Notas sobre el conflicto coca tradicional-coca excedentaria
Notas sobre el
conflicto coca tradicional-coca excedentaria
El gobierno de la coca excedentaria y de la economía
política de la cocaína no soporta a una institución legal como ADEPCOCA,
que defiende a la coca tradicional.
No entiende que sin la coca tradicional
nadie puede cultivar coca, no se justifica. El gobierno reprime a los cultivadores de la coca tradicional y protege a los
cultivadores de la coca excedentaria
y productores de cocaína. Estamos ante el mundo permisible
del MAS, después que se inventó políticamente la realidad, al construir un mundo
paralelo, de política ficción,
que le sirve para "legitimar" sus fechorías.
La policía al
servicio de los matones que tomaron ADEPCOCA. Se ha convertido en el brazo
armado de la coca excedentaria y de
la economía política de la cocaína. El
gobierno clientelar y corrupto ya es gobierno de la
República del Chapare e instrumento de la economía
política de la cocaína. Las
instituciones no funcionan como deberían funcionar; la policía no hace de
policía, sino de banda “guaruras” al servicio del Cártel. El lado oscuro del poder hegemoniza y
domina, atraviesando el lado luminoso
del poder, el lado institucional. El poder se ejerce de manera no
instituida. El súper-Estado de la República del Chapare, su influencia
preponderante, explica el comportamiento sinuoso del gobierno clientelar. Es el Estado no visible que supedita a la
República de Bolivia, llamada constitucionalmente “Estado Plurinacional”, que
de plurinacional solo tiene el nombre.
De la delincuencia política el gobierno clientelar y corrupto ha pasado a
evidenciar la delincuencia a secas. De manera descarnada se comporta con la
vulgaridad crápula. Los matones del gobierno,
que tomaron ADEPCOCA, encontraron una caja fuerte. El ministro de gobierno pide
investigar. ¿Qué hacen en la sede de la Asociación de productores de coca
tradicional? ¿Después de violentarla y tomarla, aposentarse ilegalmente, apoyados,
en este acto usurpador, nada más ni nada menos por la policía, quieren sembrar dudas, justificar su delincuencia, su
terror de Estado al servicio de la coca excedentaria y de la economía política
de la cocaína? No solamente estamos ante un mundo bizarro, donde, por así
decirlo, todo funciona al revés, sino ante el mundo de la impunidad, donde los
gobernantes reinan a su antojo, cometen violaciones y vulneraciones constitucionales,
despojan a los ciudadanos de sus derechos, sin ninguna explicación coherente,
aunque pretendan justificar con argumentos estrambóticos y escenarios grotescos.
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