Entonces, dejemos a un lado las elementales y simplonas interpretaciones de algunos comentaristas conservadores y reaccionarios anacrónicos que siguen destilando sus miedos al fantasma del comunismo. Lo que se enfrenta son formas de organización despiadadas del lado oscuro del poder.





Análisis

El ciclo neopopulista, del barroco político de la forma de gubernamentalidad clientelar, se habría cerrado, después de haber experimentado su curso ascendente y su curso descendente, siguiendo la figura de la metáfora de los ciclos económicos. Aunque no haya concluido el desenlace con el exilio de Evo Morales, aunque se encuentre su finalización incierta en la Plaza Murillo, en el Palacio Legislativo, incluso después de esta situación desplazada, cuando se cuenta con una sustitución constitucional, en un contexto de movilizaciones campesinas y en la ciudad de El Alto, que desconocen la sustitución constitucional de Jeanine Añez, el ciclo como tal, es decir el agotamiento de una forma de gubernamentalidad, ha concluido, es decir, se ha dado. La manipulación clientelar se ha desgastado, ya no sirve; por eso, se pasó al despliegue de la violencia descarnada, antes, a la violencia descarada del fraude electoral. En Bolivia parece que esta forma descarnada de violencia, la del terrorismo de Estado, no puede prosperar por mucho tiempo, como en el caso de Venezuela y de Nicaragua. Esto quizás debido a las características de su propia formación social; algo parecido sucede en Ecuador. La misma polifonía social decodifica de distintas maneras el terrorismo de Estado; ni los sectores populares, tampoco los pueblos indígenas, así como las “clases medias”, no soportan la permanencia del terrorismo de Estado, sobre todo en sus versiones más descarnadas y virulentas. Por otra parte, tienen sus propias tradiciones autoconvocantes, además de no institucionales.

El mito del caudillo, que es como el núcleo ideológico de la ideología populista, a la que acude la izquierda continental decadente y fracasada, se ha apagado, agotada su llama, no queda más que la oquedad y la mudez de una máscara que no dice nada. La izquierda acrítica, que ha medrado del prestigio de las revoluciones pasadas y triunfantes, que se ha aposentado en esta fulguración histórica, empero, tan solo haciendo apologías e invistiéndose de “revolucionaria”, sale en defensa del caudillo, sin haber intentado siquiera comprender la crisis de los “gobiernos progresistas”, mucho menos de hacer un análisis, y muchísimo menos se puede esperar un análisis crítico. Con lo que expresa patentemente sus limitaciones ateridas.  Es pues una izquierda conservadora y colonial, apoltronada en sus adornos “revolucionarios”. No se da cuenta que asiste a fenómenos perversos donde el lado oscuro del poder no solo atraviesa el lado institucional del poder, sino que lo controla, lo usa como máscara. Una izquierda que nunca se detuvo a evaluar lo que pasó con las revoluciones socialistas triunfantes, por qué cayeron después de más de medio siglo, en unos casos, o menos, en otros; por qué se pervirtieron, sufriendo una metamorfosis como las del “socialismo de mercado”. Una izquierda de la que no se puede esperar que analice objetivamente lo que son estructuralmente los “gobiernos progresistas”. Asumen que son de “izquierda” y se enfrentan a una “derecha” neoliberal; lo hacen sin explicar por qué neoliberales y neopopulistas reproducen, con distintos estilos, el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente. Mucho menos van a ocuparse de las visibles profundas contradicciones de estos gobiernos, de su desbocada política anti-indígena y antiecológica. Para ellos, los caudillos son los padres de la promesa de justicia como lo fue el padre Josef Stalin[16]. En este sentido, se puede aseverar que esta izquierda latinoamericana esta enajenada en la ideología, así como los sacerdotes de la inquisición estaban enajenados en la religión.

El caudillo caído en desgracia sobrevive a su propia muerte, para usar una figura religiosa, resucita, con connivencia de esta mentalidad izquierdista apoltronada. Esta es otra de las razones por la que los pueblos se siguen moviendo en la fatalidad del círculo vicioso del poder; porque los sacerdotes políticos persisten en las ceremonias y ritos para ungir cadáveres políticos, en plena crisis de la civilización moderna, como si fuesen dioses encarnados. Para mostrar solo un ejemplo del desatino izquierdista, hacen marchas de desagravio y de defensa en la ciudad portuaria de Buenos Aires; en México lo reciben como perseguido político, cuando no hay algo que sostenga esto, en la ciudad conquistada por Hernán Cortez, cuando el expresidente de Bolivia huye porque es un delincuente flagrante por el escandaloso fraude electoral descubierto. No vamos a mencionar otras características del caudillo carismático y compulsivo andino, nos remitimos a otros ensayos y análisis que publicamos, como su grotesca paradoja de ser un rostro indígena y presidir un gobierno anti-indígena, pues no se trata, ahora de repetir lo que dijimos[17]. Lo que interesa, de manera clara y concreta, es que asistimos a uno de los desenlaces de la comedia política; la crisis múltiple del Estado-nación en el sistema-mundo político se encubre en simulaciones mediáticas. Evo Morales no solamente fue un “revolucionario de pacotilla”[18], como el resto de los “revolucionarios” del “socialismo del siglo XXI”, en Sur América, sino que fue un “revolucionario mediático”, producido por los medios de comunicación de masa.

El régimen clientelar y corrupto de Evo Morales Ayma ha caído por implosión; todas las columnas y los cimientos del régimen estaban podridos. Carcomido por dentro, era cuestión de tiempo el derrumbe. El tiempo político no coincide con el tiempo cronológico; en el tiempo político el régimen clientelar había muerto, era cadáver, sin embargo, en el tiempo cronológico se extendió, pues la ideología, la máquina de la fetichización, los medios de comunicación, el conservadurismo coagulado en los habitus, permitieron que el imaginario se imponga sobre la realidad, extendiendo la vida vegetal de un régimen que había muerto.















   




[4] Ver Cartografías políticas y económicas del chantaje.
[7] Ver Breve genealogía de la crisis múltiple del Estado-nación.

[8] Ver Analogías perversas y virtuosas en las genealogías de los Estado-nación.

[9] Ver Dinámicas en la coyuntura en crisis constitucional.

[12] Ver La crisis múltiple del Estado-nación está generalizada.

[15] Se constató después que solo fue herido de bala.

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