Recordando a Bebita

Recordando a Bebita

 

Sebastiano Mónada







 





Te fuiste un día como hoy, al atardecer,

antes que el firmamento de galaxias 

se muestren a la mirada escrutadora.

Te fuiste para convertirte en una estrella 

y desde tu luminosidad nos observes.

Percibiendo nuestros pasos mortales 

en el planeta oceánico y terrestre.

 

Dejaste en el jardín de la casa, 

que construiste con tanto ahínco con el papá,

el ingeniero asiduo del destino, 

tus rosas de colores, que se abren para mostrarse, 

estéticas, musicales y poéticas

a la atmósfera y a vibrantes rayos luminosos.

 

Te fuiste para quedarte con nosotros para siempre, 

en lo más profundo de la memoria de nuestros huesos,

en las corrientes consanguíneas de impulsos vitales,

en la respiración renovada de esperanzas.

 

Nosotros, tus hijos te recordamos

en tus miradas maternas, en tus palabras consejeras,

en tus preocupaciones diarias por nuestros destinos,

que se inscriben en la murmuración de las brisas,

en los remanso de los aires melodiosos.

 

Estás con nosotros en el registro de las fotografías,

dónde se detiene el tiempo para meditar 

sobre el origen imposible del cosmos, 

inventado por dioses desaparecidos.

Quedan las metáforas, pintadas con acuarelas 

de colores en metamorfosis,

las tramas interminables de la humanidad.

 

Hoy estaremos todo el día contigo 

acompañándote en el recorrido de esa distancia,

que es el viaje a la intimidad de nuestras preguntas 

sin respuesta, que abren horizontes.

Te nombraremos tantas veces como sea posible,

convocando tus afectos alados 

que surcan la curvatura del planeta.

 

Madre te extrañamos tanto 

que te hacemos presente en nuestro eterno instante,

eterno retorno al comienzo de todo.

Donde empieza nuevamente la vida en tus nietos

y bisnietos, las recurrentes generaciones,

que cultivan auroras boreales. 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Desierto

Hermenéutica del concepto libertad