Vivir es lo mismo que sentir

Vivir es lo mismo que sentir 

 

Sebastiano Mónada 

 

 


 




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vivir es lo mismo que sentir,

es lo mismo que ser,

es lo mismo que pensar.

La vida es memoria sensible,

es inteligencia afectiva

en acontecimiento vital

del desborde de energía

de la existencia visible,

en su dinámica invisible

 

 

Lo importante es vivir,

sobre todo estar vivo,

sentir el universo

cambiante y en devenir,

la suave brisa matinal 

y el agua de la lluvia,

transformado en manantial.


Sentir el murmullo 

cristalino del río.

La pronunciación de la voz, 

la cadencia de las palabras, 

que caen como cascadas

en turbulencia feroz.

 

Lo importante es saber que estás ahí,

para todos y para mi,

cerca, existencia en el planeta 

o lejos, midiendo la distancia 

del ajeno y ancho mundo.

Entonces,  deduciendo,

vivir es lo mismo que saber

sobre el estar y el ser.

 

La vida es el acontecimiento primordial,

interpreta corporalmente lo que acontece.

Nos sitúa vitalmente en el cosmos,

haciendo consciencia del nosotros.

Nos convierte en centro circunstancial,

permitiendo descentramiento constante,

logrando nuestro nomadismo permanente.

 

Vivir plenamente con los poros abiertos,

con los órganos y ojos despiertos,

la piel sensible al tacto de los seres,

operando utensilios y enseres.

Contando con los dedos las estrellas,

usando la mano para manejar cosas.

para manipular herramientas. 


Cultivar verduras y tubérculos,

producir bienes de consumo,

desenvolviendo tecnologías, 

logros mágicos de las ciencias,

prologación instrumentada

de los nervios, músculos y huesos,

donde se cristalizan conocimientos.

 

Vivir es lo mismo que amar,

gestionando el romántico andar,

la rebelión afectiva desbordada,

en los páramos y selvas voluptuosas,

en las copiosas calles desbordadas.


Apreciar los instantes,

los minuciosos detalles 

y circunstancias azarosas,

Apreciar las luminosas miradas,

las fantasmagóricas presencias,

y sus complementariedades.

 

Vivir es escuchar sonidos,

y emitir voces onduladas, 

conformar esferas sonoras,

donde tercamente nos repetimos 

insistentes nos representamos.

Estableciendo la agradable frecuencia,

la fragancia del recocnocimiento 

y el evento de la autoconsciencia.

 

Vivir es reflexionar,

meditando y soñar,

apartarse de esfera sonora 

al centro silencioso 

donde uno se encuentra 

consigomismo y lo distinto.

Descubrimiendo la voz interior,

que es síntesis elaborada 

de la alocución colectiva.

 

Las tonalidades y vibraciones,

convertidas en canciones,

hacen a la vida singular,

degustando con el paladar,

la concreta forma de vivir.

La vida en su particularidad,

en su recorrido circunstancial 

en su versión específica

de la revelación mágica. 

 

Vida es la mujer, que da vida,

la experimentada madre 

y la aprendiz hija,

ante la sorpresa del padre.

La portadora del entramado 

social y comunitario

de los bienes amados.


Defensora de acervos comunes,

cuando son amenazados

por privatizadores.

Portadora heroica

de sabiduría acumulada .

Irrupción de la asamblea,

la democracia ancestral,

actualizada en el vendabal.

 

La vida es la atmósfera donde respiramos, 

es el clima que otorga temperatura 

al entorno maternal que nos rodea.

La vida es el cobijo del Oikos

y de sus nichos ecológicos.


Son los espesores territoriales, 

que contienen la memoria ancestral 

de los seres y sus alrededores,

en constante compulsión carnal.

Son las cuencas y sus decursos,

los ríos, fuentes y desembocaduras, 

que fluyen al mar y los oceanos,

en serpenteantes meandros 

que recorren selvas laberinticas.

 

La vida es la matriz donde nacimos 

y es el porvenir que buscamos,

orientando nuestros pasos al topos, 

que todavía no está en ningun lugar

que no se encuentra en ninguna parte,

parece un sueño lunar,

al que daremos nacimiento

en el momento crucial,

con imaginación radical 

y potencia creativa.

Eterno retorno de lo mismo,

que repite una terca iniciativa.

 

La vida es sensual,

exuberante y colosal.

Desenvolvimiento del deseo,

erotismo desplegado

en la piel expuesta, 

vulnerable y desnuda;

lo más profundo del cuerpo.

Memoria áspera del taco,

lenguaje sensible de figuras,

metáforas en metamorfosis

y metonimias barrocas,

de analogías y diferencias,

en el acontecer del caosmosis.

 

Vivir remontando pliegues de intimidad,

para encontrarse con la ipseidad.

La alteridad, que es uno mismo, 

la otredad propia escondida

en lo más adentro de uno,

en ese repliegue del afuera,

convertido en el núcleo oculto 

de la interioridad desconocida.

 

Pensar la vida buscando sus sentidos,

sus significados y sus conceptos,

es tratar de comprender 

sus proliferantes decursos,

perseguir y pretender 

desentrañar sus misterios,

sustituyendo sus secretos

por la narrativa circunstancial,

relativa y pretensiosa

de la teoría inusual.

 

 

 

 

 

 

 

 

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