La invención de los datos

La invención de los datos

 

Raúl Prada Alcoreza

 


 

 



 

 

 

 

 

La invención de los datos tiene que ver con la arqueología de los datos. En Lo dado y el dato[1]nos dedicamos a exponer una epistemología de la datificación. Responder a la pregunta de ¿qué es el dato?, obliga a diferenciarlo de lo dado, de lo dado a la percepción, de lo dado que experimenta una fenomenología hasta devenir en dato, después en concepto. En aquel entonces, cuando se escribió y publicó Lo dado y el dato, se partió de una filosofía y epistemología dialéctica. Ahora no lo haríamos, empero, lo rescatable del abordaje fue la indisociación de sujeto objeto, concepto y realidad, procesos de subjetivación y procesos de objetivación. Para decirlo de una manera sencilla, no se separó descripción de teorización. En este ensayo no vamos a exponer Lo dado y el dato, la epistemología de la datificación, la crítica a la construcción del dato meramente indicativo, abordando la convocatoria a una semiología del dato. Lo que hacemos es una referencia al libro citado, al momento de tocar la problemática de los usos políticos del dato demográfico.

 

El tema, como en los ensayos anteriores, es la problemática de los censos de población, sobre todo de las últimos, que manifiestan, de entrada, una inclinación por la manipulación estadística. Pero, esta es una de las acepciones de la invención de los datos; hay otras acepciones, que, más bien, tienen que ver con la problemática de la construcción de los datos y los caminos optados en su definición estadística. Vamos a tomar la ruta de la historia de los datos demográficos en la historia reciente de la estadística aplicada. 

 

¿Qué es el dato? concretamente ¿qué es el dato demográfico? En Lo dado y el dato dijimos que el dato hace un recorte en lo dado para dar lugar a que características sobresalientes y regularidades adquieran una expresión cualitativa susceptible de su cuantificación. Dijimos que se puede hablar de dato cuando las cifras se asocia a una cualidad. El caso del dato estadístico, del dato demográfico. 

 

 

En Lo dado y el dato escribimos:

 

Hablar sobre la naturaleza del dato es referirse al contenido del mismo; su propiedad. ¿Cuál es ésta? ¿Es algo dado? Es decir, sin mediación conceptual. Si bien se puede hacer una diferencia entre lo dado y el dato, en la cual éste último es ya producto de un cierto ordenamiento de lo dado. Bergsson se refería a los “Datos inmediatos de la conciencia” (Les donnés immédiates de la conscience), absteniéndose de encontrar una diferencia establecida entre el dato y lo dado. También los fenomenólogos cuando hablan de lo dado no se refieren algo caótico, donde falta toda mediación categorial, sino a lo dado como dato inmediato. Kant establecía la diferencia entre lo dado inmediatamente al sujeto cognoscente, independientemente de toda mediación y lo puesto de manera apriorística; el dato estaría comprendido en este intervalo: sería un puesto respecto a lo dado y un dado respecto al puesto. Este recuento sobre el ámbito incierto de lo dado hace ver que el dato designaría una cierta objetividad, una particular independencia material, expresaría de alguna manera ordenada lo dado, aunque en la formulación del dato mismo interviene el sujeto, median categorizaciones, su función depende de lo dado, sería sobre todo un resultado empírico.[2]

 

 

Después de buscar el nacimiento de la demografía, como disciplina de la descripción de la población, donde se sugiere un común antecedente para la estadística y la demografía en las tablas de muerte elaboradas por John Graunt, publicadas en su libro Natural and Political Observations, Medition in a Following Index and Made Upon The Bills of Mortality, aparecido en 1662, y de establecer el nacimiento de las políticas de migración después de la primera guerra mundial, el autor encuentra que el nacimiento de la estadística como tal, como disciplina de la cuantificación, nace cuando se da lugar el cálculo de probabilidades, y el nacimiento de la demografía se da cuando se da lugar a un método y el objeto de estudio propios, que tienen que ver con las dinámicas demográficas y la estructura de la población. El autor de Lo dado y el dato, escribe a propósito:

 

Cuando Alfred James Lotka nos dice en un artículo titulado La estabilidad de la distribución normal por edades (1922) que, “existe una distribución por edades única, que en ciertas circunstancias tiene la propiedad de perpetuarse una vez establecida en una población este hecho se prueba fácilmente, como también la forma analítica de esta distribución fija o normal única por edades”; estamos ante un discurso que permite la existencia del objeto de la demografía, la formación de conceptos propios, el dibujo de una estrategia de la disciplina. La separación de una estructura de edades como elemento de análisis (variable) señala la búsqueda de una composición específica del objeto estudiado, cuando se logra esta especificidad se puede decir que se ha llegado a delimitar el objeto: qué es lo que va a estudiar él. Es también mediante el discurso que el término “distribución por edades” adquiere una connotación lingüística particular, así como un contenido ontológico concreto: se trata de la densidad poblacional por edades, es decir, de la forma de ser de un sujeto colectivo en desarrollo. Aquello de la “propiedad de perpetuarse” indica la estrategia inherente al discurso, el objetivo sustancial de la disciplina: la búsqueda de regularidades (tendencias) en el movimiento del caos. El encuentro de las unidades de análisis está estrechamente conectado con la formación de conceptos, mediante una articulación concreta de enunciados, así como también con el delineamiento estratégico (político) de una disciplina. Las unidades de análisis son posibles cuando éstas pueden ser aprendidas a través de conceptos; estos se comportan como lentes que focalizan aquello que debe ser comprendido; es decir pensado. Tampoco los conceptos existen sueltos de enunciaciones que les dan sentido y contenido; ahora bien, las enunciaciones no son proposiciones axiomáticas o no-axiomática, desligadas unas de otras, conforman una estructura teórica coherente que les atribuye un movimiento determinado. ¿De qué depende este ordenamiento teórico? ¿Por qué este y no otro? Parece ser que la aleatoriedad juega aquí un papel, sin embargo, los ordenamientos teóricos no escapan al contexto histórico social del cual han germinado: El movimiento epistémico como contexto integrador es la naturaleza esencial en la cual se desarrollan las formaciones disciplinarias.”

 

Inmediatamente después se dice lo siguiente:

 

La “propiedad de perpetuarse” no indica solamente una estrategia; algo más, explícita una forma de razonamiento, un modo de acercamiento al objeto de estudio, forma y modo que construyen una relación determinada entre teoría y realidad. Cuando Lotka menciona que “existe una distribución por edades única” en “ciertas circunstancias”, y cuando sabemos que estas “circunstancias” significan un proceso de mortalidad constante, una relación idéntica entre natalidad masculina y femenina, así como un nivel de fecundidad regular, comprendemos que esta exigencia circunstancial, que este llamado a las condiciones normalizadas, propone un criterio de equilibrio demográfico. Estas condiciones teóricas, esta normalidad, son tales en cuanto señalan también lo que no son, su contradicción, la normalidad. Como señala Georges Canguilhem la normatización no solo contiene un fundamento teórico, sino también moral: diferencia entre lo normal y lo patológico. Dejando por de pronto de lado los fundamentos ideológicos y concentrándonos en los fundamentos teóricos, podemos decir que Lotka se propone estudiar en estado puro las dinámicas demográficas. Este estado puro condicionado se convierte entonces en la escala con la que se medirán los estados impuros de la población, se medirán las desviaciones patológicas. La búsqueda del equilibrio significa el rechazo de lo anormal. Esta óptica no solo expresa una forma de razonamiento sino también un modo de medición.[3]

 

 

En el apartado sobre la Mecánica demográfica se escribe:

 

La natalidad y la mortalidad, consideradas como fuerzas diametralmente opuestas, son también masas en movimiento pues son nacimientos y defunciones numerables; de la misma manera, la esperanza de vida es determinada por la historia promedio de vida de la masa de sobrevivientes. Así como la natalidad, la mortalidad y la migración (en este caso de valor cero) Son las otras fuerzas del sistema demográfico, aparte del tamaño de la población, también componen un sistema de masas poblacionales; asimismo si la aceleración demográfica es expresada en términos de la duración media de vida (en el caso particular de la estática), también un caso de aceleración es el crecimiento de la población (en el caso de estabilidad o desestabilidad demográficas). La diferencia de los nacimientos y las defunciones determinan la tasa natural de crecimiento; cuando no se trata de una población estacionaria, por lo tanto, de un crecimiento nulo, si la aceleración no es nula, la velocidad no es constante, es decir, no se puede esperar una duración media de vida inalterable. Es cuando se trata de poblaciones que no son ni estacionarias, ni estables, es, en cierta manera, comprensible esto; pero tratándose de una población estable (crecimiento constante), se hace más difícil. Cuando las tablas de vida (niveles de mortalidad) son cambiantes, es de esperar esperanzas de vida mutables; pero, aún cuando los nacimientos y las defunciones anuales determinen una misma tasa de crecimiento natural (no nula), no necesariamente esto significa tablas de vida inalterables, y en consecuencia, una duración media de vida constante. Por lo tanto, la esperanza de vida invariable es un caso particular de aceleración nula (velocidad constante), en tanto que, cuando se dan crecimientos demográficos no nulos, se trata de casos de aceleración no nulas, y por lo tanto, desde desplazamientos en el tiempo de la vida promedio no constantes.” [4]

 

 

Como se podrá ver, cuando se pasa de los censos a la construcción de datos, de indicadores y de la estructura de la población, además de sus flujos demográficos, se supone el marco y esquemas operativos que propuso Lotka. Ciertamente este es un supuesto metodológico y teórico que ha servido en la construcción de los datos demográficos, empero, las contingencias de la realidad efectiva y de las dinámicas demográficas desbordan constantemente. Por eso propusimos pasar a un deplazamiento epistemológico y metodológico que aborde la complejidad de las dinamicas demográficas, poblacionales y socioterritoriales; pasar, por ejemplo, de la demografía a la demología, de la disciplina descriptiva a una ciencia explicativa, que tome en cuenta incluso las interacciones entre poblaciones humanas y poblaciones orgánicas. 

 

 

Tomamos en cuenta los censos de población llamados científicos, debido a que están estructurados para construir indicadores, entonces suponen metodologías apropiadas en la construcción de datos, de indicadores, de tasas y otras mediciones cuantitativas de la población y de las dinámicas demográficas. En este sentido, vamos a repasar lo encontrado por estos censos en el análisis de las poblaciones en América Latina y el Caribe. 

 

 

 

 

Análisis de las dinámicas demográficas 

 

 

En adelante optamos por citar a uno de los libros de la CEPAL, que corresponden al análisis de varias investigaciones y estudios de población de América Latina y el Caribe. Lo sugerente es el marco de transición de las estructuras demográficas de los países, sus desplazamientos y transformaciones en la composición de la estructura demográfica. Pasamos a las conclusiones obtenidas del análisis de varios estudios de población y el análisis demográficos durante décadas, hasta lo que podemos llamar la actualidad, con proyecciones al futuro inmediato. 

 

Se ha obtenido el siguiente resultado:

 

“América Latina y el Caribe en la actualidad tienen alrededor de 652 millones de habitantes. El 25% de la población de la región tiene menos de 15 años y las personas mayores representan el 12% del total de la población.  Desde fines de la década del sesenta se han experimentado notorios cambios en su dinámica demográfica, estas transformaciones en la composición de la población darán lugar a oportunidades y desafíos específicos para las políticas que buscan la igualdad y el desarrollo centrado en las personas.”

 

Se trata entonces, todavía de estructuras poblacionales jóvenes. 

 

“El 25% de la población de la región tiene menos de 15 años y las personas mayores representan el 12% del total de la población.  Desde fines de la década del sesenta se han experimentado notorios cambios en su dinámica demográfica, estas transformaciones en la composición de la población darán lugar a oportunidades y desafíos específicos para las políticas que buscan la igualdad y el desarrollo centrado en las personas.”

 

Esto implica ritmos demográficos distintos a las estructura poblacionales no jóvenes, más aún cuando se trata de estructuras poblacionales viejas. 

 

 

Una visión global de los cambios de población

El resumen de las cambios dados, recientemente, en los comportamientos poblacionales, de acuerdo a las características de las tasas demográficas responsables, por así decirlo, del crecimiento poblacional, vienen expresados de la siguiente manera:

 

“La caída de la fecundidad fue la principal característica de la transformación demográfica regional en la segunda mitad del siglo XX. América Latina y el Caribe pasó de tasas de fecundidad muy altas (5,5 hijos por mujer) en el período 1965-1970 a tasas levemente inferiores a lo que se conoce como nivel de reemplazo (2,05 hijos por mujer) entre 2015 y 2020.”

 

Esta modificación en las tasas de fecundidad puede considerarse bajo la interpretación de la teoría de la transición demográfica.

 

 

“El inicio de la caída de la fecundidad fue relativamente más temprano en el Caribe y en América del Sur, donde, en la mayoría de los países, ya había comenzado a fines de la década de 1960. En cambio, en algunos países centroamericanos, como Belice y Guatemala, el descenso no comenzó hasta los años ochenta. En las tres subregiones hubo algunos países en los que la fecundidad cayó rápidamente: Barbados y Cuba ya tenían una fecundidad inferior al nivel de reemplazo en el quinquenio 1980-1985 y a inicios del siglo XXI el fenómeno se extendió a Antigua y Barbuda, el Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, México, Panamá y Trinidad y Tobago (CEPAL, 2016).”

 

Esto quiere decir, que los desplazamientos de las tasas de fecundidad son diferenciales.

 

 

Gráfico 1: América Latina y el Caribe: tasa global de fecundidad, por subregiones, 1965-2065. (En número de hijos por mujer)

FUENTE: NACIONES UNIDAS, “WORLD POPULATION PROSPECTS: THE 2015 REVISION, KEY FINDINGS AND ADVANCE TABLES”, WORKING PAPER, Nº 241 (ESA/P/WP.241), NUEVA YORK, DIVISIÓN DE POBLACIÓN, 2015 [EN LÍNEA] 

 

“Por otra parte, el aumento de la esperanza de vida ha sido un proceso constante y continuo desde el siglo pasado y se extiende hasta el presente. De un promedio aproximado de 59 años entre 1965 y 1970, se pasó a casi 76 años en el presente quinquenio (2015-2020). En promedio, la población ha ganado 17 años de vida en los últimos 55 años, es decir, 1,5 años por quinquenio. Sin embargo, ese promedio regional solo equivale al que tenían los países desarrollados hace 25 años (CEPAL, 2008).”

 

Hay que considerar contextos históricos diferentes, no solo mencionar una comparación anacrónica, como si la meta fuera la estructura poblacional europea. 

 

 

“Ambos factores, el aumento progresivo de la esperanza de vida y la baja en la tasa global de fecundidad inciden en cómo se proyecta el crecimiento de la población del continente. En el gráfico 2 se muestra cómo se ha incrementado la población en términos absolutos desde 1965 hasta la actualidad y se hace una proyección hasta 2075. Se espera que esta población continúe creciendo en términos absolutos hasta alcanzar un máximo de 793 millones de habitantes en 2060, para después comenzar a decrecer (Naciones Unidas, 2015b).”

 

 

 

Gráfico 2: América Latina y el Caribe: población y tasas de crecimiento, 1965-2075. (En millones y por 100)

FUENTE: NACIONES UNIDAS, “WORLD POPULATION PROSPECTS: THE 2015 REVISION, KEY FINDINGS AND ADVANCE TABLES”.

 

“La principal consecuencia de este fenómeno es la transformación de la estructura por edad, que implica el envejecimiento de la población. Es decir, se pasará paulatinamente de sociedades jóvenes a sociedades maduras, y de éstas, a sociedades envejecidas.”

 

Como hemos dicho anteriormente, estas estimaciones suponen la metodología y el marco teórico propuestos por Lotka, lo que permite el cálculo, sin considerar contingencias.

 

 

“Según CEPAL (2014), cuando se analiza desde la perspectiva de la transición etaria o de la sociedad etaria, los cuatro grandes grupos de edad son los siguientes: 0 a 19 años (población juvenil), 20 a 39 años (adultos jóvenes), 40 a 59 años (adultos) y 60 años o más (personas de edad). Se utilizan estos grupos, pues, la población en edad de trabajar se define como el grupo de 20 a 64 años, mientras que se consideran como dependientes los grupos de 0 a 19 años y los mayores de 65 años. ”

 

Estas diferenciaciones distinguen un enfoque meramente demográfico de un enfoque donde interviene la mirada económica, también administrativa, del Estado.

 

 

“En cada país, ese paso desde sociedades juveniles a sociedades envejecidas se da a su propio ritmo. En 2015 había 21 países con abundancia de población juvenil y por ende se encontraban en la etapa de sociedad juvenil, mientras que 4 países (Brasil, Chile, Costa Rica y Puerto Rico) se ubicaban en la etapa de sociedad adulta joven; y Cuba es el único país del mundo que ya ha entrado a la etapa final de la transformación: una sociedad en la que abundan las personas mayores. Quince años más tarde, el panorama cambia pues el predominio de población juvenil comienza a disminuir, se reducen a 14 los países (Argentina, Belice, Estado Plurinacional de Bolivia, Ecuador, Guyana Francesa, Guatemala,  Guyana, Haití, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y República Bolivariana de Venezuela y Surinam) que se ubican en esta categoría; mientras que 10 países (Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, Uruguay y Jamaica) tenían un predominio de adultos jóvenes; en la fase de sociedad adulta solo se ubica Puerto Rico y Cuba continúa siendo el único país que se sitúa en la etapa de sociedad envejecida.”

 

Las estructura poblacionales diferenciales hablan no solamente de transiciones demográficas, sino de distintos contextos socioeconómios y culturales. 

 

 

En la perspectiva de los supuestos, que dan lugar a las estimaciones, se figura el siguiente panorama:

 

“En 2045 solo 5 países (Estado Plurinacional de Bolivia, Guyana Francesa, Guatemala, Guyana y Haití) estarán aún en la fase de sociedad juvenil, mientras que 12 países (Argentina, Belice, República Dominicana, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Bolivariana de Venezuela y Surinam) estarán en la fase de sociedad joven adulta; en tanto 4 países (Brasil, Colombia, El Salvador y Jamaica) se ubicarán en la etapa de sociedad adulta y aumentará a 5 países (Chile, Costa Rica, Cuba, Uruguay y Puerto Rico) los que presentarán características de una sociedad envejecida. En 2060 solo 2 países continúa presentando características de una sociedad juvenil (Guyana Francesa y Guatemala), 6 países (Belice, Estado Plurinacional de Bolivia, Republica Dominicana, Guyana, Haití y Paraguay) se ubican en la fase de sociedad adulta joven, en tanto que 3 países (Honduras, República Bolivariana de Venezuela y Surinam) presentan características de una sociedad adulta, en el resto de los países de la región ya está presente una sociedad donde las personas de edad son mayoría, y por tanto conforman el grupo más relevante en términos numéricos (mapa 1).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mapa1: América Latina y el Caribe: transformación de la estructura etaria de la población, 2015-2060 

FUENTE: NACIONES UNIDAS, “WORLD POPULATION PROSPECTS: THE 2015 REVISION, KEY FINDINGS AND ADVANCE TABLES”.

  

Las tendencias demográficas y el desarrollo sostenible

 

En lo que respecta a la Agenda 2030, el análisis se vuelca a una ponderación de sus posibilidades:

 

“¿Pero cómo impacta esta tendencia hacia sociedades envejecidas en las expectativas de desarrollo sostenible en la región? ¿Cómo se adecuan las políticas públicas y se cumplen las metas de la Agenda 2030 en este contexto?”

 

“Un gran reto que ya está presente en la región es preparar los sistemas de salud para sociedades en proceso de envejecimiento, el cual está en directa relación con el ODS 3 que plantea garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades, pero particularmente con la meta 3.8 de lograr la cobertura universal de salud, incluida la protección de los riesgos financieros, el acceso a servicios esenciales de atención médica de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas esenciales seguros, eficaces, de calidad y asequibles para todos.”

 

“La combinación de las tendencias al envejecimiento y el crecimiento económico lleva a un rápido y sostenido incremento del gasto en salud. Un estudio reciente (La nueva era demográfica) realiza una proyección de esos costos para el Brasil, Chile y México y sugiere una duplicación del tamaño del sector en relación con el PIB desde la actualidad hasta 2060. Algunos estudios (Miller y Holz, 2011; Miller y Castanheira, 2013) indican que, en diez países de la región, el financiamiento de los costos del sector de la salud representaría para sus gobiernos un desafío mayor que la financiación de las pensiones públicas.”

 

“Un reto igualmente importante es el relativo a los sistemas de pensiones. Los cambios demográficos en la región llevarían en muchos casos (por ejemplo, en los de Brasil, Chile y Cuba) a grandes incrementos del porcentaje del PIB destinado a las pensiones públicas. Por lo tanto, los sistemas de pensiones actuales, que de una manera general se caracterizan por baja cobertura y beneficios insuficientes, deberán readecuarse y fortalecerse, para garantizar la protección de una creciente población de personas mayores. Pero además, es necesario tener en cuenta que la desigualdad de género también es un problema en los sistemas de pensiones de los países de nuestra región, por tanto, es un desafío la reducción de las desigualdades de género en estos sistemas, tema que se vincula al ODS 5 “Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas”. Por tanto, el tema de pensiones es un desafío doble para los países de la región.”

 

“Otro gran desafío de los países de la región en este contexto es implementar un sistema de cuidados. Diversos estudios (CEPAL, 2010; CEPAL, 2016) exponen que la demanda de cuidados en la región es alta y creciente, debido a que, a la necesidad de atender un número todavía grande de niños y niñas, se suma el aumento del número de las personas de edad o dependientes por sus condiciones de salud. Esto hace necesario implementar o reforzar sistemas nacionales de cuidados y proveer su financiamiento (CEPAL, 2016).”


Tomando en cuenta el panorama que proyectan las estimaciones de la transición demográfica, panorama diferencial, por cierto, se aconseja intervenir tanto en la logística de salud, así como en la garantía del financiamiento. Esos consejos se hacen difíciles o se complican dada la crisis múltiple por la que pasan los países y la economía-mundo.

 

Desafíos transversales en cambio demográfico

Población femenina

Ahora, el análisis pasa a las consideraciones de las configuraciones que llama transversales. Esto es lo que nos ofrece:

 

“Desde que se inició el proceso de envejecimiento en la región, se observa un predominio femenino entre las personas mayores y las proyecciones muestran que esto seguirá siendo así. Actualmente, el índice de feminidad (número de mujeres por cada 100 hombres) entre las personas mayores es de 122,7 y esta cifra no cambiará en los próximos 13 años (véase el cuadro 1). Solo se aprecia un leve descenso de este indicador en 2060 (115 mujeres por cada 100 hombres), aunque seguirá siendo favorable para las mujeres.”

 

 

 

Cuadro 1: América Latina y el Caribe: número y proporción de personas de 60 años y más, según sexo, 2017-2060. (En miles y en porcentajes)

FUENTE: NACIONES UNIDAS, “WORLD POPULATION PROSPECTS: 2015.

 

“Un cambio importante a observar en la población femenina, es el mayor número de mujeres mayores jefas de hogar. En las últimas décadas se ha aumentado el número de mujeres jefas de hogar. En 1990, menos del 40% de las mujeres mayores ejercía la jefatura de hogar en la región (solo el Uruguay superaba esta cifra). Actualmente, casi la mitad de las mujeres mayores ejerce la jefatura de hogar. Se destacan los casos del Brasil, República Dominicana, el Uruguay y Venezuela (República Bolivariana de), donde hay más de un 50% de mujeres mayores jefas de hogar.”

 

Como se puede ver no solamente se dan desplazamientos demográficos en las composiciones gruesas, por así decirlo, sino también se dan desplazamientos en las composiciones de género, en lo que respecta a sus responsabilidades, roles y papeles que juegan, en este caso las mujeres.

 

 

“Otra característica que ha aparecido en los últimos años es la tendencia a una vejez femenina acompañada. En 1990 los hombres mayores casados o unidos superaban el 65% mientras que los viudos representaban solo un 17%, las mujeres por su parte tendían en porcentajes menores a establecer nuevas relaciones y el porcentaje de viudas hasta la fecha continúa siendo relativamente alto (mayor al 30%). Sin embargo, en algunos países este porcentaje empieza a disminuir, y la proporción de mujeres casadas o unidas comienza a aumentar levemente hasta llegar a superar en algunos casos el 40%. Al parecer, las cohortes de mujeres más jóvenes que se han ido incorporando a la población adulta mayor tienden a cambiar el patrón sociocultural de no volver a unirse e intentan nuevas relaciones de pareja a edades mayores o se unen con hombres de menor edad.”


Otro comportamiento sintomático en lo que respecta a la percepción de las mujeres, al desplazamiento de prácticas que dejan tradicionales costumbres. Podríamos hablar de desplazamientos puntuales, que muestran cambios generacionales y de género.

 

 

 

Los pueblos indígenas y el envejecimiento

 

Estamos hablando de un continente donde las poblaciones indígenas son importantes, tanto por su historia, así también como por su presencia y persistencia propia y autónoma. Aunque se trate, en este caso, de datos demográficos, de todas maneras son significativos.

 

“En términos generales, se observa que las poblaciones indígenas continúan siendo más jóvenes que las no indígenas. No obstante, la información reciente indica que se ha ido perfilando con mayor claridad una disminución del peso relativo de las nuevas generaciones, vinculada con el descenso de las tasas de fecundidad de los pueblos indígenas. Sin duda, ese fenómeno evidencia un cambio de las pautas reproductivas, al menos respecto de la cantidad de hijos que tienen en promedio las mujeres indígenas en la actualidad.”

 

“Las poblaciones indígenas más jóvenes se encuentran en Colombia y Panamá, donde no se observan señales claras de envejecimiento. Los contrastes entre población indígena y no indígena son notables en Panamá, el Brasil y Venezuela, debido al envejecimiento avanzado de la población no indígena. Una publicación reciente sobre pueblos indígenas en América Latina y el Caribe (CEPAL, 2017) indica que es necesario considerar que la composición por edades de la población indígena es diferente según los pueblos que se trate, puesto que la dinámica demográfica, y en particular la fecundidad, están íntimamente relacionadas con la organización cultural y social de cada pueblo en cada contexto territorial.”

 

Estos comentarios del análisis son sesgados, pues no consideran a las poblaciones indígenas extinguidas y a las en peligro de extensión. No hablan de las estrategias de sobrevivencia de las poblaciones nativas, tampoco del etnocidio que implica la transición demográfica.

  

 

La población afrodescendiente

 

América Latina y el Caribe es también el continente de presencia e incidencia importante de la población afrodescendiente en el conjunto de las poblaciones latinoamericanas y de el Caribe. El análisis mentado, observa lo siguiente:

 

“Bajo una primera mirada, los países con mayores proporciones de personas mayores afrodescendientes son de la Argentina, Cuba, Panamá, el Uruguay y Venezuela, países en donde superan el 10% del total de la población afrodescendiente, llegando a representar el 15,2% en Cuba; mientras que, en Bolivia y en el Ecuador el peso relativo de las personas mayores afrodescendientes no llega al 7%.”

 

Este comentario es parcial pues es menester considerar la implicancia y la participación de la población afrodescendiente en el conjunto demográfico de los países. Incluso incluyendo los mestizajes.

 

 

Gráfico 3: América Latina: Porcentaje de población de 60 años y más afrodescendientes y del resto de la población (Censos de 2010).

FUENTE: PROCESAMIENTO ESPECIAL DE LAS BASES DE DATOS CENSALES. LA POBLACIÓN NO AFRODESCENDIENTE EXCLUYE A LA POBLACIÓN INDÍGENA Y LOS CASOS IGNORADOS DE CONDICIÓN ÉTNICO-RACIAL. EN EL CASO DE PANAMÁ, EXCLUYE CASOS DE PERSONAS CON EDAD NO DECLARADA.

 

“Sin embargo, en la mayoría de los países se trata de poblaciones que son relativamente más jóvenes que las del resto de la población. Esto claramente se observa, por ejemplo, en Cuba y el Uruguay, países que ya se encuentran en una etapa de envejecimiento general, pero en los que sus poblaciones afrodescendientes son menos envejecidas. Sin embargo, en Honduras, Nicaragua, Panamá y Venezuela se tiene el comportamiento contrario: las poblaciones afrodescendientes más envejecidas que las del resto de la población.”

 

Los roles en la vejez

¿Por qué preocupa la vejez en este análisis? La llamada transición demográfica, que responde a la teoría de la transición sociológica, el paso de las sociedades tradicionales a la sociedad moderna, implica el envejecimiento de la estructura poblacional. Esto se debe al incremento de la esperanza de vida. Esto implica una relación entre esta estructura poblacional con la población en edad de trabajo, sobre todo con la población ocupada. La población ocupada es la que transfiere parte de su salario al ahorro de los trabajadores, que se considera su jubilación. Se trata de un salario diferido. Empero, desde la implementación de las políticas neoliberales, desde la aplicación del llamado ajuste estructural, el ahorro de los trabajadores es expropiado por el Estado y usado de manera privada, por las llamadas empresas que administran la jubilación como capital, es decir, lo invierten para obtener ganancia especulativa. Insólitamente, la ganancia de más vida, que corresponde a la mejora de las condiciones de vida, se ha convertido en un problema para los Estados, para los gobiernos, sobre todo neoliberales. Particularmente, sobre todo, en un presente donde se ha desatado la crisis múltiple del sistema mundo capitalista, bajo la dominancia del capital financiero, especulativo y extractivista, se ha convertido en un problema en el presente critico de la civilización moderna y del sistema mundo capitalista. 

 

Las organizaciones internacionales, concretamente Naciones Unidas, al estudiar estos fenómenos de la transición demográfica, en una época de crisis económica mundial, observa y es consciente de las exigencias generadas por las nuevas condiciones y perfiles demográficos. En este sentido, los estudios promocionados se enfocan claramente en cuantificar estos problemas mencionados.

 

 

“Otra aproximación para analizar este fenómeno es considerar también los cambios que ocurren en el interior del hogar cuando uno o más de sus miembros envejece. Cuando se analiza la proporción de hogares en que hay uno o más personas mayores, los censos de la década de 2010 presentan cifras que se empinan sobre el 22% o incluso sobre el 38%. Si bien hay países que se ubican en etapas incipientes del envejecimiento, con porcentajes de personas mayores inferiores al 10%, en todos ellos el porcentaje de hogares supera el 23%, es decir que, en Bolivia, República Dominicana, el Ecuador, Venezuela, y México, 1 de 4 hogares tiene a lo menos una persona mayor residiendo en ellos.”

 

“Por otro lado, hay índices importantes acerca de personas mayores que viven solas en sus hogares. En la década de los noventa este porcentaje no superaba el 4% del total de hogares, solo Uruguay presentaba un porcentaje cercano al 10%. En la década de 2000 este porcentaje tiende a aumentar, Ciertamente los países más avanzados en el envejecimiento demográfico presentan porcentajes más altos: el Uruguay (12.5%), la Argentina (8.6%), Cuba y Chile (7.4%).”

 

“La vejez en soledad es aún mayor si se contrasta entre áreas urbanas y rurales. Estas últimas presentan un mayor porcentaje de hogares unipersonales de personas de edad. Esto es muy evidente en Bolivia, donde en las áreas rurales se duplica el porcentaje de hogares de personas mayores solas con respecto a la ciudad.”

 

A lo que dijimos anteriormente hay que agregar lo que ocasiona la migración campo-ciudad, vaciando de población al área rural y llenando de población al área urbana. Como acabamos de leer, en el informe, los que se quedan en el área rural son notoriamente adultos mayores.

 

Diferencias territoriales entre campo y ciudad

Retomando otra vez la teoría de la transición demográfica, se observa en esta transición, no solamente la modificación del perfil, en el tiempo, de las estructuras poblacionales, sino también lo que acabamos de llamar el vaciamiento del área rural y la acumulación demográfica en el área urbana. No dice el informe descriptivo y el análisis somero, que tomamos en cuenta, es que estos fenómenos de la transición demográfica y de la transición sociológica se dan a consecuencia de las dinámicas desatadas por el modo de producción capitalista, por el sistema mundo capitalista y por la colonialidad persistente. Los consejos que dan las organizaciones internacionales son calmantes, en todo caso son coyunturales, no tocan las causas del problema y de la problemática que están en la raíz misma de la sociedad capitalista y de su herencia colonial.

 

“Como la mayor parte de la población que migra desde áreas rurales hacia áreas urbanas se encuentra en edad laboral, el resultado es un envejecimiento prematuro del campo y una mayor concentración de las edades intermedias en las ciudades, junto con una sobrerrepresentación femenina (CELADE, 2003 y CEPAL, 2012).”

 

“Las áreas rurales de los países de la región sistemáticamente se encuentran en condiciones de desventajas sociales y económicas, pero también de acceso a servicios básicos, a servicios de salud de mayor complejidad y por cierto no siempre son expeditos los sistemas de protección social.”

 

“Con respecto al acceso a los servicios básicos, es importante considerar que un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida, es el derecho al agua potable. Las personas mayores que residen en áreas urbanas de la región tienen un mejor acceso a este servicio, puesto que el 88% de esta población cuenta con acceso a agua potable dentro de la vivienda. En condiciones menos favorables se encuentran las personas mayores de la región que residen en las áreas rurales, pues solo el 64% de éstas accede al servicio en su vivienda.”

 

El acceso a la educación

Viendo en el esquema teórico de la transición demográfica e incluyendo las políticas sociales, sobre todo las políticas de salud y de educación, se observa en el corto tiempo la disminución de la mortalidad, sobre todo de la mortalidad infantil, y se observa en el tiempo mediano la mejora de las condiciones educativas en el conjunto de la población. Como dijimos anteriormente estos beneficios, estas mejoras en las condiciones de vida, en tiempos de crisis económica, se convierten en problemas para los gobiernos y estados, particularmente imbuidos en políticas neoliberales. Por eso es importante tomar en cuenta los datos y los indicadores de los estudios mencionados en lo que respecta a las estructuras demográficas vinculadas a la población educada, que en gran parte ha dejado de ser analfabeta. 

 

 

“En el pasado, un rasgo característico de las personas mayores era su nivel educativo más bajo, fruto de las desigualdades de acceso que este grupo de población había experimentado en su formación. Con el transcurso de las décadas esta situación tiende a cambiar, y un claro ejemplo es la disminución del porcentaje de analfabetismo en las personas mayores; tanto porque son generaciones que disfrutaron de un mayor acceso a la educación formal cuando eran jóvenes o; por una alfabetización más tardía, producto de importantes programas de alfabetización puestos en marcha por los estados.”

 

 

 

 

 

Cuadro 2: América Latina (10 países): población analfabeta de 60 años y más, según sexo, censos de 1990, 2000 y 2010. (En porcentajes)

FUENTE: COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL)

 “Es alentador constatar que las generaciones que se incorporan a la población de personas mayores en esta década son más educadas que en décadas pasadas, y probablemente lo seguirán siendo en las siguientes.”

 

Las situaciones de discapacidad

Otra población que requiere atención, sobre todo en lo que respecta a su cuantificación, es la población con discapacidades. Estas preocupaciones de las organizaciones internacionales son loables, puesto que se inclinan a atender estas demandas. De la misma manera que en los casos anteriores, son los gobiernos neoliberales los que tienden a inclinarse a cierta desatención encubierta respecto a estas demandas. Por eso se vuelven significativos los datos de los estudios que han sido tomados en cuenta en el análisis que citamos.

 

 

“En términos generales, los porcentajes de personas con discapacidad en los países de la región no son tan elevados, según datos censales de la década de 2010 los valores oscilan entre un 5 y un 24 por ciento (González y Stang, 2014). Es importante considerar en este punto, que por recomendaciones internacionales y nacionales algunos países de América Latina mejoraron la captación en los censos de población de las personas con discapacidad en la década de 2010, particularmente pasando desde un enfoque biomédico a biosocial o social en la manera de preguntar por las limitaciones que presentan. Principalmente se indagó por las limitaciones en la visión, auditivas, de movilidad para caminar, para recordar o concentrarse, para realizar tareas de cuidado personal, y de comunicación.”

 

“Una característica que no puede olvidarse es que, a medida que continúe el avance del proceso de envejecimiento demográfico en los países de la región, es probable que las mujeres tengan una mayor representatividad en el grupo de personas con discapacidad. Esto merece la máxima atención desde la perspectiva de la política pública porque debido a las inequidades sufridas en el transcurso de su vida, las mujeres suelen pasar más años con limitaciones funcionales que los hombres. Para ellas, al igual que para los hombres —aunque en menor medida—, la enfermedad ha dejado de ser un momento agudo que generalmente desembocaba en la muerte para convertirse en un estado crónico que, sin los cuidados necesarios, deteriora de manera notable su calidad de vida en la vejez[5].”

 

 

 

 

Características de la estructura demográfica de la población boliviana y sus problemas de cuantificación

 

La estructura demográfica de la población boliviana sigue siendo joven, como hemos podido ver en el informe y en el análisis que nos ocupa, así como a través de los censos que se han venido dando desde 1976, fecha del primer censo científico. Como hemos dicho, solo hay tres censos científicos, el que acabamos de mencionar, el de 1992 y el del 2001. El censo del 2012 no fue tal, no cumplió con varios requisitos indispensables técnicos, logísticos y metodológicos, principalmente con la actualización cartográfica. En ese sentido tampoco corresponde a una enumeración completa, que es otra característica de los censos de población. Una evaluación crítica de este supuesto censo arroja la certeza de grandes subregistros y de la enumeración incompleta. Lastimosamente lo mismo ocurre con el reciente supuesto censo del 2024. No se ha demostrado hasta ahora que se ha realizado una actualización cartográfica completa, salvo lo mencionado en los discursos propagandísticos, que no corresponden a la constatación de lo que se ha hecho. Por otra parte, se han dado lugar problemas logísticos y de preparación censal, contemplando la preparación de los encuestadores. De la misma manera que en el supuesto censo del 2012 las boletas usadas de encuestas censales son un retroceso respecto a las boletas censales usadas en los anteriores censos, que hemos llamados científicos. No vamos a seguir con esto, nos remitimos a los escritos ensayos y exposiciones que hicimos con anterioridad.

 

Volviendo al asunto de las características de la estructura demográfica de la población boliviana, podemos observar que además de ser una estructura joven, de todas maneras, experimenta ya desplazamientos en lo que corresponde a las modificaciones de las tasas de mortalidad y las tasas de natalidad, así como de las tasas de fecundidad. Esto implica, como hemos hecho notar, el incremento de la esperanza de vida, en consecuencia, en la modificación de la participación de los grupos etarios, que corresponden a los adultos y a los adultos mayores. Heurística de la población que tiene que ver también con un fenómeno evidente en América latina y el Caribe, que es el correspondiente a los procesos de urbanización y de transformación de la estructura demográfica, así como de las densidades demográficas, densificando las áreas urbanas y vaciando las áreas rurales. 

 

Algo que no aparece en los resultados censales recientes es lo que corresponde a la población en edad de trabajo, a su composición de población ocupada y población desocupada. Estos datos han sido desatendidos en las últimas boletas de los supuestos censos que hemos mencionado. ¿Una intención manifiesta de ocultamiento? Otro fenómeno que no aparece en las cuantificaciones censales es lo que corresponde a las migraciones infranacionales, interprovinciales, municipales y a los flujos de movilización poblacional de cortos tiempos. Más aún, tratándose de Bolivia y sus características sociales y culturales, era indispensable atender a las dobles residencias, esto debido a la vinculación entre poblaciones asentadas en las ciudades que todavía conservan sus vínculos comunitarios. Estas últimas problemáticas deberían ser atendidas en los últimos supuestos censos mencionados, pero no fue así. 

 

Otro conglomerado poblacional desatendido es el relativo a las poblaciones nativas. En 1994 se hizo un estudio de muestreo amplio para auscultar las características propias de las poblaciones nativas, sus estructuras demográficas, sus estrategias territoriales, sus conformaciones económicas y socioeconómicas culturales propias. Ese estudio terminó en un análisis socio económico demográfico de las poblaciones nativas, que fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística. Este estudio fue apoyado y financiado por Naciones Unidas con el objeto de apoyar y preparar métodologias apropiadas para abordar el censo del 2001. Sin embargo, a pesar de los alcances altamente significativos del mencionado estudio, que además se dio en un contexto de estudios antropológicos y etnológicos, las recomendaciones, los aportes y las implicaciones metodológicas del mencionado estudio no fueron tomados en cuenta en el censo del 2001. De esto hablamos en un ensayo anterior. Lo que importa ahora, respecto al último supuesto censo, es que estas preocupaciones por el análisis diferencial demográfico de las composiciones sociales y culturales de la formación social abigarrada boliviana fueron obviadas olímpicamente.  

 

En lo que sigue, nos ocuparemos de exponer las anotaciones que corresponden a las primeras impresiones de los resultados preliminares presentados por el INE, acordes al supuesto censo del 2024.

 

El montaje de un censo

 

Ahora vamos a pasar a notas y consideraciones sobre los resultados del supuesto censo del 2024 en Bolivia. Teniendo en cuenta el balance demográfico latinoamericano anterior. Además, de partida, vamos a considerar los criterios estructurales del análisis demográfico, antes de pasar a los apuntes y notas sobre el censo citado.

 

 

Criterios estructurales del análisis demográfico

 

De una manera introductoria y sugiriendo una especie de glosario, recogemos las siguientes definiciones:

 

“La tasa de crecimiento de la población está relacionada con las tasas de mortalidad y de migración de la siguiente manera: La tasa de crecimiento total de una población es la suma de la tasa de crecimiento natural y la tasa de migración. La tasa de crecimiento natural es la diferencia entre los nacimientos y las defunciones. La tasa de crecimiento social es la diferencia entre los inmigrantes y los emigrantes. La tasa de crecimiento poblacional se expresa como un porcentaje de la población base. Una tasa de crecimiento positiva indica que la población está aumentando, mientras que una tasa de crecimiento negativa indica que la población está disminuyendo. Los países pueden conocer la dinámica de su población a lo largo del tiempo al estimar parámetros demográficos como la tasa de natalidad y la tasa de mortalidad.” 

 

“El crecimiento poblacional o crecimiento demográfico es el cambio en la población en un cierto plazo, puede ser contado como el cambio en el número de individuos en una población por unidad de tiempo para su medición. Los modelos simples del crecimiento demográfico incluyen: El modelo del crecimiento de la población y el modelo logístico. Las teorías que explican los cambios demográficos modernos son la teoría de la revolución reproductiva - apoyada en estudios longitudinales -, la teoría de la transición demográfica y la teoría de la segunda transición demográfica - apoyadas estas últimas en estudios transversales.” 

 

 

 

“En demografía, geografía, geografía de la población y ecología, la tasa de crecimiento poblacional o tasa de crecimiento demográfico (PGR de las siglas en inglés: Population growth rate) es la tasa que indica el crecimiento o decrecimiento de la población. Específicamente, la tasa de crecimiento demográfico se refiere ordinariamente al cambio en la población durante un período expresado a menudo como un porcentaje del número de personas existentes en un país o lugar a fines de un inicial en el mismo año. También puede referirse a la diferencia entre la tasa de natalidad de un país menos la tasa de mortalidad, datos obtenidos anualmente en cada país a través de la información obtenida del número anual de nacimientos y de defunciones obtenida del Registro Civil de cada país.”

“La manera más común de expresar el crecimiento demográfico es mostrarlo como una razón aritmética, no como porcentaje. El cambio en la población durante un período de unidad se expresa como porcentaje de la población al principio del período.” 

“Una positiva razón aritmética o tasa del crecimiento indica que la población está aumentando, mientras que un cociente del crecimiento negativo indica la declinación de la población. Un cociente del crecimiento cero indica que había el mismo número de gente en los dos tiempos - la diferencia neta entre los nacimientos, las muertes y la migración es cero -. Sin embargo, una tasa de crecimiento puede ser cero incluso cuando hay cambios significativos en los índices de natalidad, los índices de mortalidad, las tasas de inmigración y la distribución de edad entre los dos tiempos. Equivalentemente, el porcentaje del índice de mortalidad es igual al número medio de muertes en un año para cada 100 personas en la población total.”

 

“Una medida relacionada es la tasa neta de reproducción. En la ausencia de migración, un índice de reproducción neta de más de uno indica que la población de mujeres está aumentando, mientras que una tasa neta de reproducción menor a uno, que corresponde a la fertilidad del reemplazo secundario, indica que la población de mujeres está disminuyendo.”

 

“El equilibrio en una población puede ser afectado por diversos factores:

  • La fertilidad de las mujeres en edad reproductiva o la abundancia de la reproducción en cualquier especie biológica. A medida que aumenta la fecundidad, la tasa de natalidad aumenta, lo que aumenta el crecimiento poblacional. La fecundidad tiene una relación inversa con el nivel de educación de la población de un país. En países desarrollados, donde las mujeres tienen las mismas oportunidades educativas y laborales que los hombres, la fertilidad de las mujeres tiende a disminuir, esto se hace evidente en la mayoría de países europeos. ​
  • La mortalidad se mide por la cantidad de personas que mueren en un lugar en un período determinado en relación con el total de la población. A medida que aumenta la economía en un país, el sistema de salud aumenta, lo que disminuye la mortalidad de la población. 
  • Las migraciones suponen dos hechos distintos con referencias espaciales correspondientes al lugar de destino y al lugar de origen y puede ser repetible y reversible. ​ La inmigración podría mejorar la economía de un país ya que la mayoría de migrantes pertenecen al rango de población económicamente activa. Por el contrario, la emigración tiene a disminuir el grupo de población económicamente activa de un país, pudiendo afectar el producto interno bruto del país que abandona.”

 

 

Población en equilibrio o crecimiento población cero

 

“Se dice que una población está en equilibrio cuando el crecimiento poblacional es cero. El concepto crecimiento poblacional cero o crecimiento cero de la población, en inglés zero population growth, se atribuye al demógrafo estadounidense Kingsley Davis aunque la autoría es reclamada por George Stolnitz. Sin embargo, el concepto de población en equilibrio resulta cuestionable en sí mismo, tampoco la idea de la tasa de crecimiento 0 puede llegar a mantenerse durante un período, aunque este sea relativamente breve. Por una parte, el que en un país la mortalidad igualara a la natalidad no significaría que la composición de la población, según edad y sexo, seguiría igual, ya que tendería a envejecerse, a no ser que ese país tenga una tasa de inmigración superior a la de emigración, en cuyo caso, la composición de la población inmigrante sería un factor de rejuvenecimiento de dicha población ya que los inmigrantes de ambos sexos en un país suelen ser adultos jóvenes, en edad de tener hijos; ello hace que su tasa de natalidad sea superior a la que tiene la población autóctona, con un promedio de edad mucho más elevado y, por ende, con una mortalidad superior a la población inmigrante.”

 

 

Descenso de la población o decrecimiento demográfico

 

“Cuando la población desciende, disminuye o decrece hablamos de descenso de la población, crecimiento demográfico, crecimiento demográfico negativo o crecimiento negativo de la población. También podemos hablar de la tasa de crecimiento demográfico negativo frente a la tasa de crecimiento población positiva si bien la tasa de crecimiento de la población incluiría a ambas.”

 

Hasta aquí la introducción somera y la exposición de un breve glosario. En adelante nos ocuparemos a exponer las anotaciones para una crítica del supuesto censo del 2024.

 

 

 

 

Un censo a la deriva

 

El Censo llega tarde. ¿Por qué ha tardado tanto? Se supone que estaban en condiciones de un conteo rápido debido a tener al alcance tecnología adecuada. Sin embargo, ingresaron al levantamiento censal sin acabar la actualización cartográfica y el levantamiento censal mostró variadas deficiencias. Llama la atención que la observación internacional dé su visto bueno, cerrando los ojos ante las deficiencias. Ocurre lo mismo que cuando ocurrió el Censo de 2012. No hubo Censo y el CELADE aprobó una enumeración incompleta. Todos están comprometido con la cocina de datos, en contra la metodología y construcción del dato demográfico. Un bluf más de las gestiones de gobierno neopopulista.

 

11.312.620 habitantes es una población muy baja, de acuerdo a las tasas de crecimiento y las tasas de fecundidad, contemplando los indicadores de la mortalidad. Se habría crecido a un razón de 77 mil habitantes por año, otro contraste. De principio nos muestra la improvisación y la cocina de datos, como ocurrió en 2012. Un director del INE, que parece político en campaña, no hizo ninguna presentación técnica. Un pajpaku de los datos.

 

 

 

Una burlesca presencia de los resultados del censo de 2024

 

El director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Humberto Arandia, informó este jueves que, al 23 de marzo de este año, cuando se realizó el Censo de Población y Vivienda, Bolivia cuenta con 11.312.620 habitantes y el departamento con mayor crecimiento es Santa Cruz.

“En Bolivia, al 23 de marzo de 2024, somos 11.312.620 bolivianas y bolivianos, de los cuales 3.115.386 corresponde al departamento de Santa Cruz, siendo el departamento de mayor crecimiento poblacional en términos relativos y absolutos con relación al anterior censo”.

Destacó que, con los resultados oficiales presentados, el departamento de Santa Cruz es la región más poblada y de mayor crecimiento del país.


“La tasa de crecimiento intercensal fue de 1,35 en línea con el comportamiento observado en censos anteriores y consistente con las estadísticas de hechos vitales que demuestran la coherencia demográfica de este dato”.

 

Metropolización 

Otro dato observado es la metropolización y urbanización de las regiones, ampliando las manchas urbanas en todos los departamentos del país, lo que permite que varios municipios se fueron integrando. En el caso de Santa Cruz, resaltó el crecimiento de la metropolización de los municipios de Santa Cruz de la Sierra, Cotoca, Warnes, entre otros. De la misma manera en La Paz, los municipios de La Paz, El Alto, Palca, Viacha y otros ya muestran una integración urbana.


“Una Bolivia que creció, una Bolivia urbana, una Bolivia metropolitana, factor importante y, como podemos observar, las manchas urbanas de las nuevas capitales fueron creciendo no gradualmente, exponencialmente en el tiempo y a partir de la actualización cartográfica llegamos a esto”.


Arandia destacó el trabajo del personal del INE que se preparó para el desarrollo del Censo de Población y Vivienda del 23 de marzo, hecho también elogiado por la Comisión Internacional de Alto nivel conformado por varios organismos internacionales[6].

 

 

Cómo se puede ver la exposición del director de Instituto nacional de estadística se destaca por la improvisación, la fragmentación de datos aislados, sin tener el contexto estadístico, mucho menos el contexto del la estructura de la población y de las dinámicas demográficas del país. Ha sido una exposición propagandística, de ninguna manera técnica, que destaca la ineficiencia técnica del gobierno y del Instituto Nacional de Estadística. La eficiencia brilla por su ausencia, que no se ve por ninguna parte. Desde un principio se ha notado la aparición de los graves errores cometidos en el supuesto censo del 2012, que no era otra cosa que una enumeración incompleta, con una boleta censal inadecuada. Ahora tampoco se ha cumplido con el requisito indispensable de la actualización cartográfica, aunque dicen que hayan usado la información satelital. Tampoco tenían preparado los equipos para un levantamiento exhaustivo, después de 12 años, mucho más si se considera que el 2012 no hubo censo. 

 

En consecuencia, volvemos a ver la misma irresponsabilidad que la que se vio en el supuesto censo del 2012. Quizás hasta peor. El abordaje incongruente de la exposición, de la presentación de datos genera incertidumbre, incluso con el envío de datos desglosados a nivel municipal, no son convincentes. Empezando con el dato global de 11,312,620 habitantes. Si comparamos con la población presentada oficialmente después del 2012, si contamos incluso con una tasa de crecimiento baja, en comparación con las tasas de crecimiento que captaron los censos anteriores, los primeros censos - hablamos de los censos científicos, no de las enumeraciones completas o incompletas anteriores, que no contaban con una metodología estadística demográfica para la producción de indicadores -, la cifra de la población total sigue siendo baja. Hablamos de los censos de 1976, 1992 y el del 2001. Las tasas de crecimiento eran del orden del 2.7%, que fueron bajando hasta bordear el 2%. Según la información arrojada respecto al censo del 2012, se estableció, sin demostrarlo, una tasa de crecimiento del 1.7%. Algo que es bajo y no se sustenta comparando las tasas de natalidad, las tasas de mortalidad, las tasas de fecundidad y las tasas de migración. Sin embargo, si mantuviéramos esta tasa de crecimiento del 1.7% la población actual habría superado los 12 millones de habitantes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ya era deficiente y baja la cantidad de población del 2012, arrojada por un supuesto censo. De esto hemos hablado en análisis anteriores. 

 

Si tomamos en cuenta la población del 2001, que corresponde al último censo científico, por lo tanto, confiable, y si asumimos la tasa de crecimiento de entonces, que es del 2%, tendríamos una población de más de 12 millones de habitantes, incluso cerca a los 13 millones de habitantes. Si comparamos este dato con lo arrojado en la presentación de resultados de preliminares del supuesto censo del 2024, tendríamos una diferencia de cerca de 1 millón quinientos habitantes. De acuerdo a la explicación estrambótica de la cantidad de población baja en relación a lo que se esperaba, el director del INE dijo que esto se debe a la mortalidad del COVID, que habría arrojado 150,000 muertos. Dato que no explica la falencia, por cierto, que sólo puede darla una persona que improvisa, que recurre argumentos sensacionalistas, a cifras desbordantes para llamar la atención. En todo caso, si le hacemos caso a la cifra del argumento usado, de todas maneras, a pesar de todo, la diferencia supera el millón de habitantes. Esta podría ser la cifra probable de la subnumeración, debido a la ausencia de una actualización cartográfica completa y a la subnumeración, debido a un levantamiento ineficiente, mal preparado, con encuestadores que no estaban en condiciones de levantar una encuesta. En principio, tendríamos una subnumeración del orden de cerca del 12%.

 

Al respecto no debemos olvidar que el margen de error en un censo, que corresponde una enumeración completa, fuera de una boleta metodológicamente preparada para construir indicadores, es cero. En otras palabras un censo científico no puede tener margen de error. Cuando el director del INE habla de margen de error confunde un censo con una encuesta muestral. En esta expresión o lapsus hay pues una confesión de parte de que los datos se han cocinado. Cuando hacemos un censo, encuesta de todos las personas, el margen de error es cero.

 

¿Qué es el margen de error?

Otra vez, momentáneamente, volvemos a un sucinto glosario puntual, sobre todo por razones vinculadas al esclarecimiento.


“El margen de error también es conocido como error muestral. En palabras sencillas, es qué tanto pueden variar los resultados con respecto a los de la población total, solamente debido al hecho de que se tomó una muestra. Es una variación estadística, medible, conocida y que está asociada a cualquier investigación que conlleve una muestra”. Como hemos dicho, cuando hacemos un censo, enumeración completa, el margen de error es cero. Por el contrario, en contraste, cada vez que seleccionamos una parte de esta población para medir algo, el margen de error entra en acción.

 

 

 

 

Confesión de parte

 

El problema es global. La población total habría crecido insólitamente a un ritmo muy bajo, independientemente de las movilizaciones poblacionales supuestas, intraprovinciales, también indemostrables. Incluso si fuese así el gobierno y el INE no puede explicar el escandaloso subregistro del supuesto censo de 2024. La confesión de parte es hablar de “margen de error”. En un censo, que corresponde a una enumeración completa, no puede haber “margen de error”. Este argumento se usa para el muestreo.

 

 

 

Una estimación del subregistro del supuesto censo del 2024

 

Sin considerar la migración, teniendo en cuenta que hubo 2.808.263 nacimientos entre el 2012 y el 2022, podemos suponer un promedio por año de los 2.808.263 nacimientos. Entonces hasta el 2024 habrían habido 3.369.915 nacimientos. Por otra parte, el promedio de muertes por cada 100.000 habitantes, entre el 2012 y el 2024 es de 273, considerando 437 hasta el 2021 y 109 desde el 2022, por cada 100.000 habitantes, tenemos 3.272 muertes entre 2012 y 2024 por cada 100.000 habitantes. Entonces, en ese periodo habrían habido 370.601 muertes, considerando la cifra de 11.312.620 para el total de la población. Restando nacimientos y muertes se tendrían 3.369.915 sobrevivientes. Lo que arroja una cifra estimada de la población de 13.429.771 habitantes, para el 2024. Lo que nos daría un subsregistro, correspondiente a 3.369.915 habitantes no censados, del orden del 34%.

 

Solo se ha reclamado regionalmente sobre un supuesto de un millón de habitantes, “robados” a un departamento. Hay que pensar lo que ha ocurrido en todos los departamentos y regiones. El orden del subregistro es de más de 3 millones, sin considerar migración.

 

 

Inconsistencias del supuesto censo del 2024

 

Los resultados del censo del 2024 son tan incongruentes como los resultados del censo del 2012. Dos cocinas de datos groseras y de una gran irresponsabilidad, por parte de las autoridades gubernamentales y los gestores del INE. 

 

Una población es como un sistema demográfico, donde su composición y sus dinámicas conforman un todo demográfico articulado e integrado. Los ritmos de la natalidad, de la mortalidad y de la migración, se imbrican de una manera coherente. Los resultados preliminares expuestos por el director del INE y los datos generales presentados no concuerdan con los datos de estadísticas vitales, son incongruentes. No muestran un sistema demográfico coherente con sus dinámicas. Se muestra un colaje de fragmentaciones inconexos. Lo que nos muestra una manipulación grotesca e improvisada. 

 

En conclusión: No hubo censo. Es un montaje político grosero, de gente que no tiene idea de la disciplina demográfica y de los estudios de población.

 

El pueblo boliviano no puede quedarse sin censo ni datos censales. Debe asumir la responsabilidad de hacer autogestionariamente su propio censo científico.

 

 

 

Nota sobre los resultados preliminares censales

 

Es evidente que la cifra dada como población de Bolivia para el 2024 es muy baja. Esto no puede ser otra cosa que el resultado de un error o sumatoria de errores. Desde el censo de 1976 hasta ahora han pasado 48 años. A lo largo de un tiempo relativo a los periodos intercensales se calculó una tasa de crecimiento del 2.7%, después se calculó una taza del 2%. Empero, el crecimiento del 1.7% aparece en el periodo que comprende desde el censo del 2001 al supuesto censo del 2012. Según el supuesto censo del 2024 la tasa de crecimiento sería más baja aún, alrededor del 1%, incluso menos. La pregunta que viene es la siguiente: ¿Es posible esto? Dicho de otra manera: ¿Es sostenible estadísticamente esto?

 

¿De qué depende una baja de la tasa de crecimiento? Tiene que haber bajado la natalidad, por lo tanto la fecundidad. Tiene que haber aumentado la mortalidad. Tiene que haber habido una gran migración. Todos estos factores intervinientes no parecen sostener en Bolivia una baja tan grande de la tasa de crecimiento. Por otra parte, puede deberse a falencias técnicas, por ejemplo a no haber cumplido plenamente con la actualización cartográfica, dando lugar a una merma de viviendas y de hogares, dejando fuera del levantamiento censal a parte de la población. Puede deberse también a deficiencias grandes en el levantamiento de la encuesta censal. En la preparación misma de levantamiento, no contando con una combinación adecuada entre preparación de la encuesta y logística desplegada. Por último, puede deberse también a una manipulación grosera en la cuantificación de las boletas censales.

 

Hay que investigar sobre las causas de los resultados del supuesto censo del 2024. Pero lo que queda, después de la exposición de los resultados preliminares, es la inconsistencia de los datos, la incompatibilidad de los mismos con los referentes relativos al número de viviendas, separando viviendas ocupadas y viviendas no ocupadas, al número de hogares. En general, al crecimiento de los asentamientos poblacionales, fundamentalmente de la ciudades capitales, de la ciudades intermedias, así como de la distribución de otros poblados menores.

 

Al respecto vuelve a llamar la atención la preocupación de los políticos por los escaños departamentales y por la redistribución presupuestaria. Por cierto, es entendible esta preocupación, pero no es la cuestión fundamental de un censo de población y vivienda. El censo persigue captar las magnitudes y los ritmos de las dinámicas demográficas poblacionales y sociales. Sobre todo aquellos fenómenos que tienen que ver con la natalidad, la mortalidad, la fecundidad y la migración. Además de las características estructurales de la composición poblacional. De los grupos etarios y de las estratos específicos que componen a la población. Respondiendo de esta manera a las demandas de información sobre estas características de la población y sus dinámicas.

 

Tanto en lo que respecta al supuesto censo del 2012 como al supuesto censo del 2024, podemos aseverar que son inútiles respecto al conocimiento estructural detallado y dinámico sobre los comportamientos poblacionales y las dinámicas demográficas y sociales. Habríamos perdido no solamente 12 años sino 23 años, teniendo en cuenta que el último censo propiamente dicho, abordado científicamente, como se dice en la jerga, corresponde al 2001. Este es el tamaño de la irresponsabilidad de las gestiones de gobierno que se hicieron cargo de los mencionados últimos censos.

 

Se deja a la población boliviana sin información, en lo que respecta a sus estadísticas vitales, demográficas y socioeconómico-culturales. La pregunta que vamos a hacer no es exactamente por qué lo hicieron los responsables de dirigir y gobernar, cuando se dieron estos últimos censos. La pregunta es por qué se dejó hacer, por qué se dejó pasar, por qué se fue cómplices con tamaña irresponsabilidad respecto a la construcción de los datos. Tan necesarios para las estrategias y políticas operativas, en función del bienestar y desenvolvimiento de la sociedad.



 

 

 

 

 

Notas

[1] Raúl Prada Alcoreza: Lo dato y el dato. Epistemología de la ratificación. Tesis de Maestría en demografía. El Colegio de México 1981-1983. Episteme. Imprenta Hermenca. La Paz 1987. 

[2] Ibídem. Pág. 11.

[3] Ibídem. Pags. 123-125. 

[4] Ibídem. Págs. 134-135. 

[5] Nota: este artículo fue preparado a partir de los capítulos I y II del libro Envejecimiento, personas mayores y Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: perspectiva regional y de derechos humanos, Libros de la CEPAL, N° 154 (LC/PUB.2018/24-P), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2018.

 

 

[6] Nota periodística dada en el periódico La Razón.

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