El concepto del lado oscuro del poder

 El concepto del lado oscuro del poder


Raúl Prada Alcoreza





El lado oscuro del poder es una metáfora y, a la vez, una concepción del poder desde la perspectiva de la complejidad. En tanto metáfora alude a la figura del lado oscuro de la luna; no se ve ese lado desde la tierra porque está opuesto al sol, pero existe, es real. Para poder observarlo hay que ir al otro lado de la luna, el lado oculto, el lado al que no le llega la luz solar, cuando se observa desde la tierra la luna. En el caso de la metáfora aplicada al poder, se alude al lado oculto del poder, el lado no institucional, paralelo. Ahora bien, no son las mismas reglas las que orientan las prácticas del poder o el ejercicio del poder del lado oscuro respecto del lado luminoso, por así decirlo, institucional. Entonces, para comprender, entender y conocer el funcionamiento del lado oscuro del poder, es menester develar esas reglas y las estructuras que hacen al poder del lado oscuro. ¿Cuáles son sus composiciones y sus dinámicas?


Bueno, ahora vamos a continuar con el análisis de la dialéctica perversa del poder, en este sentido vamos a retomar las tesis o las conclusiones que dejamos en la exposición audiovisual, que lleva el mismo nombre, esto significa que continuamos con la evaluación crítica de las tesis del poder y de las hipótesis críticas sobre las dominaciones.


Las preguntas inherentes son; qué es el poder y que son las dominaciones. A la pregunta inherente de qué es el poder, hemos respondido de qué se trata de una relación de fuerzas, entre una fuerza activa y una fuerza pasiva, y a la pregunta sobre las dominaciones, hemos respondido a la pregunta de qué se trata de la dirección que toma el poder, la relación de fuerzas, en el control y la subordinación de la fuerza pasiva respecto al vector de la fuerza activa; se podría adelantar también y decir respecto a la voluntad de la fuerza activa. Entonces, se trata de la composición de las fuerzas en el espacio y en la estructura intersubjetiva. Estas dos respuestas, también inherentes, tienen que ver con esa concepción espinosista de qué toda fuerza tiene voluntad. En consecuencia, la pregunta sobre lo que puede la fuerza es pertinente y la pregunta sobre lo que quiere la fuerza es apropiada. Éste es el sustrato, si se quiere, de premisas de las que partimos, cuándo reflexionamos, analizamos y deducimos. Estamos pues ante la composición de una forma de pensar, ante una estructura de pensamiento, incluso ante una composición de dinámicas del pensamiento.

Heredamos de Parménides el enunciado de que el ser es es lo mismo que pensar, también este enunciado puede conjugarse de manera inversa, decir que el pensar es lo mismo que el ser; de esta manera situar el enunciado en una connotación, en pensar es lo mismo que ser, que no es lo mismo que decir que el pensamiento es lo mismo que lo que se está haciendo, tampoco que el pensamiento es lo mismo de lo que está ocurriendo. Se trata de desenvolvimientos en distintos planos de intensidad. Sin embargo, no hay que olvidar que los distintos planos de intensidad se encuentran articulados e integrados en la composición efectiva que logran al entrelazarse.


Recapitulando, en este sentido no solo el ser condiciona el pensamiento si no también el pensamiento condiciona el ser. Si partimos qué se trata del ser en el mundo, que es algo más restringido que ser en el planeta, podemos comprender que lo que entendemos como mundo está ya condicionado por la forma de pensar, que no necesariamente es lo mismo que cuando hablamos del ser en el planeta, pues el planeta no está condicionado por el pensamiento o la forma de pensar, si no que el pensamiento es lo que es, es la arqueología actualizada del pensar, de acuerdo a las condiciones de posibilidad histórico culturales. Sobre todo, el planeta es lo que es, independientemente de lo que ocurra con el pensamiento o la forma de pensamiento. Esta diferencia es importante y hasta crucial, pues no es exactamente lo mismo actuar en el mundo cómo actuar en el planeta. Llamemos a esta diferencia entre mundo y planeta diferencia ecológica.


De esta problemática, inherente a la diferencia entre mundo y planeta, vamos a hablar después, por el momento queremos detenernos en las correspondencias entre ser y pensar y pensar y ser, sobre todo teniendo en cuenta la problemática del poder, particularmente la cuestión de lo qué ocurre cuando pensamos sobre el poder, a partir de determinadas formas de pensamiento. La cuestión es que cuando actuamos políticamente lo hacemos desde determinadas formas de pensamiento, concibiendo desde una manera de ver el mundo, teniendo ya preformada la configuración de la problemática política. Entonces se parte de una configuración dada de la problemática política, en consecuencia, lo que hacemos es como un desenlace de esta composición compleja entre pensar y ser, para decirlo de una manera sintética. Ampliando diremos que se trata del desenlace emergido de la composición compleja entre formas de pensar, estructuras subjetivas, condiciones de posibilidad históricos sociales y circunstancias específicas en los espesores del presente.

 

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