Evanescencia


Evanescencia

 

Sebastiano Mónada

 

 

 



 

 

 


Una herida abierta por el filo de la navaja.

Brillante como estrella que nace,

Creyendo en su eternidad imposible.

 

Dolor que conecta el cuerpo a la existencia.

Consciencia devenida en flujo sensible.

Desborde acuoso, espíritu liberado de la roca.

 

Escarbas en el espesor de tu soledad 

Poblada de sueños,

de pensamientos atravesados de mundos, 

de bosques de palabras cobijando nidos.

Nichos de aves tropicales.

Polifonía amazónica amenazada.

 

Alegría de la rotación planetaria que danza, 

mientras las preguntas emergen del sopor terrenal.

Enredaderas juguetonamente vaporosas

trepando por las inocuas paredes invisibles 

de la cobijante atmósfera seducida 

por la embriaguez de la voz solar.

 

Tú dices no hay sentido en nada,

es el azar que juega a los dados,

ruedan, trompos lúdicos encantados, 

que cuando se detienen regalan un número.

Síntesis aleatoria del tejido de vibraciones.

 

Sin embargo, el acontecimiento deviene

de la inmanencia profunda de la asociación mutante

de notas infinitesimales congregadas en el acto 

formando la melodía improvisada.

 

 

 

 

 

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