La valorización como hecho colonial
La valorización como hecho
colonial
Raúl Prada Alcoreza
Sin dejar de apreciar el iluminismo del iluminismo, recogiendo las definiciones
de Horkheimer y Adorno, al referirse a la crítica
de la crítica, sobre todo, a la crítica
de la modernidad, iluminismo del iluminismo actualizado, que se desenvuelve
en el libro El colapso de la modernidad
de Robert Kurz[1],
es menester apuntar algunos problemas pendientes; uno es el que anunciamos en
una disertación[2],
cuando dijimos que parece todavía subsistir en la exposición teórica y crítica
del autor mencionado un cierto apego a la concepción
linealista de la historia. Esto
lo dijimos atendiendo a las apreciaciones del autor sobre las condiciones de posibilidad ineludibles
que tienen que cumplir las sociedades al incorporarse a la modernización; por ejemplo, la condición
relacionada a la acumulación originaria
de capital. La crítica de Kurz al
socialismo real devela que el Estado socialista se ve obligado a
realizar la acumulación originaria forzada, recurriendo a la organización
militar de la producción. Esta descripción e interpretación alumbra sobre situación efectiva de las construcciones socialistas reales; no
fueron otra cosa que la versión estatalista de la acumulación originaria en “sociedades retrasadas”, después, versión
de cuartel de la acumulación ampliada de capital, en lo que respecta a la
incorporación de la llamada revolución
industrial. Este enfoque ayuda a comprender
mejor la crisis del socialismo
estatista y su derrumbe; lo que se derrumbó es una de las formas de la acumulación de capital, la estatista del socialismo real. Sin embargo, a pesar de
este aporte, sostener una especie de obligatoriedad
de cumplir condiciones histórico-económicas
suena a linealidad temporal. ¿Por qué
tiene que ser necesariamente así? ¿Dónde queda la tesis de saltar el capitalismo para construir el socialismo planteada por Maksim Kovalevsky y aceptada por Karl Marx?
La duda de Marx respecto a la secuencia ineludible de la
etapa capitalista, además de sus investigaciones sobre los modos de producción orientales, que denominó, en la generalización,
modo de producción asiático, abren
perspectivas no-lineales en la comprensión
de los acontecimientos productivos y
sus de formas de realización. Como que Kurz se queda en la perspectiva del paradigma lineal de la historia. Si fuese así, de inicio quedarían condenadas al
fracaso los proyectos socialistas,
que se implantaron estatalmente; así como también de inicio estarían condenados
al fracaso los proyectos desarrollistas
de los nacionalismos populares de la
inmensa periferia del sistema-mundo
capitalista. Si se puede aceptar, contrastando, que la mayoría de los casos
parecen confirmar la interpretación
de Kurz; sin embargo, hay excepciones,
que, en este caso, rompen la regla.
Comencemos con la historia de la primera hiper-potencia
económica-tecnologica-cientifica-cibernetica-comunicacional-militar
mundial. Los Estados Unidos de Norte América fueron una colonia británica, que
se independiza a fines del siglo XVIII, cuando Europa ya tenía un recorrido en
lo que respecta al desenvolvimiento
del capitalismo, además a escala mundial. ¿Cómo ocurre esto? ¿Estando rezagada
la primera república moderna en lo que respecta al desarrollo capitalista, sobre todo respecto a la herencia y
tradición dadas en Europa, cómo es que da un salto y se convierte en la potencia capitalista, motora del
despliegue capitalista durante el siglo XX? Otra excepción: siendo la República Popular de China uno de los Estados
del socialismo real, ¿cómo es que se
convierte en la primera potencia económica a fines del siglo XX y a principios
del siglo XXI en otra hiper-potencia
económica-militar-tecnológica–científica-cibernética? Por otra parte, a
pesar de las ambigüedades y contradicciones, aparecen las llamadas potencias emergentes, que modifican la estructura del Centro del sistema-mundo capitalista, potencias que
vienen precisamente de la periferia
del sistema-mundo.
Por otro lado, no siendo excepciones que rompen la
regla, sino siendo parte de la regla, cómo explicar que potencias
capitalistas tempranas como Gran Bretaña y Francia no logran salir de sus
atolladeros, quedando rezagadas en segundos papeles en la motorización del largo ciclo capitalista vigente, a
pesar de cumplir con las condiciones
de la acumulación originaria y ampliada de capital que demanda Kurz. En
Europa es más bien Alemania la que da la pauta industrial, de la producción, de
la dinámica económica, así como financiera, en la Unión Europea. Alemania,
derrotada en dos consecutivas guerras mundiales, emerge como el ave fénix, de
las cenizas de los bombardeos y de la guerra. Otra anotación; Corea del Sur,
siendo parte del famoso grupo de los “Tigres del Asia”, rompe la barrera del
rezago productivo, inmiscuyéndose en la revolución
tecnológica-científica, repercutiendo en la producción industrial,
compitiendo en los mercados internacionales. No parece corroborarse del todo la
tesis de Kurz; estos acontecimientos
económicos no parecen responder a una
linealidad histórica.
Otro problema teórico pendiente es el que corresponde a
la comprensión integral del sistema-mundo capitalista. Kurz parece
mantener la condicionalidad
geográfica-política-económica de las regiones,
que describe en El colapso de la
modernización; la central, la periférica y la del Este. Como si el
capitalismo funcionara por regiones y
no de manera integral, mundialmente.
Nosotros adoptamos la tesis de Immanuel Wallerstein, quien plantea
taxativamente que no hay historias
del capitalismo nacionales, sino historia
del capitalismo mundial. Desde esta
perspectiva, es el funcionamiento del
sistema-mundo y de la economía mundo la que se expande y
conforma las regiones; no es que las regiones, autónomamente, ingresan por voluntad propia al sistema-mundo. En consecuencia, se trata del sistema-mundo capitalista, de su funcionamiento integral, de sus desplazamientos diferenciales por
el orbe. Las singularidades del desarrollo capitalista en la Rusia
zarista y después en la Unión Soviética tienen que ver con las composiciones y combinaciones del mismo sistema-mundo
y economía-mundo. Se trata de las adaptaciones, adecuaciones y equilibraciones
del mismo sistema-mundo en distintas regiones. Las diferencias tienen que ver
más con la articulación integral y
diferenciada del sistema-mundo,
más que con las peculiaridades de un desarrollo del capitalismo nacional. Lo
mismo pasa en lo que respecta a los funcionamientos
y dinámicas economías particulares en
la periferia de la geopolítica del sistema-mundo capitalista.
Por ejemplo, las nacionalizaciones,
que aparecen como actos soberanos, tienen que también leerse desde las adecuaciones del sistema-mundo y economía-mundo
en pleno desenvolvimiento. Las nacionalizaciones
transforman la economía nacional, si
se quiere, se abre un espacio económico monitoreado por el Estado, en las
nuevas condiciones de los términos de
intercambio, mejoradas para el Estado-nación subalterno; pero, al mismo
tiempo, también cambian la composición
del sistema-mundo y de la economía-mundo. El sistema-mundo y la economía-mundo,
que es como un subsistema del sistema-mundo, se adecuan a las nuevas condiciones y situaciones emergidas. La nacionalización,
los recursos naturales nacionalizados, las empresas nacionalizadas, son
incorporadas al funcionamiento y las dinámicas del sistema-mundo.
De ninguna manera se interprete lo que decimos como que
el sistema-mundo capitalista funciona
como un paradigma deductivo, se pasa
de lo general a lo particular, influyendo, irradiando y modificando los
espacios singulares de la economía-mundo;
tampoco funciona como de un Centro irradiante a sus entornos. La evidencia histórica es que se dan resistencias, también son innegables las particularidades, que las condiciones y circunstancias nacionales y regionales, además, claro está, las
locales, aportan de su parte con su propio perfil concreto. Sin embargo, estas diferencias singulares no es que
conforman algo parecido a regiones
autónomas o independientes de las dinámicas
articuladoras del sistema-mundo,
sino que forman parte estructurante
de las dinámicas mismas de la integralidad cambiante del sistema-mundo y la economía-mundo. El sistema-mundo
moderno funciona como un todo, no, como parece considerar Kurz, como regiones diferentes, contando con sus
propias dinámicas particulares. En
consecuencia, los proyectos en curso,
en los procesos desatados, en las regiones mencionadas, Centro, Tercer
Mundo y Este, no son proyectos diferentes en el sentido de su propia
particularidad, sino son proyectos diferenciales del y en el mismo sistema-mundo. Por lo tanto, los colapsos de la modernización, primero en el Tercer Mundo, después en el Este, para
seguir, de acurdo al pronóstico de Kurz, en el Centro, no son colapsos de proyectos diferentes de modernizaciones
distintas, sino colapsos del y en el
mismo corazón del sistema-mundo. El
mismo Kurz anota esto; empero, al considerar a las regiones de la modernización
como realidades distintas y no formar
parte de la misma realidad efectiva
de un sistema-mundo integrado, no
llega al diagnóstico completo, sino que formula diagnósticos parciales, que después los integra. Visto de esta forma, no es que
el socialismo real ha fracasado, sino
que ha cumplido su tarea de modernización,
incorporando a las masas campesinas a la proletarización
forzada y atiborrando las ciudades de densidades demográficas modernizadas. Ha
constituido sujetos demandantes de bien estar, aparentemente de valores
de uso, en los códigos del régimen socialista, sin embargo, a lo largo,
se convierten en sujetos demandantes
de mercancías. Lo mismo pasa con los
proyectos nacional-populares; por una vía, mas bien, barroca, que mezcla promesas
sociales, reivindicaciones populares y expectativas nacionalistas, arranca a
las poblaciones campesinas de las tierras de cultivo y las arroja a las minas,
a los talleres, a los campamentos extractivistas, a las fábricas de las
ciudades, a los suburbios de las urbes.
En mejores condiciones presupuestarias el Estado rentista ingresa al sistema-mundo
y la economía-mundo modificados.
La consecuencia más sugerente de esta integralidad sistémica del mundo moderno es que se observa
desarrollos desiguales y combinados, usando un concepto caro a las tesis orientales del marxismo militante;
en términos de la complejidad
diríamos que estamos ante simultaneidades
dinámicas; por lo tanto, no es sostenible la tesis de la linealidad histórica.
Empero, reconociendo el aporte de la crítica al valor, que realiza Kurz, que nos ayuda a salir de los fetichismos perdurables, que nombramos
como ideología, el lado más débil del
autor es su falencia respecto al acontecimiento
constitutivo del capitalismo, en las condiciones mundiales, que es el colonialismo. ¿Cómo se puede contar con
una crítica radical del capitalismo
descuidando su substrato constitutivo
que es el colonialismo? Estos son los
límites del marxismo, incluso del
núcleo constitutivo, del marxianismo, también los límites del marxismo crítico,
salvo honradas excepciones, como la de José Carlos Mariategui, así como son los
límites del reciente marxismo
crítico, incluso del marxismo llamado socialismo
verde. Son también los límites de
la crítica radical del valor.
Cuando el capitalismo se hace sistema-mundo, cuando se mundializa, es con el substrato violento de las oleadas de conquista y las oleadas de
colonización. Después de la conquista y colonización del Quinto Continente, que
recibirá su nombre colonial como América, la colonización se convierte en un proyecto
geopolítico de dominación mundial; se reconquista y se recoloniza el
continente africano, se conquista y coloniza donde se puede en el Asia, sobre
todo, anclando en los puertos. El capitalismo como valorización del valor abstracto
se hace global y se vuelve generalizable con la expansión del substrato colonial. En términos materiales, de las dinámicas sociales, no es posible comprender el acontecimiento
del capitalismo sin su substrato
colonial, salvo si se tiene una teoría
del valor abstracta, que no toma en cuenta las materialidades intervinientes en los procesos de producción
capitalista. En consecuencia, el marxismo no tiene una crítica radical del capitalismo, pues no ha llegado a la médula de la cuestión.
La crítica de la economía
política restringida solo toma en cuenta la separación entre valor de uso
y valor de cambio, empero, estos valores y esta separación institucionalizada no pueden darse como tales sin que la
economía política restringida se
sostenga en economías políticas, por
así decirlo, anteriores; como la economía
política colonial, que es economía
política racial, que diferencia hombre
de color de hombre blanco,
valorizando al hombre blanco como ideal de la civilización, desvalorizando al hombre
de color como obstáculo bárbaro o salvaje que hay que superar. Sin la economía política de género, que
distingue mujer de hombre, valorizando al hombre como perfil humano, desvalorizando
a la mujer como próxima al cuerpo exuberante. Sin la economía política del Estado, que separa Sociedad de Estado,
valorizando al Estado como sociedad
política, es decir, representación, y desvalorizando a la Sociedad como
pluralidad y caos. Sin la economía
política arquetípica religiosa, que separa cuerpo y espíritu,
valorizando al espíritu y
desvalorizando al cuerpo. Es decir,
la economía política restringida, de
la que habla Marx, forma parte de la constelación de economías políticas de la economía política generalizada[3].
La conquista y la colonización del Quinto Continente,
llamado por las naciones y pueblos indígenas Abya Yala, convierten a Europa en
el Centro del sistema-mundo capitalista.
El sistema-mundo capitalista es un sistema que abarca el orbe terrestre. Si
bien Gunder Frank considera ciclos más largos del capitalismo, comenzando con
el ciclo largo del capitalismo
hegemonizado por el imperio chino antiguo, se puede decir que ese sistema-mundo, cuyo centro era China y
los entornos próximos se encontraban en el Asia, anterior al sistema-mundo capitalista, cuya centralidad se encuentra en
Europa, no era todavía global. Entonces la colonización,
desatada en el siglo XV, es primero como el nacimiento
violento del sistema-mundo capitalista
moderno.
Segundo, las oleadas
de conquista y la colonización dilatada, que despliegan formas de violencia
descarnada, nos muestran que la llamada acumulación
originaria de capital a escala mundial no es otra cosa que la realización de la violencia colonial. Entonces, la valorización es primero conquista,
usurpación, expropiación de tierras, destrucción de naciones y pueblos nativos,
de sociedades, civilizaciones y culturas nativas. El arjé del valor se
encuentra en esta violencia inaugural de la modernidad. Es decir, la contabilidad
del valor, que es contabilidad
monetaria, cuantifica la riqueza obtenida dinerariamente, riqueza que
corresponde concretamente a la huella
etnocida, a la huella genocida, a la huella de la destrucción colonial. Se valoriza numéricamente, de manera
positiva, lo que en términos concretos es devastación negativa. En este caso la
aritmética oculta la masacre y el
avasallamiento.
Después del vaciamiento demográfico de las poblaciones
nativas de parte del continente, se recurre a la esclavización y al comercio
de esclavos, convirtiendo a poblaciones enteras africanas en cautivas mercancías de trabajo no pagado, sino obligado y gratuito.
Estos contingentes de flujos demográficos de esclavos africanos al Quinto
Continente forman parte de la llamada acumulación
originaria de capital del sistema-mundo
moderno y de la economía-mundo. Este
es el primer substrato del valor; lo que se valoriza, después valoriza
este primer valor de la acumulación originaria. Por lo tanto, el
valor y la valorización nunca han
dejado de ser coloniales.
Posteriormente, el trabajo en las minas, en las
plantaciones, en los cafetales, de lo que son las primeras grandes empresas
capitalistas, a escala mundial, sea trabajo
embridado, muestra también otras formas de las huellas coloniales. Que después se encubra este trabajo embridado con la relación
salarial, no le quita su carácter colonial;
no solamente por las trayectorias y las herencias coloniales, tampoco solamente
por las condiciones de trabajo y el bajo salario, sino porque se dan en las condiciones de modelos extractivistas coloniales del capitalismo dependiente.
La economía-mundo
se conforma y configura, se reproduce, articulando y entrelazando cadenas productivas, que parten desde la
extracción de materias primas, su transporte, su incorporación a la producción
industrial, por lo tanto, a procesos de transformación, para después ser
ofertadas en el mercado, donde la valorización
se realiza monetariamente. La valorización
como tal, que se da en la economía-mundo
no se ocasiona pues en la fábrica o empresa industrial, sino en la extensión
abigarrada de los tejidos de todas estas cadenas
productivas. En el sistema-mundo
capitalista la valorización es un
acontecimiento mundial, no dado en un
lugar determinado, ni siquiera nación o región determinadas.
La aritmética
de la contabilidad capitalista no
toma en cuenta la conmensuración integral
necesaria; por lo tanto, oculta el hecho mismo de la valorización, tomando en cuenta solo las contabilidades
empresariales. Por otra parte, la aritmética
de la contabilidad capitalista no
toma en cuenta la transferencia de costos a la naturaleza; por lo tanto, no es una contabilidad completa, pues
solo toma en cuenta los costos de
producción para estimar la ganancia.
Se puede decir que se trata de una aritmética
errada, pues no se aplica a la integralidad de los procesos concurrentes en la valorización. Si se tomaran en cuenta los costos transferidos a la naturaleza, no habría ganancia; la estimación de la ganancia se basa en no tomar en cuenta
estos costos de transferencia a la naturaleza.
Se trata, entonces, no solo de una contabilidad
parcial, sino de un ocultamiento
de lo que se deja como huella ecológica.
La economía como disciplina no solo
es una ideología, como la calificó
Marx, sino que es un instrumento
seudo-científico al servicio de la destrucción
ecológica, que los economistas llaman desarrollo.
[1]
Leer de Robert Kurz El colapso de la
modernización. Editorial Marat; Buenos Aires 2016.
[2]
Disertaciones en Pluriversidad Oikologías, difundidas en YouTube; tituladas Límites del análisis político.
[3]
Ver Crítica de la economía política
generalizada. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/cr__tica_de_la_econom__a_pol__tica_.
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