La libertad es vida, la historia es narrativa

La libertad es vida, la historia es narrativa

 

Historia, libertad, economía y vida

 

 

Raúl Prada Alcoreza

 

 




 

 

 


 

Vamos hablar de la libertad y de la historia, como lo hizo alguna vez Theodor Adorno; también vamos a vincular estas reflexiones con la economía, con lo que ocurre en el campo económicoque es parte del campo social. Ocurre que en los análisis, que de por sí son disociadores, las actitudes tienden a concentrarse en uno u otro plano de intensidad, sin ver la integralidad de los planos de intensidad, menos de los espesores de intensidad. Por ejemplo, cuando los economistas hablan de economía, sobretodo de crisis económica, se concentran, en el mejor de los casos, en lo que ocurre con los indicadores macroeconómicos. Sin embargo, como lo hemos dicho más de una vez, esto corresponde a la cosificación y a la fetichización de la mercancía y del dinero. No se puede comprender un campo económico aislado del campo social o de los otros planos de intensidad, que hacen al campo social. Haremos una pregunta inocente: ¿Para qué sirve la economía si no es para generar algo parecido, de ese modo, el bienestar social? El funcionamiento económico, sin tener en cuenta el impacto social, es una muestra patética de la cosificación y la fetichización de la llamada “ciencia económica”. Si la economía no genera el bienestar social, entonces, no funciona la economía como corresponde. Esto puede ocurrir tanto en lo que los economistas llaman crecimiento económico, así como en lo que se viene llamar la crisis económica, que repercute considerablemente en el impacto social.

 

En estas condiciones, tan restringidas de la cosificación en la mirada de económica, se ha llegado al extremo de reducir la libertad a la libertad de mercado, a la libre empresa y a la competencia. El concepto de libertad más pobre quizás sea éste, que no tiene en cuenta todo el debate y el aporte filosófico sobre la libertad. Sin embargo, este concepto tan restringido y obviamente vulnerable e inútil se ha convertido en prejuicio del neoliberalismo, que blande como bandera y como consignas esas imágenes vacías de libertad.

 

Cómo dice Adorno, la libertad tiene que ver con la historia y la conciencia histórica. El sentido de libertad tiene que ver con la razón y la racionalidad, que elabora el concepto de libertad. Ciertamente el concepto de libertad tiene que ver con los contextos históricos y culturales. No es lo mismo hablar del libertad en el siglo XIX que hablar de libertad en el siglo XX, tampoco es lo mismo hablar en el siglo XXI. Los contextos han cambiado. Como dice Adorno, para el tardío siglo XX la libertad no es un problema, puesto que se la habría logrado, más aún se le habría banalizado. Desde este punto de vista, podemos decir que concepto de libertad está en crisis; esta crisis viene acompañada por crisis cultural y crisis de valores. La libertad se ha convertido en una palabra, que tiene connotaciones polémicas, dependiendo de quién la use y con qué fines se la use. El neoliberalismo usa el concepto de libertad restringido, del que hemos hablado, para imponer un ajuste estructural; en pocas palabras, para cargar la crisis económica a la sociedad. Para que la sociedad y el pueblo paguen la crisis, mientras siguen beneficiándose las burguesías, sobre todo la burguesía financiera.

 

Los neopopulistas hablan de libertad haciendo hincapié en una anterior referencia a las liberaciones, sobre todo bajo el criterio de liberación nacional. Como acabamos de decir el contexto de las luchas de liberación nacional ya no están presentes como lo estuvieron a mediados del siglo XX y después. ¿Entonces qué sentido tiene hablar de libertad en el sentido de liberación nacional? El sentido es el de investirse, es decir disfrazarse de los oropeles de antiguas luchas para lograr la legitimidad buscada en el presente.

 

En otros casos, concretamente en países donde hay presencia notoria de la población indígena, se habla de descolonización como sinónimo de liberación de las naciones y pueblos indígenas. Sin embargo, en estos casos hay que tener en cuenta el ciclo de larga duración y de las estructuras de larga duración de la guerra anticolonial persistente, de las luchas de las naciones y pueblos indígenas por sus territorios, sus culturas, sus lenguas, sus instituciones, normas y procedimientos propios. El sentido histórico de la guerra anticolonial ha quedado en la memoria y se actualiza en momentos de crisis política y social, en momentos de estallido social contra el poder. ¿Qué sentido tiene usar el concepto de descolonización como un sinónimo de liberación? De la misma manera que en la anterior consideración y uso, se trata de investirse del prestigio de las luchas anticoloniales en siglos pasados a una manera de hacer política, que llamamos la forma de gubernamentalidad clientelar.

 

No decimos que el concepto de libertad no sirve. Lo que decimos es que todo concepto tiene que actualizarse, en consecuencia, debe experimentar desplazamientos y transformaciones pertinentes. Esto equivale decir que tiene que experimentar modificaciones en su estructura categoríal, que hace al concepto. ¿Cómo podríamos resumir la reflexión sobre el concepto de libertad, actualizarlo y hacerlo altamente pertinente, dado el contexto de la civilizatoria moderna? Comenzaremos con Emmanuel Kant, la libertad es una idea construida por la razón. De alguna manera podemos acercar la idea a finalidad, es decir, es algo que se tiene que alcanzar y lograr. Para Kant este logro tiene que ver con el iluminismo, es decir con la crítica, con poner en evidencia las condiciones de posibilidad del conocimiento y de la experiencia. Dado el panorama de la crisis civilizatoria del sistema mundo capitalista, que se presenta singularmente en las economías nacionales, así como en las políticas nacionales, que podríamos resumir como la crisis múltiple del Estado nación. Sobre todo teniendo en cuenta el control mundial que han logrado las transnacionales, verdaderos oligopolios que manejan la economía mundo, sin olvidar, de ninguna manera, otras transnacionales, esta vez del lado oscuro de la economía mundo y de lado oscuro del poder. Hablamos de las mafias y cárteles, que también compiten por el control de territorios y rutas de los tráficos ilistos. Estos controles tienen que ver con sus repercusiones, que son demoledoras respecto a la sociedad y los pueblos. Hablamos de los y las desaparecidas, de los feminicidios, de los genocidios cubiertos. El impacto de este control mundial repercute en las sociedades de manera catastrófica, destruyendo los tejidos sociales y asesinando el porvenir.

 

En ese contexto apocalíptico de la modernidad tardía, en pleno crepusculo civilizatorio, podríamos decir que el concepto de libertad se ha aproximado al concepto de vida. La libertad tiene que ver con la vida, la libertad tiene que ver con la potencia de la vida. La libertad se logra con la liberación de la potencia social y la potencia creativa de la vida. La libertad es la vida plena, la plenitud de la vida.

 

¿Por qué el concepto de libertad se acerca al concepto de vida? En primer lugar, como hemos dicho, estamos en otro contexto, en un contexto donde se toma conciencia de la vida, cuando precisamente la vida está en peligro, amenazada, en el planeta depredado por la crisis ecológica, crisis desatada por los desenvolvimientos vertiginosos de la civilización moderna y de los desarrollos desbocados del sistema capitalista. Entonces, lo que es condición de posibilidad existencial de todo, de la sociedades, de la ecosistemas. de los ciclos vitales planetarios, se convierte, ahora, por así decirlo, en una finalidad: Hay que defender la vida.

 

 

La vida es la condición de posibilidad de la libertad 

 

La vida es libertad, es más, es la condición de posibilidad de la libertad, mucho más, es la condición de posibilidad existencial de todo. Sin vida no hay nada. Es desde la vida que interpretamos y antes de interpretar experimentamos. La vida es memoria sensible, también dijimos que es inteligencia sensible. La vida es libertad porque es autónoma. No se deja llevar por las fuerzas fundamentales del universo sino que interviene dentro del contexto de las fuerzas fundamentales del universo, las usa, toma decisiones y da lugar a desplazamientos autónomos. 

 

La información genética es programación, en ese sentido, reproduce lo programado, de tal manera que también es conservación, sin embargo, como dice Jacques Monod, también es azar, desplazamientos imperceptibles que derivan en desenvolvimiento transformadores. La célula resuelve problemas, tiene capacidad para resolver problemas, ya es inteligencia en el sentido que se entiende en biología. La libertad entonces está inscrita desde un principio en los mismos secretos de la vida.

 

Desde esa perspectiva, hay que modificar la conceptualización de la libertad, que ha tenido su historia en la filosofía moderna, pero también también ha tenido su historia efectiva en las luchas sociales, que han conquistado derechos y por lo tanto han conquistado libertades, han liberado, han ocasionado liberaciones múltiples. Desde la perspectiva de la ecología compleja la libertad tiene que ser pensada desde el acontecimiento mismo de la vida. No solamente como condición de posibilidad existencial, sino como desenvolvimiento mismo de las dinámicas inherentes a la vida. La libertad es potencia y es liberación de la potencia, la libertad es creación y por lo tanto estética creativa. 

 

Desde esta perspectiva, todo lo que está contra la vida está pues contra la libertad, en el sentido pleno de la palabra, en el sentido existencial, en el sentido ecológico. Considerando lo que acabamos de decir, la civilización moderna, que es la civilización de la muerte, que sostiene el sistema mundo capitalista, que es el sistema de la reproducción de la muerte, aunque calcule, de acuerdo a su contabilidad, como valorización abstracta, por lo tanto, acumulación de capital, es pues no solamente sistema de restricciones de la libertad, sino atentados y amenazas contra la libertad, es mas, anulación de la libertad mísma. Con esto queda evaporada toda la alocución liberal, que tenía un sentido restringido en el campo jurídico y en el campo político, acotado en las fronteras del Estado de Derecho. Pero pierde todo sentido con la alocución neoliberal, donde se pierde toda perspectiva jurídica y política, para dar rienda suelta a la compulsión economicista.

 

Dada la crisis mundial, dentro de la crisis múltiple del sistema mundo capitalista, donde el orden mundial de las dominaciones pretende disputar la jerarquía de las dominaciones, se divide al mundo en encontradas versiones de pretendida legitimación. Unas, que se autonombran como defensoras de la libertad, otras que se autonombran como defensoras de la justicia. Ambos discursos no solamente responden a antiguas ideologías anacrónicas, sino que están lejos de responder a la problemática. Más bien, efectivamente, ocurre todo lo contrario, exacerban la problemática, se comportan como lo contrario de la libertad y de la justicia. Son dos versiones del mismo sistema mundo capitalista, dividido en sus propias jerarquías de dominación, en sus propias versiones ideológicas fragmentadas. Expresan la anulación misma de la libertad, de la justicia, en consecuencia, de la vida.

 

La tarea es, mas bien, liberar la potencia creativa de la vida, es liberarse de la civilización moderna, del sistema mundo capitalista, de la jerarquía del orden de las dominaciones, de sus disputas y conflacongraciones bélicas, que amenazan a las sociedades humanas, a la sobrevivencia de las sociedades humanas en el planeta y amenazan la vida en el planeta.

 

En sus clases Sobre la teoría de la historia y de la libertad[1], que además suponen la Dialéctica negativa[2], el profesor Theodor Adorno trata de salvar la filosofía de la historia y la dialéctica. No dejan de ser sugerentes sus reflexiones sobre la historia, la libertad, incluso la economía, sin embargo, estas reflexiones están acotadas en el marco de la filosofía dialéctica de Hegel, que busca salvar a la razón, es decir a la razón abstracta, al saber absoluto, de la crítica demoledora de Emmanuel Kant, que hace la desconstrucción crítica tanto de la filosofía racionalista como de la filosofía empirista, estableciendo en la Crítica de la razón pura los decursos de las dinámicas de la razón, en un contexto complejo de las facultades humanas, de la intuición sensible y de la experiencia.

 

Recogiendo lo que dijimos, a propósito de estas discusiones sobre la historia, la libertad, economía, la sociedad y la cultura, retomamos la crítica de la historia, que establece que no hay historia universal sino narrativas sobre la historia, que corresponden a las memorias sociales. Asimismo decimos que el concepto de libertad está íntimamente ligada a las luchas sociales por la conquista de los derechos sociales, colectivos y de otras generaciones de derechos, hasta la actualidad, incluyendo los derechos de los seres de la naturaleza. De la misma manera, retomamos la crítica de la economía política generalizada, que desmnonta las estrategias de diferenciación entre lo concreto y lo abstracto, valorizando lo abstracto, desvalorizando lo concreto. En definitiva, valorizando la muerte, desvalorizando la vida. Desde la perspectiva de la complejidad buscamos restablecer la mirada inicial y vital de la vida, la articulación e integración de los distintos planos y espesores de intensidad, que hacen a la complejidad, sinónimo de realidad.

 

Si hemos vuelto sobre Adorno y su teoría sobre la historia y la libertad, es para mostrar que la Escuela de Frankfurt retoma la discusión filosófica sobre la libertad y sobre la historia a partir de la experiencia dramática de la primera y la segunda guerras mundiales, buscando avizorar horizontes en la posguerra incierta. El problema radica en que bajo la pretendida hegemonía neoliberal, que se da después de la caída de la Unión Soviética y de los Estados socialistas de la Europa oriental, se da lugar a un olvido o una amnesia de todas estas reflexiones, discusiones y aportes filosóficos. Trivializando al máximo las concepciones de libertad y de historia, mucho más de sociedad. La puerilidad enunciativa neoliberal llega al extremo de la artificialidad y del vacío, donde conceptos como libertad, historia y sociedad pierden todo sentido.

 

La responsabilidad de los pueblos, en otras palabras, la responsabilidad de la humanidad, es reinsertarse a los ciclos vitales planetarios. Tener conciencia para sí, dicho de manera dialéctica, de la humanidad, tener consciencia de formar parte de la complejidad misma de la vida, que su destino está íntimamente vinculado al planeta y obviamente al universo. En este sentido, hay que actuar en consecuencia. Hay que desmantelar las formaciones discursivas mediáticas, que trivializan la libertad, la historia y la sociedad, a tal punto, de sólo quedar con sus esqueletos enterrados en el pozo del olvido. Por lo tanto, hay que liberar la potencia social, para recuperar la capacidad creativa de la vida, sobre todo para recuperar la capacidad estética de la creación de la realidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Notas



[1] Theodor W. Adorno: Sobre la teoría de la historia y la libertad. Eterna Cadencia Editora. Buenos Aires 2019. 

[2] Theodor W. Adorno: Dialéctica negativa. Eterna Cadencia Editora. Buenos Aires 2019. 

 

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