Poliedro de la coyuntura

Poliedro de la coyuntura

Raúl Prada Alcoreza



Poliedro de la coyuntura
















En el plano comunicacional, el de los medios de comunicación de masa, y en el plano político institucional, la coyuntura se circunscribe al conflicto sobre la reelección del presidente, a la pugna en torno a las elecciones de magistrados, teniendo como horizonte inmediato a las elecciones nacionales de 2019. Además del escándalo del desfalco del Banco Unión y la incorporación al mercado de la gasolina del Ron 91, de octanaje menor a la gasolina Premium y mayor a la gasolina especial. Estos temas atiborran los periódicos, las pantallas de televisión y las frecuencias de las radios. Esta es la coyuntura desde la perspectiva estatal, también de los medios de comunicación y de la política institucionalizada. Sin embargo, se puede visualizar la coyuntura desde otras perspectivas; moviéndonos todavía en los planos hegemónicos, por así decirlo, el plano de intensidad económico pone en consideración la crisis económica, derivada de la baja de los precios de las materias primas y de la merma de las reservas. Aunque el gobierno no la reconozca, pues considera a la economía boliviana ajena a la crisis de la economía-mundo, por lo menos, ha reconocido una disminución en los ritmos de crecimiento; lo que ha llevado a suspender el doble aguinaldo. En el plano jurídico, la ley emitida por el Congreso que atiende los derechos de las diversidades subjetivas y sexuales ha retrocedido galopantemente respecto de la Constitución, ocasionando polémica y movilización de los colectivos de estas diversidades.

Hasta ahí con los planos hegemónicos, donde se asume una realidad circunscrita a las problemáticas que afligen al Estado, a los medios de comunicación, a la política institucionalizada, incluso a algunos otros planos de intensidad de la sociedad institucionalizada. Los planos y espesores de intensidad que no se toman en cuenta son los de la vida cotidiana, que son los que padece y goza la gente, que son los que interpreta, desde la variedad de sentidos comunes. En estos casos, la coyuntura puede adquirir intensidades locales, manifestadas en preocupaciones por la sequía, en unas zonas, o preocupaciones por inundaciones en otras zonas. El pronóstico de la llegada de las riadas preocupa a los cultivadores que le ganan al río terreno para la agricultura. Otras preocupaciones, vertidas notoriamente en las urbes, como las inquietudes de padres de familia por inscribir a sus hijos en la escuela; las mismas que se manifiestan en largas colas de espera para ganar el ingreso escolar, también prefiguran lecturas sociales de la coyuntura.

Como se puede ver, la coyuntura puede ser interpretada desde otras perspectivas y enfoques, no se crea que solo locales, incluso zonales, sino que pueden adquirir connotaciones micro-regionales y hasta regionales, así como nacionales. Por ejemplo, la demanda de trabajo en la población en edad de trabajo adquiere alcance nacional; así como la demanda de vivienda de amplios sectores de la población tiene la misma connotación.

Sin emerger de la vida cotidiana, se sitúan otras perspectivas, de configuración reciente, conformadas frente a la crisis ecológica. Se trata de miradas científicas, también de colectivos activistas ecologistas, así como visualizaciones territoriales de las naciones y pueblos indígenas. En este caso, la coyuntura adquiere profundidades geológicas, asume substratos de espesores vitales y, sobre todo, se configura una mirada integral y planetaria. La coyuntura es la de la crisis ecológica.

Como se puede ver la coyuntura puede ser visualizada e interpretada desde distintos ángulos, enfoques, perspectivas, dependiendo de los planos de intensidad desde donde se la percibe. Las interpretaciones mencionadas tienen distintos alcances, extensidades e intensidades, dependiendo del acopio asumido. En la medida que se logra abarcar más planos de intensidad se incorpora la complejidad, sinónimo de realidad, propia de las dinámicas efectivas. De lo que se trata es avanzar en la comprensión de las dinámicas de la complejidad para avanzar en el entendimiento de la realidad efectiva.

La coyuntura es un concepto que se refiere al acoplamiento, también a la articulación; como dijimos en otro ensayo[1], más que remitirse al tiempo, al momento, señala la composición de situaciones dadas o dándose. En tanto acoplamiento concibe complejidad; se trata de composiciones y combinaciones de hechos, usando un término discutible, que hacen a los eventos, así como en el contexto mayor, al acontecimiento. Por lo tanto, al enfocar la coyuntura, desde la coyuntura misma, exige desplazamientos hacia la perspectiva de la complejidad[2]. No se trata de usar el término en el discurso y en la enunciación como si fuese indicación del momento. Esta manera acostumbrada de usar los conceptos como palabras del discurso, sobre todo, político, se desentiende de la estructura categorial del concepto, para convertirlo en una figura plana sin estructura, en un plano sin profundidad. El análisis de coyuntura exige entonces adentrarse a los substratos de la coyuntura, a los espesores del presente. En otros textos hemos incursionado en este ejercicio o prospección en la simultaneidad dinámica del acontecimiento[3]. Ahora, en este escrito, volveremos a intentar otra incursión en los espesores de la coyuntura[4].

Perfiles de la coyuntura

Los voceros oficialistas se desgañitan por demostrar que la reelección del presidente es “derecho humano”, por certificar que la elección de magistrados es legítima. La “oposición” se esfuerza por corroborar que la reelección es inconstitucional y que la elección de magistrados es fraudulenta. El presidente ya se encuentra en campaña, diga lo que diga el Tribunal Constitucional, siguiendo el consejo de su vicepresidente, que dijo que es momento de comenzar la campaña, contra viento y marea. Lenin Moreno, presidente de Ecuador, criticó la reelección como una encubierta dictadura. La OEA, mediante su secretario general, se pronunció al aseverar que no puede darse ninguna reelección al margen de la Constitución y la voluntad del pueblo, que, en un referendo por la reforma constitucional, que buscaba habilitar al presidente a la reelección, dijo NO. Las organizaciones sociales, cooptadas por el MAS, salieron en marcha y se concentraron para apoyar la reelección indefinida del presidente. El Tribunal Electoral ya tiene listo todo para la realización de las elecciones de magistrados; la logística, además de los discursos justificativos que avalan la elección, conculcando el valor o las consecuencias del voto nulo. Lo que implica atentar y restringir el ejercicio democrático. Todo el aparataje estatal funciona como una máquina del chantaje[5].

Para decirlo en la forma anecdótica del relato, un poco al estilo de Gabriel García Márquez, en un país donde nada se aclara, donde los sucesos delictivos, sobre todo estatales, quedan en la opacidad, un nuevo escándalo, el del desfalco del Banco Unión, toma el mismo camino. Flujos de dinero que ingresaban sin control fueron interceptado por un empleado de cargo directivo, para desviar parte del mismo en propio beneficio. Los medios de comunicación, la policía, la justicia, se encargan de dar información e investigar al desfalcador, pero no dicen nada sobre el problema mayúsculo, los flujos dinerarios sin control. Una densa niebla de encubrimiento oculta a la vista lo sucedido y lo que sucede.

El gabinete económico lanza al mercado de carburantes el mentado Ron 91, de octanaje 85, a un precio más alto que la gasolina especial y menor que la gasolina premium. De acuerdo con el gerente general de la Cámara Automotor Boliviana en la medida que ingresen nuevos vehículos se demandará gasolina de mayor octanaje para cumplir con normas ambientales. A medida que el parque automotor ingrese en renovación, los nuevos vehículos que se importen al país sólo requerirán la nueva gasolina Ron 91; la premium es escasa. El parque automotor llega a 1,6 millones de automóviles; hasta 2015 y 2016, de ese parque automotor, el 70% tiene una antigüedad superior a los 10 años.  La tendencia habría cambiado; ahora se tendría un mayor número de coches con un año de antigüedad. Se debe llegar al 30% o 40%; se requiere gasolina con un mayor octanaje. Los nuevos coches van a requerir la Ron 91; aunque, pero aún hay un 60% de automóviles que aún utiliza un combustible corriente.  La gasolina Premiun tiene un octanaje superior, cumple incluso con la norma Euro IV, la que establece mayores exigencias respecto a la restricción de emisión de gases contaminantes. El Gobierno aprobó el Decreto Supremo 3244, el que establece que, a partir de 2018, sólo podrán ingresar al país vehículos modelo 2018 o 2019, que cumplan con la normativa. El   Ministerio de Obras Públicas, a través del Viceministerio de Transportes, otorgará autorizaciones previas por medio electrónico para la importación de vehículos automotores que acrediten el cumplimiento de las normas medioambientales. La “oposición” acusa de “gasolinazo”; el gobierno se defiende y dice, prácticamente, que se trata de ampliar la oferta del mercado, para el parque automotor, que modifica su perfil con los automóviles que lo requieren. Un analista económico conocido, de escritura que regala humor e ironía, dice que no se entiende que no se haya relanzado la gasolina premium, en vez de complicarse con un nuevo tipo de gasolina, que requiere, en todo caso un cuarto tanque en las gasolineras, las que solo tienen dos para gasolina y un tercero para el Diesel. A no ser que la gasolina especial esté destinada a desaparecer.

La premura económica ocasionada por la baja de los precios de las materias primas, entre ellos del gas, es respondida por el gobierno con un Foro Internacional del Gas, para organizar algo así como una OPEP del gas. No se entiende cómo puede este organismo internacional incidir en la subida de los precios del gas, salvo en situaciones de alta demanda internacional, donde los productores de gas se asignen cuotas, para no desbordar el mercado y hacer caer los precios.

Los empresarios privados se encuentran satisfechos con la suspensión del doble aguinaldo, aunque sea provisional, quién sabe. Coordinan con el gobierno, desde sus instancias representativas, la reactivación de la economía y el aparato productivo. La empresa privada que destaca es la empresa privada trasnacional, dedicada a la explotación extractivista, hidrocarburífera y minera; los empresarios nacionales parecen arrinconados en dimensiones cortas de la economía nacional, atrincherados en sus costumbres poco innovadoras, salvo contadas excepciones de notoria incursión en el mercado mundial.

La coyuntura para unas familias agricultoras del valle de Luribay tiene que ver con la pronosticada riada que se lleva los cultivos. Por eso están interesadas en construir defensas y desvíos del río para evitar la destrucción de los cultivos. En cambio, para las poblaciones de algunos departamentos, que sufren de sequía, es imprescindible la construcción de una represa, que capte aguas y pueda distribuirlas en los pueblos necesitados, como es el caso de las poblaciones de Potosí. Por lo menos una treintena de municipios en cinco departamentos se declararon en emergencia a causa de la sequía. Tres centenares de familias estarían afectadas por este problema de la sequía.  Los municipios aquejados pertenecen a los departamentos de Potosí, Tarija, Chuquisaca, Cochabamba, Santa Cruz y el Beni. Las huellas de las sequías han adquirido las características de situaciones dramáticas; desde 2015 siete de las principales ciudades del país han padecido un déficit crítico de agua: La Paz, El Alto, Cochabamba, Sucre, Oruro y Potosí. Los datos revelan que esta situación afecta a cerca de doscientas mil familias; lo que equivale a, por lo menos, ciento setenta y tres municipios implicados, los que se declararon en emergencia. Los cálculos estiman que la sequía zozobra a más de seiscientos mil hectáreas de cultivos y hasta seiscientos mil cabezas de ganado. Incluso en la Amazonia la sequía hace estragos. La producción de castaña ha caído en un 50% como secuela de la sequía, afectando a más de quince mil familias del noreste, las que se dedican a la recolección del fruto. El “cambio climático” repercute en la Amazonía, causando desbordes climáticos extremos; combinando fuertes lluvias promotoras de inundaciones y sequías prolongadas, ocasionando incendios forestales. El “cambio climático” redunda en precipitaciones intensas, variables y cada vez menos predecibles. Se dice que un 70% de la economía regional depende de la recolección de la castaña, de amplio uso en la alimentación y la medicina. Bolivia obtuvo 180 millones de dólares en exportaciones de la castaña.

El Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza determinó que, en cada uno de los siete casos denunciados se habían producido violaciones graves y sistemáticas de la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra (UDRME), a menudo acompañadas de violaciones de los derechos humanos, y en varios casos el daño era tan grave que constituía un ecocidio, con daños irreversibles a los ecosistemas. En todos los casos, el sistema jurídico no preveía recursos adecuados para prevenir ni reparar los daños permanentes. En la mayoría de los casos, el daño fue causado por actividades como la deforestación y la minería, que sólo podían llevarse a cabo porque habían sido autorizadas por la ley. Era evidente que los sistemas legales elevan los derechos de propiedad y los derechos de las corporaciones por encima de los derechos al agua, al aire y los ecosistemas para existir y contribuir a la salud ecológica del planeta, que están exacerbando el “cambio climático” al permitir actividades destructivas bajo un manto de legitimidad legal. El Tribunal observó que las compensaciones de carbono, biológicas y de conservación y los servicios ecosistémicos son procesos de financiación que permiten privatizar, mercantilizar y comercializar la naturaleza en los sistemas de los mercados financieros. El mercado del carbono es una solución falsa que no reduce las emisiones en origen. 

En lo que respecta a las amenazas a la Amazonía, el Tribunal decidió escuchar simultáneamente una serie de casos de diferentes partes de la Amazonía para considerar las amenazas al ecosistema amazónico de una manera holística. Este escuchó evidencia de violaciones generalizadas a los derechos indígenas y los derechos de la Madre Tierra a lo largo de la gran región amazónica. Esto incluyó testimonio sobre la enorme mina de oro denunciada por Guyana Francesa, y casos de Brasil, Bolivia y Ecuador. Está claro que este vital ecosistema, que es una reserva de vida - hogar de muchos pueblos y una parte esencial para mantener la estabilidad climática global, está siendo sometida a muchos ataques que violan su derecho para existir y mantener sus ciclos vitales. El modelo global extractivista inevitablemente genera violaciones de los derechos de la Amazonía en su conjunto y disminuye la calidad de vida de todos los organismos en la región. 

 

El Tribunal escuchó denuncias de violaciones de los derechos de la Madre Tierra derivadas de la propuesta de construcción de una carretera internacional de alta velocidad, a través del área protegida TIPNIS en Bolivia, declarada zona intangible. Esta intangibilidad fue anulada con el propósito de explotación petrolera y plantación de coca, amén de talar los árboles de madera preciosa. También se presentó al Tribunal evidencia acerca del hostigamiento e intimidación a aquellos que se oponen a la construcción de dicha carretera. El Tribunal tomó nota de esta evidencia con gran preocupación, particularmente porque la Declaración Universal de los Derechos de La Madre Tierra fue proclamada en Bolivia en 2010 y Bolivia ha defendido los derechos de la naturaleza internacionalmente. 

 

El Tribunal decidió que deseaba recabar más pruebas de todos los interesados, incluido el Estado de Bolivia y, de ser posible, enviar una delegación a una misión investigadora en Bolivia. También decidió solicitar al gobierno boliviano que imponga una moratoria a la propuesta de construcción de la carretera y puentes a través del TIPNIS y en la exploración de hidrocarburos en o cerca del TIPNIS, hasta que el Tribunal haya completado su trabajo. El Tribunal opinó que la imposición de tal moratoria sería una medida de precaución apropiada para evitar posibles violaciones de los derechos de la Madre Tierra mientras se busca una solución a este conflicto[6]


Los perfiles de la coyuntura configuran las formas cambiantes como de un poliedro, para usar metafóricamente este referente geométrico, en constante movimiento, cuya composición voluminosa, que anida procesos integrados, emergidos de substratos y espesores dinámicos, hacen de materia en devenir de la coyuntura. Un poliedro es un cuerpo geométrico cuyas caras son planas y encierran un volumen finito. Los poliedros se conciben como cuerpos tridimensionales, aunque hay semejantes topológicos del concepto en cualquier dimensión. Así, el punto o vértice es el semejante topológico del poliedro en cero dimensiones, una arista o segmento lo es en una dimensión, el polígono para dos dimensiones; y el polícoro el de cuatro dimensiones. Todas estas formas son conocidas como politopos, por lo que podemos definir un poliedro como un polítopo tridimensional.

Entonces, podemos decir que la coyuntura se presenta de forma poliédrica. Usando esta figura geométrica como metáfora ilustrativa; en este sentido, cada cara del poliedro es como un perfil de la coyuntura. Pero, ninguna cara define, por sí sola la coyuntura. La coyuntura como composición dinámica corresponde a las propiedades integradas del poliedro, a las correspondencias entre todas las caras y la voluminosidad en movimiento conformada. Supondremos, lo más aconsejable, dada la complejidad del referente, la coyuntura, que se trata, representativamente, como de un poliedro irregular. Se puede conjeturar y deducir que las propiedades, por así decirlo, continuando con la metáfora, poliédricas de la coyuntura tienen que ver con las correspondencias geométricas, en este caso, sociales y políticas, entre todas las caras; así también tienen que ver con la voluminosidad o la combinación de los espesores que contiene la coyuntura.

Yendo a lo concreto, por lo menos, tomando en cuenta, por el momento, a algunas caras o perfiles mencionados de la coyuntura nacional, se puede decir que el perfil de la pugna por la reelección no puede interpretarse sino en correspondencia con los otros perfiles de la coyuntura. Para no ir comenzando por lo fácil, por ejemplo, por la correspondencia entre este perfil y el perfil coyuntural de la elección de magistrados, donde asoma la conexión de manera más evidente, sino empezando con la correspondencia del perfil mencionado con la actualización del conflicto del TIPNIS, podemos sugerir la hipótesis de que la correspondencia entre los dos perfiles coyunturales se da por y en la continuidad del modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente[7]. El conflicto del TIPNIS puede ser interpretado como el enfrentamiento entre el modelo extractivista y los derechos de las naciones y pueblos indígenas, consagrados en la Constitución. También como el enfrentamiento entre la valorización abstracta de la acumulación de capital, tanto ampliada como originaria, y el valor inconmensurable de la vida. Un tercer resumen interpretativo sugerido es que el conflicto expresa la confrontación entre la máquina del chantaje y el ejercicio efectivo de la democracia.

Ciertamente, el gobierno clientelar a vertido la versión de que se trata de la lucha por el “desarrollo”, que enfrenta a los obstáculos implantados por el “ambientalismo imperial”. Sin necesidad de entrar a sopesar esta versión, que parece jalada de los cabellos, este discurso forma parte de las peculiaridades del perfil coyuntural del conflicto del TIPNIS. No se trata de ninguna correspondencia en el poliedro de la coyuntura; a no ser que se considere al imperio como otra cara del poliedro coyuntural. Si fuese así, habría que considerar las formas, estructuras y manifestaciones efectivas del imperio, en el presente, no las figuras ideológicas, repetidas chabacanamente, de las tesis de principios de siglo XX, del marxismo austriaco. De este análisis está muy lejos el discurso de diatriba gubernamental[8].

Sin embargo, no se puede reducir la composición del poliedro coyuntural a la correspondencia entre los perfiles o caras mencionadas. Hay que encontrar las otras correspondencias. Buscando, en la exposición ilustrativa, otra correspondencia más difícil todavía; por ejemplo, siguiendo con la pugna por la reelección y su correspondencia con el perfil coyuntural de la sequía, se puede sugerir, para efectos de contrastación, mediante investigación, que la crisis ecológica, llamada eufemísticamente, “cambio climático”, hace como contexto problemático donde ocurren ambos eventos, que no están, obviamente, vinculados de manera ni causal, ni determinante, ni incidente. Si no, en este caso, la pugna por la reelección se encuentra tan distante y dicotómica de alguna incidencia en el “cambio climático”, en consecuencia, lejos de repercutir positivamente en resolver el problema de la sequía, que la correspondencia aparece como indiferencia.

No podemos, en este texto, hacer un cuadro de la combinatoria del poliedro coyuntural, entre todas las caras o perfiles que lo componen -lo que dejaremos para posteriores ensayos -; sin embargo, podemos ir anotando algunos desplazamientos interpretativos sobre la coyuntura, desprendidos de la perspectiva de la complejidad.















Hipótesis interpretativas para la investigación

1.   La singularidad de la coyuntura viene concretada por la combinatoria de correspondencias entre todos los perfiles del poliedro de la coyuntura.

2.   Desde el enfoque que nos brinda la figura del poliedro de la coyuntura no se trata tanto de sopesar la pugna por la reelección, algo que ya se lo ha hecho[9], sino de comprender el funcionamiento mismo de las dinámicas socio-territoriales en la coyuntura; es decir, de la composición y combinatoria de los espesores del presente.


3.    Lo que parece darse como inmanencia coyuntural es la encrucijada misma del poliedro coyuntural, no tanto como rutas de círculos viciosos, tampoco solo como rutas al abismo, sino como encrucijada del estancamiento. La coyuntura aparecería como acoplamiento o articulación de procesos que derivan en el atascamiento; en el laberinto no se encuentra la salida.

4.   Para encontrar la salida, hay que salir del acoplamiento singular de la coyuntura; hay que desacoplar. Hay que desarticular, si se quiere, destejer, desanudar; hacer otro tejido.


5.   Una consecuencia de lo dicho, por lo menos, consecuencia teórica, es que la salida no se encuentra en ninguno de los bandos enfrentados. Ambos son cómplices paradójicos, sobre todo, cuanto más se enfrentan con más encono.

6.   El contexto integral, inclusivo, es necesariamente el planeta, la sincronía planetaria, los ciclos vitales entrelazados[10]. En consecuencia, si no se toma en cuenta la reinserción de las sociedades humanas a los ciclos vitales del planeta, las pugnas y conflictos, en unos casos, las situaciones de depredación, en otros casos, no hay proyección solucionable ni de solución, tampoco de salidas.


7.   La coyuntura aparece como oportunidad para desanudar los nudos de la trama trágica y de la trama dramática de las sociedades modernas.














[6] Revisar EL TRIBUNAL INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS DE LA NATURALEZA ENCUENTRA QUE LOS SISTEMAS JURÍDICOS SON INCAPACES DE PREVENIR EL CAMBIO CLIMÁTICO Y PROTEGER LA NATURALEZA BONN.

[8] Ver Crepúsculo del sistema mundo y alteridad. También Defensa de la vida y lo común.
  

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