Carta de Alejandro Almaraz

Carta de Alejandro Almaraz 


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Fidel Ortuño: (Casi una explicación didáctica) a una argentina, admiradora del "proceso de cambio", que considera que los errores del Gobierno están siendo provocados por gente externa, que influye en él negativamente:


Estimada Verónica:

Te felicito por tus reportajes, son buenos, comprometidos pero veraces. Es precisamente por apreciarlos que, no obstante, quiero hacerte notar en ellos algunos errores que te conducen a un error político mayor: el de alentar inútiles esperanzas de reencauzamiento o rectificación por parte del Gobierno de Evo Morales.

Probablemente el inicio de tu equivocación esté en tu errónea percepción de los logros o realizaciones del Gobierno de Evo Morales. Dices, como el propio gobierno, que se nacionalizaron los recursos; es absolutamente falso. Se adoptó sí un marco jurídico favorable a la nacionalización de los hidrocarburos y se proclamó la medida, pero no se la ejecutó, y hoy, a siete años de la proclama, dos transnacionales (PETROBRAS Y REPSOL) detentan más del 85 % de la producción de hidrocarburos en Bolivia, en condiciones exactamente tan discrecionales como las que disfrutaban bajo los gobiernos neoliberales, y con la enorme ventaja de que ahora lo hacen a título de nacionalización. Más del 60% de los yacimientos minerales del país están en poder de empresas privadas, transnacionales en los casos más importantes, y casi todo el resto de estos yacimientos, en poder de empresas capitalistas encubiertas como cooperativas.

Cuatro millones de hectáreas de bosques tropicales siguen en poder de las mismas empresas privadas madereras, vinculadas al capital transnacional, a las que les entregó las respectivas concesiones el gobierno de Sánchez de Lozada. Las ultraliberales leyes forestal y de minería, aprobadas por este, se mantienen plenamente vigentes después de 8 años de "revolución". El núcleo duro y vital del capital global que por lo visto repudias tanto como yo, el capital financiero, no podría haber soñado mayores servicios que los que le presta el Estado boliviano administrado por Evo Morales: mantener depositados en bancos europeos, norteamericanos y en el tesoro de esos países, casi la totalidad de las reservas internacionales del país (14.000 millones de dólares) rindiendo míseros intereses, mientras el sector comunitario de la producción, e incluso el estatal, están estancados o en retroceso a falta de inversión. No se de qué industrialización hablas; a ocho años de anunciarse la de los hidrocarburos, sigue siendo un mero anuncio, y estructuras productivas estatales, como la fundidora de minerales Vinto, no han funcionado por años a falta de 20 millones de dólares que no se quisieron sacar de los 14.000 mil millones con los que nuestra "revolución" está oxigenando la crisis de los bancos europeos. En este país, menos que en cualquier otro del mundo, no hay que entusiasmarse por las leyes. Bolivia siempre ha tenido leyes de avanzada en el contexto internacional y, sin embargo, ha sido y sigue siendo un país colonial colmado de injusticias. Pero aun en este campo, varias de las leyes de Evo Morales, las más importantes, han conculcado profundamente los preceptos constitucionales, particularmente los de sentido plurinacional, cumpliendo la función exactamente inversa a la construcción del Estado plurinacional. En cuanto a políticas, sería un gran éxito para los pueblos indígenas y para las expectativas de emancipación cultural de la sociedad boliviana, retornar a la reforma educativa de la era neoliberal, en ella, por lo menos se inició la enseñanza en idiomas nativos. Bajo las políticas "descolonizadoras" de Evo Morales, esos pequeños avances en la educación intercultural han sido completamente destruidos y borrados. Por último, si de bonos, infraestructuras, rallys, teleféricos y otros espectáculos se tratara, yo me quedaba con los neoliberales que, si bien eran menos prolíficos, robaban bastante menos, y, sobre todo, no usaban el nombre de la revolución y de los indígenas para legitimar la continuidad de la dominación capitalista y del colonialismo interno. Es cierto que el primer gobierno de Evo tuvo algunos logros en la perspectiva emancipatoria, distintos a los que equivocadamente mencionas, pero ellos, particularmente el proceso constituyente, se debieron fundamental y decisivamente a la incidencia de la movilización popular sobre el gobierno, y no a la iniciativa o voluntad de Evo o tus amigos. Más aún, se produjeron, en varios casos de central importancia, a pesar de estos.

Verónica, los seres humanos somos muy propensos a ver las cosas como queremos que sean, y a atribuir a las personas la personalidad que quisiéramos que tengan, aunque en realidad no la tengan; a inventarnos los héroes que encarnen y sublimen nuestros ideales. Eso es inevitable hasta cierto punto, pero no debe convertirse en una trampa con la que nos autoderrotemos. Infelizmente, por lo general se ha convertido en un motivo de derrota de las causas revolucionarias, especialmente cuando se ha expresado en la mitificación de los líderes, de los "hombres símbolo" que suelen ser, en realidad, tremendos canallas, criminales e impostores. No me explico, tal vez tú me lo puedas explicar, cómo es que en la Argentina sigue habiendo una izquierda que se reclama peronista (además gobernante) después que Perón permitió, o decidió, que desde su gobierno se lanzara el exterminio contra la izquierda argentina y los montoneros ("la juventud maravillosa") en particular. Evo Morales no es lo que tú, como mucha otra gente buena y solidaria en Bolivia, Argentina y el mundo quieren que sea. No es ni nunca fue un líder indígena ni revolucionario, sino más bien un sindicalista (como el mismo se califica cuando las superiores razones de imagen no lo obligan a decirse indígena originario campesino) de ideas conservadoras y expectativas muy en el individualismo capitalista que rechazas. Él, como los que en Bolivia sufren el desarraigo del desclasamiento y la aculturación, sí siente la sangre indígena corriendo por sus venas, pero la siente con vergüenza, deseando fervientemente librarse de ella y blanquearse. Pero en enorme paradoja de la historia, es no solamente gran parte de la sociedad boliviana, sino de la opinión pública mundial quien le atribuye e impone la identidad indígena que él tanto trató de sacudirse durante toda su vida. En todo caso, los trajes Canedo Patiño son una buena salida al impase.
Evo Morales, tal vez ya lo sepas, no proviene del movimiento indígena, siempre tuvo grandes discrepancias y conflictos con este, pues él, de la manera más clara, típica y radical, es de los que considera al indio sinónimo de atraso, como tú bien lo dices a propósito de varios sectores sociales. Él proviene del sindicalismo campesino, ideológica y sicológicamente moldeado por el nacionalismo revolucionario y su proyecto de modernización capitalista, y si resultó elegido por el pueblo demandante de cambios y justicia, fue por que tuvo el acierto táctico de constituirse en la principal alternativa electoral contestataria, y de aliarse a la derecha para llevar la resolución de la crisis del poder neoliberal por el camino electoral. Pero jamás tuvo convicciones, aunque sí discursos, revolucionarias, emancipadoras, o, siquiera, de reivindicación étnica. Y no las asumirá recién ahora, después de todo el camino recorrido para amigarse con los poderosos, de aquí y del mundo, sin hacerse mayores problemas por el correlato de traición y agresión a los indígenas y los pobres de Bolivia que eso ha supuesto. Te lo digo por que yo, por mi escasa inteligencia e ingenuidad, aun sabiendo lo que era ideológica y políticamente Evo Morales, creí que la movilización masiva y resuelta del pueblo boliviano, los compromisos que él mismo adquirió con esa movilización, y hasta el enorme apoyo que el mundo le daba atribuyéndole el rol histórico de primer presidente indígena, activaría en su sangre la identidad y lo devolvería a la causa comunitaria de sus antepasados. Me equivoqué, eso no pasó en el momento más propicio, y si no pasó entonces, mucho menos pasará ahora. Por lo demás, la fundamental y decisiva responsabilidad de Evo Morales, en las brutales políticas antiindígenas de su gobierno que bien denuncias, es absolutamente innegable. Él decide todo en su gobierno, pero si no fuera así, y como muchos de sus seguidores lo dicen para salvarlo y tú lo insinúas, él no tendría culpa y los autores de los atropellos fueran sus colaboradores, resultaría que es un absoluto desvalido o cataléptico, que no es capaz de enterarse o impedir, durante años, que desde su gobierno se haga todos los días lo que él no quiere. Es decir, alguien de quien no puede esperarse liderazgo, rectificación, ni nada. No sé qué amigos tendrás en las cercanías de Evo Morales, y no objeto que los quieras mucho. Por mi parte, en esas interioridades del poder solo he visto llunkus que, por definición, solo son valiosos para sus propias pretensiones de poder y plata, y si participan en revoluciones, lo que para desgracia de la humanidad siempre ocurre, es para pervertirlas y derrotarlas desde adentro.
Verónica, si de veras tienes los bellos sentimientos fraternos hacia CONAMAQ y sus comunidades que expresas, no les hagas el flaco favor de alimentar en ellos la nefasta ilusión de creer que su principal traidor y verdugo se convertirá en lo que tú quieres que sea y no es ni será. Esperando alguna respuesta tuya, te saludo fraternalmente.

Alejandro Almaraz

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